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¿Y?

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Autores: Oralia Guzmán, Elida Mendoza y Juan Pablo Moreno

PRELUDIO

El ¿Y? es una pregunta a otra pregunta. La petulante negativa a informar a los subordinados. Ano rendir cuentas. Es ya el axioma de un modelo autoritario de gobierno, enemigo de la crítica. Es un aviso que asfixia, para no indagar, cómo se abordan y resuelven los asuntos de la comunidad. Es la semántica abreviada que inhibe, cercena el diálogo, el derecho a preguntar y saber. Es un comportamiento arbitrario que entierra al otro. Lo pulveriza y desaparece. Es un asomo al fascismo.

El ¿Y? fue la actitud retadora que asumió Marcelo de los Santos, cuando le dijeron que la policía golpeaba a opositores a la minera San Xavier, en el contexto del primer informe de actividades. El ¿Y? vino cuando revolvió la figura política con cuestiones religiosas, al acudir a un aniversario de la diócesis potosina. El ¿Y? fue la intestinal reacción al reclamo de los costosos e inútiles viajes a Europa, acompañado de un obeso séquito. El ¿Y? fue el descaro asumido, al ser descubierto, de pagar con la nómina estatal, a domésticos particulares.

Casi a la mitad del camino, Jesús Marcelo de los Santos ha delineado, nítido, los perfiles de su mandato: el derroche a ultranza y la prepotencia. Ni siquiera ha presumido que arribó al poder con la aureola de opositor, ya que es beneficiario de oscuras maniobras, instrumentadas por los grupos hegemónicos. Y en la práctica cotidiana, encarna los peores vicios, que se creyeron extintos.

Editado por la serie, Libros de La Noticia, en la tercera obra, se analiza el dispendio irracional, de un personaje índole en el manejo de las finanzas, en una entidad sumida en la pobreza. Marcelo de los Santos, desfasado, sin freno alguno, dilapida el patrimonio colectivo, como si fuera jeque petrolero, mandante europeo, importado para el altiplano guachichil.

Por su lacerante actualidad, se retoma el fraude carretero y el caso de los fallidos invernaderos de Santa Rita, donde se confirman los nexos políticos y económicos, que guarda Marcelo de los Santos con su predecesor Fernando Silva Nieto, al que efectivo, lo hizo impune, ajeno a los incesantes reclamos de justicia.

Y aunque el soberbio ejecutivo se presume autónomo, en al penumbra y en la luz, se constata su dependencia umbilical con el jefe político de San Luis, Horacio Sánchez Unzueta, que lo vigila y acota con cientos de espías, disfrazados de colaboradores en el gabinete, donde son mayoría.

No obstante que los números son la especialidad de Marcelo de los Santos, ha resultado un pésimo administrador, que trastoca las cuentas y se muestra insensible a las prudentes voces que lo conminan a no incrementar los débitos y apegarse a la ley de transparencia. También se ofrece el retrato de un mandatario de extrema derecha, inmune a los cuestionamientos colectivos, enemigo del sindicalismo independiente. El velo se corre y aparece el rostro oxidado de un auténtico baluarte del viejo régimen, salido de las entrañas del PRI.

Hacer negocios, parece ser la divisa de Marcelo de los Santos, lo que lo convierte en uno más, en la convulsiva historia de la política local. Y como Carlos Jonguitud Barrios, Leopoldino Ortiz Santos o Fernando Silva Nieto, tiene de principales aliados a sus familiares. Un capitulo pendiente, que debe ser contado con máxima objetividad a los potosinos, es la historia de Marcelo de los Santos Anaya, traficante de influencias, metido de lleno al deporte profesional, la especulación del suelo urbano y los carros “chocolates”.

Una característica sui generis reviste de oscuro demócrata a Jesús Marcelo de los Santos Fraga: salpica hacia arriba, abajo y todos lados. Sus principales funcionarios, al final del sexenio, podrán engrosar las reducidas filas de los nuevos ricos en San Luis Potosí. Pero se trata también de otra crónica que habrán de esperar los sufridos lectores de La Noticia. Por lo pronto, para su completo beneplácito, les contamos, sin ambages, los entretelones de una tragedia local, donde el anti héroe trasciende al revés, en una buhardilla perdida en el tiempo y espacio.

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FERNANDO SILVA NIETO O EL SEXENIO PERDIDO

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PREFACIO

En su desdibujada campaña de candidato a gobernador por el suspicaz Partido Conciencia Popular, uno de los mayores aciertos de Gonzalo Andrade Reyes, fue calificar a Fernando Silva Nieto, como el más corrupto de todos los tiempos.

Quizá resulte difícil un símil histórico con el sátrapa Gonzalo N. Santos, que además de homicida confeso, a través de sus memorias, tuvo el temple indispensable para ceder el manejo financiero de la capital a la burguesía potosina y la huasteca convertirla en su bastón absoluto.

En su época de oro, Carlos Jonguitud Barrios manejo a su antojo, las cuotas del magisterio nacional. En San Luis, fue el ejemplo más contundente del despotismo, aunando al saqueo sin limite, vía su impune yerno, Eibar Castilla Sosa.

No se quedó atrás Leopoldino Ortiz Santos, que combinó su acentuada frivolidad con un apetito insaciable para derrochar el erario. A sus colaboraciones preferidos, les llenó los bolsillos de dinero, que venía de los contratos de obras más sustanciales. A los amigos y familiares, les colmó de beneficios.

En el contexto de la sucia competencia, agravios e ilícitos, Andrade puso en la cima a Fernando Silva Nieto, que no obstante comprar a la mayoría de la prensa local, le fue imposible impedir se conocieran sus constantes atropellos.

La fábula que pudo pintar a un Silva Nieto inocuo, manipulado por su tutor, Horacio Sánchez Unzueta, que le impuso el gabinete, contrastó con la figura de un ejecutivo sin escrúpulos para hacer negocios personales con el dinero del pueblo, siempre apoyado por sus sobrinos, Rafael Eduardo y Francisco Xavier Silva Melgarejo, igual de perniciosos.

Silva Nieto tranzó sin buscarlo, un paralelismo con el interino y fallido reeleccionista, Gonzalo Martínez Corbalá, que ocultó sus despliegues en la poderosa constructora, Ingenieros Civiles Asociados, cuya sede está en el Distrito Federal. Por medio de amañado concurso, le cedió el distribuidor vial Benito Juárez, que costó más de 40 millones de pesos. Fernando Silva se coludió con la Compañía Contratista Nacional, ajena al ámbito local.

En un tramo de su mandato, Silva Nieto actuó sin piedad contra su propia legión extranjera, a la que desarticulo cuando pudo convertirse en un fugaz contrapeso. El astuto secretario de gobierno, Juan José Rodríguez Medina, que le arrebató el poder por poco tiempo, pereció cuando trato de repetir la formula de su jefe, al meterse al ámbito de los fáciles y seguros negocios.

Si Horacio Sánchez tuvo las riendas de la política y Silva Nieto el manejo del dinero, al final, juntos conspiraron para destruir el PRI y entregar la gubernatura al amigable panista Marcelo de los Santos, con el compromiso capital de mantener a salvo a su antecesor.

Pero el futuro de Fernando Silva Nieto puede complicarse en extremo, si sus adversarios políticos, los diputados locales, Juan Ramiro Robledo y Eduardo Martínez Benavente, logran acuerdos internos en el congreso, para hurgar los renglones donde obtuvo pingues ganancias, junto con la élite burocrática.

En las primeras sesiones, la bancada del PRI, que comanda Manuel Medellín, perdió posiciones claves, como la gran comisión, oficial mayor, contador de hacienda y la cartera de vigilancia, lo que abonó la posibilidad de socavar rápido la endeble figura de Fernando Silva Nieto, que habló de auto exiliarse a Inglaterra donde ampliará su perfil académico.

En el trayecto del saqueo sin límite, Silva Nieto afinó un estilo de evadir cualquier cuestionamiento sobre los temas torales. Con una sonrisa de oreja a oreja, parsimonioso o a veces con un inocultable fastidio, hábil se salía  por la tangente. “Es un tema del que ya hablé demasiado y no volveré a tocar. No insistan por favor.” Y nadie lo hizo cambiar.

La fortuna del controvertido Fernando Silva Nieto puede cambiar, según sus propias versiones. Ya adelantó que existe un complot para afectarlo, cuando terminen sus gestiones. Lo cierto es que apenas empieza a vivir el costo del desprestigio, que renuente, se niega a pagar.

El libro Fernando Silva Nieto o el sexenio perdido, es la suma de artilugios que airoso, sin trabas, sin conflictos de conciencia, desplegó el cínico ejecutivo en beneficio propio, a costa de la comunidad. Si para Gonzalo Andrade, Silva Nieto es el más deshonesto de todos los gobernadores que han tenido San Luis Potosí hasta la fecha, el castigo debe ser también una regla de excepción.

 

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Entre burócratas, recomendados y ex titulares del organismo saldrá la terna del nuevo auditor

El ex contador mayor de hacienda del congreso del estado durante el cuatrienio de Horacio Sánchez Unzueta y contralor durante más de 2 años en el sexenio de Fernando Silva Nieto, Óscar Alarcón Guerrero es uno de los que aspiran a dirigir la Auditoria Superior del Estado. Es la segunda vez que participa para el cargo. En el proceso del 2014 donde se eligió a José de Jesús Martínez Loredo, también se anotó, pero fue descartado por los legisladores que se apegaron a la línea dictada por el secretario de gobierno, Cándido Ochoa Rojas, que suplantó a su jefe Fernando Toranzo en el mando. Martínez resultó un auténtico fracaso en el cargo.

            En la primera de dos entrevistas que sostuvo ante los legisladores integrantes de la cartera de vigilancia, como parte del proceso selectivo, Alarcón Guerrero se asumió como apartidista y aseguró que uno de los motivos por lo que decidió participar fue al ver la triste realidad en la que se encuentra la instancia, con una serie de dudas y señalamientos sobre su desempeño. Dijo que a 10 años de fundada la ASE, se hizo grande en personal. No cumple sus objetivos y se contaminó con el ejercicio de prácticas incorrectas. No es creíble ni tiene autoridad.

           Afirmó que incursionó en base a su trabajo “de ninguna forma por amistad o intereses con funcionarios o político alguno”. Pasó de la contaduría mayor de hacienda a la contraloría estatal invitado por los resultados obtenidos, sin tener amistad con el entonces gobernador Fernando Silva Nieto. Su plan de trabajo al frente de la ASE será coincidente con el sistema nacional y estatal anticorrupción. Constará de cinco líneas: capacitación permanente del personal. Revisar y adecuar los métodos de trabajo. Renovar la estructura de la ASE para incorporar otras áreas que dictan las nuevas leyes, como las unidades de investigación y sustentación. Implementar el sistema profesional de carrera y resolver conforme a la ley asuntos pendientes como revisar las cuentas públicas del 2016 cuyos informes rechazó el congreso. Prometió atender todas las denuncias ciudadanas con pruebas que se presenten y trabajar en forma coordinada con la cartera de vigilancia y su nueva unidad de evaluación que supervisará el trabajo de ASE, para recobrar la confianza de los ciudadanos en el ente fiscalizador.

            En su currícula, Alarcón detalló que al inicio de su carrera trabajó en el despacho del ex alcalde y ex candidato a la gubernatura por el PRI, Luis García Julián, que antes fungió como consejero ciudadano y presumía su apartidismo. Alarcón también fue socio y director de un despacho con el ex contador mayor de hacienda y ex secretario de finanzas, Jesús Conde Mejía. Laboró para varias empresas de la iniciativa privada y como auditor externo de organismos gubernamentales como la Feria Nacional Potosina, Colegio de Bachilleres y la delegación del Infonavit, entre otros.

|           Ocho de los 24 candidatos que compiten por la titularidad de la ASE, son trabajadores o ex empleados del órgano fiscalizador. Jesús Mejía Lira pretende ahora ocupar el lugar de su ex jefe, Jesús Martínez Loredo. Fungió del 2014 al 2015 como auditor especial de fiscalización municipal y sus organismos, de donde salió, según dijo a los diputados, porque no respetaron su trabajo y le cambiaban por arte de magia los informes, para lo cual no requerían de su firma. Lo que no les mencionó es que por 14 meses que laboró para la ASE, se le indemnizó con 281 mil 768 pesos. Las abultadas liquidaciones al personal fueron una constante en las fallas que se ventilaron. Mejia Lira fue director de administración en la Secretaría de Educación Pública donde tuvo de jefe al ahora gobernador Juan Manuel Carreras López, por lo cual se le ubica como una de las cartas del ejecutivo. También cuenta con el respaldo de algunos legisladores del PAN, ya que fungió como tesorero del ex edil Jorge Lozano Armengol, recordado por privatizar el servicio de limpia que entregó mediante una oscura maniobra a la firma Vigue. Mejía fue contralor con el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta y ha ocupado cargos administrativos en dependencias del gobierno estatal, como la oficialía mayor, secretaría de desarrollo agropecuario y comunicaciones y transportes. Es contador público y auditor. Cuenta con una maestría en administración pública y un doctorado en sociología de las organizaciones, que cursó durante un año en una universidad de París, Francia.

            En la primera entrevista con los diputados, Mejía Lira lamentó que la corrupción en el país vaya en aumento. Citó un estudio del Instituto Nacional de Competitividad, donde señala que es nefasta, disminuye las inversiones, derrota el empoderamiento, minimiza la credibilidad, afecta el bienestar social, reduce toda eficiencia, genera una mayor desigualdad y obstaculiza la justicia. Mencionó que datos del 2016, revelan que el costo de las corruptelas en México es del 10% del Producto Interno Bruto, cifra que equivale a casi 90 veces el presupuesto de la Uiversidad Nacional Autónoma de México, 8 veces el de la Seretaría de Desarrollo Social y 3 veces el presupuesto de la Secretaría de Educación Pública. “Con todos los cuestionamientos que se han manejado en la ASE, ¿ Cuánto no podríamos hacer con los recursos”.

            “La ciudadanía reclama una verdadera rendición de cuentas. Exige una gran transparencia y adecuado uso de los recursos públicos. Claridad en el ejercicio del gasto, que los reportes sean veraces, con evaluaciones que muestren el impacto, saber que la acción gubernamental causa efectos positivos a la comunidad”. Se pronunció por reforzar los mecanismos fiscalizadores, mejorar el desmepeño de la ASE para que en un plazo breve sea catalogada como una de las mejores del país. Dijo poder afrontar el reto. Prometió cumplir de manera cabal con todas las atribuciones que la ley le confiere. Hacer un análisis de las remuneraciones que perciben los empleados de la auditoria. Clasificar las observaciones que resulten de las auditorías, en graves, muy graves y regulares. Poner el acento en las más complicadas, aplicar las sanciones y procedimientos para evitar que prescriban, como ahora sucede. Presentar las denuncias penales y los juicios políticos que procedan. Dijo que va a trasparentar y dar seguimiento a todas las denuncias, quejas y solicitudes de los ciudadanos. Habrá de incorporar a la ASE a los mejores hombres y mujeres. Se basará en su capacidad técnica y honradez, no en amiguismos o compadrazgos. Buscará incorporar en el personal una mística de servicio, trabajo de calidad y un rechazo sistemático a las conductas deshonestas.

            Otra que aspira al cargo es María del Rocío Torres Armenta, actual jefa del departamento de servicio civil de carrera del órgano fiscalizador. En 13 años ha ocupado los cargos de directora de auditoria, contadora mayor de hacienda, encargada de despacho de la auditoria y coordinadora de organismos autónomos. Es hermana de José Guadalupe Torres Armenta, ex secretario técnico del gabinete con el gobernador Fernando Toranzo Fernández. Con Carreras permaneció en el mismo cargo hasta octubre del 2016. Sobre los Torres Armenta pesan acusaciones de tráfico de influencias y nepotismo. En la auditoria, además de María del Rocío, laboran sus hermanos Ruth del Consuelo Torres Armenta, que se desempeña como jefa de recursos humanos. Marco Antonio Torres Armenta es jefe del departamento del área legal y su cuñada, la auditora, Enedina Ibarra, es esposa de José Guadalupe.

            El portal La Orquesta ventiló en marzo reciente la denuncia de la empleada de la ASE, Laura de la Rosa Jiménez, cuyo seguro médico fue usufructuado y agotado sin su permiso por el ex funcionario José Guadalupe Torres Armenta y sus hijos Luis Alejandro y José Pablo Torres Ibarra, que aparecían como beneficiarios. La quejosa notificó la irregularidad a la administradora, Ruth Torres Armenta, que la ignoró, por lo que decidió presentar la querella ante la procuraduría de justicia.

            María del Rocío Torres Armenta es contadora pública certificada. Tiene una maestría en gestión pública, diplomados en contabilidad gubernamental, disciplina financiera y presupuesto basado en resultados. En respuesta a preguntas de los diputados, aseguró que no le temblaría la mano para iniciar procesos administrativos por fallas en el manejo de los recursos públicos, que por no estar sustentados los procesos u observaciones no prosperan. Dijo haber contribuido a lograr avances al rendir cuentas, en los puestos que ha ocupado, como auditar a los tres poderes del estado, que antes no se revisaban y los organismos autónomos como la universidad autónoma, que se resistía a ser fiscalizada.

            Aseguró que el ex auditor José de Jesús Martínez Loredo desde su llegada la vio como una enemiga por su honestidad. Supo que no se prestaría a sus malos manejos. Admitió haberse dado cuenta de las irregularidades que ocurrían en la dependencia, pero no tenía las pruebas para acusar a alguien. Expuso que con Martínez el personal cayó en el desánimo y decían que las observaciones las iban a negociar. Los aconsejaba cumplir sus tareas sin importar lo que pudiera hacer el auditor. Expuso que con el servicio civil de carrera que ya implementó, se eliminará la práctica de aceptar recomendados de diputados y funcionarios que no cumplan el perfil.  

            El ex coordinador de auditorias y ex auditor especial de fiscalización gubernamental y de los municipios, Camerino Hernández Gamboa, busca regresar a la ASE, pero ahora al puesto de auditor superior, cargo que pretendía desde que le ganó Martínez Loredo por su amistad y compadrazgo que siempre presumió con la ex presidenta del DIF y esposa de Fernando, la anestesióloga María Luisa Ramos, que lo metió a la nómina. El polémico ex funcionario fue acusado de maquillar y quitar observaciones de malos manejos a las cuentas públicas del 2012 y 2013 de ex alcaldes y funcionarios de Cedral a cambio de sobornos. En el 2016, antes de revelarse el escándalo de la ecuación corrupta en el congreso, que confesó el aún diputado panista con licencia Enrique Flores Flores, el ex auditor fue denunciado ante el congreso y la propia auditoria, por integrantes del organismo Huastecos Unidos Contra la Corrupción, que encabezó Isaías Rodríguez Ballesteros. Lo acusaron de haber reunido a varios ediles huastecos y ofrecerles todo el apoyo para el desahogo de las cuentas públicas y borrar observaciones a cambio de dádivas. Les aseguró que contaba con el respaldo de Flores.

            Hernández Gamboa, en su paso por la ASE, fue clave para que las cuentas públicas del exgobernador Fernando Toranzo salieran inmaculadas y fue un hostigador dentro de la dependencia para que se deslindara al ex mandatario de las observaciones que realizó el ex titular del órgano fiscalizador Héctor Vicente Mayorga Delgado del que Toranzo fue responsable de aplicar y no justificar el destino de casi 562 millones de pesos del polémico préstamo de mil 500 millones de pesos que solicitó el ex gobernador Marcelo de los Santos casi al final de su mandato. Lo que derivó en que fuera inhabilitado para ocupar cargos públicos ya que recibió una mega multa que le impuso el extinto contralor Isaac Delgado. Lo obligó a litigar en los tribunales.

            Camerino Hernández en el 2014 fue separado por un breve tiempo como auditor especial adjunto, que le creó exprofeso en la dependencia Martínez Loredo, para someterlo a una revisión interna. Presionado desde el gobierno, Martínez se vio obligado a desistir y volverlo a ocupar a los pocos días. En marzo del 2016 fue separado en forma abrupta al impedírle la entrada al edificio de la ASE. Le sellaron la oficina hasta realizar la entrega- recepción. Un día después de la bochornosa salida se difundió el audio de una supuesta amenaza de Hernández, donde despotrica contra Martínez.

           Camerino Hernández fue uno de los beneficiarios de las millonarias indemnizaciones que entregó a los despedidos Martínez Loredo. El auditor adjunto recibió más de un millón de pesos en dos cheques, por 476 mil 774 pesos en marzo y otro por 523 mil 225 pesos en abril del 2016. En la entrevista con diputados, Gamboa aseguró que nunca se le notificó la causa de su salida. En su arenga, señaló que la dependencia, lejos de cumplir su objetivo de ser un organismo autónomo, con fuerza para no politizar su trabajo y responder al reclamo ciudadano, de que haya un manejo honesto de los recursos públicos, ha servido para ensalzar a un solo individuo que castiga y perdona según le dicte su conciencia, intereses políticos y personales.

            Añadió que para exigir a los entes auditados actuar en forma responsable, la auditoria está obligada a predicar con el ejemplo y atender los principios de integridad, congruencia, transparencia y rendición de cuentas. Es una de las más atrasadas en el uso de las nuevas tecnologías de última generación, lo que coadyuvaría a mejorar el trabajo. Tener menos riesgos de errores humanos, un ahorro en gastos de viáticos, tiempo y programas de trabajo. Su plan lo resumió en cuatro ejes: administración interna, control y fiscalización, actualización tecnológica, trasparencia y controles anticorrupción. Mencionó que para eliminar triquiñuelas de los auditores, los rotaría cada trimestre y año.

            Pretende dirigir la ASE el abogado y asesor laboral de la dependencia, Óscar Omar Niño Rodríguez. En la entrevista con los diputados, admitió que tiene demandada a la instancia con un juicio laboral porque Martínez Loredo no lo indemnizó después de terminar sus obligaciones laborales. Tampoco le cumplió con el salario que le prometió. Le llevó a la dependencia 6 juicios laborales, de los cuales asegura que ganó 4 y 2 se encuentran pendientes. Trabajó también como asesor de la contaduría mayor de hacienda durante dos años y medio. Ahora es asesor del ayuntamiento de Matehuala, fue síndico en Villa de Ramos y asesor durante 5 años en Soledad.

En la etapa de preguntas, Niño dijo que su primera acción como auditor sería integrar un equipo de trabajo eficiente y con conocimientos básicos en auditoria. Aseguró que el órgano fiscalizador cuenta con esquemas eficientes, pero lo que hace falta es respeto mutuo entre el congreso y la dependencia en cuanto a sus ámbitos de competencia. “Si permiten la libertad, la auditoria va cambiar, se va sanear la imagen de la dependencia y el congreso”. Les dijo a los diputados que cometieron un grave error jurídico en cuanto a la forma y tiempo, al rechazar los informes finales de las cuentas 2016 de los municipios, que ya había aprobado la cartera de vigilancia, así como acordar en el pleno el rechazo a los informes de las cuentas de los tres poderes, sin argumentarlo. Por lo que incluso el procedimiento podría ser materia de una controversia constitucional, que retrasaría el dictamen hasta el 2021.

            Otro ex empleado de la auditoria que busca el máximo cargo es el litigante Juan José Frías Aguilera, que se desempeñó durante 7 años como coordinador de ejecución fiscal, hasta febrero del 2014 que fue despedido. Además de demandar a la dependencia para que lo indemnizara, denunció ante la procuraduría de justicia a Martínez Loredo y le promovió en el congreso un juicio político. Lo acusó de uso indebido de recursos públicos, no ser elegible para el cargo. Lo definió como un delincuente de cuello blanco. En contraparte, Frías fue acusado de extorsión y chantaje por ex presidentes municipales que entregaron a la auditoria escritos y copias de depósitos que le hacían por asesorías ficticias. Empleados de la dependencia lo denunciaron por acoso laboral. El litigante fue también asesor jurídico del congreso de 1990 a 1993 y director de ejecución fiscal en el ayuntamiento de Soledad del 2000 al 2002. En su encuentro con los legisladores, Frías expuso que la sociedad potosina exige y merece trasparencia, resultados positivos en el manejo de los recursos públicos. “La gente ya está harta de los actos de impunidad y corruptelas, de que las autoridades, lejos de aplicar la ley, se preocupan más por los intereses políticos y personales”.

            La actual encargada de la auditoria, Rocío Elizabeth Cervantes Salgado busca ser electa para el cargo los próximos 7 años. Cervantes tiene más de 22 años como empleada del órgano fiscalizador. Se ha desempeñado como auxiliar de auditora, auditora, supervisora de fiscalización municipal, coordinadora de auditoria especial de fiscalización gubernamental y organismos descentralizados. En junio del año en curso, se le designó encargada del despacho, tras la renuncia de Martínez Loredo y sus cercanos colaboradores. A Cervantes se le ubica como la carta secreta del secretario de gobierno, Alejandro Leal Tovías, para ser la próxima titular. Cuenta con el apoyo de por lo menos dos legisladores de la cartera de vigilancia. Podría integrar la terna que se someta a votación. En entrevista con los diputados, se le cuestionó sobre la existencia de la nómina secreta que operó Martínez. Las acciones a implementar para mejorar la deteriorada imagen de la auditoria y si estaba impedida para contender por el cargo. Cervantes adelantó que concluida la pesquisa sobre la nómina alterna, presentaría la denuncia ante la procuraduría. Afirmó no estar impedida para contender, ya que la ley interna contempla se reelija el titular. Cervantes cuenta con las simpatías del secretario de finanzas, José Luis Ugalde. Le dijo a los diputados que las corruptelas se deben a la falta de supervisión y no fomentar valores éticos entre el personal.

           Busca ser auditor superior, el actual director de administración y finanzas de la secretaría de comunicaciones y transportes del gobierno estatal, Víctor Lomelí Guerrero que hasta febrero del 2014 ocupó el cargo de contralor interno de la auditoria. En el sexenio de Marcelo de los Santos fue subdirector de recaudación y política fiscal. Desde el 2009 hasta 2013 trabajó en el ayuntamiento de San Luis Potosí como auditor, jefe de departamento y un breve tiempo oficial mayor.

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Carreras y Ochoa miden fuerzas en las elecciones internas de los notarios

En la elección del nuevo líder del Colegio de Notarios de San Luis Potosí, como en otros frentes, medirán fuerzas los seguidores del gobernador Juan Manuel Carerras contra los simpatizantes del influyente diputado federal, Cándido Ochoa Rojas, que tiene infinidad de adeptos en todas las dependencias, poder judicial, legislativo y varios ayuntamientos.

El que deja el cargo es Antonio Ávila Chalita, identificado con Ochoa. Se reeligió durante 4 veces consecutivas para completar 8 años de absoluta negligencia y frivolidad. Se dedicó a viajar por todo el país, en particular a Saltillo, a donde asistió a los concursos de paella. Nunca defendió al gremio en predicamentos, como al fedatario número 3, Rubén González López, al que acusaron de un fraude millonario por la venta de terrenos. Hace poco recuperó la libertad por esfuerzos propios.

Pero el caso de mayor escándalo que Ávila ignoró fue el del notario número 21, Gerardo Parra Espínola, al que, de manera abierta y sin escrúpulos, Cándido Ochoa trató de quitarle el fiat, ya que se trata de una de las instancias de mayor bonanza en la entidad.

Ochoa y Ávila Chalita tratan de mantener el control a través de la notaria número dos, Paulina de Antuñano Mier, que ocupó el cargo de secretaria. Cada miércoles acude a los encuentros ciudadanos del alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Juárez. Ochoa y Gallardo tienen un pacto de sangre a través del diputado local, José Guadalupe Torres Sánchez, que antes fue regidor, consejero y secretario del ayuntamiento de Soledad, enclave político del también empresario de pollos.

En el bloque de Ochoa figura el ex secretario de gobierno, Juan Carlos Barrón Cerda. Su ex jefe, Fernando Silva Nieto, lo trató de promover como candidato a la alcaldía de la capital. Se le ubica como el fedatario más influyente de la entidad. Casi dueño de los trámites que realiza el Infonavit, Fovissste e instituciones bancarias. El único que le compite es Parra, por lo que Ochoa trató de pulverizarlo.

También sigue a Ochoa el notario público número 22, Jacinto Lárraga, además, presidente de la Fundación Colosio. Otro es el fedatario número 28, Carlos Alberto Ordoñez Vogel, muy cercano a las directrices que le marca Lárraga. El ortodoxo notario número 4, Octaviano Gómez y la dos, Magdalena Sofía Foyo Mancilla. El notario 23, Juan Gerardo Zamanillo Olvera, hasta hace poco, secretario del gabite técnico de Soledad. Salió del cargo por intrigas del dirigente estatal del PRD, José Luis Fernández, ya que le podría entorpecer sus aspiraciones por convertirse en diputado local.

Carreras apuesta al triunfo con el notario número 17, Alfonso Leal Bravo, hijo del ex catedrático de la facultad de derecho de la universidad autónoma, Alfonso Leal Varela, lo que podría sumarle simpatías adicionales. Lo apoya el notario 15, Maurio Mier Padrón, hermano del ex diputado local panista y ex presidente de Industriales Potosinos, Carlos Mier Padrón.

En el ala de Carreras se apuntó el notario 36, el ex secretario de gobierno, Alfonso Castillo Machuca, brazo derecho del ex mandatario panista, Marcelo de los Santos Fraga. En el mismo bloque aparece el fedatario 33, Leopoldo de la Garza Marroquín, hermano del belicoso litigante, José Mario de la Garza Marroquín. Figuran los institucionales, el número 8, Roberto Castañón Ruiz, la 31, Laura Carrillo Farfán y el 7, Francisco Corripio Ahumada.

Leal Bravo busca aglutinar el gremio y acabar con las ilegales sucursales de notarías, como la de Foyo Mancilla en Villa de Reyes, cuando tiene su sede en Santa María del Río. Lo mismo hace el ex diputado local y ex dirigente del PRI, el notario 14, Miguel Ángel Martínez Navarro, quien tiene su domicilio en Melchor Ocampo 213, en el centro histórico, pero maneja una filial a través de su hermano, José Luis Martínez Navarro en Xilitla.

Leal busca romper el control monolítico de Ochoa y sus seguidores, que tratan de quedarse con los nuevos fiats y no se expidan más donde no existen, como en Salinas. O donde sólo hay un prestador del servicio, como en Venado y Villa de Arriaga, lo que provoca, se trate al ciudadano con prepotencia y costos elevados.

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Le exigen a Federico Garza encontrar a los desaparecidos

En medio de protestas de familiares, amigos y activistas que portaban pancartas, lonas con fotografías y datos de los potosinos desaparecidos, compareció ante los diputados locales el procurador de justicia Federico Garza Herrera, quien aseguró, hubo 314 personas en calidad de desaparecidas. Se han localizado 275, de las cuales 197 son mujeres y 128 hombres. Afirmó que en la actualidad, se busca a 39, de las cuales 19 son mujeres y 20 hombres. Las cifras del funcionario fueron rechazadas por los manifestantes que le gritaron “no es cierto, son mentiras, te ayudamos a contar».

El diputado del Verde Ecologista, Manuel Barrera Guillén, cuestionó la falta de avances en las investigaciones. Mencionó al ex policía, Mauro Basarte, hijo de la trabajadora del congreso, Alicia Alvarado. Le pidió ser sensible en sus respuestas a los familiares, ya que se trataba de personas y no de simples estadísticas. El procurador aseguró que existen diferentes líneas de investigación. Dijo entender el reclamo de los familiares, por lo que se hace todo lo necesario para localizarlos.

Barrera le espetó que no les convencían sus respuestas. El funcionario le señaló que no venía a convencer a nadie y que iba a informar los datos con los que se contaba en la dependencia. El legislador, molesto, abandono el recinto y salió con algunos familiares de las víctimas.

En su turno, la diputada panista Xitlálic Sánchez Servín insistió sobre el tema y calificó de irresponsables las declaraciones de Garza, al declarar en una entrevista, que las personas desaparecidas, se fueron con el novio. Exigió más trabajo y mejoras al nuevo sistema de justicia penal, donde las víctimas se vuelven culpables y los delincuentes inocentes.

Garza Herrera se defendió. Le respondió que no compartía sus apreciaciones, ya que nunca generalizó. Se refirió a algunos casos. Afirmó compartir la lucha que realizan los manifestantes a los que apoya con labores de 24 horas. Informó que en los próximos día se pondrá en marcha el protocolo Alba, para actuar en el caso de mujeres y niñas desaparecidas.

Le dijo a los diputados que el próximo año realizará una limpia de funcionarios en la procuraduría. Saldrán quienes no son efectivos. Se quejó de la falta de recursos y elementos de la policía ministerial, menos de los que se tenían en el sexenio de Fernando Silva Nieto.

Añadió que mil 66 funcionarios de la procuraduría se han sometido a investigaciones por actos de corrupción y otros ilícitos, de los cuales 80 son agentes del ministerio público. Se han consignado a 55 y el resto está en trámite en la visitaduría de la dependencia.

El legislador del PRI, Óscar Bautista, demandó se atienda a los familiares de los desparecidos y que la mesa especial de víctimas los mantenga informados de los avances en cada uno de los casos. Antes de la comparecencia de Garza, la activista Rocío Hernández, de la plataforma 24 A, leyó un manifiesto donde exigió el cese del funcionario por la falta de resultados en las pesquisas y detener la ola de violencia en el estado.

Garza atendió a varios de los afectados ante los que se comprometió iniciar el próximo jueves mesas de trabajo para atenderlos a todos. Una tía de la joven Cinthya Paola Castro, maestra desparecida el 4 de octubre, con lagrimas suplicó los respaldara para encontrar a los potosinos que no están presentes.

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Carreras sí manda… en la Oficialía Mayor

El gobernador Juan Manuel Carreras López se mueve en las inercias. Llegó al cargo para proteger las corruptelas de su antecesor Fernando Toranzo, como su primer gran encomienda. En un segundo momento, ha sido incapaz de dar un golpe de timón que cambie la lógica política que ha prevalecido. Su primer añor de gestiones lo usó para continuar el pésimo desempeño del galeno, lleno de fracasos. Fue indolente, ajeno a los problemas de los potosinos. Se mostró apático, abúlico, no genera esperanza. No entusiasma, no tiene rigor, vigor ni espíritu. Carece de aliento, visiones de cómo se debe conceptualizar el destino. Es un rehén por la falta de decisiones. Habla el consultor externo en temas políticos y legislativos, Oswaldo Ríos Medrano.

-Te has desempeñado como un crítico feroz de Carreras. ¿Cómo es que se impuso, cuando era el más pusilánime, el que menos opciones tenía, ya que compitió contra el magnate Juan Carlos Valladres. El dirigente nacional de los transportistas, Elías Dip. El ex diputado federal, José Ramón Martell. El ex diputado local, Jesús Ramírez Stabros?.

-La llegada de Carreras se explica por lo que el politólogo Jesús Reyes Heroles llamó ciencia, paciencia y circunstancia. Ciencia porque tiene un doctorado en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Paciencia, ya que como funcionario, se supo adaptar a las diversas coyunturas. Consiguió estar cerca del ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta. Logró algunos vínculos con el ex mandatario Fernando Silva Nieto. En la alternancia nacional, tuvo la habilidad de cobijarse bajo el proyecto político del panista Felipe Calderón. En la última parte del sexenio de Toranzo, a todo mundo sorprendió que Carreras, señalado por sus vínculos con los panistas, llegara a ocupar la cartera del ramo educativo donde manejó el 60% del presupuesto de la entidad. Le permitió hacer labores proselitistas con un tema tan loable como el de la enseñanza. Se le dio la alternativa de construir un acuerdo con el partido Nueva Alianza para moverse en una lógica de mayor libertad. La llegada a la Sege no la decidió Toranzo. Se hizo en la presidencia de la república, en un grupo cercano al presidente Enrique Peña, donde Carreras tenía vínculos que construyó años atrás. Era una corriente muy enquistada al ex secretario de hacienda, Luis Videgaray y el titular de turismo, Enrique de la Madrid. Es como se explica su ascenso, ya que no se le vio en la palestra estatal y nacional. Había entendido la ruta para llegar a la gubernatura. La construyó desde México. Su habilidad fue que nadie se percatara de su destreza para construirla. También supo de las mediaciones que hizo Toranzo y el gobierno federal para buscar una salida negociada. Cuando llega Carreras, Toranzo lo aceptó en su gabinete, porque ya había una serie de compromisos pactados de quién sería el candidato. No fue una decisión de galeno, que resultó un eficiente encomendador y ejecutor de las instrucciones presidenciales.

-Ya manejaste los resortes nacionales que impulsaron a Carreras. ¿No es mucho concederle a un personaje gris e inepto como Toranzo?. ¿No se debe rastrear más atrás, llegar al ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta, que trazó el camino con Fernando Silva, que antes de sucederlo, estuvo al frente del sector educativo?.

-El camino que siguió Carreras fue el que recorrió antes Silva Nieto. Incluso lo destapó en su cumpleaños el sindicato del magisterio. La llegada de Carreras a la Sege, el empoderamiento de los profesores, el uso político del Panal y la alianza a favor del doctor en derecho, fue un tema que en nada se relaciona con Sánchez Unzueta ni Silva Nieto. Se vincula al grupo cercano al presidente Peña Nieto, que desde años previos pulsó las aspiraciones de Carreras. Cuando llegó a la capital a relanzar su carrera política, ya venía con la bendición de la presidencia. Todo mundo creyó que Toranzo era un gran operador, al imponer a su candidato. La realidad es que no lo había elegido. Toranzo sólo se allanó a los términos de un relevo dirigido y planificado en Los Pinos con mucho tiempo antes de ser nominado. En todo caso, engañaron a los demás aspirantes, que se imaginaron con posibilidades cuando nunca estuvieron en el ánimo de Peña ni de Toranzo. Fueron acuerdos pactados.

-Muchos llamaron traidor a Carreras porque se puso la camiseta del PAN y le levantó a Calderón la mano en un mitin de la Plaza del Carmen. Después en un festejo de la Fundación Colosio, fue el orador central, contra la voluntad del presidente del PRI, Ángel Castillo, y otras gentes de rancia militancia.

-La imagen de Carreras con la playera del PAN donde apoya las campañas panistas, se explica por su amistad con Felipe Calderón. Toranzo lo designó como orador en el acto luctuoso de Colosio, un año antes de las elecciones. Hay dos espejos que influyen en la vida política de Carreras. Uno es lo que quisiera ser. Admira de manera profunda a Calderón, un ex presidente polémico. Hay un gran debate sobre sus decisiones de política pública, en el tema del combate a la inseguridad. ¿Fue o no la alternativa que se necesitaba para atemperar el fenómeno de la violencia?. Lo que no se puede negar a Calderón es que le entiende a la política y ejercicio del poder. El otro espejo es Toranzo, que lo cobijó para ser impuesto. Y si hay una característica distintiva de la forma en que ejerció el gobierno fue en realidad no ejercerlo. Fue un hombre claudicante. Explicaba sus decisiones a partir de arrebatos hepáticos. Un gobernador emocional, carente de resultados, muy corrupto. Solapó los saqueos que tuvo a su lado. Son los dos espejos donde se debate la figura de Carreras, que trata de definirse. Obtuvo de los dos impulso político para su proyecto personal. Lo que nos han explicado sus primeras acciones es que continúa el toranzato. No entiende que el voto obtenido en el 2015, era para el recambio

… continúa (tomado de la versión impresa, SEPTIEMBRE 2016)

 

 

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Carreras no resuelve el mínimo problema, opta por esconderse de la ciudadanía

A el primer año del sexenio del doctor en derecho, Juan Manuel Carreras, no se notan cambios sustantivos respecto a su antecesor Fernando Toranzo. Su desempeño ha sido catalogado como opaco, nulo y sin ningún interés por sacar adelante a la entidad. “No existe el ánimo por atender las cuestiones de seguridad, donde existen serios problemas. En algunas carreteras no se puede transitar a ciertas horas, las controlan grupos delictivos. Traer gente de otros lados para atender el asunto, no es la mejor alternativa, porque responden a intereses personales. No hay oportunidades para los jóvenes. La pobreza en las zonas marginales y rurales se acentuó. Faltan nuevas fuentes de trabajo que permitan superar la difícil circunstancia económica que se vive. En lo educativo, acaban de iniciarse clases en las universidades, donde creció el número de rechazados. Los costos son casi iguales a los centros privados. En el tema de la salud, el hospital central está saturado y los médicos no dan abasto en atender a los más necesitados. Sin duda, lo único que podemos notar es una política del menor esfuerzo. Es decir, no hay interés por atender algún rubro», destacó el dirigente estatal del Movimiento de Regeneración Nacional, Sergio Serrano Soriano.

El ex candidato a gobernador indicó que «si hacemos un recuento del desempeño de Carreras, nos encontraríamos que ha sido nulo. Apenas inauguró el libramiento Valles-Tamuín, que fue una obra de varios sexenios atrás. Se habla que reforestó la Sierra de San Miguelito, un tema que maneja cada gobernador que pasa, sin resolverlo. El congreso local lo exhortó para que fuera declarada área natural protegida, pero hizo caso omiso, prefiere proteger los intereses de los desarrolladores urbanos. Sobre el tiradero tóxico de Palula, lo más cercano que hemos escuchado es lo que dijo el secretario de gobierno, Alejandro Leal Tovías, que es de Matehuala. Comentó que apoyarán a la empresa. El gobernador Carreras no habló al respecto. Aunque buscan llevarse el agua de la huasteca a Monterrey, el señor se quedó callado, sin meter las manos. Ahora tienen el proyecto del metrobús, que según mi punto de vista, sólo habrá de empeorar los problemas con los vecinos de las zonas donde cruzará, ya que tumbarán miles de árboles. No van a reponer ninguno».

Serrano recordó la gris campaña de Carreras. «Siempre buscó pasar desapercibido en los debates, como lo hace ahora. Se llegaron a cancelar algunos porque no acudió. No quería que se tocara cualquier asunto, ya que no era capaz de hacer alguna propuesta. Lo sorprendente es que trabajó como burócrata del ex presidente Felipe Calderón y el ex gobernador Fernando Toranzo. En los debates, lo cuestioné, qué iba a hacer con las tropelías, abusos y desfalco de recursos que hizo su ex jefe. Bajó la voz para decir que lo iba a castigar. Existen evidencias de los malos manejos, pero no hace nada. El alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Juárez, ya se le montó, parece el verdadero gobernador. No podemos olvidar que Carreras ganó con la compra de votos. Hizo un acuerdo con Gallardo, para que lo apoyara, en lugar del perredista Fernando Pérez Espinosa. Provocaron una mezcolanza, lo que aumentó las dudas de la gente sobre la verdadera ideología de los partidos”.

«Podemos decir que tales tratos y corrupciones que existen en la entidad provienen de la etapa del ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta y Fernando Silva Nieto. Son los que mantienen el control político desde hace muchos años. Imponen personajes cada vez más opacos, que no están dispuestos a hacer algo por la ciudadanía. Lo único que les interesa es mantener el estatus quo, para vivir cómodos. No tiene deseos de gobernar. Ni siquiera resolver problemas tan mínimos como el de los taxistas con Uber. Lo único que podemos esperar es que todo se deteriore, dejar un gran espacio para que otra gente actúe, como la delincuencia organizada. Sin duda, Juan Manuel Carreras, no ha sido más que un burócrata de medio pelo, que sólo le interesa su beneficio. Después buscará esconderse más y adoptará actitudes como las de Toranzo que en los últimos años de sus gestiones, se volvió prepotente, capaz de cometer cualquier fechoría y actos de fuerza contra la gente».

«Toranzo cuando menos hizo el intento de castigar algunos desmanes, como los de la ex vocera gubernamental, María Luisa Paulín. Encerró también al ex secretario de finanzas, Joel Azuara y le fijó una multa estrepitosa al contador público Marcelo de los Santos Fraga. Pero Carreras no castigó a su ex jefe por los negocios que hizo junto con su familia. Ahora de nuevo, todos meten las manos a las arcas, prefieren nadar de a muertito. Estamos inmersos en un mar de corrupción. Prevalece una cultura política nacional que permite a las autoridades sacar ventaja de sus actos. No hacen nada por la entidad, porque saben que no habrá consecuencias de ningún tipo. Cuando termine su periodo, habrá alguien del partido que sea que les cubrirá las espaldas. Es lo que sopesan para no rendir cuentas a nadie”. Serrano enfatizó que ante la ausencia de Carreras en su gobierno, las prácticas corporativas y clientelares del alcalde Ricardo Gallardo Juárez ganan terreno.

El doctor en derecho le ha permitido crecer al edil, que con su populismo se afianza, es un peligro, un cacique al estilo de Carlos Jonguitud y Gonzalo Santos. «Lo único distinto es que el perredista reparte despensas y purificadoras de agua con los recursos que se deberían destinar para obras que beneficien a los potosinos, brindar servicios eficientes y generar empleos. Pero la ciudad está llena de baches. Prometió resolverlos en 100 días, después en un año, que ya concluyó y el problema sigue igual. El gobierno estatal y municipal no sirven para revolver ningún tipo de problema. Uno se esconde y el otro hace proselitismo electoral. El panorama para San Luis Potosí es de desconsuelo. Ojalá que Carreras tome las riendas o la ciudadanía se hundirá en la espiral de la delincuencia, inseguridad, corruptelas, pobreza y desempleo».

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Carreras presume logros del primer mundo

Sin protestas incómodas y con un escenario repleto de empleados uniformados de los programas federales como Prospera, Seguro Popular, desayunos escolares que fueron colocados en forma estratégica en la sala principal del Centro de Convenciones, y que las cámaras de televisión mostraban cuando se mencionaron los logros alcanzados en tales rubros, el doctor en derecho Juan Manuel Carreras López rindió su primer informe de actividades donde destacó la llegada de las armadoras de automóviles, General Motors, BMW y Ford. Las tres gestionadas por el gobierno federal.

Aseguró que ahora la entidad se convirtió en polo mundial de la industria automotriz. Ocupa el sexto lugar en inversiones extranjeras y cuarto nacional con menor tasa de desempleo. En el halagueño recuento manejó incontables cifras que aludían a un sitio del primer mundo. Como lo dijera antes al asumir el cargo y empecinado en garantizarle impunidad a su antecesor e impulsor Fernando Toranzo, reiteró combatir las corruptelas y respetar la libertad de prensa. Como lo marca la norma federal, mimético, insistió en que se contará con un sistema estatal anticorrupción y un fiscal independiente, por lo que ya se encuentran las iniciativas en el congreso.

Aunque las cifras y hechos lo desmienten, machacó que San Luis es un estado seguro, comparado con otros. Lo ubicó entre los 10 con menor incidencia delictiva. Ocultó el incremento que se registró en su primer año en ejecuciones, secuestros y robos a domicilios. La procuraduría de justicia no cuantificó tan solo en el año anterior, 10 mil 231 hechos delictivos. Exaltó que la dependencia se modernizó en términos administrativos como nunca en la historia. Presumió castigar a los feminicidas, pero sin dar cifras ni referentes.

Aseguró que el combate al rezago educativo «no tiene precedentes», ya que hay más y mejores escuelas. Las matrículas en el ámbito medio y medio superior registraron incrementos del 5 y 5.5%. Aunque en las clínicas faltan médicos y medicinas, resaltó que en el rubro de salud, San Luis Potosí ocupa el primer lugar nacional con mayor cobertura de acceso, con un millón 506 mil potosinos afiliados al Seguro Popular. Con el apoyo del gobierno federal va a transformar el Hospital Central en otro de especialidades, en los próximos dos años.

Aunque han crecido los flujos migratorios a Estados Unidos, por la falta de apoyo a los campesinos, Carreras alardeó que logró incrementar las cosechas agrícolas en un 6 %, lo mismo la pecuaria. Se concluyó el histórico y rezagado Pujal Coy. “Nos preparamos para tener un campo fuerte y con mayor rentabilidad». Habló de logros en infraestructura carretera. Aludió al presidente Enrique Peña Nieto que inauguró el libramiento Valles-Tamuín. Anunció para el 2018 un nuevo aeropuerto que construirá la iniciativa privada.

Aunque sus colaboradores y un ejército de simpatizantes trataron de proyectarlo como un gobernante entusiasta y cumplido, por enésima vez le quitó los reflectores el polémico y protagonista alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Juárez, que desde su llegada al recinto, acaparó a reporteros, fotógrafos y seguidores que buscaron saludarlo y tomarse una placa, como si fuera un artista internacional. Fue el único edil que llegó hasta la escalinata del Centro de Convenciones en su lujosa suburban, rodeado de acompañantes y guaruras. Los demás munícipes tuvieron que caminar, ya que no permitieron la entrada de vehículos. Perdido en la multitud, solitario, cabizbajo, con el leve cojeo de una pierna, apareció el maximato en declive, Horacio Sánchez Unzueta. Ex jefe de Carreras, que lo aludió como invitado junto a los otros ex gobernantes, Florencio Salazar, Teofilo Torres Corzo y Fernando Silva Nieto, al término del informe, Sánchez Unzueta se retiró discreto, en el anonimato. Gallardo, por su parte después de múltiples y fáciles entrevistas, incansable de saludar a quienes lo buscaban, entró al recinto, acompañado de su escudero y fiel sirviente, el edil de Soledad, Gilberto Hernández Villafuerte. Lo volvieron a abordar más reporteros tardíos, pero una bola de asistentes le abrió paso para que entrara al sitio, porque estaba por comenzar el mensaje de Carreras.

Ya sólo faltaba el doctor en derecho en rendirle pleitesía a Gallardo, al que aludió en sus saludos de los invitados especiales, que encabezó el secretario de salud, José Narro, A los demás alcaldes los mencionó en lo general. En cambio los subordinados de Carreras que organizaban la entrada al salón fueron groseros con el edil de Tanlajás, Domingo Rodríguez Martell. Con el de Ahualulco, Federico Monsiváis y con el de Tampacán, Filemón Hilario Flores. En la lista se sumó al de Tamuín, Aquismón, Alaquines, Cedral, Armadillo, Villa de la Paz y un regidor de la capital del PT a los que no les ofrecieron un asiento. Tuvieron que escuchar parados más de 10 minutos.

Alentados por Rodríguez Martell, los alcaldes, molestos, se negaron a ocupar los asientos que con apuros, les encontraron los organizadores y edecanes. Les dijeron que iban a acceder si estaban todos juntos. Incluso amenazaron con retirarse. En un acto desesperado, los anfitriones optaron por levantar a otros invitados para acomodar a los quejosos. Al término del acto protocolario, la edil de Alaquines, María Leónides Zecaida López, se quejó de la descortesía por desplazar de lugares a otros invitados. Resaltó que los ediles ya tenían un sitio reservado que no se respetó.

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Carreras le garantizó impunidad a Toranzo por haberlo promovido como su relevo

Rehén de las facciones que lo llevaron al cargo, acusado de ganar los comicios con un fraude de estado, vilipendiado por el alcalde de la capital Ricardo Gallardo Juárez, que lo ha enterrado con su atroz protagonismo, a casi un año de omisiones, el mandatario Juan Manuel Carreras no tiene una obra significativa que sintetice el cambio lleno de esperanzas que prometió a los potosinos. Aunque alardeó castigar las corruptelas e impunidades, se convirtió en un feroz defensor de los latrocinios cometidos por su antecesor y principal mecenas, el galeno de bajísimo perfil, Fernando Toranzo, que se confabuló con el actual diputado federal, Cándido Ochoa Rojas, un factotum con gran influencia en el gabinete estatal, poder legislativo y judicial. Acusado de traicionar al PRI para brincarse cómodo al sexenio del panista Felipe Calderón, Carreras también fue exhibido de alterar sus declaraciones patrimoniales que acrecentó desmedido como titular del sector educativo. En su corto mandato, las ejecuciones, secuestros, robos y asesinatos se incrementaron en términos geométricos. Su gran respuesta institucional fue que Guanajuato está peor. Huidizo, sin carácter, complaciente con los diversos grupos que lo presionan, ha optado entronizar el esquema del dejar hacer y pasar. Sus propios correligionarios lo han estigmatizado: Toranzo y Ochoa lo pusieron de tapadera. Incluso, que ya formó su propio equipo de recaudadores, para saquear las arcas.

En la amplia gama de aspirantes a la gubernatura, Carreras era el que menos opciones tenía, por renunciar a su sempiterna doctrina para convertirse en repentino panista y colaborar con su ex compañero de la Escuela Libre de Derecho, Felipe Calderón, que lo ubicó como director de la Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra y luego titular del Fideicomiso de Ahorro de la Energía Eléctrica. La llegada de Carreras tiene como histórico antecedente la debacle del PRI en Soledad, donde en 20 años no han podido recuperar la alcaldía por las diversas negociaciones de las cúpulas. La debacle comenzó con el ex gobernador de cuatro años, Horacio Sánchez Unzueta, que para desmantelar el cacicazgo del ex líder de la CTM, José Guadalupe Vega Macías, para derrotar a su hija, Magdalena Vega Escobedo, infló como adversario a través del extinto Partido Auténtico de la Revolución Democrática, a su delfín, el litigante Roberto Cervantes Barajas, que se impuso sin mayores dificultades. Protegido por su oscuro impulsor, repitió después en la alcaldía con las siglas del PRD. En las dos veces exprimió el erario para su ventaja personal. Además de otros padrinos, Carreras inició su despegue local a la sombra de Sánchez Unzueta y su alfil Fernando Silva Nieto, que lo hicieron delegado de programación y presupuesto, secretario de desarrollo social, secretario de finanzas y diputado federal, donde trabó amistad con Calderón.

Pero a Carreras también lo favoreció su tarea de cargarle el maletín al que se desempeñó como embajador de México en Chile, Gonzalo Toribio Martínez Corbalá, «maestro político» del ex presidente Carlos Salinas que lo puso al frente del Issste y del Infonavit. Luego lo envió de gobernador interino, para suplir a otro interino, Teófilo Torres Corzo. Además lo usó para ensayar la asonada reeleccionista, que le pudo servirle para perpetuarse otro sexenio. Martínez Corbalá obligado a convocar a nuevos comicios, renunció a su encargo temporal para registrarse como el favorito de la charada electoral. Las protestas alcanzaron rango nacional y pudieron desencadenar una revuelta civil. En su desastroso paso por San Luis, siempre tuvo de confidente cercano a Carreras López. Para contener y desacreditar al líder cívico Salvador Nava, Salinas determinó que concluyera el sexenio su yerno Horacio Sánchez Unzueta, que tuvo de fáciles opositores a su suegra, Concepción Calvillo Alonso. Por las concertacesiones de Salinas con la dirigencia nacional, aceptó fácil la derrota el panista Jorge Lozano, que luego fue premiado como senador y alcalde de la capital, donde hizo millonarios negocios. Desde entonces Sánchez Unzueta se convirtió en el maximato. Impuso en la contienda interna a su alumno Fernando Silva Nieto en detrimento del último dirigente del llamado Grupo Universidad, Juan Ramiro Robledo.

Sánchez jugó un papel capital para colar al falso panista Marcelo de los Santos, que se dejó ganar con fraude para favorecer a Silva. En una segunda oportunidad, de manera simultánea, casi ajeno a la influencia del centro, manejó la pactada alternancia para empujar la llegada del contador público. Ahora el sacrificado por el PRI resultó el ingenuo ex alcalde de la capital, Luis José García Julián. En la etapa de Marcelo de los Santos, el poder tras el trono ubicó como secretario de salud al médico de escasas luces, Fernando Toranzo, donde empezó una silenciosa campaña con fines sucesorios. Horacio Sánchez tenía una doble encomienda, enterrar para siempre al único contrapeso histórico que hubo en las filas panistas, al ex senador y ex edil de la capital, José Alejandro Zapata Perogordo. Nunca se creyó que fuera el candidato, compadre y amigo cercano de Calderón, con el que se había distanciado cuando decidió apoyar al ex gobernador de Guanajuato, Carlos Medina Plascencia, en la lucha por alcanzar la presidencia de la república. Sánchez, aliado a Marcelo de los Santos, armaron la celada. Toranzo tenía 12 años de ventaja, ya que con Silva fue director del Hospital Central Ignacio Morones Prieto y diputado local. Para evitar el desgaste, fue destapado en la fase final de los registros. Zapata mordió el polvo. Sánchez Unzueta le dio una segunda tunda cuando intentó buscar otra vez la alcaldía de la capital. Lo doblegó con el novato ex rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Mario García Valdés.

Renuente a extinguirse, Zapata insistió en buscar la gubernatura. Sin conexiones en las altas esferas de la burocracia partidista, fue pisoteado con chicanas en la pelea interna por el llamado Círculo Azul, que capitanea el ex diputado federal, Juan Pablo Escobar, que coló a la senadora Sonia Mendoza. Cuando Toranzo asumió el cargo, se volvió introvertido, visceral, bipolar, energúmeno. Sin embargo, no pudo zafarse de la cadena que lo ató a Sánchez Unzueta, que se convirtió en el inamovible presidente del patronato para regenerar el centro histórico, donde no rinde cuentas a nadie de las cifras millonarias que maneja. Mantuvo a su esposa Concepción Guadalupe Nava Calvillo como directora del Consejo Tutelar de Menores. Hizo secretario de desarrollo urbano, obras públicas y vialidades a su cuñado, Luis Alfonso Nava Calvillo, que salió por entregar a sus cuates en licitaciones amañadas, los contratos más boyantes. Por sus constantes ataques de rabia, Toranzo logró correr a los dos brazos derechos de Sánchez Unzueta, el asesor jurídico, Leonel Serrato y al jefe de asesores, Juan José Rodríguez Medina, que se convirtió en un feroz crítico del galeno como articulista del diario Pulso, donde antes fue director ejecutivo. El cirujano desmanteló el 90% del gabinete original por sus ataques de coraje. Optó irse de pesca, abandonó las oficinas para no atender a la ciudadanía. Le dejó la casa de gobierno a un hijo recién casado. Compartió el poder con su esposa, la presidenta del DIF, María Luisa Ramos Segura, que hizo incontables negocios con la hacienda pública, junto con el secretario de gobierno, Cándido Ochoa, que enquistó hasta la fecha, la mayoría de las dependencias con incondicionales. Entonces se habló que en San Luis había tres gobernantes. El ex director de los parques Tangamanga, Martín Toranzo, pidió cárcel para el poderoso trío, por corruptos.

Después de la primera campaña para la alcaldía de Soledad, el comerciante pollero, Ricardo Gallardo Juárez, casi quedó en la bancarrota, vencido por el panista Juan Manuel Velázquez. Lo oxigenó Toranzo y Sánchez Unzueta, que en su cruzada para desmantelar los mínimos contrapesos regionales, tenía como meta pendiente acabar con el reducto del cacique Mario Velázquez, padre de la dos veces candidata del PRI, Amalia Velázquez, cuyo futuro ya estaba hipotecado. Entonces iba a edificar uno nuevo, bajo su férula, pero más peligroso. Con el respaldo de Toranzo, Ochoa y Sánchez Unzueta, Gallardo le ganó fácil al panista Gerardo Zamanillo, al que ya había vendido el dirigente estatal del PAN, Héctor Mendizábal, que escaló posiciones por el usufructo de incontables derrotas. Gallardo siempre buscó contender por el PRI, peros sus impulsores lo contuvieron para mejores coyunturas. Protegido por sus financiadores, Gallardo trazó un plan para eternizarse en Soledad. Se le vinculó a grupos criminales para golpear e intimidar a sus enemigos, compró en cantidades millonarias la complicidad de la prensa y recurrió al populismo para enraizarse en las clases marginales. Le heredó el cargo a su hijo, Ricardo Gallardo Cardona. Juntos se enriquecieron al extremo de la hacienda pública. Para evitar sobresaltos, salpicaron benévolos a todo mundo. Pero fueron abandonados cuando Gallardo Cardona fue detenido por malversar 200 millones de pesos y presuntos vínculos con la delincuencia organizada. Sánchez Unzueta, Toranzo y Ochoa, le garantizaron al presidente Enrique Peña que podrían mantener la gubernatura si le sacaban doble provecho a la captura del ex edil, que era el preferido en las encuestas para relevar al fallido galeno. Negociaron con el padre entregarle la capital, Soledad, cinco curules locales, dos federales y otros ayuntamientos a cambio de los más de 200 mil votos que le consiguió a Carreras, que esperó sentado la victoria. La inminente alternancia con la panista Sonia Mendoza se esfumó por el mega fraude electoral que hizo ganar a Carreras. Gallardo Cardona al año recuperó su libertad…continúa (tomado de la versión impres, JULIO 2016)