Sin obstáculos, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona arrasó con las Juntas de Mejoras o de Participación Ciudadana de la capital, una estructura suficiente para subir a su equipo al siguiente peldaño y cerrarle el paso al presidente municipal Enrique Galindo Ceballos, que apuesta a construir un andamio paralelo a través de los promotores culturales en las colonias y comités de seguridad, que le ayuden a reelegirse o buscar otro cargo electivo. La injerencia del mandatario en el ayuntamiento, desde el principio, fue consensada, denunciaron parroquianos que participaron en las votaciones. Los responsables del proceso entregaron las mesas de los centros de sufragio a los activistas de Gallardo y luego desecharon las impugnaciones, que dieron fe de la maniobra, a través de funcionarios públicos y líderes de barrios, ligados al también boyante vendedor de pollos.
El proceso concluyó el 31 de marzo al instalarse el Nuevo Consejo de Desarrollo Social Municipal, integrado por 52 consejeros electos entre los 284 nuevos presidentes de las Juntas de Mejoras. En ambos órganos, la gran mayoría de sus miembros son militantes del Verde Ecologista o posiciones del gobernador. El PRI apenas coló menos de 8, el PAN, que casi llevó a la alcaldía al ex comisionado de la Policía Federal, subió 15. Aunque el subdirector de desarrollo rural y responsable del proceso comicial, el ex diputado local, Martín Juárez Córdoba, declaró que más de 30 miembros son ciudadanos, sin colores partidistas.
En la ceremonia para instalar al nuevo Consejo de Desarrollo Municipal y toma de protesta, Galindo Ceballos reconoció las diversas y ajenas intervenciones. “No puedo mentir, metieron la mano el Partido Verde, Morena y otros, pero al final ganaron los que hoy están aquí, todos ustedes”. Llamó a cerrar filas. “Es tiempo de trabajar, para cambiar la ciudad, tenemos a los representantes del municipio completos”. Ciudadanos que participaron, denunciaron un proceso lleno de vicios para hacer ganar a Gallardo en casi todos los órganos. Los inconformes interpusieron escritos de incidentes, denuncias por la compra de votos, entrega de despensas, que contaron con el beneplácito de los funcionarios de desarrollo social. Demandaron nulificar las casillas donde se impusieron los contrarios. “Las juntas y el consejo los controla ahora Gallardo”, sostuvieron.
Aunque algunos integrantes del gabinete, manifestaron que al final, la balanza se recompuso al elegir los consejeros. “Se empató 50 y 50”. Otros más optimistas sostuvieron haber ganado, ya que hay consejeros afines a Galindo”. Pero es evidente que no hay un equilibrio, en ambos órganos de las colonias, los resultados favorecen al gobernador. Es por lo que el edil busca recomponer el camino. Activó rápido los promotores culturales. Impulsa en las demarcaciones, los comités de seguridad, una estructura paralela a las Juntas de Mejoras. Busca desmarcarse lo antes posible de su verdugo. Atender las indicaciones del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, “Alito”, que en su reciente visita a San Luis, le pidió zafarse de Gallardo, si quiere continuar su ascenso político. No hacer lo que hizo el ex gobernador Juan Manuel Carreras, que se mantuvo bajo el yugo del hoy gobernador y de su padre, Ricardo Gallardo Juárez, a los que recurrió para que lo hicieran ganar con fraude.
Una concesión forzada
El gobierno municipal no resistió el embate de Gallardo y su partido y le entregó el control de las Juntas de Mejoras y del Consejo de Desarrollo Social. En la asonada intervino el diputado local y jefe del Grupo Parlamentario del PAN, Rubén Guajardo, que ya arrancó precampaña para buscar la alcaldía de la capital. El Consejo Estatal Electoral se convirtió en un observador de piedra, cuando debió garantizar la absoluta transparencia. Activistas del PRI y líderes, señalaron al subdirector de desarrollo rural del ayuntamiento, Martín Juárez, de acabar con el partido y entregar a Gallardo los órganos ciudadanos. “Usted es el responsable de la debacle del PRI, le va a dar la estocada final, al entregarle en charola de plata, las Juntas de Mejoras a Gallardo. Hay suficientes indicios”.
Ambos órganos penden de alfileres, sus integrantes no tienen el nombramiento del Consejo Estatal Electoral. Significa que el camino está abierto para que los colonos inconformes, recurran a instancias federales y demanden la nulidad. Se suman otras fallas que privaron en el proceso, aunque la más grave, fue no pegar la convocatoria en las colonias, por lo que se pueden anular las votaciones. El argumento de Juárez Córdoba es que había veda electoral. Si el justificante se aplica, entonces debió posponerse lo planeado.
El área de desarrollo social bajo la tutela de Jorge Miramontes Aldana, pronto fue superado por el equipo operativo de Gallardo, que se apropió del 75% de las Juntas de Mejoras y más del 50% de de las posiciones en el Consejo de Desarrollo Social Municipal. Además, quedó al descubierto que dejó actuar sin restricciones a los emisarios del gobernador. Aunque también abonó la falta de experiencia de los funcionarios y que el Consejo Estatal Electoral dejó a la deriva al municipio. Es el segundo revés que Gallardo asesta a Galindo. El primero fue el 25 de noviembre, cuando coló a la edil de Soledad, Leonor Noyola Cervantes, como presidenta de la mesa directiva de la Red Potosina de Municipios de Salud, pero además, lo dejó fuera del organismo. Aunque los simpatizantes del munícipe, sostienen que hubo un previo acuerdo consensado.
En los preceptos para validar las Juntas de Mejoras, se establecía que los órganos ciudadanos se integran mediante asambleas en lugares públicos, con el voto libre y abierto. El mismo día se inscriben los participantes y presentan su plan de trabajo. Se hacía el escrutinio de votos, se dan a conocer los resultados y toma de protesta de los presidentes electos. El departamento de desarrollo emitía la convocatoria que se exhibía en los lugares más vistos de la colonia. Incluso se hacía perifoneo.
Cuando asume la alcaldía Ricardo Gallardo Juárez, incluye en su estrategia, ampliar el alcance de las Juntas Vecinales o de Mejoras. Apenas llega al gobierno, echa a andar la maquinaría, que integran con aliados en cargos públicos y red de activistas. El gran beneficiario fue su hijo, que le arrebató el control a Galindo, al que ubica como su principal adversario al momento de nuevas elecciones. Ya reveló que no se dejará manipular. En una entrevista con La Noticia, destacó que no se irá a las filas del Verde Ecologista, porque ya maduró, a diferencia de otros ediles que se doblaron ante las exigencias del gobernador.
Antes que Galindo asumiera el control del ayuntamiento, Gallardo ya tenía planeado quitarle el control de las juntas vecinales. El 7 de octubre del 2021, el legislador panista, Rubén Guajardo, presentó la iniciativa para expedir la Ley de Juntas de Mejoras, que deroga la Ley para la Integración y Funcionamiento de Juntas y Comités de Mejoramiento Moral y Cívico que data de 1958, que se desfasó. El miércoles 24 de noviembre del 2021, el congreso del estado aprobó unánime el decreto ya rasurado en comisiones. En la parte de los motivos, se asentó que el objetivo es ciudadanizar los organismos. Los miembros de la junta estarían impedidos para participar en proselitismo o condicionar el acceso a los programas o apoyos públicos. El proceso se efectuará cada tres años, correrá a cargo del Consejo Estatal Electoral, también recibe y atenderá las denuncias encontradas. Se consideran organismos jurídicos, con capacidad de establecer acuerdos y convenios para vincular a la gente con las autoridades.
A Guajardo se le ubica como un diputado del Verde Ecologista y aliado de Gallardo. Sus detractores aseguran que se reeligió en el quinto distrito local, reducto de los Gallardo, con el apoyo del ex diputado local, Cándido Ochoa Rojas, con el que compartió curul hace tres años. Ochoa, aunque enfermo, es de los más cercanos al gobernador y su padre, Gallardo, a los que antes protegió como secretario de gobierno, para que no pisaran la cárcel por su historial delictivo.
Gallardo Cardona logró que el Consejo Estatal Electoral desplazara al ayuntamiento al organizar las elecciones de las juntas de mejoras. Entre los nuevos lineamientos, estableció que se votará en casillas electorales. Sera hará en demarcaciones que incluyan dos o más colonias. Es indispensable la credencial de elector. El registro y plan de trabajo de los aspirantes, se hará antes de los comicios. Los resultados se darán a conocer después del cómputo y escrutinio final. El órgano dejó a la deriva al ayuntamiento. Mandó 284 paquetes electorales, que por varias horas estuvieron en el patio central de la Unidad Administrativa. No capacitó al personal. Se concretó a fungir como un receptor de peticiones. No atendió las denuncias y quejas de los participantes. Luego de un mes de las votaciones, no había entregado los nombramientos de los presidentes de las juntas de mejoras. Galindo esperó hacer la protesta, en una ceremonia multitudinaria que iba a aglutinar a casi 3 mil ciudadanos.
Para ganarle la partida a Galindo, Gallardo involucró a funcionarios del gabinete, como la coordinadora de Participación Social de la Secretaría de Educación, Ana Pineda Guel, que durante el proceso, no acudió a laborar. Sumó a la directora del registro civil, Deisy Maribel López Sierra. A la diputada local, Patricia Aradillas. Al mismo secretario de desarrollo social, Ignacio Segura Morquecho, que se dedicó a repartir despensas a cambio del voto. La regidora de la capital, María Olvido, que duró en el cargo cuatro meses, luego brincó como magistrada del poder judicial. Aspirantes a dirigir los órganos civiles, manifestaron que Olvido, junto con el subdirector de organización social, Roberto Guillú Díaz y su consejero, Carlos Rodríguez Ponce, como responsables de la logística, se brincaron al equipo Verde. Coaccionaron el voto de los colonos a favor de Gallardo.
El alcalde encargó la tarea de ganar, al subdirector de desarrollo rural, el ex dirigente estatal del PRI y ex diputado local, Martín Juárez Córdova, que sumó a Guillú, Rodríguez y la subdirectora de los Centros Comunitarios, la sempiterna ex candidata del PRI a la alcaldía de Soledad, Margarita Hernández Fiscal. Pero el gran responsable era Miramontes Aldana, que se mantuvo fuera de los reflectores. El equipo convocó a los trabajadores de los centros de comunitarios y del área de deportes, a los que los sometieron a 18 horas de jornadas extenuantes sin pago. Les encargaron el trabajo de campo, nombrar presidentes y escrutadores de las mesas de votación. Pero no alcanzaron a cubrir los espacios. Las elecciones fueron irregulares, no se publicó la convocatoria en los lugares más visibles, lo que es motivo de nulidad. El ayuntamiento abrió los sobres que iban para el Consejo Estatal Electoral, para hacer un reconteo de votos y modificar las actas.