Circuló una nota en el portal denominado “La Orquesta” en la cual se habla de propiedades millonarias de nuestro señor gobernador Juan Manuel Carreras López, que se dice, intentó ocultar, lo cual ni es nuevo ni el hilo negro descubierto en la política, menos en el estado. Parece más un golpe político, de los que se arman desde adentro. Como decía mi madre, nada está oculto bajo el sol y la mentira dura mientras la verdad aparece. Si recordamos un poco, hace un año, cuando se habló de los candidatos a gobernadores, fue precisamente Juan Manuel Carreras quien se resistió hasta el último momento permitido para presentar su declaración patrimonial. Fue objeto de críticas y descobijadas sobre sus propiedades, lo que no me parece nada justo.
Carreras siempre ha sido de la clase acomodada, con muchos, pero muchos boyantes trabajos. Es una persona con un carácter conservador, nada ostentoso, no le gustan los excesos personales, se le conoce una vida de apego al trabajo, familia, deporte y lo que llamaríamos, una existencia sana. Tales personas tienden a hacer inversiones precisas y bien estudiadas, lo que les lleva a acrecentar sus fortunas o grandes ingresos, lo que les ayuda a las inversiones productivas o agarrar las oportunidades. Como dijeran en el rancho, le ven el caballo y le ofrecen la silla. Es por lo que dudo de otras propiedades de nuestro gobernador. ¿Cuál es el objeto de exhibirlas ahora que su gobierno está desdibujado, con una falta de proyección?. Se advierte más un pago de facturas al designar funcionarios incomprensibles. Son probables compromisos personales. Por su probada honradez, compromiso social y ganas de servir al estado, dudo que haya designado al secretario de finanzas, Sedarh, gobernación, del trabajo, desarrollo económico, turismo, educación, comunicaciones y transportes. Para no hacer la lista larga y tediosa, a más de un subsecretario. O como esas nuevas creaciones, como la de enlace, que lejos de ayudarle, sirven para que los titulares hagan su propia campaña con recursos del estado, con miras en el 2018.
Amén de los quemadísimos y despreciados ex presidentes municipales que en sus propios pueblos donde gobernaron al mismísimo estilo y con estricto apego a “La Ley de Hidalgo” y los que se incrustaron en el gabinete estatal. No existe una fuerza de gabinete coordinada que lo fortalezca o busque hacer del gobernador una persona cercana a la gente. No hay una operación política encaminada a fortalecer a nuestro gobernador. Después de las elecciones, el recreo se acabó y todos a trabajar. Si al ejecutivo le va mal a los potosinos comunes nos va peor. No apoyé a Carreras por falta de ganas. Es que su equipo atendió otras cuestiones, no lo acercaron a la ciudadanía para hacer compromisos serios de trabajo, como el combate a la corrupción y un programa integral para la gente del campo, para los más desprotegidos. Afirmé en una revista: “Carreras es un buen hombre, no merece perder”. Todavía tengo tal imagen de Carreras, que es un hombre de buena voluntad. Creo que el golpeteo en su contra busca debilitarlo desde el interior de su propio gobierno, donde hace falta mano dura y decisiones fuertes a favor de los potosinos.
Ya es tiempo de que se quite la venda de los ojos y tome las decisiones acertadas. Evalué a sus funcionarios, realice los enroques necesarios donde la premisa sea el compromiso social y la lealtad a su figura. Sobre el tema que ocultó propiedades, prefiero saber que tiene muchas más y bastante dinero para que nos deje en paz las arcas del estado y no caiga en las tentaciones. San Luis ya no está para crear nuevos ricos. Hay que apretar para que sus colaboradores no se conviertan en los cuarenta o más ladrones. Mi reflexión no es para golpear. Espero sea tomada como la sugerencia de un humilde mortal. Nuestra saqueada entidad necesita cambios y bendiciones.