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Carreras no resuelve el mínimo problema, opta por esconderse de la ciudadanía

A el primer año del sexenio del doctor en derecho, Juan Manuel Carreras, no se notan cambios sustantivos respecto a su antecesor Fernando Toranzo. Su desempeño ha sido catalogado como opaco, nulo y sin ningún interés por sacar adelante a la entidad. “No existe el ánimo por atender las cuestiones de seguridad, donde existen serios problemas. En algunas carreteras no se puede transitar a ciertas horas, las controlan grupos delictivos. Traer gente de otros lados para atender el asunto, no es la mejor alternativa, porque responden a intereses personales. No hay oportunidades para los jóvenes. La pobreza en las zonas marginales y rurales se acentuó. Faltan nuevas fuentes de trabajo que permitan superar la difícil circunstancia económica que se vive. En lo educativo, acaban de iniciarse clases en las universidades, donde creció el número de rechazados. Los costos son casi iguales a los centros privados. En el tema de la salud, el hospital central está saturado y los médicos no dan abasto en atender a los más necesitados. Sin duda, lo único que podemos notar es una política del menor esfuerzo. Es decir, no hay interés por atender algún rubro», destacó el dirigente estatal del Movimiento de Regeneración Nacional, Sergio Serrano Soriano.

El ex candidato a gobernador indicó que «si hacemos un recuento del desempeño de Carreras, nos encontraríamos que ha sido nulo. Apenas inauguró el libramiento Valles-Tamuín, que fue una obra de varios sexenios atrás. Se habla que reforestó la Sierra de San Miguelito, un tema que maneja cada gobernador que pasa, sin resolverlo. El congreso local lo exhortó para que fuera declarada área natural protegida, pero hizo caso omiso, prefiere proteger los intereses de los desarrolladores urbanos. Sobre el tiradero tóxico de Palula, lo más cercano que hemos escuchado es lo que dijo el secretario de gobierno, Alejandro Leal Tovías, que es de Matehuala. Comentó que apoyarán a la empresa. El gobernador Carreras no habló al respecto. Aunque buscan llevarse el agua de la huasteca a Monterrey, el señor se quedó callado, sin meter las manos. Ahora tienen el proyecto del metrobús, que según mi punto de vista, sólo habrá de empeorar los problemas con los vecinos de las zonas donde cruzará, ya que tumbarán miles de árboles. No van a reponer ninguno».

Serrano recordó la gris campaña de Carreras. «Siempre buscó pasar desapercibido en los debates, como lo hace ahora. Se llegaron a cancelar algunos porque no acudió. No quería que se tocara cualquier asunto, ya que no era capaz de hacer alguna propuesta. Lo sorprendente es que trabajó como burócrata del ex presidente Felipe Calderón y el ex gobernador Fernando Toranzo. En los debates, lo cuestioné, qué iba a hacer con las tropelías, abusos y desfalco de recursos que hizo su ex jefe. Bajó la voz para decir que lo iba a castigar. Existen evidencias de los malos manejos, pero no hace nada. El alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Juárez, ya se le montó, parece el verdadero gobernador. No podemos olvidar que Carreras ganó con la compra de votos. Hizo un acuerdo con Gallardo, para que lo apoyara, en lugar del perredista Fernando Pérez Espinosa. Provocaron una mezcolanza, lo que aumentó las dudas de la gente sobre la verdadera ideología de los partidos”.

«Podemos decir que tales tratos y corrupciones que existen en la entidad provienen de la etapa del ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta y Fernando Silva Nieto. Son los que mantienen el control político desde hace muchos años. Imponen personajes cada vez más opacos, que no están dispuestos a hacer algo por la ciudadanía. Lo único que les interesa es mantener el estatus quo, para vivir cómodos. No tiene deseos de gobernar. Ni siquiera resolver problemas tan mínimos como el de los taxistas con Uber. Lo único que podemos esperar es que todo se deteriore, dejar un gran espacio para que otra gente actúe, como la delincuencia organizada. Sin duda, Juan Manuel Carreras, no ha sido más que un burócrata de medio pelo, que sólo le interesa su beneficio. Después buscará esconderse más y adoptará actitudes como las de Toranzo que en los últimos años de sus gestiones, se volvió prepotente, capaz de cometer cualquier fechoría y actos de fuerza contra la gente».

«Toranzo cuando menos hizo el intento de castigar algunos desmanes, como los de la ex vocera gubernamental, María Luisa Paulín. Encerró también al ex secretario de finanzas, Joel Azuara y le fijó una multa estrepitosa al contador público Marcelo de los Santos Fraga. Pero Carreras no castigó a su ex jefe por los negocios que hizo junto con su familia. Ahora de nuevo, todos meten las manos a las arcas, prefieren nadar de a muertito. Estamos inmersos en un mar de corrupción. Prevalece una cultura política nacional que permite a las autoridades sacar ventaja de sus actos. No hacen nada por la entidad, porque saben que no habrá consecuencias de ningún tipo. Cuando termine su periodo, habrá alguien del partido que sea que les cubrirá las espaldas. Es lo que sopesan para no rendir cuentas a nadie”. Serrano enfatizó que ante la ausencia de Carreras en su gobierno, las prácticas corporativas y clientelares del alcalde Ricardo Gallardo Juárez ganan terreno.

El doctor en derecho le ha permitido crecer al edil, que con su populismo se afianza, es un peligro, un cacique al estilo de Carlos Jonguitud y Gonzalo Santos. «Lo único distinto es que el perredista reparte despensas y purificadoras de agua con los recursos que se deberían destinar para obras que beneficien a los potosinos, brindar servicios eficientes y generar empleos. Pero la ciudad está llena de baches. Prometió resolverlos en 100 días, después en un año, que ya concluyó y el problema sigue igual. El gobierno estatal y municipal no sirven para revolver ningún tipo de problema. Uno se esconde y el otro hace proselitismo electoral. El panorama para San Luis Potosí es de desconsuelo. Ojalá que Carreras tome las riendas o la ciudadanía se hundirá en la espiral de la delincuencia, inseguridad, corruptelas, pobreza y desempleo».

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Carreras presume logros del primer mundo

Sin protestas incómodas y con un escenario repleto de empleados uniformados de los programas federales como Prospera, Seguro Popular, desayunos escolares que fueron colocados en forma estratégica en la sala principal del Centro de Convenciones, y que las cámaras de televisión mostraban cuando se mencionaron los logros alcanzados en tales rubros, el doctor en derecho Juan Manuel Carreras López rindió su primer informe de actividades donde destacó la llegada de las armadoras de automóviles, General Motors, BMW y Ford. Las tres gestionadas por el gobierno federal.

Aseguró que ahora la entidad se convirtió en polo mundial de la industria automotriz. Ocupa el sexto lugar en inversiones extranjeras y cuarto nacional con menor tasa de desempleo. En el halagueño recuento manejó incontables cifras que aludían a un sitio del primer mundo. Como lo dijera antes al asumir el cargo y empecinado en garantizarle impunidad a su antecesor e impulsor Fernando Toranzo, reiteró combatir las corruptelas y respetar la libertad de prensa. Como lo marca la norma federal, mimético, insistió en que se contará con un sistema estatal anticorrupción y un fiscal independiente, por lo que ya se encuentran las iniciativas en el congreso.

Aunque las cifras y hechos lo desmienten, machacó que San Luis es un estado seguro, comparado con otros. Lo ubicó entre los 10 con menor incidencia delictiva. Ocultó el incremento que se registró en su primer año en ejecuciones, secuestros y robos a domicilios. La procuraduría de justicia no cuantificó tan solo en el año anterior, 10 mil 231 hechos delictivos. Exaltó que la dependencia se modernizó en términos administrativos como nunca en la historia. Presumió castigar a los feminicidas, pero sin dar cifras ni referentes.

Aseguró que el combate al rezago educativo «no tiene precedentes», ya que hay más y mejores escuelas. Las matrículas en el ámbito medio y medio superior registraron incrementos del 5 y 5.5%. Aunque en las clínicas faltan médicos y medicinas, resaltó que en el rubro de salud, San Luis Potosí ocupa el primer lugar nacional con mayor cobertura de acceso, con un millón 506 mil potosinos afiliados al Seguro Popular. Con el apoyo del gobierno federal va a transformar el Hospital Central en otro de especialidades, en los próximos dos años.

Aunque han crecido los flujos migratorios a Estados Unidos, por la falta de apoyo a los campesinos, Carreras alardeó que logró incrementar las cosechas agrícolas en un 6 %, lo mismo la pecuaria. Se concluyó el histórico y rezagado Pujal Coy. “Nos preparamos para tener un campo fuerte y con mayor rentabilidad». Habló de logros en infraestructura carretera. Aludió al presidente Enrique Peña Nieto que inauguró el libramiento Valles-Tamuín. Anunció para el 2018 un nuevo aeropuerto que construirá la iniciativa privada.

Aunque sus colaboradores y un ejército de simpatizantes trataron de proyectarlo como un gobernante entusiasta y cumplido, por enésima vez le quitó los reflectores el polémico y protagonista alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Juárez, que desde su llegada al recinto, acaparó a reporteros, fotógrafos y seguidores que buscaron saludarlo y tomarse una placa, como si fuera un artista internacional. Fue el único edil que llegó hasta la escalinata del Centro de Convenciones en su lujosa suburban, rodeado de acompañantes y guaruras. Los demás munícipes tuvieron que caminar, ya que no permitieron la entrada de vehículos. Perdido en la multitud, solitario, cabizbajo, con el leve cojeo de una pierna, apareció el maximato en declive, Horacio Sánchez Unzueta. Ex jefe de Carreras, que lo aludió como invitado junto a los otros ex gobernantes, Florencio Salazar, Teofilo Torres Corzo y Fernando Silva Nieto, al término del informe, Sánchez Unzueta se retiró discreto, en el anonimato. Gallardo, por su parte después de múltiples y fáciles entrevistas, incansable de saludar a quienes lo buscaban, entró al recinto, acompañado de su escudero y fiel sirviente, el edil de Soledad, Gilberto Hernández Villafuerte. Lo volvieron a abordar más reporteros tardíos, pero una bola de asistentes le abrió paso para que entrara al sitio, porque estaba por comenzar el mensaje de Carreras.

Ya sólo faltaba el doctor en derecho en rendirle pleitesía a Gallardo, al que aludió en sus saludos de los invitados especiales, que encabezó el secretario de salud, José Narro, A los demás alcaldes los mencionó en lo general. En cambio los subordinados de Carreras que organizaban la entrada al salón fueron groseros con el edil de Tanlajás, Domingo Rodríguez Martell. Con el de Ahualulco, Federico Monsiváis y con el de Tampacán, Filemón Hilario Flores. En la lista se sumó al de Tamuín, Aquismón, Alaquines, Cedral, Armadillo, Villa de la Paz y un regidor de la capital del PT a los que no les ofrecieron un asiento. Tuvieron que escuchar parados más de 10 minutos.

Alentados por Rodríguez Martell, los alcaldes, molestos, se negaron a ocupar los asientos que con apuros, les encontraron los organizadores y edecanes. Les dijeron que iban a acceder si estaban todos juntos. Incluso amenazaron con retirarse. En un acto desesperado, los anfitriones optaron por levantar a otros invitados para acomodar a los quejosos. Al término del acto protocolario, la edil de Alaquines, María Leónides Zecaida López, se quejó de la descortesía por desplazar de lugares a otros invitados. Resaltó que los ediles ya tenían un sitio reservado que no se respetó.

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Carreras le garantizó impunidad a Toranzo por haberlo promovido como su relevo

Rehén de las facciones que lo llevaron al cargo, acusado de ganar los comicios con un fraude de estado, vilipendiado por el alcalde de la capital Ricardo Gallardo Juárez, que lo ha enterrado con su atroz protagonismo, a casi un año de omisiones, el mandatario Juan Manuel Carreras no tiene una obra significativa que sintetice el cambio lleno de esperanzas que prometió a los potosinos. Aunque alardeó castigar las corruptelas e impunidades, se convirtió en un feroz defensor de los latrocinios cometidos por su antecesor y principal mecenas, el galeno de bajísimo perfil, Fernando Toranzo, que se confabuló con el actual diputado federal, Cándido Ochoa Rojas, un factotum con gran influencia en el gabinete estatal, poder legislativo y judicial. Acusado de traicionar al PRI para brincarse cómodo al sexenio del panista Felipe Calderón, Carreras también fue exhibido de alterar sus declaraciones patrimoniales que acrecentó desmedido como titular del sector educativo. En su corto mandato, las ejecuciones, secuestros, robos y asesinatos se incrementaron en términos geométricos. Su gran respuesta institucional fue que Guanajuato está peor. Huidizo, sin carácter, complaciente con los diversos grupos que lo presionan, ha optado entronizar el esquema del dejar hacer y pasar. Sus propios correligionarios lo han estigmatizado: Toranzo y Ochoa lo pusieron de tapadera. Incluso, que ya formó su propio equipo de recaudadores, para saquear las arcas.

En la amplia gama de aspirantes a la gubernatura, Carreras era el que menos opciones tenía, por renunciar a su sempiterna doctrina para convertirse en repentino panista y colaborar con su ex compañero de la Escuela Libre de Derecho, Felipe Calderón, que lo ubicó como director de la Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra y luego titular del Fideicomiso de Ahorro de la Energía Eléctrica. La llegada de Carreras tiene como histórico antecedente la debacle del PRI en Soledad, donde en 20 años no han podido recuperar la alcaldía por las diversas negociaciones de las cúpulas. La debacle comenzó con el ex gobernador de cuatro años, Horacio Sánchez Unzueta, que para desmantelar el cacicazgo del ex líder de la CTM, José Guadalupe Vega Macías, para derrotar a su hija, Magdalena Vega Escobedo, infló como adversario a través del extinto Partido Auténtico de la Revolución Democrática, a su delfín, el litigante Roberto Cervantes Barajas, que se impuso sin mayores dificultades. Protegido por su oscuro impulsor, repitió después en la alcaldía con las siglas del PRD. En las dos veces exprimió el erario para su ventaja personal. Además de otros padrinos, Carreras inició su despegue local a la sombra de Sánchez Unzueta y su alfil Fernando Silva Nieto, que lo hicieron delegado de programación y presupuesto, secretario de desarrollo social, secretario de finanzas y diputado federal, donde trabó amistad con Calderón.

Pero a Carreras también lo favoreció su tarea de cargarle el maletín al que se desempeñó como embajador de México en Chile, Gonzalo Toribio Martínez Corbalá, «maestro político» del ex presidente Carlos Salinas que lo puso al frente del Issste y del Infonavit. Luego lo envió de gobernador interino, para suplir a otro interino, Teófilo Torres Corzo. Además lo usó para ensayar la asonada reeleccionista, que le pudo servirle para perpetuarse otro sexenio. Martínez Corbalá obligado a convocar a nuevos comicios, renunció a su encargo temporal para registrarse como el favorito de la charada electoral. Las protestas alcanzaron rango nacional y pudieron desencadenar una revuelta civil. En su desastroso paso por San Luis, siempre tuvo de confidente cercano a Carreras López. Para contener y desacreditar al líder cívico Salvador Nava, Salinas determinó que concluyera el sexenio su yerno Horacio Sánchez Unzueta, que tuvo de fáciles opositores a su suegra, Concepción Calvillo Alonso. Por las concertacesiones de Salinas con la dirigencia nacional, aceptó fácil la derrota el panista Jorge Lozano, que luego fue premiado como senador y alcalde de la capital, donde hizo millonarios negocios. Desde entonces Sánchez Unzueta se convirtió en el maximato. Impuso en la contienda interna a su alumno Fernando Silva Nieto en detrimento del último dirigente del llamado Grupo Universidad, Juan Ramiro Robledo.

Sánchez jugó un papel capital para colar al falso panista Marcelo de los Santos, que se dejó ganar con fraude para favorecer a Silva. En una segunda oportunidad, de manera simultánea, casi ajeno a la influencia del centro, manejó la pactada alternancia para empujar la llegada del contador público. Ahora el sacrificado por el PRI resultó el ingenuo ex alcalde de la capital, Luis José García Julián. En la etapa de Marcelo de los Santos, el poder tras el trono ubicó como secretario de salud al médico de escasas luces, Fernando Toranzo, donde empezó una silenciosa campaña con fines sucesorios. Horacio Sánchez tenía una doble encomienda, enterrar para siempre al único contrapeso histórico que hubo en las filas panistas, al ex senador y ex edil de la capital, José Alejandro Zapata Perogordo. Nunca se creyó que fuera el candidato, compadre y amigo cercano de Calderón, con el que se había distanciado cuando decidió apoyar al ex gobernador de Guanajuato, Carlos Medina Plascencia, en la lucha por alcanzar la presidencia de la república. Sánchez, aliado a Marcelo de los Santos, armaron la celada. Toranzo tenía 12 años de ventaja, ya que con Silva fue director del Hospital Central Ignacio Morones Prieto y diputado local. Para evitar el desgaste, fue destapado en la fase final de los registros. Zapata mordió el polvo. Sánchez Unzueta le dio una segunda tunda cuando intentó buscar otra vez la alcaldía de la capital. Lo doblegó con el novato ex rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Mario García Valdés.

Renuente a extinguirse, Zapata insistió en buscar la gubernatura. Sin conexiones en las altas esferas de la burocracia partidista, fue pisoteado con chicanas en la pelea interna por el llamado Círculo Azul, que capitanea el ex diputado federal, Juan Pablo Escobar, que coló a la senadora Sonia Mendoza. Cuando Toranzo asumió el cargo, se volvió introvertido, visceral, bipolar, energúmeno. Sin embargo, no pudo zafarse de la cadena que lo ató a Sánchez Unzueta, que se convirtió en el inamovible presidente del patronato para regenerar el centro histórico, donde no rinde cuentas a nadie de las cifras millonarias que maneja. Mantuvo a su esposa Concepción Guadalupe Nava Calvillo como directora del Consejo Tutelar de Menores. Hizo secretario de desarrollo urbano, obras públicas y vialidades a su cuñado, Luis Alfonso Nava Calvillo, que salió por entregar a sus cuates en licitaciones amañadas, los contratos más boyantes. Por sus constantes ataques de rabia, Toranzo logró correr a los dos brazos derechos de Sánchez Unzueta, el asesor jurídico, Leonel Serrato y al jefe de asesores, Juan José Rodríguez Medina, que se convirtió en un feroz crítico del galeno como articulista del diario Pulso, donde antes fue director ejecutivo. El cirujano desmanteló el 90% del gabinete original por sus ataques de coraje. Optó irse de pesca, abandonó las oficinas para no atender a la ciudadanía. Le dejó la casa de gobierno a un hijo recién casado. Compartió el poder con su esposa, la presidenta del DIF, María Luisa Ramos Segura, que hizo incontables negocios con la hacienda pública, junto con el secretario de gobierno, Cándido Ochoa, que enquistó hasta la fecha, la mayoría de las dependencias con incondicionales. Entonces se habló que en San Luis había tres gobernantes. El ex director de los parques Tangamanga, Martín Toranzo, pidió cárcel para el poderoso trío, por corruptos.

Después de la primera campaña para la alcaldía de Soledad, el comerciante pollero, Ricardo Gallardo Juárez, casi quedó en la bancarrota, vencido por el panista Juan Manuel Velázquez. Lo oxigenó Toranzo y Sánchez Unzueta, que en su cruzada para desmantelar los mínimos contrapesos regionales, tenía como meta pendiente acabar con el reducto del cacique Mario Velázquez, padre de la dos veces candidata del PRI, Amalia Velázquez, cuyo futuro ya estaba hipotecado. Entonces iba a edificar uno nuevo, bajo su férula, pero más peligroso. Con el respaldo de Toranzo, Ochoa y Sánchez Unzueta, Gallardo le ganó fácil al panista Gerardo Zamanillo, al que ya había vendido el dirigente estatal del PAN, Héctor Mendizábal, que escaló posiciones por el usufructo de incontables derrotas. Gallardo siempre buscó contender por el PRI, peros sus impulsores lo contuvieron para mejores coyunturas. Protegido por sus financiadores, Gallardo trazó un plan para eternizarse en Soledad. Se le vinculó a grupos criminales para golpear e intimidar a sus enemigos, compró en cantidades millonarias la complicidad de la prensa y recurrió al populismo para enraizarse en las clases marginales. Le heredó el cargo a su hijo, Ricardo Gallardo Cardona. Juntos se enriquecieron al extremo de la hacienda pública. Para evitar sobresaltos, salpicaron benévolos a todo mundo. Pero fueron abandonados cuando Gallardo Cardona fue detenido por malversar 200 millones de pesos y presuntos vínculos con la delincuencia organizada. Sánchez Unzueta, Toranzo y Ochoa, le garantizaron al presidente Enrique Peña que podrían mantener la gubernatura si le sacaban doble provecho a la captura del ex edil, que era el preferido en las encuestas para relevar al fallido galeno. Negociaron con el padre entregarle la capital, Soledad, cinco curules locales, dos federales y otros ayuntamientos a cambio de los más de 200 mil votos que le consiguió a Carreras, que esperó sentado la victoria. La inminente alternancia con la panista Sonia Mendoza se esfumó por el mega fraude electoral que hizo ganar a Carreras. Gallardo Cardona al año recuperó su libertad…continúa (tomado de la versión impres, JULIO 2016)

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La Ley de Ecología

Sin lugar a dudas se aborda uno de los temas de más actualidad en el estado, el país y en el mundo. En el 2016, como nunca, nos ha tocado vivir en más de un día, en menos de 12 horas, sufrimos el paso de todas las estaciones del año, sol, calor, frío, lluvia y granizadas, en puntos extremosos. Lo primero que se no ocurre es quejarnos. Sin embargo, los grandes fraccionadores han construido hasta en la punta de los cerros de la capital. Los presidentes municipales han talado cientos de árboles sin que fuera estrictamente necesario para ampliar una vialidad, como fue el caso de Valles, con el ex alcalde Juan José Azuara, hoy director de la Promotora del Estado.

En Santo Domingo se autorizó en lo más oscurito, un tiradero de desechos tóxicos que contó con el supuesto aval de las autoridades estatales y federales de las dependencias encargadas del cuidado ecológico como la Segam, que nada han dicho en público, hasta ahora, qué grado de injerencia tuvieron en el asunto, lo cual causa extrañeza. Se trata de inversiones que se estiman en miles de millones de pesos que debieron ventilarse de manera amplia en las dependencias federales. No se descartan las estatales, donde no dudo que al rato sepamos otra de las linduras del ex gobernador Fernando Toranzo, que pudo recibir carretadas de dinero por el asunto.

O en su caso de la mano que meció la cuna los últimos años de gobierno, es decir, el actual diputado federal, Cándido Ochoa Rojas. Es decir, que el asunto nos lleva a recordar que es necesario, para que se establezcan tales confinamientos, debe enterarse perfectamente al gobierno estatal, pues como parte de las autorizaciones, debe existir también la de protección civil estatal y por si quisieran negarse, recordemos cómo se opuso tajante el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta al tiradero de Guadalcázar, llevó el tema a instancias internacionales. Y si hay algo que los potosinos le debemos agradecder, y vaya que no hay mucho, es que incluso mandó erigir una estatua de Benito Juárez en lo alto del cerro, sobre la carretera 57, con la mirada hacia el norte, como un claro mensaje de que no cedería ante las presiones del gobierno del país del norte.

Y así Metalclad no pudo operar el confinamiento, por lo cual, don Fernando Toranzo nos debe muchas explicaciones del cochinero que tuvo en su mandato, como sucede con el tiradero de desechos peligrosos que se pretende establecer en Santo Domingo. Lo más preocupante del asunto es que no se escucha por ningún lado, la voz firme y determinante del gobernador Juan Manuel Carreras quién ante la instalación, construcción y operación de un basurero que se pretende ubicar en su estado, tiene toda la autoridad moral y jurídica, no solo para expresarse, sino exigir todos los requisitos de ley como informar a los pobladores. Los protocolos internacionales de trasporte, ubicación y conservación de desechos, estén en orden, como lo hizo en su momento Horacio Sánchez. Ya enterado, explicarle a los potosinos cuál es su postura, lo que hasta hoy no ha ocurrido.

San Luis Potosí no tiene las dimensiones de Chihuahua y Coahuila para convertirse en el el tiradero del avance tecnológico y de las multimillonarias empresas que generan desechos que en general son transnacionales. Sobre el congreso del estado, mejor ni hablamos, porque tal parece y como se advierte en los manejos de las cuentas públicas, a los actuales legisladores basta les den una untadita de billetes para acallar sus broncas voces. Como sucede en el rancho, al caballo, entre más bronco, mejor pastura y se amansa. Lo cual ya quedó claro al menos para la gran mayoría de los potosinos. Aunque mi intención era profundizar en el cambio climático, me ganó el cumulo de información que ha surgido en las últimas horas respecto a la forma tan vil, ruin y burda, en que se dio la autorización del confinamiento que hemos comentado.

Prefiero cortar hasta aquí el artículo para dar la oportunidad a que se pronuncien todos los involucrados que ya mencioné. Ojalá tengan un momento de lucidez para aplicarse en el tema y se apresten a explicar el por qué de lo sucedido. Ya no oculten los datos y nos digan quienes son los responsables reales de que se hubiese otorgado el permiso para que opere el confinamiento. Nos digan, desde el más bajo hasta el más alto nivel, los nombres de personas. Nos expliquen todo lo referente al tema, que es lo mínimo que merecemos los habitantes de San Luis Potosí. Más vale buen final, que buen comienzo. Pero esto es solo una reflexión, saludos, bendiciones y hasta la próxima.

leal
En opinión de: Luis Fernando Leal Beltrán