Después de adueñarse del PRD con métodos gansteriles, resultó inverosímil que el diputado federal Ricardo Gallardo Cardona renunciara a una militancia de 17 años y dejara el control de la bancada a su ex correligionaria Verónica Juárez Piña. Repitió la misma maniobra que antes usó con su padre, Ricardo Gallardo Juárez, para obtener el manejo absoluto de la dirigencia estatal del partido. Uno se registró por Alternativa Democrática Nacional. Otro por Nueva Izquierda. En el trayecto para conseguir y mantener el usufructo de la franquicia, ni siquiera se salvó el actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. Los ex alcaldes de Soledad lo secuestraron en el río Santiago, para imponerle la agenda que más les convenía entonces. Cuando quiso poner freno a las desbordadas ambiciones de los Gallardo, el ex delegado Antonio Ortega, hermano del ex dirigente nacional, Jesús Ortega, fue atacado a batazos. El ex líder local Alfredo Guadalupe Zamora Marín, denunció que la militancia estaba secuestrada por viles hampones, que se adueñaron de la mayoría de posiciones a través de métodos violentos. Lo que le valió, fuera abofeteado en público por Gallardo Juárez.
Con el erario y el garrote en la mano, sepultaron a las mínimas expresiones opositoras. Sin trabas, en los últimos meses impusieron al frente del partido a la ex regidora y ex diputada federal, Érika Briones, actual edil en Villa de Reyes. Luego siguió el ex munícipe interino de Soledad, José Luis Fernández, ahora chofer de Gallardo Cardona. Agarró la estafeta el otrora conductor del diputado, Ignacio Segura Morquecho. Expertos simuladores, con la última jugada del hijo, el binomio ganó doble. Consiguieron de López Obrador total impunidad por sus incontables latrocinios y atropellos. Atrás quedó la promesa de campaña que hizo ante la elite empresarial de San Luis donde alardeó “qué me dura el par de mafiosillos”. Si Galllardo Cardona hizo la finta de abandonar el PRD, el padre se mantuvo ajeno al bandazo, junto con sus subordinados. Segura Morquecho destacó que era respetable lo que decidió su jefe. Le deseó éxito en los planes que maneje a futuro. Resaltó que su tarea es fortalecer al partido en la entidad para convertirlo en la primera fuerza electoral y responder con mayor eficacia a la gente. El legislador local y ex tesorero de Soledad y la capital, Emanuel Hernández, aseveró que no dejará al ente que le debe el cargo. Negó que la salida de Gallardo afecte su agenda laboral ni la partidista. Tampoco se irán en masa a Morena.
Después de salir de las mazmorras, previos a los comicios, se mencionó a Gallardo Cardona como aspirante a suceder a su padre en la alcaldía de la capital, donde buscó reelegirse, pero fue sepultado por el panista Xavier Nava. También se le ubicó en intrincadas negociaciones para buscar la senaduría. Terminó como candidato a legislador por el segundo distrito que abarca todo el municipio de Soledad, donde en los últimos 12 años, los Gallardo se enraizaron a través de programas clientelistas y electorales. En el camino dejó al ex edil interino, José Luis Fernández, alias El Chiquis, ahora su chofer, al que atribuyeron como “méritos”, ser el autor intelectual del episodio tipo mafia italiana, de arrojar cabezas de cerdo afuera de las oficinas de Morena, un día previo a las elecciones de gobernador en el Estado de México, donde el PRD se coaligó al PAN y Movimiento Ciudadano. Cuando Gallardo fue designado coordinador de bancada, varios medios nacionales recordaron que se trataba de un delincuente, procesado por un desfalco que superó los 200 millones de pesos. El dinero salió de las arcas de Soledad y terminó en sus cuentas personales. También lo acusaron de tener presuntos vínculos con el crimen organizado.
El gran inquisidor de Gallardo Cardona fue el ex dirigente nacional Carlos Navarrate, quien exigió investigarlo a fondo. Lo conminó someterse a pruebas de rigor con la Procuraduría General de la República. Le exigió al entonces dirigente estatal, Alfredo Zamora, reunir todos los elementos probatorios de una conducta delictiva. El resultado fue un abultado expediente criminal, que ayudó a desencadenar la orden de arresto del también comerciante pollero que estuvo preso once meses en el penal de máxima seguridad de Hermosillo, Sonora. Temeroso de sufrir la misma suerte, Gallardo Juárez se replegó. Con el tiempo encima, sin opciones para cambiar candidatos, Navarrete se doblegó. No pudo evitar que el ex munícipe de Soledad se adueñara de la estructura electoral y colara a los cuadros que se le antojaron. Fue como logró más de 300 mil votos, con los que doblegó sin esfuerzo al abanderado del PRI, Manuel Lozano Nieto y al favorito en las encuestas, Xavier Azuara, que casi se infarta por el revés. Aunque también se espantó por el súbito secuestro y ejecución de uno de sus coordinadores de campaña, José Luis Ramos Pacheco. La ola populista de los Gallardo los llevó a ganar varias diputaciones locales y otras alcaldías, como Soledad, que la retuvieron con el pelele Gilberto Hernández Villafuerte. Se especuló que gracias al cruce de votos, ayudaron a que el PRI mantuviera la gubernatura. Una de las razones por las que no han sido llamados a cuentas por los saqueos impunes de las haciendas públicas.
Gallardo Cardona justificó la huida con una carta en la que se puso de héroe, víctima, se curó en salud y escupió hacia arriba. Argumentó que se iba del PRD porque se alejó de las convicciones de izquierda al haberse aliado con el PRI en el Pacto por México y la derecha por no tener candidato presidencial. Olvidó que hicieron lo mismo en San Luis, donde con chantajes, doblegaron al entonces dirigente estatal, Xavier Azuara, actual diputado federal. En la misiva, añadió que su ex partido cerró los espacios de diálogo directo entre los militantes y la gente. Olvidó los valores de la solidaridad. “Lo que sigue es muy claro: trabajar de manera honesta por México. Hacer equipo con los que buscan resolver los principales problemas del país, como la corrupción, la pobreza y la inseguridad. Convoco a los chambeadores, a los que venimos desde abajo, a seguir unidos. No tengan dudas, se viene lo mejor para el estado”.
“Hay tres valores que me acompañan desde niño y serán por siempre. El trabajo duro y con energía. La honestidad, hablar de frente y cumplir el acuerdo empeñado. Ver por los demás, si nos va bien a todos, se logra el progreso y armonía que necesitamos en la familia, estado y país. Con tales valores construí un proyecto personal muy claro, que es servir a los demás. En 17 años fomentamos un espacio donde servir a la gente de San Luis Potosí, un estado que amo de manera profunda, donde desarrollé mis convicciones, mi pasión por el trabajo y el servicio. Al saber que los tiempos de dios son perfectos, anuncio que mi ciclo de militancia con el PRD llegó a su fin”. En conferencia de prensa alardeó que “mi partido está confundido. No encuentra la puerta para salir. Un día votamos con ideales de derecha, otro con los de centro y cuando se acuerdan con los de la izquierda”. Con Gallardo se fueron además Lilia Villafuerte, Luz Estefanía Rosas, Carlos Torre Piña, Emanuel Reyes, Raymundo García, Mauricio Toledo, Héctor Serrano y Xavier Salinas, que rápido se sumó a Morena. Los demás se definen como independientes.
Algunos diarios dijeron que los cismáticos del PRD eran unas “fichitas”. Recordaron que Gallardo tuvo vínculos con grupos criminales. Junto con su padre, enfrentan denuncias por enriquecimiento ilícito. Se le conoce como el diputado metralletas, ya que se publicitó cuando portaba rifles de alto poder que sólo debe usar el ejército. Toledo fue señalado de pedir “moches” cuando estuvo como alcalde de Coyoacán. Lo acusaron del desvío de recursos del fondo para reconstruir la ciudad de México después del sismo del 2017. Serrano fue líder de la corriente Vanguardia Progresista. Como secretario de gobierno con Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, manejó a su arbitrio los recursos. Tan sólo en el 2015, tuvo acceso a 2 mil 900 millones de pesos que destinó para solventar las necesidades de los diputados, gobernadores y otros delegados del PRD y sus aliados. Metió a la nómina a 13 familiares que ganaban en conjunto 101 mil 579 pesos. El dirigente nacional del partido, Ángel Ávila Romero, acusó a los desertores de servir a intereses personales, no de la república. “Tocan la puerta y no les abren. Sólo quieren sus votos. No pretenden ser independientes. Buscan impunidad por sus corruptelas. Hay acuerdos en lo oscurito y bajo la mesa”. La nueva coordinadora de bancada, Verónica Juárez, precisó que los apóstatas “serán funcionales a Morena para avalar la reforma educativa, consulta popular, revocación del mandato, prisión preventiva, guardia nacional y presupuesto 2019”.
La fractura del PRD le permite a Morena tener mayoría calificada con 258 votos. El PAN alcanza 78. El PRI, 47. El Partido Encuentro Social, 29. El Partido del Trabajo, 28. Movimiento Ciudadano, 28. Verde Ecologista 11 y PRD 10. Al sumar los votos de sus aliados el PES, PT, Verde y PRD, Morena logra 335 sufragios, uno más de los 334 que necesita para conseguir las reformas constitucionales. Algunas versiones apuntan a que el jefe de los senadores, Ricardo Monreal, fue el artífice de la ruptura del PRD, ya que se dedicó a “juntar basura de todos lados”. El director del portal electrónico, Close Up, Fernando Díaz de León Cardona, el panegirista más belicoso de los Gallardo, al que colmaron de contratos millonarios de publicidad y le abrieron la nómina a varios familiares, circunspecto, reveló que su mecenas mantiene un trato cercano con el líder de la bancada de Morena, Mario Delgado, para sacar adelante las iniciativas de López Obrador. Pero se requería llegar a acuerdos políticos. Recordó que el PRD “le puso el dedo, por lo que le fincaron procesos legales que cancelaron de manera temporal sus aspiraciones”. Delgado acudió a una boda a San Luis y después se exhibió con Gallardo afuera del café La Parroquia, con lo desataron una serie de especulaciones en torno a que el comerciante pollero buscaría tener el control estatal de Morena. Por todos lados se dieron las descalificaciones intestinales de rechazo. El actual dirigente, Sergio Serrano, indicó que Gallardo no tiene cabida a nivel local, por sus corruptos antecedentes.
Incluso en el ámbito nacional, va a demeritar los planes de López Obrador si decide sumarlo. El ex candidato a la alcaldía de la capital, Agustín de la Rosa Charcas, al mirar la placa donde aparece Gallardo con Delgado, le reclamó a López Obrador. “¿Usted, señor presidente de la república, avala tanta bajeza? ¿Ignora el tamaño de las corruptelas y la violencia que representa la pandilla delincuencial de los Gallardo? ¿Está consciente que si los hampones tienen vía libre en Morena, el pueblo de México verá que usted nos falló en su compromiso de combatir la corrupción? Espero, señor presidente, que por el bien de la patria, los delincuentes no tengan cabida en Morena. Y deseo que sean juzgados con todo el peso de la ley por sus innumerables tropelías. No quiero perder la esperanza tan pronto en su gobierno, por el cual voté. Si usted permite que tales malandros ingresen a Morena, todo lo que prometió en campaña fue mentira. Un engaño. Espero que se deslinde del manejo corrupto del diputado Delgado que muy sonriente, posa con el delincuente conocido allende nuestras fronteras. ¿De qué se ríe diputado?”. El ex dirigente de Democracia 2000 del PRI, Isaac Berrones Casasola, apuntó que “Mario Delgado es conocido como el narco legislador. Desde que estuvo en el senado de la república, es la principal figura que reclama legalizar las drogas prohibidas, para convertir a los capos del narco poder en respetados empresarios a costa de embrutecer a la niñez y juventud. El narco poder es lo que une a los dos capos”.
Los Gallardo dieron una muestra de su fuerza real cuando Ávila Romero visitó San Luis con su asistente Fernando Belauzarán para deponer a Ignacio Segura, al que se le venció el mandato en diciembre del 2018. Buscaron instalar una dirigencia colectiva donde iba a figurar el ex presidente estatal del PRI, Pedro Olvera, que fue secretario del ayuntamiento y síndico con los ex alcaldes de Soledad. Iba a figurar el ex regidor de la capital, Juan José Ruiz. El ex delegado de Pozos y ex dirigente estatal del PRD, Edgar Murguía Manila, que la también laboró para los ex ediles, por lo que se mantuvo discreto y alejado de los reflectores. Sumaron a los ex líderes campesinos huastecos, Ángel Altamirano y Gregorio Pérez. Las activistas María Lourdes Jiménez y Norma Andrade. Cuando la comitiva salía del hotel Panorama, fueron agredidos por una horda enfurecida que encabezó la regidora de la capital, Ana Pineda, que los atacó con huevos. Le gritaron a Olvera consignas de traidor y hacer labores partidistas en horario laboral, ya que se desempeña como asesor jurídico de la oficialía mayor. Los medios informativos ligados a los ex ediles dijeron que Olvera es la punta de lanza del secretario de gobierno, Alejandro Leal y del magistrado administrativo, Juan Ramiro Robledo, para quedarse con la franquicia del PRD, además de conseguir el control de Morena, para tratar de colar al ex senador y ex diputado federal como candidato a gobernador en el 2021, confiados en que Robledo, por la amistad que tiene con López Obrador, puede resultar ungido. Ávila constató que los Gallardo no dejarán tan fácil las canonjías que les otorga el partido, como los más de 3 millones de pesos al mes que reciben de prerrogativas. La dirigencia nacional está en un dilema. No podrán correr a los Gallardo por la vía legal, ya que se arriesgan a sus enviados a una golpiza mayor. Tampoco pueden convocar a elecciones porque nadie se atreve a confrontar a un grupo que usa como ideología el terror y tiene bajo su férula la chequera de Soledad para comprar los votos que se necesiten. Como en otras ocasiones, terminarán por imponerse.