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José Luis Fernández alias “El Chiquisâ€, el “enlace de dos poderesâ€, escupe para arriba

Igual que su jefe el gobernador Ricardo Gallardo, el “enlace de dos poderesâ€, José Luis Fernández, alias “El Chiquisâ€, también escupe para arriba. Por un lado, se opone férreo a que se integre el comité que vigile el destino de más de 2 mil millones de pesos por la venta de los terrenos de la armadora de autos Ford, que debe canalizarse a obras prioritarias en las cuatro zonas del estado. Gallardo se sacó de la manga, que lo habrá de invertir en un segundo piso del distribuidor Juárez, que hará de cuota, cuando nadie lo solicitó.

Para curarse en salud, amenazó con auditar el contrato de la basura, que el alcalde Enrique Galindo, volvió a entregar a la empresa Vigue por otros 15 años. Alude a una conducta anómala previa, de un préstamo solicitado por el organismo operador de agua potable y alcantarillado, Interapas, de 150 millones a Banjército, que ya invirtió en obras y se cubrió puntual. El despliegue de Fernández tiene como propósito, que Gallardo lo haga el primer alcalde de Pozos, de donde no es oriundo, apoyado en el apresurado destape que le hizo el dirigente estatal del Verde Ecologista, Eloy Franklin. La cargada enojó a Gallardo, quien le exigió, renuncie al cargo de legislador, para que haga abierta campaña. No le valió a Fernández, someter a los legisladores con sus métodos sui generis. Tampoco representar a Gallardo en el negocio millonario del palenque en la Feria Nacional Potosina, manejada con criterios patrimonialistas. Ni siquiera, los cabildeos para dilapidar más de 300 millones de pesos en una nueva sede legislativa, que no hace falta ni solicitó al menos, un parroquiano, para festejar el gran desempeño de los diputados.

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La prepotencia de José Luis Fernández “El Chiquisâ€

En el Congreso del Estado, aun cuando el diputado del Verde Ecologista, José Luis Fernández Martínez, alias “El Chiquisâ€, ya no es presidente de la Junta de Coordinación Política, todas las decisiones, acuerdos administrativos y manejo de los recursos, siguen bajo su control. A los diputados opositores, los mantiene quietos por medio de prebendas, chantajes o amenazas veladas. Los coordinadores de diversas áreas, al que obedecen y le rinden cuentas, es también al llamado enlace con el gobernador. Maneja a su antojo la jefatura de prensa, que ocupa la ex empleada del ayuntamiento de Soledad y ex conductora de TV Azteca, Yoali Pliego.
El congreso no funciona como un poder autónomo e independiente, se ha convertido en un apéndice del ejecutivo. Al acatar las líneas que les dictan desde palacio de gobierno, se favorece con jugosos contratos de publicidad a medios informativos afines al mandatario Ricardo Gallardo y portales creados ex profeso para exaltar su desempeño. Y por el contrario, dejan fuera de los convenios, con inverosímiles pretextos o les asignan ínfimas cantidades a los medios y portales que osen cuestionar la labor de su jefe real el gobernador.
El legislador José Luis Fernández Martínez, ante la inminente salida del director jurídico del congreso, Fernando González Macías, ya busca colocar como relevo a un recomendado de Gallardo Cardona. Es tal el sometimiento de la actual legislatura, que el propio gobernador, les impuso construirles un nuevo edificio, al que le asignaron en el presupuesto 310 millones de pesos. Obra no prioritaria a la que primero se le destinó el dinero, sin tener terreno donde se construirá ni el proyecto de la obra.
En una asamblea de la cartera de gobernación, que preside, iban a revisar las firmas que se presentaron para municipalizar Pozos. Fernández dio una muestra de la prepotencia de cómo conduce el congreso. Le levantó una acta administrativa y amenazó colérico de correr a un asesor del diputado del PRI, Edmundo Azael Torres Cano, ya que durante la cita, le entregaron al asesor, en una memoria USB, el material de las firmas.
Las pasó a la computadora personal, que es su herramienta de trabajo. Durante el lapso de la reunión, se vio en la necesidad de salir del congreso y se llevó su laptop. La acción bastó para que Fernández se presentara en la oficina de Torres Cano, reclamar fúrico y altisonante, que era el responsable del tema. Y no sabía las intenciones del asistente cuando se ausentó. Y que su actuar era poco profesional. Lo hizo responsable de cualquier anomalía que ocurriera con los datos.
Al reanudarse las tareas del comité, “El Chiquis†se presentó con el contralor, una persona de recursos humanos y le levantó una acta administrativa al empleado, que ya se encontraba presente. Le dijo que ya no estaría en las reuniones y que de su cuenta corre, que lo despidan del congreso. Como dice el dicho popular, el que nada debe nada teme, ¿qué esconden las firmas que tan airado atesora el vigilante del gobernador? ¿Acaso un fraude adelantado?