Fernando Toranzo asumi贸 el poder con la falsa imagen de ser un m茅dico humanista, de pueblo, para imitar al l铆der hist贸rico, Salvador Nava Mart铆nez. Conmovido, hasta expeler l谩grimas, se dijo hermano de los ind铆genas de la huasteca, a los que abandon贸 en sus ancestrales carencias y sufrimientos, alarde贸 de su honestidad a ultranza, la que no pudo respaldar cuando us贸 el erario para el despilfarro y los ofensivos negocios de sus familiares. Dilapid贸, especul贸 y perdi贸 fondos millonarios de las pensiones de los trabajadores. Entreg贸 la seguridad p煤blica a sicarios que masacraron a potosinos indefensos. Sin liderazgo, ap谩tico, irresponsable, opt贸 irse de pesca en su nuevo yate.
Abandon贸 sus tareas primarias y desmantel贸 su gabinete cada instante que se alteraba su bipolar conducta. En lugar de practicar la doctrina de Hip贸crates, que jur贸 defender, fue denunciado de privatizar los menguados servicios del hospital central. No le importaron las decenas de muertes por influenza, que se pudieron evitar si enarbola una campa帽a eficiente y oportuna de vacunas. En su desastroso mandato, gener贸 la burla colectiva de que hubo otros gobernadores paralelos. El fallido galeno ser谩 recordado por no haber realizado alguna obra trascendente para beneficio de los potosinos.
