En una de sus primeras acciones al asumir la gubernatura, Ricardo Gallardo Cardona anunció un equipo de fuerzas especiales tipo Swat, con el objetivo de reducir la violencia y combatir a las células delictivas en San Luis Potosí. Sin embargo, a tres años de anunciar la presencia del escuadrón, parece ser otra de muchas promesas incumplidas. A pesar del millonario gasto en equipos y vehículos blindados, para operaciones de alto riesgo, hasta la fecha no se ha visto un despliegue efectivo del grupo en las calles. La falta de datos sobre el desempeño y las actividades de los elementos, ha generado incertidumbre entre la gente, que espera respuestas concretas en materia de seguridad.
La circunstancia plantea serias interrogantes sobre el compromiso del gobierno estatal para enfrentar la delincuencia y cumplir con las expectativas generadas en torno al grupo especial. En un inicio, el mandatario señaló que la nueva fuerza policiaca de élite, iba a estar integrada por 200 militares, con un gran entrenamiento táctico y vehículos reactivos. Prometió que la meta era alcanzar 450 elementos, fuera de la policía estatal. “Como podrán ver, son los primeros a nivel mundial. Vienen a hacer operaciones tácticas de inteligencia”.
Sin embargo, los 200 anunciados se convirtieron en solo 43 integrantes de Fuerzas Especiales, que tuvieron tres vehículos tipo “Rino”, ocho patrullas recolectoras, dos ambulancias y una aeronave, para realizar tareas preventivas, de rescate y vigilancia. Gallardo jugó con las cifras. Indicó que para finales del 2021 e inicio del 2022, el nuevo cuerpo estaría integrado por al menos 450 elementos.
Para conocer los datos certeros, se presentó una solicitud a la Secretaría de Seguridad Pública a la que se pidió informes sobre las características de los vehículos, costos de las adquisiciones o alquiler, la dependencia, empresa o persona física que los contrató, salario de los agentes y sus funciones específicas. La dependencia señaló no tener conocimiento del reciente grupo de seguridad, compra de vehículos especiales, ni haber invertido un peso.
“Se hizo una búsqueda exhaustiva sobre lo solicitado en los diferentes archivos de trámite, concentrado de libros de registro y equipos de cómputo. No se encontró nada sobre algún documento que señale la entrega de personal adicional al ya existente en la División de Reacción de la Fuerza Metropolitana Estatal, dependiente de la Dirección de Seguridad Pública del Estado. Tampoco se hallaron informes sobre el total de vehículos tipo Swat adquiridos por las direcciones de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, lo cual causa, se desconozca el total de inversiones generadas para contratar más elementos. Tampoco el gasto efectuado por la renta o compra de vehículos. Lo anterior se debe a que, al día de la fecha, no se ha facilitado a la dependencia, el equipo táctico ni el personal al que se alude en su escrito”.
La instancia recomendó pedir los datos a la Oficialía Mayor, ya que, por instrucciones de Gallardo, las contrataciones de servicios y personal se haya realizado por tal vía, de acuerdo con el artículo 41 de la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado. Fue como se hizo. Pero la dependencia, sin preámbulos, se declaró “incompetente” y argumentó que los informes deben ser entregados por la Secretaría de Seguridad. A pesar de la negativa de aclarar exigencias, Gallardo Cardona presentó en octubre de 2021, el nuevo equipo táctico, que solo contaba con 43 elementos especiales, tres camiones Rino blindados, tipo Swat y un helicóptero.
En más de dos años desde que se presentó, poco o casi nada se ha registrado de sus operaciones en San Luis Potosí. La única vez que actuó fue en Cerritos, donde un grupo de sicarios, armados, arremetió contra elementos de la policía estatal y municipal. La secretaría de seguridad confirmó que el ataque tuvo lugar a raíz de un operativo a cargo del grupo de Fuerzas Especiales de la Policía Estatal, donde se logró detener a presuntos integrantes de una célula delictiva. Desde entonces, en medios informativos locales, no se han dado a conocer otras incursiones. Tampoco lo volvió a retomar Gallardo en las rendiciones de actividades.
En los hechos, la ausencia del grupo táctico quedó al descubierto, con nulas acciones, mientras la delincuencia se incrementa. En contraparte, los grupos delictivos han mostrado mayor presencia. Incluso, como si fuera un reto, exhiben su poder destructivo. Un caso notable fue cuando hombres armados, que se identificaron como parte de la «Operativa Bélica», anunciaron su llegada a la delegación de La Pila. En un video difundido en redes sociales, aparece una decena de hombres con el rostro cubierto, vestimenta militar, portan armas largas. Dicen que vienen a echar fuera al Cártel de Jalisco Nueva Generación y Los Alemanes.
En otro documento, una veintena de sicarios pertenecientes al Cártel de Jalisco Nueva Generación, desfiló impune en pleno centro de Mexquitic de Carmona, sin que ninguna autoridad interviniera. Al menos 50 hombres armados, se adueñaron de la plaza principal, justo frente al palacio de gobierno. En otra de sus exhibiciones, el “Grupo Bravo”, ligado al Cártel del Golfo, patrulló las calles de la capital de San Luis Potosí en busca de “ladrones que pretenden calentar la plaza”. Uno de los viajeros en automóvil, invitó a sus rivales a “alinearse”.
Ante los alardes de las diversas células del crimen organizado, el equipo élite Swat de Gallardo jamás se hizo presente. Se impone la interrogante, ¿dónde quedó? ¿Fue otra nula estrategia? ¿Es un programa más fallido? ¿Y el presupuesto millonario destinado a vehículos y aeronaves? Las unidades tácticas, “Rinos”, se han utilizados para resguardar el palacio de gobierno, contener las diversas manifestaciones de quejosos contra el deficiente desempeño de Gallardo. En contraste al derroche en maquinaria de seguridad, los policías estatales reclaman constantes, uniformes y equipo adecuado para enfrentar a la delincuencia. En ocasiones salen a patrullar, sin alguna arma que les permita repeler las agresiones. Se suman los salarios precarios y nulas prestaciones. A los agentes caídos, Gallardo nunca les ha reconocido su heroísmo. Jamás ha asistido a un homenaje póstumo. Demuestra su nula empatía con las fuerzas del orden.