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Con chicanas, violencia y recursos públicos, los Gallardo se adueñan del PRD

Con el manejo absoluto del PRD en San Luis, el dueto formado por los ex alcaldes de Soledad, Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona, entraron al selecto grupo de las élites familiares que tienen su propio partido político. El primero en incursionar en el peculiar fenómeno fue el ex procurador de justicia y por muchos años miembro del PRI, Óscar Carlos Vera Fabregat. Relegado siempre de los afectos del otrora factótum Alfonso Lastras Ramírez por su delfín Juan Ramiro Robledo Ruiz, al saber que le esperaba un futuro de fracasos, el oscuro litigante se refugió en el bando contrario que encabeza hasta la fecha el maximato local, Horacio Sánchez Unzueta, que coludido con su alfil, el ex gobernador Fernando Silva Nieto, decidieron obsequiarle a Vera el ente Conciencia Popular, con el objetivo de captar a los disidentes o inconformes de otros partidos donde renegaron por no alcanzar el cargo anhelado. Y en el caso de elecciones cerradas, inclinar la balanza con los pocos votos que alcanzara a aglutinar. Pero siempre apegarse a las indicaciones que le dieran sus obsequiosos mecenas, que para frenar a Robledo y al belicoso y autónomo ex senador panista Alejandro Zapata Perogordo, se inclinaron por el sospechoso contador público Marcelo de los Santos Fraga, otrora recaudador de fondos para las campañas del PRI y luego abanderado triunfante del PAN. Oscar Vera y su hijo Jorge Alejandro Vera Noyola se han intercambiado la curul local en los últimos 15 años.

El matrimonio formado por el actual diputado local, Manuel Barrera Guillén y la secretaria de ecología y gestión ambiental, Ivette Salazar Torres, son los dueños absolutos en San Luis de las siglas del Partido Verde Ecologista de México, lo que les ha permitido brincar de diputados locales a diversos cargos en los tres órdenes de gobierno. Salazar ya fue legisladora federal. Gracias a las diversas alianzas que han tejido con el PRI, han ganado alcaldías, regidurías e inclinado la balanza a favor del PRI. Sin guardar el mínimo respeto al medio ambiente, se han confabulado en brutales casos de ecocidios, como pasó con la minera San Xavier, que devastó Cerro de San Pedro. No se han dignado en defender a los habitantes de Palula, en Santo Domingo, donde el magnate José Cerrillo Chowel pretende instalar un tiradero con todos los desechos tóxicos del país. En su pragmatismo a ultranza, la pareja tiene una abierta y soterrada alianza con el diputado federal, Cándido Ochoa Rojas, para ganar la gubernatura. Se coludieron en un golpazo de la bancada federal del Verde contra el mandatario Juan Manuel Carreras, que por no darles una partida millonaria bajo la mesa, le exigieron dejar el cargo por desaparecer como secretario del ramo educativo, más de 400 millones de pesos de las pensiones de maestros de telesecundaria. Barrera se sumó a la cargada para sacar limpia la última cuenta pública de Gallardo Juárez. Se le involucró en un mega escándalo de chantajes a diversos ediles junto con sus colegas Óscar Bautista, José Guadalupe Sánchez y Enrique Flores, que abandonaron el cargo.

También tiene sus propias siglas el ex senador panista Eugenio Guadalupe Govea Arcos, que cambió de casaca, la del Movimiento Ciudadano, cuando perdió la contienda interna por la gubernatura con Alejandro Zapata, que mordió el polvo ante el cirujano de bajísimo perfil, Fernando Toranzo, que fue secretario de salud con Marcelo de los Santos. En su etapa de legislador, Govea contrajo segundas nupcias con la perredista Claudia Corichi, hija de la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García, que en su etapa de jefa de prensa del comité nacional del PRD, se le acusó de intervenir ante los jefes de las tribus hegemónicas, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, para exigir a través del ex líder Carlos Navarrete, se enjuiciara a Ricardo Gallardo Cardona, por sus nexos con el crimen organizado, lo que le iba a permitir a su yerno, ser el candidato a gobernador de la volátil y pasajera Alianza Anticorrupción que formó en la capital el PRD, MC, Conciencia Popular y Convergencia. En su defensa, Govea señaló que a los Gallardo los habían traicionado en las altas esferas del mando local, con lo que aludió a Toranzo y el ex secretario de gobierno, Cándido Ochoa, que no avisaron a su socio del operativo de la Policía Federal para atraparlo y ser llevado al penal de máxima seguridad de Saltillo, Coahuila. Autónomo, sin recibir órdenes de nadie, Govea mantiene la curul local en la figura de la rioverdense Lucila Nava. Atento a las jugadas nacionales, aunque en México no se ha podido aterrizar el llamado Frente Ciudadano, en la capital ya lo concretó a su modo junto con el dirigente estatal del PAN, Xavier Azuara. No sumaron a Gallardo Juárez, que venció a Azuara dos a uno en la contienda por la alcaldía. En un reportaje que hizo Televisa sobre el imperio de terror de los Gallardo, los acusó de no ser ajenos al asesinato del asesor jurídico en la campaña de Azuara, el abogado José Luis Pacheco Ramos. Se dijo que Govea usa a Azuara para alcanzar la gubernatura en el 2021. A cambio, le hace creer que lo apoyará para ser alcalde de la capital en el 2018, donde Gallardo planea quedarse.

Otra jugosa franquicia es la del Partido del Trabajo, que han explotado a fondo el dueto formado por José Belmarez y Tito Rodríguez, que se han alternado la curul local en los últimos 12 años. En el 2012 se coaligaron con el candidato de Movimiento Ciudadano y ex alcalde de Ahualulco, Juan José Jover Navarro, que también reclamó el primer sitio en la lista. El Tribunal Estatal Electoral le quitó la constancia que había entregado a Belmarez, quien se quedó sin dieta. El dirigente de Ciudadanos Observando, José Guadalupe González Covarrubias, calificó a Belmarez como un mercenario de la política. Denunció que recibe 16 mil pesos al mes de apoyos a comisiones por la renta de dos casas de enlace. Una no existe, se trata del lote baldío, lleno de basura y maleza, ubicado en Sierra de la Encantada 202, Villa de Cactus, en Soledad. Aparece como rentero el regidor de la capital, Mauricio Rosales. González recordó que Belmarez formó parte de los diputados que autorizaron al ex gobernador Marcelo de los Santos un crédito por mil 500 millones de pesos semanas antes de irse, que sólo sirvieron para endeudar a los potosinos. El diputado y su séquito se gastaron en noviembre del 2016, en comidas, 18 mil pesos en restaurantes exclusivos como Pueblo Bonito, Max Store, Toks, cervecería La Legendaria y en la carnicería El Ingrato. Amasó 22 vehículos. Se mueve en un carro de lujo, modelo 2016, que costó más de 300 mil pesos. Belmarez se hizo un experto negociador de la venta de sus votos para aprobar las iniciativas del gobernador Juan Manuel Carreras y del alcalde de la capital Ricardo Gallardo Juárez, que pasará a la historia por aprobar con cero observaciones la cuenta pública del 2015.

El grupo político del maximato Horacio Sánchez Unzueta maneja a su antojo las siglas del PRI para ganar o perder según la coyuntura electoral que le permita conservar a salvo su modelo transexenal. Fue gobernador de 1993 a 1997, desde entonces trazó la estrategia para mantenerse vigente hasta la fecha. Usó el municipio de Soledad como campo experimental, donde no han recuperado la alcaldía en los últimos 25 años. Para desarticular la zona llena de caciques rurales, donde el más fuerte era el sempiterno dirigente de la CTM, José Guadalupe Vega Macías, en 1995 instrumentó como su alfil al profesor y licenciado Roberto Cervantes Barajas, que a través del desaparecido Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, le disputó y ganó la alcaldía a la hija del líder obrero, Magdalena Vega Escobedo. Luego le dejó la estafeta a su alumno Fernando Silva Nieto. Juntos conspiraron para activar la alternancia de tramoya con el panista Marcelo de los Santos, con el objetivo capital de enterrar a su feroz adversario, el ex senador y jefe del extinto Grupo Universidad, Juan Ramiro Robledo, que terminó en las filas del PRD, pulverizado. En el 2004 volvieron a reciclar a Roberto Cervantes, que obtuvo la alcaldía, ahora con las siglas del PRD. Luego brincó como diputado local, donde fue destituido por la entonces contaduría mayor de hacienda, por no haber solventado observaciones a la cuenta pública de su primer año de gestiones. Lo suplió el matehualense Efraín García Rosales. Cervantes impugnó el dictamen que aún estaba en proceso y ganó. Le pagaron aunque no ejerció el cargo Sus detractores alegan que no recibió nada, ya que la primera esposa le intervino el salario para cubrir una pensión alimentaria.

Para no perder el incipiente control del PRD, Sánchez coló de candidato al vendedor de pollos, Ricardo Gallardo Juárez. Pero debía respetar las subrepticias alianzas con el astuto contador público, por lo que permitió la llegada del panista Juan Manuel Velázquez. En la segunda contienda, Gallardo se sumó a la campaña de Fernando Toranzo. Apareció sumiso en los actos proselitistas. Antes que nadie, Sánchez Unzueta ensayó una subrepticia alianza del PRD con el PRI. Recurre de nuevo a su eterno comodín para las derrotas por la alcaldía de la capital, Fernando Pérez Espinosa, doblegado por Juan Ramiro Robledo, Marcelo de los Santos y Octavio Pedroza. Ante la debacle nacional del presidente Enrique Peña Nieto por las desapariciones de los normalistas de Ayotzinapa y el descrédito del PRD, ya que está involucrado en los hechos el edil de Iguala, José Luis Abarca, Sánchez Unzueta concibe una jugada maestra de tres bandas: limpiar las oxidadas reputaciones de Peña, los perredistas y conservar la gubernatura para el PRI. Entregan como chivo expiatorio al puntero en las encuestas, Ricardo Gallardo Cardona, detenido por malversar más de 200 millones de pesos y tener nexos con el crimen organizado. Inscriben a Pérez Espinosa como candidato del PRD a la gubernatura, con la consigna de morder el polvo otra vez. Lo mismo pasó con el abanderado del PRI a la alcaldía de la capital, Manuel Lozano Nieto, que se fue al último lugar de las votaciones. La candidata del PAN, Sonia Mendoza, denunció que Carreras se impuso por medio de un mega fraude de estado. El equipo de Sánchez se apoyó en las estructuras clientelares de Gallardo y de nuevo voltea a Soledad, el granero de los votos abundantes y creíbles. Le rellenan las urnas al PRD que mantiene Soledad, gana la capital, varias curules federales y locales. Pero lo condicionan a que acepte en las listas por el tercer distrito federal al sobrino del maximato, Xavier Nava. Y sacrifique en el quinto distrito local al que más simpatías obtuvo, Luis Enrique Hernández, impulsado por los magnates Pablo Valladares y Carlos López Medina. Cercanos los comicios del 2018, a Sánchez Unzueta ya le estorba Gallardo, con el que se ha confrontado en público por tener criterios distintos para remodelar el centro histórico. Pero en lo sustantivo, porque el soberbio edil busca reelegirse y su jefe tiene en la mira a Nava. Para debilitar al agresivo adversario, en Soledad se formó el Frente Ciudadano, que busca recuperar la alcaldía a través de un empolvado cuadro del jefe político, Roberto Cervantes Barajas. Tal vez se acabó el prolongado ayuno del PRI.

El activista Juan Carlos Rodríguez Flores invitó al comerciante de pollos Ricardo Gallardo Juárez a buscar la alcaldía de Soledad por el PRD, lo que generó simpatías, ya que se trataba de una cara nueva y fresca. En el ámbito nacional, el ex presidente Vicente Fox buscó desaforar sin éxito al jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador. En la historia local del PRD, apenas consiguen una curul plurinominal. Gallardo tiene que empezar de cero, ya que el ex edil Roberto Cervantes no dejó ninguna estructura sólida. Le bastó su alianza con los grupos hegemónicos locales y el respaldo de Sánchez Unzueta para ganar. En el incipiente equipo de Gallardo figuró el ex mesero José Luis Fernández, que laboró también como cadenero en el antro Mandará, cuyo dueño era el misterioso Miguel Ángel Bustamante Morales. El sitio se hizo famoso ya que era donde solía divertirse con mujeres y alcohol el grupo criminal de Los Zetas. Gallardo pinta las bardas donde aparece junto a López Obrador con el lema: ¡Peje y Gallardo, qué gallos! El candidato del PRI, Juan Antonio Arreola se desinfló a los pocos días de los comicios. Su hermano Jorge Arreola era dirigente estatal y ya lo habían compensado como diputado local. No podían tener todos los privilegios. Al saberse perdidos, el presidente del comité municipal del PRI, Omar Velázquez Nava, le ofreció a Gallardo la estructura electoral con la que puede triunfar. Lleno de soberbia, se niega a cubrir el costo y pierde. Alega fraude y amenaza con secuestrar las instalaciones de la junta distrital si se niegan a abrir las urnas para recontar los sufragios. Sale de la dirigencia estatal del partido Miguel Ángel Campillo. En el 2009 se miden en una contienda accidentada, llena de descalificaciones, el candidato de los ex diputados locales, Juan Ramiro Robledo y Eduardo Martínez Benavente, el abogado Luis Escudero contra el actual edil de Tanlajás, Domingo Rodríguez Martell, que se impone por la fuerza. Lo respaldaron los activistas Felipe Abel Rodríguez Leal, Filemón Hilario Flores, Emeterio Ramírez y Juan Manuel Hernández Tristán.

El líder de la corriente Alternativa Democrática Nacional, Héctor Bautista, se inclina por Domingo Rodríguez, negocia su permanencia con los dueños de Nueva Izquierda, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, Los Chuchos. Les ofrece ayudarlos en conflictos similares en otras partes del país. Acostumbrado a imponer sus condiciones, Gallardo logra colocar como regidor plurinominal a su patrocinador Bustamante, que nunca asistió a las asambleas, sólo acudió a firmar las actas de cabildo. Domingo Rodríguez cuela como regidor de mayoría a Juan Manuel Hernández Tristán. En las elecciones del 2006, hay dos factores determinantes que inciden en el triunfo de Gallardo Juárez. El apoyo irrestricto de Sánchez Unzueta, Fernando Toranzo y Cándido Ochoa, que postulan para ser derrotada en Soledad a la ex directora de la primera sala del registro civil, Amalia Velázquez, hija del cacique Lino Velázquez, al que buscan desmantelar toda área de influencia. Otro aspecto relevante lo remarcó el ex comandante del grupo de homicidios de la policía judicial, Julio Alfredo Ceballos Alonso. El sanguinario respaldo táctico del otrora jefe de Los Zetas, Heriberto Lazcano, quien además, en un primer desembolso, le entregó 120 millones de pesos para la campaña al vendedor de pollos. En el 2009, Rodríguez Martell dejó la dirigencia para irse como diputado federal. Lo suple el interino Filemón Hilario Flores. Con el objetivo de heredarle el cargo al hijo y colocar al ex director de panteones y ex director de catastro, Federico Sánchez de Lira, como secretario de política de alianzas, Gallardo se confrontó con Hilario Flores, que le pide auxilio a Héctor Bautista. Acude a San Luis y le explica a Gallardo que debe afiliar más del 20% del padrón electoral con sus programas asistencialistas, para mantener incluso el control del comité nacional.

Previo al reparto de posiciones en el 2012, Filemón Hilario acuerda con Gallardo ser el primero en la lista de diputados plurinominales. En el segundo sitio irá el tránsfuga ex dirigente sindical de la CTM, Francisco Martínez Ibarra. También le comunica que es conveniente elegir como relevo en la dirigencia estatal al ex regidor de Ébano, José Guadalupe Alfredo Zamora Marín, esposo de la enjundiosa activista, Ana María Sánchez Flores. Lo condicionan a que los obedezca a pie juntillas. En las votaciones internas de ADN, Zamora se impone al candidato de Domingo Rodríguez, el consejero estatal, José Carlos Camacho Díaz, también suplente del diputado federal, Xavier Nava. En la segunda fase, Zamora se confronta con el ex secretario de comunicaciones y transportes, Castor Balderas, al que impulsa Robledo, Martínez Benavente y el dolido Rodríguez Martell. Con el dinero del ayuntamiento de Soledad, Gallardo compra los votos de la mayoría de consejeros que hospeda en el hotel Colonial un día antes. Incluso, vigilados con guaruras. Pero Zamora se rebela cuando no tiene independencia económica. Le pone constantes trabas la tesorera Paola Mayo, que obedece a Hilario Flores, por lo que decide correrla. La suple con Leticia Martínez Gómez, que antes fue asistente de la diputada local, Guadalupe Almaguer Pardo, vinculada a Los Chuchos. Ya sin obstáculos, Zamora dilapida el presupuesto. Se compra una camioneta del año de 400 mil pesos, deja a los comités municipales sin fondos. Se da vida de jeque. No obedece a Gallardo, que furioso, lo agarra a bofetadas. Zamora se pasa al bando de Nueva izquierda, que sin invertir un centavo, ya tienen un dirigente estatal a su favor.

Cuando se trata de armar las planillas de candidatos en el 2012, Gallardo y sus seguidores desconocen el mando de Zamora. Entonces se reúnen en México con Jesús Zambrano, que los mete al redil. Inconformes, visitan al presidente del Consejo Estatal Electoral, Martín Vázquez, para que le retire el presupuesto a Zamora. Les responde que no puede intervenir en conflictos internos y el comité nacional del PRD no le avisó de ningún cambio. Para dirimir las diferencias, Zambrano envió como delegado a San Luis a Antonio Ortega, hermano del ex dirigente Jesús Ortega. En la acalorada asamblea, Zamora se queja del “club de hampones”, que le quieren imponer la lista de candidatos plurinominales, que encabeza Filemón Hilario Flores, la ex esposa de Gallardo Cardona, la panista Dora Patricia Juárez Alejo y Felipe Abel Rodríguez Leal. Entonces, alega, si se trataba de colar familiares, apuntó a su esposa, Ana María Sánchez. Cuando Ortega nota que no hay avances por la intransigencia de sus interlocutores, trata de zafarse. Pero lo detienen a la fuerza. Se da el tironeo. El actual alcalde de Tampacán, Filemón Hilario le dio un golpe en la cara. El “coyote” Jesús Huerta, que se hizo rico con los proyectos productivos que le consigue su jefe Rodríguez Martell, le dio un batazo al enviado del comité central. Los guaruras de Gallardo, armados, se convirtieron en una valla insalvable. El comerciante se dobló cuando lo amenazan de que su hijo podría quedarse sin la candidatura a la alcaldía de Soledad. Al final, Filemón Hilario quedó en primer lugar y en segundo Martínez Ibarra. Zamora terminó el mandato. Los pleitos internos ocultaron un desfalco de 4 millones de pesos. Para evitar más indagaciones, Gallardo optó cubrirlos con pagos en efectivo. Nadie sabe de dónde consigue millonarios fondos.

Para evitarse más descalabros, imponer los candidatos que se les antojan y enterrar a las demás corrientes, los Gallardo aprovechan los programas asistencialistas, en el ayuntamiento de la capital y Soledad, como la entrega de útiles escolares, becas, garrafones y tortillas, para afiliar a destajo a los beneficiarios. Los condicionan a que deben apuntarse como militantes del PRD. Fue como lograron un abultado padrón de simpatizantes. Gallardo Juárez se asume como representante de Nueva Izquierda, de los Chuchos. Gallardo Cardona se quedó con la filial de ADN, de Bautista, que junto con el perdedor Juan Cepeda, estuvieron en la plaza de toros Fermín Rivera, donde el hijo reapareció y se auto calificó un soldado del PRD. No se supo si se proyectó otra vez como candidato a gobernador o destapó a su progenitor para reelegirse como alcalde. El dueto se quedó casi con el 100% de los consejeros estatales, lo que les permitió ungir como nueva dirigente a la ex directora de eventos especiales y ex regidora, Erika Irazema Briones Pérez, que pronto renunció para irse de diputada federal, donde tiene de suplente a Candy Araceli Gallardo Cardona. La suplió en el PRD el ex alcalde interino de Soledad, José Luis Fernández Martínez, que tiene como jefe de prensa a Gerardo Alfaro Reyna, el orquestador de los perfiles falsos que los Gallardo manejan en las redes sociales para atacar y desacreditar a las voces que se atreven a criticarlos. A Los Chuchos les molesta que los Gallardo tengan el control de las dos vertientes más fuertes del PRD en la entidad. Fue por lo que no dudaron en ubicar como chivo expiatorio a Gallardo Cardona, por el conflicto de Ayotzinapa. También buscaron cobrarse la golpiza que sufrió Zambrano. No se descartan como posibles autores del golpazo de Televisa contra los incómodos correligionarios. Quieren otro gran motivo para expulsarlos en definitiva. Aunque la dirigente nacional del partido, Alejandra Barrales es de la vertiente de Vanguardia, que maneja el aspirante presidencial, Miguel Mancera, no obstante acudir al segundo informe de Gallardo Juárez, no hizo ninguna defensa del munícipe, tras el golpe televisivo. Dicen que corroboró de cerca la conducta gansteril del también vendedor de pollos.