La oficial mayor del ayuntamiento de Rioverde, Gloria Olvera, fue acusada por la venta ilegal de varias toneladas de chatarra sin permiso del cabildo y congreso, con lo que pudo conseguir de 800 mil a un millón de pesos que no ingresaron a las arcas públicas. La ex regidora del Partido Encuentro Social, ahora independiente, Luz Elena Hernández Tenorio, destacó que el 31 de mayo del año en curso, la citaron a una asamblea, donde se iba a analizar el tema. Para recabar datos, visitó el taller de los almacenes municipales. Buscó conocer los vehículos que se iban a demoler. El encargado, Salvador Maldonado, le mostró un pequeño montón. Le contestó que eran pocos. Su interlocutor le aclaró que antes ya se habían rematado lotes mayores por indicaciones de Olvera. El comprador se llama Pedro Narváez, cuyo negocio se ubica en la carretera que conduce a San Ciro de Acosta.
Hernández lo visitó. Le confirmó que había comprado más de 5 trailes de chatarra. Incluso llevó maquinaria para compactarla. El kilo lo vendió a 3.80 pesos. Cuando Olvera presentó en cabildo un cuadernillo con las fotos de 55 unidades a rematar, Hernández la increpó. Le dijo que había visitado los corralones donde los trabajadores le dieron todos los detalles. La funcionaria se puso pálida, no supo qué contestar. Luego se dirigió al alcalde Ramón Torres, al que cuestionó si había autorizado la venta y dónde se encontraba el dinero. La inconforme le dijo a sus compañeros que no debía votarse el punto hasta que fueran esclarecidas las demás transacciones. A la regidora la contactaron después los veladores. Le explicaron que las operaciones las autorizó Olvera. Les ordenó no anotar nada en la bitácora y dieran todas las facilidades a los choferes para sacar los desperdicios.
Los testimonios los difundió la regidora a través de las redes sociales. Algunos empleados que se atrevieron a denunciar los oscuros manejos, fueron cambiados de su lugar de trabajo. Hernández interpuso además una denuncia penal en la procuraduría de justicia, auditoria superior y congreso local, con nulos resultados. Solicitó a los demás regidores subir un punto de acuerdo para abordar el tema, pero la han bloqueado como en otras iniciativas. Encaró al edil para que le dijera los trámites que debía realizar para ser considerada. También le exigió correr a su comadre Olvera, pero se hizo el desentendido. Le expuso que como servidores públicos, no iban a defender a compadres ni amigos. Y que la ley se aplique a sus colaboradores como a cualquier ciudadano.
Enfatizó que la venta ilegal atenta contra la ley orgánica del ayuntamiento. Se configura un fraude porque el dinero no entró a la tesorería. Olvera no puede disponer de manera arbitraria de los bienes del pueblo. Lamentó que los demás regidores, tres del PRI, uno del Verde Ecologista y otro del PT, que se dicen opositores, se hayan plegado a las órdenes del munícipe. “No entienden que son el equilibrio, el contrapeso del poder. Llegaron para servir a la gente. No han votado un punto en contra en lo que va del trienio. No hay debate interno. Algunos jamás han hablado, sólo levantan la mano”.
Negó que Ramón Torres fuera una alternativa de cambio. “Cada tres años muere y nace otra esperanza. Los ciudadanos confían en las promesas de campaña, que se olvidan cuando llegan al cargo. El edil le sale a deber al pueblo. No tiene la capacidad ni astucia para gobernar. Es incapaz de manejar situaciones complicadas. Me consta. En una asamblea de cabildo, llegó un grupo de inconformes, para que se condujera con transparencia y anular los casos de nepotismo. Enojado, le aventó la silla a los quejosos. Se escondió en el baño y dio un portazo. El ex alcalde Hilario Vázquez, sin estudios, tuvo mejor desempeño. Investigaba, atendía a los colonos. Aunque Torres es veterinario, es insensible. Las citas las prolonga después de varios meses. Cuál gobierno cercano a la gente, como maneja en su eslogan. Nada de lo que se le cuestiona tiene conocimiento. ¿Entonces qué papel desempeña?. Está claro que no manda”.
Hernández destacó que en sesiones de cabildo, el secretario del ayuntamiento, Rubén González Juárez, “lo instruye para que no me conteste ninguna pregunta. Lo manipula de manera abierta. Torres fue antes un regidor gris, no se le escuchó algún reclamo”. La denunciante detectó otras anomalías, como el cobro excesivo por derecho de piso a comerciantes fijos, semi fijos y ambulantes. La ley marca 8 pesos mensuales por metro cuadrado. Les endilgaron 30 diarios. No se sabe a dónde fueron las cuotas. Las instituciones correspondientes no hacen su trabajo. En el informe de la cuenta pública del 2016 que no se aprobó, le detectaron a Torres García observaciones por 20 millones de pesos. Luego que la cifra era de 70 millones.
“Tal vez se justifiquen faltantes por dos a cinco millones de pesos. Pero 70, significa que el tesorero, Horacio Balderas, no tiene la capacidad para presentar los documentos en tiempo y forma. Es raro, se trata de funcionarios que en las administraciones panistas siempre han ocupado algún cargo, como regidores, contralores o desarrollo social. No aprenden. Cuando un partido llega al poder, envía a sus mejores soldados. El PAN debe buscar entonces ciudadanos más aptos. Ramón Torres ofreció un terreno propio para la feria regional. Tampoco cumplió. En los recientes festejos hizo una kermese como en otras veces. Es penoso que Rioverde no tenga instalaciones propias. En Venado, ya las tienen. Lo mismo el Refugio, Ciudad Fernández, con infraestructura adecuada”.
La regidora aludió al comerciante Fernando Ceballos, que le facilitaba a Torres un predio gratis, para realizar la feria durante el trienio. El local se ubica a un costado de la tienda Aurrerá. El alcalde optó desembolsar 500 mil pesos por 9 días de jolgorio al propietario, Ignacio Noyola. Más los del año anterior suman un millón de pesos, con lo que pudo enganchar un lugar propio. Hernández resaltó como una de las gestiones más sobresalientes del munícipe haber destrabado el litigio del bulevar ferrocarrilero que tenían con el empresario Ramón Cervantes, que ofreció una salida en 8 millones de pesos, pero Torres desembolsó 10 millones. Prevalece la duda.
Hernández desconocía que se fuera a inaugurar el llamado parque Tangamanga, pero es más urgente un rastro municipal. El que existe funciona de manera insalubre. La carne la trasladan a plena luz del sol. No tienen refrigeradores. Sólo cuentan con una camioneta que se descompone cada rato. “En lo de la chatarra, la ciudadanía tiene que pasar de espectadora a actora. Poner en ejercicio la democracia, manifestarse en contra de los malos gobiernos a los que no les interesa el desarrollo del pueblo”. El 16 de agosto presentó una denuncia en el Tribunal Electoral del Estado ya que se violentaron sus derechos políticos. No se le considera en los puntos de acuerdo y recibe un trato déspota del secretario González Juárez. Tienen que votar si le autorizan expresarse. “No me pueden limitar el privilegio a expresarme. Me hostigan, violan mis facultades constitucionales. No podemos permitir el acoso y violencia. También solicité apoyo de los diputados”.
Junto con la planilla que buscó la alcaldía, renunció al PES, ya que nunca los respaldó en lo económico ni político la dirigencia estatal y nacional que los vendió al mejor postor. Las pruebas las mostró sin ninguna respuesta. Ahora se desempeña como independiente. “Hablé varias veces con el presidente, Hugo Erik Flores Cervantes, que no actuó. No puedo faltar a mis principios y valores como persona. No me presto a corruptelas. Me pidió tiempo, le di un año y no respondió. Estamos comprometidos con Rioverde, vigilamos el manejo honesto de las arcas”. Calificó de exagerados los gastos de 8 millones de pesos que se gastaron en el aniversario 400 del municipio. Solicitó por la ley de transparencia lo que se cubrió a algunos artistas. Fue insultante el cobro de un millón 600 mil pesos del dueto integrado por Tania Libertad y Eugenia León. La sobrina del secretario de finanzas, José Luis Ugalde, la artista Ana Bárbara se llevó 800 mil pesos. Le resultó extraño que Torres haya nombrado al funcionario, ciudadano distinguido.
