Trataron de estigmatizarlo y lo volvieron ícono internacional
9 octubre, 201810:34 pmAutor: Paola Moreno GuzmánCapital Noticias
El activista Pedro César Carrizales Becerra mejor conocido como “El Mijis” pasó de ser un chavo banda a diputado local electo en el octavo distrito por el Movimiento Regeneración Nacional. El camino no ha sido nada fácil para el luchador social, que ha sido víctima de discriminación y amenazas de muerte desde que decidió participar en la contienda electoral. Lo consideran una persona sin educación, con un pasado tormentoso en el que se le han imputado una serie de delitos. Estar lleno de tatuajes y ser líder de violentas pandillas. Ahora solicitó el cobijo del estado, incluso adquirió radios que repartió entre sus seguidores para que en caso de un ataque inminente, puedan ayudarlo.
Es incontable la lista de detractores que lo atacaron en las redes sociales. Se curó en salud el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, que manifestó su enojo desde el reclusorio norte. Envió una carta a distintos medios informativos donde expresó su molestia por otorgarle una curul en el congreso local a un pandillero. “¿En serio vamos a dejar que el futuro de México esté en manos de personas cuya apariencia es de criminales? No me quiero imaginar lo que el vándalo pueda hacerle a la sociedad”. El gobernador de Chihuahua César Duarte y el de Tamaulipas, Tomás Yarrington, apoyaron la inconformidad de Javier Duarte. Dijeron que el país cada vez ha caído más bajo al elegir a sus funcionarios.
Carrizales fue atacado sin piedad. “México es un país donde gana un pandillero, pero pierde Pedro Kumamoto, el único político respetable del país”. En otro comentario dijeron: “que le den un lugar a un delincuente nos da una idea del proyecto de nación que busca López Obrador para los mexicanos. ¿Neta, es la esperanza de México?”. Otro. “Con tales representantes me siento más seguro, tiempo después en las noticias aparece el diputado Mijis y acuchilla a ciudadano que no quiso cumplir la ley”. Uno más. “Cuando se sube un cholo al camión, lo juzgas, imaginas que te va a robar. Acto seguido, se descubre que es el nuevo diputado de Morena. Ahora será la mera vena del distrito, su primer propuesta será legalizar la marihuana”. El fotógrafo francés, Jean Feliz Fayolle, con el que el Carrizales recorrió gran parte del país, en su cuenta de Facebook censuró a los medios mexicanos por plagiar gran parte de su material, sin mencionar sus derechos de autor y más con fines clasistas, al sacar de contexto sus trabajos.
Sin embargo, los actos para denostar a Carrizales resultaron todo lo contrario. Acabaron por elevar su figura. Lo convirtieron en un fenómeno del internet durante dos días consecutivos. Causó gran revuelo que fue entrevistado en diversos programas locales, nacionales e internacionales. Fue abordado en los periódicos Milenio y El Heraldo. En un noticiero de Televisa con la reportera Paola Rojas, lo que provocó que también saliera en la revista TV Notas, lo que generó burlas y fuertes críticas. Se publicó la foto donde Rojas lo cuestiona. La imagen se comparó con una escena de la película mexicana “Amarte duele”.
El dueño del equipo de fútbol Guadalajara, Jorge Vergara, exigió reunirse con el controversial diputado electo. La Organización de las Naciones Unidas lo contactó para ofrecerle colaborar juntos a favor de los chavos banda. La cadena de televisión del centro de Londres, BBC News, publicó una nota donde contó la historia de Carrizales. El polifacético personaje anunció en su página de Twitter que antes de concluir el 2018, tiene la meta de escribir un libro autobiográfico donde habrá de narrar todas sus vivencias. Los costos serán absorbidos por la editorial mexicana Dharma Books, Publishing. También hizo público un video musical, estilo rap, que le dedicaron los miembros del grupo Rastaman Yaqui, en el cual le reconocen el empeño que ha puesto en reivindicar a las pandillas urbanas. Habló de hacer incluso una película.
Su historia
Pedro César Carrizales Becerra se ganó el mote de “El Mijis”, acuñado por hermanos, amigos y conocidos. Muchos se molestaban cuando los saludaba: “¿qué onda Mijo?”. Le respondían: “¿cuándo me pariste?”. Para no ofenderlos, matizó el vocablo, lo hizo neutro. Cambió mijo por mijis. Carrizales tiene ascendencia en tres lugares de la capital de San Luis, Las Piedras, Villa Alborada y Ciudad 2000. Nació en Albino García, luego se mudó a Las Piedras. Pero su estancia fue mínima, ya que el padre golpeaba a su mamá. Entonces decidieron irse a esconder un tiempo al barrio de Topochico, en Monterrey, donde vivieron 7 años con muchas carencias, a pesar de que su madre trabajaba.
Tiempo después su padre fue a buscarlos. Los convence de regresar a Las Piedras. Sin embargo, el maltrato regresó rápido. Se separan por segunda vez. Ahora le tocó vivir en Tequis, su abuelo materno les dio asilo, vivía en Agustín Vera. Su madre vendía enchiladas para mantenerlos y educar a los demás hijos. Pero el Mijis y sus hermanos se escapaban para ganar dinero, cantaban en los camiones o hacían malabares en los semáforos de Carranza, donde fueron los pioneros. A su mamá no le gustaba lo que hacían. Los castigó cuando supo que andaban de limosneros. Poco después comenzó a trabajar en el restaurante La Virreina. Pudieron obtener una casa y se mudaron a Villa Alborada cuando Pedro Carrizales cursaba el sexto de primaria. Entonces comenzó a unirse a las pandillas, no por falta de amor. Era porque tenía mucho tiempo libre y los malos hábitos están ligados al ocio.
La pandilla creció y poco a poco se les quitó la inocencia de niños. Con frecuencia tenían peleas con grupos rivales como los Narcos y comenzaron a incursionar en el mundo de las drogas y el alcohol. Los vecinos contrataban policías ministeriales para que los arrestaran por alterar el orden. “A los 12 años me echaba mis caguamas. Cuando inhalé marihuana, lo hice para imitar a los más grandes. Me dejaba el humo en la boca, no lo pasaba. Después de tanto y tanto, sentí el gusto. En la secundaria me decían El Bebé de los Chondos. Es como se llamaba la pandilla, yo era el más chico, me empezó a gustar la fama. Me hice muy peleonero. Si alguien me miraba, lo retaba. Me la rifaba a los golpes con quien fuera. Nos dieron el nombre por una abreviación. Siempre andábamos con chavas, desde pequeños. Nos gritaban Cachondos. En la época salió el condón Sico. Los inflamos y poníamos Cachondos adentro. Los Narcos nos gritaban: ¿ah sí?, Chondos ca, órale. Lo decían al revés. Le quitamos el ca y quedó chondos”.
El Mijis se ganó el respeto en Cactus, Hogares Obreros y 21 de Marzo. Su lema era no huir nunca de ninguna pelea. Se peleó al menos en 100 ocasiones en las que ganó ochenta. Reconoce que de haber recibido mejores consejos, nunca hubiera incursionado en la violencia. “Quise cambiar a los 16 años, sin éxito, ya no iba a la escuela, me dedicaba a la calle, al vandalismo, apenas terminé la secundaria. Comencé a buscar empleo, pero nadie me quería contratar. A los 17 años tuve mi primer hijo. Pero seguí en las mismas. Cada que me agarraban, salía libre porque me fabricaban el delito. Un cristiano me quiso sacar adelante, pero estaba muy metido en el fango. En una pelea me perforaron el hígado y el pulmón. Ya no podía caminar, no llegué muy lejos. En la misma ambulancia que me llevó al hospital iba también uno de mis contrarios. Cuando llegamos, tenía muy baja la presión sanguínea, me tuvieron que poner plasma. Ya no la contaba y me empecé a despedir de todos. La cirugía duró 19 horas. No encontraban la fuga del hígado. Después del incidente traté de tomar mejores decisiones. Fue muy difícil, la fama me sobrepasó. Tenía demandas, el estigma de malo, sin empleo. Traté de ayudar a la familia pero seguía en mi entorno. Los fines de semana me iba con los amigos”.
Años después la madre de Carrizales falleció. Por andar en malos pasos no pudo despedirse, lo que le generó un cargo muy fuerte de conciencia. Intentó suicidarse en más de tres ocasiones. “Me le aventaba a los carros, pero mi cuñado no se me despegó en todo el proceso del velorio y entierro. Me drogaba, tomaba, me perdí por días y me juzgaba a mí mismo. Una vez agarré la camiseta que traía y traté de colgarme, pero no sirvió. Parecía bongi, se me cayeron del techo las láminas y tablas apolilladas en la espalda. Luego quise colgarme de un árbol de 8 metros. Me até y me lancé, pero se rompió el brazo y me caí entre las ramas. Después de varios intentos fallidos, mis hermanos hablaron conmigo. Dijeron que ya dejara descansar a mi mamá muerta, lo que no hice cuando vivía. Recapacité pero el dolor no se iba. Hasta que en uno de los viajes en camión, iba una viejita con un bote de nixtamal. La ayudé a bajar y me bendijo. Al momento me sentí formidable y mi existencia cambió de manera total. Aproveché mis deficiencias que tuve como chavo banda y comencé a trabajar por los demás desde el 2002. Cada logro que obtenía me daba satisfacciones, lo que me ayudó a seguir adelante”.
Carrizales trabajó 7 años en la empresa Cummins donde hizo varios proyectos en tecnología, educación, deporte y empleo. Ayudó a bajar el índice de la delincuencia. Antes laboró en el Museo de la Máscara y Correos Mexicanos como albañil, oficio que aprendió de su abuelo y papá. “Tuvimos un problema con la arquitecta Magdalena, la subcontratista de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas. Nos dijo que venía el último informe de gobierno de Marcelo de los Santos y quería que todo estuviera listo. Nos faltaba poner la malla para la popó de las palomas y lavar la cantera. Terminamos a las 12 de la noche. Nos dijo que nos pagaría en el momento, pero nunca se apareció. Después fui a cobrarle y me contestó que no lo haría, porque no terminamos a tiempo. Hicimos una manifestación. En los carteles y mantas le pusimos, Magdalena paga lo que debes. La noticia fue un boom, los medios se nos fueron encima y contamos todo. Al final nos pagaron más de 100 mil pesos”.
“Eran tiempos electorales, se nos juntó el PRI y el regidor del PRD en la capital, Carlos Covarrubias. Fue cuando decidí en cierta forma unirme a la política y ser un grande entre de los chicos, que un chico entre los grandes. Con el apoyo de Covarrubias, me dediqué a gestionar recursos para la banda. El movimiento tuvo mucho impacto. A cambio nos apoyó con pintura para seguir con los proyectos que traía y en otros más. Me mandaron incluso a votar por el aspirante a gobernador Fernando Toranzo en la contienda interna del PRI, le movimos la gente. Es muy sucia la política pero entonces estaba en pañales, era un puberto. Dobleteamos los votos para Toranzo y entonces se dieron cuenta de lo que podía lograr. Fue como me buscaban más y más los partidos. Anduve del tingo al tango. A los políticos les conviene que siempre haya violencia y los chavos banda sean los chivos expiatorios”.
“Tiempo después los ex alcaldes de Soledad, Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona, me invitaron como director de la juventud en el 2012. Hice mancuerna con un camarada que recomendé para que tomara el puesto que me ofrecían, para yo seguir en las calles, trabajamos en conjunto. Hicimos grandes programas. Uno fue Pintando tu cantón que tuvo gran éxito. Siempre abogué por la banda, por los jóvenes, los más olvidados”. Expuso que generó muchos empleos sustentables. Buscó cambiar la imagen de las colonias “vandalizadas” con grafitis. También dirigió el Movimiento Popular Juvenil en el 2002, integrado por cerca de 240 pandillas. Pretendía acabar con la discriminación hacia los muchachos por su manera de vestir o tatuajes. Y se les considere como iguales a la hora de buscar mejores oportunidades de vida.
En el 2013 después de un año de formar parte del grupo de los Gallardo, decidió abandonarlos, ya que no cumplieron varios compromisos que habían pactado, por lo que Carrizales tuvo que solventarlos de sus bolsillos. Poco después decidió recorrer el país en bicicleta, junto con seis personas más. En su trayecto impartió pláticas acerca de los derechos de la juventud en diversas escuelas. Pasó por Matehuala, Saltillo, Monterrey, Zacatecas, Aguascalientes, León, Querétaro, Toluca y México. La travesía impactó al fotógrafo francés Fayolle que decidió contar la historia en la revista National Geographic.
Al regresar, retomó sus proyectos y movimientos juveniles. Al poco tiempo lo invitó a contener para diputado local por el Partido del Trabajo y Morena, la legisladora plurinominal electa, Patricia Álvarez. Buscó la vía independiente, pero le resultó imposible ya que en dos ocasiones le rebotó el acta constitutiva del organismo civil, además le retuvieron sus cuentas en el banco. “Comparto de manera amplia la ideología del presidente Andrés Manuel López Obrador. Los condicioné a que respetaran mis planes y que me dejaran elegir el distrito octavo, que abarca Prados 1 y 2, Libertad, Rancho Viejo, Pozos, Santa Rita, Los Gómez, Basilio Anaya, La Pila, Jardines del Sur, Valle Dorado, que son pura zona popular. Entiendo y conozco sus verdaderas necesidades, no las que los políticos les quieren imponer”.
Carrizales no se alejó de la polémica. Fue golpeado y amenazado de muerte por la policía municipal que depende del edil perdedor, Gallardo Juárez, para alejarlo de la contienda electoral. Sin embargo, ha ventilado que habrá de trabajar de la mano de la gente, impulsará una cultura de paz, mejorar y transformar algunas leyes para eliminar los antecedentes penales en delitos menores. Va a estudiar la carrera de derecho y ciencias políticas. Mantendrá su forma de vestir y tatuajes. La tinta en la piel le recuerda su familia y el barrio. No dejará su activismo con las pandillas.
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