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La escritora Cale Agudis, su madre y militares de alto rango, víctimas de la estafa

La pujante escritora local, Cale Agundis, junto con su madre, resultaron víctimas de la trampa que orquestó el motivador, Gabriel Salazar. Cuenta que invirtió su dinero en Invercorp, convencida por unos parientes. Creyó en los defraudadores, porque como a muchas de las incautas presas, los convencieron de ser una financiera sólida, respaldada por 23 empresas boyantes, donde nunca iban a permitir que los ahorros estuvieran en riesgo. Ante el desfalco, se sumó a la ola de demandas penales contra los directivos.

Los primos que tenían su dinero en Invercorp, le hablaron maravillas de la empresa que daba réditos del 10% de lo que se invertía, por lo que metió su dinero en mayo del 2019. Durante 7 meses recibió puntual las ganancias. En diciembre decide aportar más capital, pero fue justo cuando iniciaron los problemas. En enero ya no le entregaron los intereses. Argumentaron que en diciembre les habían realizado una auditoria, donde salieron pésimos. Descubrieron que el director de Invercorp, Milton González, les había robado y tenían problemas con la Secretaría de Hacienda.

Le prometieron que los fondos, junto con los intereses, se lo depositarían el 27 de enero, lo cual no ocurrió. Después le aseguraron que el 17 de febrero los recibiría, al  no cumplirle, decide venir a San Luis. Se  entrevistó en las oficinas de la empresa con el empleado que siempre la atendió. Le dijo que ya no le podrían dar el 10 % de ganancias, que ahora sería el 3% y la hizo firmar un nuevo contrato. “Cuando me entrevisté con tal persona, que era una pieza clave en la empresa, siempre estuvo al tanto de mí y de un grupo como de 100 inversionistas, noté algo que no me gustó. Cuando lo cuestionaba, me salía con evasivas, me daba largas, mentía. Aseguró que iban a empezar a depositar y ponerse al corriente el 27 de febrero”.

“Regresé a San Luis otra vez a finales de febrero. Ahora acudí con mi abogado. Fue la primera vez que fui al edificio M, ubicado en Carranza, donde operaba Invercorp. Las oficinas estaban oscuras y horribles. Lo primero que veo en las paredes son las fotografías del Gabo Salazar y los otros dueños, mafiosos a morir. Hablo con el que me atendía. Reiteró que la empresa estaba muy mal y que tenía la opción de retirar el ahorro. Mi abogado que estuvo presente, dijo que no le daba 3 meses de vida a la empresa. Me aconsejó retirar la plata. Salieron que no me la podían entregar en una sola partida, sólo diferido en 12 meses, por lo que me dieron unos pagarés que debería llevar cada mes, cobrarlos hasta liquidarme. Es donde la puerca torció el rabo, porque no me han dado nada”.

Agundis refiere que demandó a Gabriel Salazar Soto, se enteró que Invercorp fue una empresa creada para engañar a las personas, con el típico perfil de que en los primeros meses cumplen con lo acordado y después dan el sablazo. “Me recibieron el dinero que invertí en unas oficinas que tenían en la venida Carranza, frente al hotel HN. Me recibió Miltón González Romero, que era director. Me pintó una firma que era la quinta maravilla, la número uno del año, que apoyaban a los potosinos, que tenían un grupo de 24 filiales, por lo que era casi imposible, no cumplieran. Si un negocio no funcionaba, estaban los otros de respaldo. Me pareció lógico porque hacen los números y salía que garantizaban los rendimientos. Decidí aceptar, nunca imaginé que en 7 meses estarían en quiebra”.

La escritora señaló que el capital invertido, es en gran parte, el ahorro de toda la vida. Salazar lo iba a destinar para construir un complejo de rascacielos en todo el país, lo cual nunca ocurrió. También llevó lo juntado por su madre, mayor de 80 años. Otras personas cayeron en diciembre del 2109, lo que obtuvo Salazar, lo canalizó a comprar el rancho de sus sueños. “Nos dijeron que sería un gran productor de ganado. Nos lavaron el coco. Sólo fue un capricho. Como quiera yo me recupero, pero mi viejita, que puso todos los ahorros de su vida, se la pasaron a  fregar. Es algo muy injusto. Si Salazar no paga, lo adecuado es que lo metan a la cárcel. Nadie de los afectados, nos tentaremos el corazón. Fue un robo, abusaron de nuestra confianza”.

El 22 de mayo, mediante un comunicado, Gabriel Salazar, que se ostenta como presidente del consejo administrativo del Grupo Infiniti, subsidiarias y filiales, dijo que las empresas entraron en una severa crisis de insolvencia y de finanzas que los ponen a punto del colapso. Puso de pretexto, la emergencia del covid 19, exceso de inversiones, un agresivo apalancamiento, la pérdida de diversas fuentes de ingresos, caída de algunos proyectos y cancelación de contratos. Anunció que entrarían a un concurso mercantil y aseguró que luego de salir, les pagará a todos los acreedores. “Gabo Salazar se declaró en quiebra, perdón, se mermó la cuenta millonaria de todos. Nos pasé a chin.. y no se compromete a darnos ningún peso porque no lo tiene. Dice que va empezar a pagar de mayor a menor. Es decir, primero a los socios más fuertes y después a todos los chiquitos, donde estoy yo, lo que se alcance y los que no, lo disculpen. Me enteré que sus papás ya se habían fugado, que toda la familia tiene orden de arresto. Los padres quedaron a deberle a mucha gente. Me decía mi madre, ¿cómo pretendes que el mentado Gabo Salazar sea una persona  honorable, respetable, leal, con valores, principios, si sus progenitores están peor”.

Hay tres litigantes que llevan las demandas de casi mil afectados por Invercorp. Entre los defraudados se encuentran 25 militares de alto rango, coroneles y generales, que invirtieron sus ahorros y parte de las pensiones. Otras personas perdieron casa y vendieron sus negocios para invertir los recursos que ahora se esfumaron. La escritora Cale Agundis confía en su abogado, que representa a otras 100 víctimas. Les dijo que hay posibilidades de recuperar el dinero.

Decidieron irse por la vía penal y exploran la alternativa de embargar los bienes y rematarlos. “Como somos muchos los perjudicados, el asunto tiende a convertirse en un problema social, por lo que debe  intervenir el gobierno estatal. Se tienen pruebas y testimonios de la gente. Yo no iba a demandar, confío en la justicia divina, pero después alguien me animó. Me dijo que era la única forma de recuperar lo perdido. Salazar no volverá a dormir con la conciencia tranquila”.

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Fernando Toranzo, en el epicentro de la estafa de Invercorp

Existen algunas evidencias que ubican al ex gobernador Fernando Toranzo Fernández en el epicentro, en la zona cero del escándalo financiero que provocó su presunto testaferro, el presidente del corporativo Invercorp y sus filiales, Gabriel Alan Salazar Soto, que en su abanico de empresas, aparece como suya Proshine Servicios de Limpieza Integral, que antes atendió la Unidad de Especialidades Médicas de Valles. Las trabajadoras Margarita Zurita y Diana Bernal Zurita, revelaron que la firma pertenecía al cirujano, que también fue director del hospital de Valles y secretario de salud en el sexenio de Fernando Silva y Marcelo de los Santos.

El organismo Ciudadanos Observado ha denunciado que la secretaria de salud, Mónica Rangel, ligada a Toranzo, le ha entregado a diversas empresas de Gabriel Salazar y su hermano Jonathan Alfonso Salazar Soto, contratos por más de 19 millones de pesos. En una especie de catarsis social, Gabo Salazar, en una arenga que tituló A los que me tiran, les entregó más “combustible” a sus detractores para que lo ataquen  con fiereza. Reconoció tener muchas “fallas”, como haber sido mesero, taquero, repartidor de volantes y cargador en el mercado de abastos. Nació fuera de matrimonio. Conoció a su padre biológico a los 16 años, el litigante Carlos Víctor Cano Zuart, denunciado por el representante legal de los inversionistas afectados, Salvador Rincón Iglesias, que ilustró de manera magistral el intríngulis de la transa.

Denunció el fraude cometido por Invercorp Capital Financiado, localizado en Carranza 1551. Se deriva y es filial de Cano Soto y Asociados. El presidente del consejo administrativo es Salazar Soto. “Aparece su papá, Carlos Víctor Cano Zuart y Pedro Aquino. Constituyen Grupo Infiniti con 21 empresas, la mayoría fantasmas. Las que nos ocupa es Invercop, que le solicitó a la gente, invertir su dinero con un pago del 10% de utilidades sobre los depósitos. Los más pequeños eran de 50 mil pesos, pero hay de 100, 150, 300 mil y de 2 a 3 millones de pesos. La mayoría lo hizo a través de contratos de inversión en forma individual. Alcanzaron a cubrir el porcentaje hasta octubre del 2019”.

“En noviembre y diciembre empezaron los problemas, retrasaron los pagos, no saldaron las utilidades. El total de socios perjudicados es de 850. Hicimos la denuncia ante la fiscalía local el 8 de mayo por los delitos de fraude y asociación delictuosa. Luego se adhirió otro grupo y demandó el 21. Está pendiente un bloque más. Buscamos que nos paguen rápido el capital que asciende a 14 millones de pesos. Las utilidades las podemos negociar a tres meses. Nos enteramos que Gabriel Salazar iba a promover un juicio de concurso mercantil, lo que resulta difícil de creer, ya que la plataforma del poder judicial abrió el correo electrónico desde el lunes 18 de mayo, hace una semana, para los que quieran presentar demandas de carácter civil, mercantil o familiar. Ya no se supo más”.

“Seguiremos en pie de lucha. Le envié un mensaje al gobernador Juan Manuel Carreras y al secretario, Alejandro Leal, para que nos reciban. Les debe interesar el caso, están obligados a vigilar que las instituciones financieras cumplan con los inversionistas y socios afectados. Consideramos al ejecutivo una persona sana, limpia, que nos ayudará con la justicia. Vamos a gestionar un juicio mercantil por concurso, para que las propiedades que tenga la empresa, las saquen a la venta. Se convoque a las personas a través de los edictos del juez que conozca la causa. Se trata de una sociedad estatal denominada Cano Soto y Asociados”. Se conformó en la notaría 36, donde protocolizó el acta, el suplente, Hutizilihuitl Ortega Pérez. El titular es Alfonso José Castillo Machuca, ambos identificados con el ex gobernador panista, Marcelo de los Santos Fraga, que en su papel de comisario de la extinta Unión de Crédito Regional, avaló una quiebra ilegal que superó los 10 mil millones de pesos.

Rincón denunció que Salazar siempre anda escoltado con 10 guaruras, que se mueven en vehículos blindados, “para embestir. Usa policías privados de Scolta, una de sus filiales del grupo Infiniti, que depende de manera directa de Cano y Asociados. Los agentes laboran en Plaza Tangamanga. Tememos por nuestra integridad personal. Me siguieron el 17 de mayo a la altura de la Cancha Morelos, donde me dio un alcance un Ford Police, blindado, con 6 elementos. Le comenté a mi esposa que nos seguían los escoltas de Salazar, que iba adelante, en su camioneta Grand Robert, con vidrios polarizados. Pedimos el apoyo de Carreras, que nos atienda y de la ciudadanía, para no ser víctimas de un atentado”.

Aunque Toranzo le garantiza impunidad jurídica y política a su testaferro Gabriel Salazar, el verdadero autor material e intelectual del veleidoso motivador es su padre, Carlos Víctor Cano Zuart, al que el ex gobernador Fernando Toranzo, ubicó como administrador de la jurisdicción sanitaria de Valles de la Secretaría de Salud, de enero de 1993 a diciembre de 1994. Antes fue administrador del hospital de segundo nivel materno infantil en la capital, donde duró dos años con tres meses. Fue director administrativo del grupo constructor MB, que se ubica en Avenida de las Artes. Estuvo como director de administración, promoción y gestoría de un lienzo que se ubica en Charro Mexicano 122, fraccionamiento El Cortijo.

Figuró como director ejecutivo y socio de Clinker Eecsa Constructora, que luego se transformó en Eecsa Constructors. Fue director y socio de Acceso Móvil Digital. Director y socio del salón de fiestas, El claustro, del 2004 a la fecha. El negocio aparece en el engranaje de Invercorp. Es director del despacho Carlos Cano y Asociados. Es director administrativo del Instituto Vive Hoy, asociación civil, que presume en folletos su hijo. En sus inicios fue auxiliar de archivo de Ford Disauto en Chiapas. Agente fiscal y jefe de licencias sanitarias en la Secretaría de Salud en Tuxtla Gutiérrez. Jefe de oficina de organización y métodos en México. Estuvo 8 años y 7 meses en la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial. Cano Zuart es licenciado en economía por la Universidad Tecnológica de México. Hizo dos de seis módulos de una maestría en economía administrativa en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.  En días recientes, inauguró lujosas oficinas donde despacha como delegado de transportes y construcciones de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos.

Fernando Toranzo también puede ser el principal financiador de los oscuros negocios de Gabriel Salazar. En su etapa de gobernador, junto con su ex cónyuge, la presidenta estatal del DIF, María Luisa Ramos Segura, amasaron una jugosa fortuna, ya que exigían sobornos por el 30% en las obras y compras que realizaban. Al adquirir equipo de seguridad a proveedores de Nuevo León, se ganaron de una tajada, libre de impuestos, cerca de 200 millones de pesos. Ramos, con su hermano Rodolfo Ramos Segura, obtuvieron pingues ganancias en el manejo irregular de los desayunos escolares y hechura de estufas ecológicas. El gigantesco saqueo de las arcas públicas motivó que el ex director de los parques Tangamanga, Martín Toranzo Fernández, solicitara cárcel para su hermano y cuñada. Luego se enredó en una serie de acusaciones de corrupción con el ex jefe de prensa, Roberto Armando Naif Kuri. El litigio todavía sigue vivo en los tribunales. La fórmula que sintetiza el actuar subterráneo de Fernando Toranzo en la mega estafa de Invercorp, se reduce en las figuras de Carlos Víctor Cano Zuart, Mónica Liliana Rangel Martínez y el controvertido parlanchín en declive, Gabriel Alan Salazar Soto.