En Villa de Reyes, la ciudadanía vive con la zozobra y terror encima. La alcalde perredista, Érika Irazema Briones Pérez, ha impuesto una especie de toque de queda. Los jóvenes que caminan por las calles después de las 11, son detenidos por la policía, sin ningún argumento. Son remitidos a las mazmorras de dónde salen si cubren una multa administrativa. Se considera una medida exagerada “para que la gente no vea lo que no debe mirar”.
Culpan a la edil de ahorcar al comercio local, ya que los habitantes de las rancherías, dueños de camionetas americanas, no acuden a los mercados ante el temor de que los uniformados les quiten las unidades por falta de placas y otros documentos. Es el pretexto para extorsionarlos. Entonces optan quedarse en sus poblados.
En la feria regional que se llevó a cabo en diciembre, la edil ordenó cerrar las calles con mallas metálicas, con el argumento de garantizar la seguridad de los asistentes. El motivo encubierto fue evitar que introdujeron bebidas alcohólicas. La pareja sentimental de la munícipe, Arturo Téllez, manejó la venta indiscriminada de cerveza. Un six lo vendió al principio en 150 pesos, al final valía 250. Sin ninguna ruta de escape, los bebedores fueron atrapados por aliento alcohólico o ebriedad. Rápido llenaron las celdas. No conformes con una multa administrativa, chantajearon a los detenidos de ser consignados ante el ministerio público, por lo que lograron desembolsos de 5 mil pesos.
Como nunca ates, usó el auditorio municipal para las peleas de gallos que se llevaron a cabo noche y día, sin reposo. Fue el organizador y único beneficiario de las corridas de toros, donde se quedó con los ingresos de los boletos y cantidades industriales de alcohol que se vendieron. Téllez maneja con criterios patrimoniales los departamentos de catastro, tesorería, obras públicas y desarrollo económico, los que generan ingresos todos los días. A las empresas que buscan instalarse en la nueva zona industrial, les cobra altos impuestos que no se registran en las arcas. Para no rendir cuentas a la ciudadanía, desarticuló la página de transparencia. El portal del ayuntamiento todavía almacena gestiones del anterior edil del PRI, Juan Gabriel Solís, “El Panchillo”, que buscó reelegirse sin éxito.
Existen videos, testimonios y pruebas documentales de que Briones y Téllez, apoyados por los ex alcaldes de Soledad, Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona, se impusieron con la compra de votos y la violencia a través de grupos criminales. En día de las votaciones, trataron de “levantar” a Solís en la vieja hacienda de Gogorrón. Los sicarios se dijeron ofendidos por su contrincante, al que exhibieron con un arma en la camioneta donde se trasladaba. Nunca dijeron que era del escolta estatal que le habían asignado ante el temor de que lo secuestraran. En la mayoría de las comunidades rurales, los emisarios de Briones compraron el voto en 2 y 3 mil pesos. Ahora los ladrilleros que le solicitan algún servicio, los corre con el argumento de que ya les pagó los favores de campaña. En el poblado La Loma, amenazaron con exterminar inocentes si los resultados les eran adversos. Se estima que Briones triunfó ya que gastó más de 15 millones de pesos, además del terror que sembró para doblegar a los que simpatizaban con Solís, que no quiso gastar más de 5 millones de pesos.
Antes de brincar a la palestra, Téllez era carnicero. Luego guarura de sus empleadores. Briones vendía alcohol en las madrugadas, en la avenida Los Pinos, en Soledad. Por su fuerte carácter, los Gallardo la sumaron al equipo. La hicieron directora de comercio, regidora, dirigente estatal del PRD, diputada federal y alcalde de Villa de Reyes. La impusieron con el mismo estilo fraudulento, intimidatorio y lleno de terror con que doblegaron en Soledad a la dos veces candidata del PRI, Amalia Velázquez, a la que sabotearon la campaña con agresiones verbales y físicas. Nunca recibieron el mínimo reclamo de su otrora protector, el cirujano de bajísimo perfil, Fernando Toranzo. En los últimos comicios, ante la cercana debacle de Gallardo Juárez, que cruzó los votos de sus seguidores para que ganara el abanderado del PRI a la gubernatura, Juan Manuel Carreras, se especuló que para compensarlo por la inminente derrota, para que no se reeligiera, el maximato local, Horacio Sánchez Unzueta, su artífice intelectual y material, le ofreció entregarle varias posiciones, como Villa de Reyes, Ahualulco, Ciudad Fernández y de manera eufemística, Rioverde, donde el PRD se alió al PAN, lo que favoreció, repitiera el edil Ramón Torres García, acusado de millonarios desfalcos.
En la campaña para diputada federal por el segundo, Briones descubrió en las comunidades de Jesús María y Socavón, el apellido Briones, por lo que después se dijo oriunda de Villa de Reyes. Desde entonces planeó buscar la alcaldía y se alejó de los Gallardo, que le exigían hacer gestiones para Soledad. Ya como edil, se dijo autónoma, presumió haberse quitado el yugo de sus mecenas que la atacaron a través de los medios electrónicos que patrocinan, como One Click, La Roja, Close Up y Código San Luis. La exhibieron al tratar de cubrir de concreto un camino de terracería. Denunciaron que Téllez extorsionaba con los permisos de usos de suelo a las empresas que trataron de instalarse en la zona industrial. Al percibir la fractura, la trató de sumar a su séquito, el diputado federal de Morena, Ricardo del Sol al que Briones le dijo que sólo esperaba le diera órdenes para cambiar de siglas.
Entonces, para impedir el bandazo, la buscó en las oficinas de la alcaldía Gallardo Cardona. La rodeó el grupo original, donde sobresalió el intimidante herrero, Jesús Rafael Aguilar Fuentes, “El Chiquilín”. Briones denunció que su antecesor, Juan Gabriel Solís, “El Panchillo”, le heredó una nómina de 150 aviadores que suple con náufragos que antes cobraban en la capital, donde fue edil Ricardo Gallardo Juárez y recomendados de Soledad, cuna de sus férreos patrocinadores. Uno de los “administradores” del ayuntamiento, “El Jolin”, quien maneja la lista de los que habrán de quedar en el desempleo y los de nuevo ingreso, cobra con el alcalde Gilberto Hernández Villafuerte. A los integrantes de la Unidad Básica de Rehabilitación, los corrieron para suplirlos con foráneos. Otra de las fieles seguidoras de los Gallardo, la ex diputada local, Dulcelina Sánchez de Lira, se coló como titular de los derechos humanos del ayuntamiento. Era la cartera que tenía en el congreso. Aunque la mayor parte del tiempo se encarga de la agenda de Briones. A las 2 de la tarde suspende labores. El jefe de prensa es David Reza, que antes tuvo el mismo cargo con Gallardo Juárez, que luego lo cambió al Interapas y la delegación de Pozos. Ya se hizo experto en ocultar datos públicos.
Aunque Briones presume autonomía, en los hechos la desplaza su consorte Arturo Téllez. En una asamblea que tuvieron con los comerciantes locales, fue el que habló de principio a fin. Se le responsabiliza de los permisos a destajo que otorgó para que cientos de vendedores se colocaran en las calles adyacentes al palacio municipal el anterior diciembre. No se sabe cuánto y dónde terminaron los ingresos que cobró por derecho de piso, como estilan los Gallardo en la llamada Feria de la Enchilada. Téllez ya prepara además La Feria del Queso, con fines recaudatorios. Briones cerró la página de transparencia. No ha dicho cuánta gana, tampoco sus colaboradores. Se colgó de las obras que dejó pendientes Solís. Ahora se habla que Villa de Reyes tiene varios alcaldes, Téllez, los dos Gallardo y en último lugar la ex legisladora que decepción rápido a la ciudadanía. Repite los mismos esquemas de violencia y corruptelas que le aprendió a sus mecenas. A los medios locales los compró. Los que osan criticarla, se atienen a las consecuencias.
