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Carreras, ahogado por facciones internas y el feroz protagonismo de Gallardo Juárez

Lo más sobresaliente del primer año de gestiones del gobernador Juan Manuel Carreras López fue garantizarle impunidad a su predecesor y mecenas, el galeno de bajísimo perfil, Fernando Toranzo Fernández. Cuando asumió el mando estableció que no iba a ser cómplice de corruptelas e impunidades. Fue lo que concretó para sepultar los incontables latrocinios de su todavía jefe, que lo hizo secretario del ramo educativo y lo puso en la contienda interna del PRI para ser ungido por el dedazo del presidente Enrique Peña Nieto. Sólo por su currículo académico, doctor en derecho, Carreras superó a los demás contendientes, pero era el más pusilánime. Al cobijo de la estructura económica y política que el garantizó su impulsor, dejó en el camino al bronco dirigente de la Confederación Nacional de Transportistas de México, Elías Dip Ramé. Al irascible magnate Juan Carlos Valladares. Al ex senador José Ramón Martell. Al ex diputado federal y actual cónsul en el condado de San Bernardino, California, Salomón Rosas, entre otros.

No existe una calle, un puente, una carretera, que se adjudique al desempeño de Carreras, que comparte el mando con infinidad de grupos políticos que le patrocinaron la campaña. Tiene de asfixiante contrapeso al dueño de los diarios Pulso y San Luis Hoy, Pablo Valladares, que le impuso como secretario de gobierno al ex director del periódico La Razón, Alejandro Leal Tobías, al que le atribuyen tener el control absoluto de las riendas. Lo que le permite hacer también varios negocios con el presupuesto. Gracias a sus influencias, su hermano, el contratista Guillermo Leal Tobías, acapara obras en diversos sectores. Otro impulsor secreto de Carreras, que también gira órdenes, es el maximato Horacio Sánchez Unzueta, que mantuvo como directora del consejo tutelar de menores a su esposa, Concepción Guadalupe Nava Calvillo. El ex mandatario de cuatro años es inamovible como encargado de regenerar el centro histórico, donde sólo ha generado estropicios con trabajos de dudosa calidad, caros y tardados.

Por su impericia, causó el cierre de decenas de comercios. Tampoco rinde cuentas claras de las cantidades millonarias que maneja. Además de Toranzo, se ha ventilado que también ejerce una gran influencia sobre Carreras el diputado federal Cándido Ochoa Rojas, al que al menos le debe no haberlo vetado. Se le ubica como el verdadero manejador del congreso local y poder judicial. Tapizó las dependencias estatales de incondicionales. A Ochoa lo llaman además el poder tras bambalinas. A Carreras lo limita el llamado Grupo Tamaulipas, esparcido en todo el gabinete. Antes se ubicó como cabecilla al ex director del centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, César García Coronado, que colocó sin ambages como titular de la Comisión Estatal del Agua a Jesús Alfonso Medina Salazar. Hizo secretario de agricultura a Manuel Alejandro Cambeses Ballina y delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación al huasteco Gastón Santos Ward. Se especula que García coló al secretario de turismo, Arturo Esper Sulaimán, que también podría deberle el cargo a Sánchez Unzueta, que controla al director de los parques Tangamanga, Antonio Esper Bujaidar, padre del funcionario. En la legión extranjera destaca el oficial mayor, Elías Pecina Rodríguez, que opaca a su jefe con sus férreas decisiones. Se dice que lo controla por su habilidad discursiva como ministro protestante. En la misma tesitura se ubica al secretario de seguridad, el rebelde ex general Arturo Gutiérrez García y Alejandro Leal, entre más.

En forma prematura se ha establecido que Carreras es una copia fiel de Toranzo, lo que augura para los potosinos otro sexenio perdido. Pero todavía el cirujano lo supera, ya que por su conducta bipolar, explosiva e intestinal, se sacudió la tutela de Sánchez Unzueta, al correr del gabinete al que fuera su jefe de asesores, Juan José Rodríguez. Al consejero jurídico, Leonel Serrato Sánchez y al mismo cuñado de su mentor, el ex secretario de la Seduvop, Luis Alfonso Nava Calvillo. Parece que el fatalismo se ensañó con Carreras, que tiene al frente del ayuntamiento de la capital al polémico y exhibicionista alcalde del PRD, Ricardo Gallardo Juárez, quien desde el inicio del trienio apareció todos los días en las primeras planas de los diarios. Enemigo de la crítica, derrochador, prepotente, el edil se ha dedicado a hacer negocios con el erario. No licita las obras, las entrega a un grupo de prestanombres a los que cobra un elevado diezmo y las ejecuta con pésima calidad.

Gallardo se imagina intocable porque se coludió con el PRI para sacar a flote a Carreras. A través de un mega fraude en contra de la panista Sonia Mendoza, se estima que aportó más de 200 mil votos para evitar la inminente alternancia. Lo que valió también para lograr la libertad de su hijo Ricardo Gallardo Cardona, acusado de malversar 200 millones de pesos y tener presuntos vínculos con la delincuencia organizada. Con el empuje de sus protectores locales Sánchez Unzueta, Toranzo y Cándido Ochoa, Gallardo se volvió un fenómeno político que le permitió ganar los dos municipios más grandes de la entidad, varias curules locales y federales, que lo proyectan como el único y verdadero gobernador de San Luis. Aprovecha el perfil timorato de su vecino, al que tiene con un pie en el cuello. Lo utilizó de ornato cuando inauguró la llamada Feria Nacional de la Enchilada de Soledad y en el arranque del Festival de la Cantera, que desplazó al que antes hacían cada año los anteriores mandatarios. Pulverizado, Carreras ha optado por la penumbra. Se esconde de sus votantes en otros municipios, donde aparece como invitado de honor para inaugurar menguadas ferias regionales. Otro de sus aportes intrascendentes.

Ricardo Gallardo se ha convertido en un auténtico fenómeno político. Hizo factible la utopía de que el PRD ganara la capital, considerada un bastión exclusivo del PAN y PRD. Convirtió en añicos las predicciones de que su fracaso político era seguro, ya que Soledad no era San Luis. Al contrario, su capacidad corruptora le ha permitido establecer nuevas y sólidas alianzas con los barones del dinero, donde figura el boyante contratista Carlos López Medina, al que permite explotar el negocio del agua en sus fraccionamientos exclusivos, como una autoridad paralela. Antes se estilaba que los gobernadores pisoteaban al munícipe que tenían al frente. Lo hizo Marcelo de los Santos con Octavio Pedroza, al que provocó el llanto en público y lo obligó a volver a entregar unas motocicletas a los agentes viales. Toranzo desató una cacería brutal, ominosa, en contra de Victoria Labastida, que por patrocinar con fondos públicos la campaña presidencial de Peña Nieto, fue destapada candidata a senadora. Si ganaba, iba a poner en crisis los planes transexenales de Sánchez Unzueta. Carreras y Gallardo serían ahora parte del anecdotario. El controvertido alcalde salió a flote, no obstante tener en contra la dirigencia nacional de su partido, que lo acusó de ser el Abarca de la entidad. También superó a los demás partidos en las oscuras y denigrantes tareas del populismo. Y dará más sorpresas si busca relevar a Carreras por la vía independiente o adquiere la franquicia del Movimiento de Regeneración Nacional para hacer proselitismo en el 2018, vestido de demócrata, al lado del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

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A los Broncos del congreso, nadie les da órdenes y son mayoría

El grupo de los Broncos en el congreso local, es un combinado extraño de seres con distintas características, que sólo buscan cambiar los viejos esquemas de trabajo en el poder legislativo. Ya no puede ser el que recibe órdenes, al que le dan indicaciones para votar las iniciativas. Son formas que provienen de los años 30 y 40, donde sus integrantes acudían vestidos de bombín, nunca hablaban ni se expresaban de mala manera. La historia tiene que ser diferente, la sociedad ha cambiado, expresa el diputado perredista, Sergio Desfassiux Cabello, promotor del nuevo bando.

“El equipo nació de la casualidad, durante una reunión con un loco amigo que se llama José Luis Romero Calzada. Nos decían al inicio de la legislatura los que solos vinieron, porque subíamos a la tribuna y estábamos en contra de todo. Es cuando nacen los Broncos, se nos unieron 5 diputados del PAN, después de la ruptura que hubo en la fracción. Ahora ya somos 15 de diferentes partidos, PRI, PRD, PAN, Verde Ecologista y Nueva Alianza. Inclinamos la balanza para donde queramos. El dueño de Conciencia Popular, Óscar Vera, se sorprende porque en las tres legislaturas que ha estado, nunca le habían comido el pastel tan rápido en todos los sentidos. En lo político y en la toma de decisiones”.

-¿Ya no existe la regla no escrita de que el congreso debe subordinarse al gobernador en turno?. ¿El ex presidente estatal del PRI, Ángel Castillo, no cumple el papel de enlace, que acude a supervisarlos?.

-Siempre va a escuchar. Pero es muy distinto oir y otra que le hagamos caso. Son otros tiempos. Antes se hablaba de las bancadas, a las que les daban línea sus coordinadores. Ahora no, por lo menos para nosotros los Broncos. En lo personal yo voto según mis convicciones. Estoy en un grupo que va contra las reglas de todo. Lo que no le gusta al gobernador ni al sistema. Creo que es tiempo de cambiar, de sentarnos a dialogar y entender que las circunstancias no pueden seguir como han sido toda la vida. La verdadera democracia del país es la que se vive en el congreso. Lo de los Broncos no es nada ingenuo, porque las corrientes van hacia las candidaturas independientes o las figuras ciudadanas. Todo tiene un fin y si es el que persiguen algunos, correcto. Si al próximo congreso local o de la unión llegan muchos Broncos, habrá cambios positivos en el país.

«En seis meses le hemos votado dos iniciativas en contra al gobernador Juan Manuel Carreras. Pero también a otras personas como el abogado José Mario de la Garza, que ha utilizado la política para engrandecerse. Lo hemos tenido cerca, marcándonos el paso y no vamos a permitir que nos utilicen en ningún sentido. Me gustaría que todos los que se imaginan dueños de la justicia y la libertad, compitan en las próximas elecciones. Los quiero ver adentro, que critiquen, hablen lo mismo al estar del otro lado. A una sesión del congreso me llevé unos monitos de super héroes para caracterizarlos. Estaba batiarmando, el director del San Luis Hoy, Armando Acosta. El dirigente de Ciudadanos Observando, Robin Lupillo Guadalupe González. La Chicamaravilla, la conductora de un noticiero radiofónico, Erika Salgado y Hulk, que es Mario de la Garza, que se nos pone verde cuando se enoja. Me faltó llevar a Superman para ilustrar al jefe de los medios informativos en San Luis. Más bien hay dos muy fuertes, todos los conocemos. Uno es el magnate Pablo Valladares, dueño del Pulso y San Luis Hoy y otro el senador Teófilo Torres Corzo. No me ando con medias tintas. Son los que tienen más presencia en San Luis y los que se pelean por el presupuesto. Cuando no los satisfacen, chingan a todos, lo que no acabo de entender. Es como si todos fuéramos masoquistas, pagamos para que nos golpeen».

Negó que el término Bronco lo hayan adoptado por el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón. “No tengo el gusto de conocerlo, ni me he topado con su persona. Pero el espíritu, el manejo, tiene mucho de bronco y también de política. El equilibrio hay que saberlo llevar. Yo abro los espacios para que la gente sepa cómo soy, que puedo enfrentar al que sea, que pueden contar conmigo. Los que digan que soy ingenuo, no me interesa. Es el camino que me he trazado, soy Sergio Desfassiux, un bronco por naturaleza, que nació como tal. No fui forjado por las circunstancias. Busco que mi nombre sea una marca que se venda por sí sola»…continúa (tomado de la versión impresa Mayo 2016)