Archivo de la etiqueta: campañas políticas

es content solo

Gobernabilidad amenazada

Dentro de un año tendremos elecciones en todo el país. Serán los comicios más complejos, trascendentes y amplios en la historia reciente de México. Es mucho lo que estará en juego en estas votaciones. El 6 de junio de 2021 se renovará la Cámara de Diputados federal, habrá elecciones en 32 estados de la república y en 15 entidades federativas se elegirá a un nuevo gobernador o gobernadora. Será la “Madre de Todas las Batallas” en la que se fortalecerá el proyecto que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador o iniciará el declive de la utopía que ha soñado construir el tabasqueño.

San Luis Potosí vivirá esta experiencia. Y en este episodio colmado de incertidumbres la gobernabilidad de nuestro estado se verá amenazada en repetidas ocasiones. Habrá desencuentros y conflictos entre la clase política, se acentuará aún más la polarización social y las pasiones podrían salirse de los cauces institucionales.

A partir de ahora veremos aparecer todo tipo de estrategias que tendrán como propósito fortalecer o debilitar a quienes están llamados a desempeñar un rol importante en las próximas elecciones. Seremos testigos de conspiraciones, golpeteos, provocaciones, guerra sucia en medios de comunicación y redes sociales. Serán frecuentes las manifestaciones cuyo propósito será debilitar al gobierno del estado y a personajes políticos con aspiraciones.

Hará falta mucho oficio político, sagacidad, cabeza fría y madurez para que se mantengan las condiciones básicas de gobernabilidad que eviten episodios de anarquía como los que se vivieron el pasado viernes 5 de junio cuando un grupo de jóvenes protagonizaron actos de vandalismo en el centro histórico de la ciudad capital.

A poco más de una semana de ocurridos estos hechos queda claro que se trató de una acción orquestada por profesionales de la provocación. Los conspiradores buscaron obtener como respuesta una reacción violenta de parte de gobierno del estado para fabricar mártires que les sirvieran de pretexto para calificar de represivo al gobierno de Juan Manuel Carreras. No lo consiguieron. Y aunque los jóvenes anarquistas rompieran vidrios, derrumbaran puertas, pintarrajearon edificios, quemaron muebles y hasta una bandera de México, los encargados de enfrentar a los revoltosos no cayeron en la trampa. ¿Qué hubiera pasado si la policía antimotines se hubiera dado gusto golpeando con lujo de violencia a estos jóvenes? De seguro ya habría voces interesadas pidiendo la desaparición de poderes, la renuncia del gobernador, la destitución del jefe de los gendarmes y del propio Secretario de gobierno. Si se hubiera actuado visceralmente para imponer la Ley y el Orden a punta de macanazos los provocadores hubieran conseguido su objetivo.

Pero el balance final de esta provocación es favorable al gobierno del estado. La mayor parte de la sociedad condenó la conducta violenta de estos jóvenes que utilizando como pretexto el asesinato de Giovanni López a manos de la policía de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, buscaron debilitar al gobierno de Carreras.

Este intento de envenenar prematuramente el ambiente preelectoral nos entrega algunas enseñanzas.

Primera. A partir de ahora mantener equilibrios virtuosos entre las presiones sociales y la capacidad de respuesta del gobierno (gobernabilidad) será más difícil.

Segunda. El proceso electoral 2020-2021 ya comenzó en nuestro estado y en la lógica de guerra que inspira la actuación de algunos actores políticos todo se vale con tal de adelantar posiciones. No debe haber entonces espacio para la ingenuidad, los perversos seguirán actuando ocultos entre las tinieblas. Es decir y citando al presidente López Obrador. “Le van a jugar al ensarapado”.

Tercera. La avanzada de los ejércitos partidarios de Morena y otros partidos (especialmente del Verde Ecologista) ya están actuando para tomar por asalto la plaza potosina. Su consigna es clara ya fue anunciada hace unos días por su lider: “Nada de medias tintas, ¡no es tiempo de simulaciones!, es decir, o están conmigo o están contra mí (AMLO dixit).

Cuarta. El gobernador es pieza clave para mantener la gobernabilidad del estado y será también actor central en la sucesión gubernamental de 2021. Muchos están interesados en enjabonarle el piso para que se resbale. A sus funcionarios, a sus aliados y simpatizantes así como a su partido corresponde cuidarlo. Si se debilita el gobernador el proyecto de sus adversarios se fortalece.

Quinta. Los partidos opositores a Morena en San Luis Potosí deben estar conscientes de que ha llegado el momento de buscar algún tipo de alianza para que la estrategia de polarización (“Divide y vencerás) no prospere en nuestro estado. Incluso en el futuro inmediato hay que pensar en la

formación de un Frente Amplio que pudiera acordar una agenda de gobierno y un método de selección de candidatos para enfrentar a los abanderados de la Cuarta Transformación (4T).

Sexta. No hay que perder de vista que el presidente y su partido a pesar de sus errores y contradicciones siguen manteniendo fuertes niveles de apoyo y vastas clientelas electorales.

Séptima. Mantener la gobernabilidad en el estado y la unidad interna en los partidos que son contrarios a Morena es una necesidad forzosa para estar en mejores condiciones de competir.

Octava. Cada quien por su lado difícilmente puede ganarle a Morena y al presidente López Obrador.

Novena. Piénselo dos veces aspirantes a la gubernatura: Si el próximo año pierden las elecciones porque no supieron pactar y medir sus posibilidades reales de triunfo ¿podrán resistir otros seis años como oposición (seguramente testimonial) dedicados exclusivamente a lamentarse y a predicar en el desierto?

Por el momento, nada más qué agregar.

es content solo

¿Combate a la corrupción o pacto de impunidad?

El Sistema Estatal Anticorrupción este naciendo desfigurado y falso. No hay en nuestro estado voluntad política para fundar instituciones creíbles, imparciales y autónomas que combatan la corrupción. Desde el gobierno se empeñan en capturar para su provecho la Fiscalía General y la Fiscalía especializada en hechos de corrupción.

Nuestros funcionarios no quieren correr riesgos. Al apropiarse de estas fiscalías están garantizando protección para el futuro. El pacto de impunidad que protege a la clase política seguirá gozando de cabal salud. La procuración de justicia y el combate a la corrupción seguirán siendo sueños de opio. Utopías inalcanzables.

Estamos ante una indiscutible regresión de nuestra vida institucional. Entre nosotros los demócratas y reformadores del estado brillan por su ausencia. Quienes nos representan en los diversos cargos de elección popular no quieren ser protagonistas de la historia. Se han convertido en conservadores, en defensores del statu quo, en abogados de un régimen quebrantado que se resiste a morir. No leen los signos de los tiempos, ni registran el humor social que reclama cambios radicales.

Los políticos que nos gobiernan se resisten al nacimiento de instituciones que funcionen como contrapesos ciudadanos frente a los abusos del poder. Simulan el cambio y promueven a representantes a modo que les garanticen que todo siga igual. Gatopardismo puro.

De ello fuimos testigos cuando se nombró al “Fiscal Carnal” que garantiza más de lo mismo en materia de procuración de justicia. Y ahora están a punto de repetirnos el tratamiento al elegir al fiscal que deberá combatir los actos de corrupción. Un episodio más de apropiación de instituciones que deberían gozar de autonomía.

En los próximos días los diputados procederán a nombrar, a propuesta del gobernador, a los fiscales anticorrupción y de delitos electorales. Las ternas que ha enviado el ejecutivo están integradas por protagonistas que, o son empleados del gobernador, o bien son militantes de un partido político.

¿Cómo creer entonces que estos prospectos serán imparciales y autónomos al ejercer tan delicadas funciones? Si son electos estarán al servicio de quien los favoreció y no al cuidado del interés ciudadano.

La credibilidad de las elecciones y el combate a la corrupción se arruinarán si prosperan las fórmulas enviadas por el ejecutivo al congreso del estado.

Destacados miembros de la sociedad civil ya se han manifestado en contra de que los próximos titulares de la Fiscalía Anticorrupción y Electoral tengan vínculos con partidos políticos o sean subalternos del gobierno actual.

Desgraciadamente dos de los propuestos tienen vínculo comprobado con un partido, Javier Montalvo y Jorge Vera. (PRI y Conciencia Popular). Incluso Jorge Vera se desempeñaba hasta hace poco como empleado del gobernador en una subsecretaria.

Salvo que hayan sido propuestos como relleno, lo que sería una perversidad, las dos propuestas confirman la obsesión de controlar a funcionarios que están llamados a desempeñarse con soberanía y rectitud.

La tenebrosa intención está provocando fuertes disputas al interior de los grupos parlamentarios. El PAN y otros partidos de oposición están descalificando con sobradas bases la pretensión de colocar en ambas fiscalías a ciudadanos que llevan en la frente la impronta del gobernador.

El espíritu de las reformas legales que dieron vida al Sistema Anticorrupción fue otro. Colocar a súbditos del gobernador en los cargos es como poner la iglesia en manos de Lutero.

Es probable que debido a los duros cuestionamientos contra los ahijados del gobernador no se consiga en el congreso la votación necesaria para elegir a los fiscales anticorrupción y de delitos electorales. Se necesita una elección por mayoría calificada, 18 de 27 votos posibles y no hay consenso.

¿Qué va a pasar entonces? ¿En que terminará todo? Ante un nuevo rechazo, el gobernador procederá a designar de manera directa a los titulares de las dos fiscalías controvertidas. Si esto ocurre se dañará aún más la credibilidad de los funcionarios ya que su elección no sería consecuencia de un proceso incluyente y abierto a perfiles independientes y ciudadanos.

Caras y caretas

Escandaliza la galopante corrupción practicada por nuestra clase política. Investigaciones recientes han revelado que rumbo a la elección presidencial del 2018, 83% de los mexicanos perciben al PRI como un partido corrupto; 71% cree que el PRD lo es; 60% el PVEM; 56% el PAN; 53% el PT; 51% Morena, 50% el Panal y 42% Movimiento Ciudadano y el PES. Nadie se salva. Lo malo es que no hay castigo para los corruptos, prevalece la impunidad, menos ocurre la reparación del daño.

En corrupción, México ocupa el lugar 95 de 168 países, según Transparencia Internacional. De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial y la OEA, el costo de la corrupción fluctúa entre el 9 y 10% del Producto Interno Bruto. Esto es, de cada 100 pesos de riqueza que genera la economía nacional, 10 se destinan a la corrupción. La corrupción es un cáncer que está matando la credibilidad en el gobierno. Llevamos años enterándonos de latrocinios cometidos por funcionarios rapaces.

 

es content solo

Juventino Sánchez sobrevivió a un levantón criminal

En septiembre de 1997, el ahora consejero del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, el ex cronista deportivo, Juventino Sánchez Rosales, fue víctima de un levantón por parte de un grupo criminal, que lo marcaría para el resto de su vida. Entonces hacía campañas políticas en Tamaulipas para algunos candidatos del PAN. “El clima social no estaba tan complicado. Mi labor consistía en hacer señalamientos, despertar la atención de la gente con las actividades de los contrarios. Hacerles saber por qué mi candidato era mejor que los demás. Son estrategias que se hacen, no fue nada personal o algo que tuviera en contra de tal o cual aspirante. Sólo cumplí con un trabajo, que levantó. El motivo de mi secuestro pudo ser lo que hice».

«Fue un día de septiembre que nunca olvidaré y que sin duda me marcó para siempre. Ya era algo tarde y había perdido el avión de Reynosa con destino a San Luis Potosí por lo que me tuve que ir por carretera. El fin de semana prometí llevar a dos de mis sobrinas a ver un partido de fútbol al estadio Alfonso Lastras, ya que jugaban las Chivas rayadas del Guadalajara, por lo que no podía fallarles. Al llegar a San Luis Potosí, pasé por mi vehículo que había comprado. Las placas todavía estaban en uno de los asientos. Fui con mis sobrinas al partido. Más tarde me reuní con unos amigos por la avenida Himno Nacional. Salí alrededor de las once de la noche. Me dirigía hacia la diagonal. Entonces se me emparejó un auto, que me cerró el paso. Alcancé a notar que era una camioneta oscura de donde descendieron unos hombres que no me dejaron ver sus rostros. Me bajaron del coche y me subieron a su unidad de manera brusca, al asiento trasero, donde comenzaron a golpearme sin cesar con un tubo en la cabeza, piernas y en el resto del cuerpo».

«Al estar sometido, recuerdo que me hablaban con palabras altisonantes. Me decían que eso me pasaba por decir y escribir chingaderas. Fueron tantos los impactos que recibí, que no soporté más y me di por vencido. Ya no sentía nada, llegué a perder hasta tres veces el conocimiento. Les hice creer que estaba desmayado para que me dejaran de agredir, soportaba las agresiones sin hacer ningún tipo de gesto o movimiento. Todo sucedió dentro de la camioneta. Me pasearon por diversos sitios, como los puentes de Salvador Nava, pues sentí que subía y bajaba. Después de un rato decidieron tirarme atrás del periférico Antonio Rocha Cordero, por el rumbo de la Cañada del Lobo. Me dieron más patadas, pero seguí sin hacer ningún tipo de movimiento. Me creyeron muerto, pues uno de los raptores sugirió darme el tiro de gracia. Otro respondió, no hace falta, ya se lo llevó la chingada. Me arrastraron, me quitaron todas mis pertenencias y arrancaron. Al ver que se alejaban las luces de la unidad y las del vehículo Cirrus verde que me habían despojado, que recién había comprado con mucho sacrificio, intenté pararme. Los golpes que traía en todo el cuerpo me lo impidieron. Me arrastré por un rato y poco después, logré agarrarme de las ramas de un árbol que estaban cerca. Fue como medio pude pararme y caminar. Lo hice por una hora y media o más. Me guiaba por las luces de la ciudad que se veían a lo lejos. Pasaban vehículos de un lado y otro. Llegó el momento en que pude identificar el bulevar y una fábrica donde había una caseta de vigilancia. Llegué como pude. Por fortuna había un velador, que al notar el estado en que me encontraba, llamó de inmediato a un taxi para que me llevara al servicio médico. Le dije que primero quería ver a mi familia, por lo que me trasladó al domicilio que le proporcioné. Cuando estuve con los míos, me movieron en una ambulancia al Hospital de la Salud, que se ubica en avenida Industrias. Luego me di cuenta de lo grave de los golpes. Tenía las manos destrozadas, los dedos chuecos, el cuello torcido. Me tuvieron que poner varios tornillos en distintas partes del cuerpo. Mi familia denunció los hechos a las autoridades. Me interrogaron y tomaron fotos para dar fe de lo ocurrido. Nunca se recuperó el coche ni se detuvo a los responsables».

«No recuerdo cómo sucedieron algunos incidentes. Fueron muy dolorosos para mi persona y familia a la que pido una disculpa por no haberles comentado lo riesgoso que es mi trabajo. Lo hice para no preocuparlos. Sin duda fue una experiencia que marcó mi corazón y vida como un tatuaje. Me hizo valorarla y verla de otra manera. Entonces decidí ayudar y poner mi grano de arena para que todo cambiara. Crear escenarios diferentes desde cualquier trinchera en la que me encontrara. Lo hago desde entonces y lo haré el resto de mi vida. Estoy libre y vivo. Dios sabe por qué nos pone a prueba. Soy muy creyente. Lo que me pasó no fue por estar metido en negocios o con personas malas. Fue por mi desempeño en las campañas. Nunca he tenido enemigos ni me he peleado con nadie. Señalo y digo lo que debo decir. Me pueden calificar de hocicón y la verdad es que lo soy. Me convierto en el peor hocicón del mundo cuando veo muchas injusticias, cuando dañan o abusan de la gente».

«Hoy trabajo en lo mismo. He tenido la oportunidad de estar en la mayoría de las entidades del país donde he podido detectar y escuchar el sentir de la gente con respecto a la violencia e inseguridad que se vive. Los medios informativos apenas revelan el 5% de lo que en realidad sucede. Ocultan las circunstancias en las que vivimos. Es alarmante, están llenas de secuestros, levantones y delitos de todo tipo. Vamos como los cangrejos, hacia atrás cada vez más. No hay ningún individuo que no haya vivido solo o con su familia un acto criminal. La gente ya no cree en las autoridades, sospechan que los pueden afectar más que los delincuentes. El cambio lo podemos hacer todos juntos si denunciamos las injusticias o atrocidades. Las autoridades deben ganarse el respeto y la confianza de la ciudadanía al tener mejores agentes, que deben ser también excelentes personas, ya que tienen familia y derechos al igual que los demás».

«Los medios informativos, por su parte, deben comunicar lo que en realidad sucede en el país, para saber dónde estamos parados. Y como dice mi gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, entrar a la nueva independencia. Debemos buscarla donde no haya corrupción, injusticias, ni las porquerías que vivimos, donde aparecen nuevos ricos, pero también más pobres en el mundo. Tenemos que hacer un borrón y cuenta nueva, ir hacia adelante, construir lo que deje huella. A mis hijos les digo que cuando muera, no les dejaré riquezas, porque no las tengo. Provengo de una familia humilde. Lo que si les heredaré será un nombre con valor. Cuando se hable de Juventino Sánchez, será con respeto. Desde que fui secuestrado, miro todo distinto».