Un déspota aldeano

9 octubre, 201810:39 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Destacada

El ex candidato a la alcaldía de la capital y doctor en historia, Joaquín Muñoz, critica severo el desempeño oscurantista del delegado regional de Morena, Gabino Morales Mendoza, que tendrá facultades plenipotenciarias. Asegura que carece del perfil académico y político para desempeñar el cargo. En su breve paso como funcionario de la delegación de Azcapotzalco en México, a la sombra de Pablo Moctezuma Barragán, dejó un desastre administrativo. Además, fue acusado de tráfico de influencias. Destacó que Morales, junto con el actual dirigente estatal del partido, Sergio Serrano, con su desempeño sectario, han provocado un retroceso. En los recientes comicios, se partió de cero. No estuvieron a la altura de las exigencias que reclamó el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Muñoz alertó que ante la impericia de Morales y Serrano, el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta tratará de lograr el control de las siglas a través de su alfil, el notario 32 y ex candidato a la alcaldía de la capital, Leonel Serrato Sánchez.

-¿De dónde proviene Gabino Morales, cómo alcanzó la primera dirigencia estatal de Morena?.

-A Gabino Morales lo han querido “construir†desde hace muchos años. Es una especie de “pastorcito de Guelatao’’, quien después de una infancia dura, viene a personificar una suerte de “mexican dream†región cuatro. La dirigencia de Morena la alcanzó a mi juicio con una vocación de trabajo válida, pero que pronto entró en un proceso de distorsión ideológica que lo empezó a llevar al perfil que ahora tiene de déspota aldeano.

-¿Cómo fue su desempeño, creció el partido, creó estructuras, hizo 58 comités municipales, consiguió local propio?.

-No hizo nada, encauzó muchas iniciativas individuales que coincidían en la convocatoria nacional de Morena, como movimiento social. Las reuniones que se daban al interior de municipios, las dirigió para que se conjuntaran. Hubo un esfuerzo que no se le debe sólo a Morales. Fue una multitud, otras personas que lo generaron. El movimiento desembocó en partido en 2014 y San Luis Potosí amaneció con una organización política carente de estructura y un grupo encabezado por Morales, que de acuerdo a sus posibilidades económicas e intelectuales, pudieron darle cierta forma muy desarticulada y maltrecha, con mucho voluntarismo, pero muy poca organización, salvo en casos muy puntuales como el del diputado local, Jesús Cardona Mireles y el profesor Ernesto Baltazar Sierra, entre otros más. Sobre el local, más que a Gabino Morales, se le debe a la actual diputada federal plurinominal electa, María Luisa Veloz, quien es la propietaria y se lo alquila a Morena desde hace años. Morales ha sabido conjuntar los anhelos de muchas personas trabajadoras y desinteresadas, haciéndolos suyos y vendiendo su imagen cara, las áreas centrales del partido en México de manera protagónica. La careta la supo conservar y hoy le rinde frutos. Es la clásica personalidad que muestra una simpatía que le hace ganar “amigosâ€, entre los que están arriba en jerarquía. Pero es déspota y grosero compulsivo en el trato hacia los que considera “inferioresâ€. A mi juicio y de la mayoría de los afiliados a Morena, es un individuo que no es de fiar.

-¿Cómo fue el manejo de los recursos, incidió para hacer candidato a gobernador a Sergio Serrano, cuántos votos lograron, qué tipo de campaña hicieron?

-El manejo de los pocos recursos que tenía Morena en San Luis Potosí en 2015 se dio en una coyuntura política muy especial. Morales le vendió a algunos líderes nacionales del partido, la figura de un Sergio Serrano combativo y reivindicador de la lucha contra una suerte de imperialismo extranjero que se personificaba en la minera San Xavier. Promovió una imaginería del luchador social que a la postre le valió el respaldo para posicionar a su personaje como el idóneo para la candidatura. Más allá de su formación y escasa presencia para representarnos. A mí me invitaron a participar como candidato a la alcaldía de la capital, lo que acepté gustoso por el simbolismo ideológico que representó. Desde el principio, los pocos fondos los repartió de manera arbitraria, benefició por mucho a su candidato. Dejó completamente desprotegidos al resto de los contendientes. En mi caso, me entregaron 75 mil pesos y una botellita de agua bendita para que me ayudara a enfrentar opositores con presupuestos de decenas de millones de pesos. Pese al manejo del partido como club de Tobi que tenía Morales, conseguimos conservar el registro. Y de once partidos que se presentaron, quedamos como la cuarta fuerza política en el estado. Desde entonces le solicitamos a Morales que rindiera cuentas sobre el gasto ejercido. Nos encontramos siempre con un silencio sistemático al mejor estilo de Salinas: ni los veo, ni los oigo. Después se hizo un proceso fast track para nombrar un comité ejecutivo estatal, antidemocrático, desviado, engañoso y manipulado, donde quedó Sergio Serrano como cabeza de partido, con un Gabino Morales en proceso de transformación como la sombra maquiavélica detrás de Serrano. Siguieron 3 años de inmovilidad donde de manera sistemática, las dos personas bloquearon toda iniciativa de trabajo de cara a la comunidad. Llegamos al 2018 con una asignación muy peculiar de candidaturas.

-Morales se vinculó al delegado de Azcapotzalco, Pablo Moctezuma Barragán, usted lo acusó de chambista, ¿cómo repartió los anteriores y últimos cargos de elección popular, volvió a Morena un ente sectario, debió ganar Leonel Serrato la alcaldía?

-La vinculación de Gabino Morales con Pablo Moctezuma cobró claridad cuando buscó impulsar su figura a través de un puesto, paradójico, sobre proyectos y programas de corte social. También se llevó a la misma área administrativa a la hija de María Luisa Veloz, la arquitecta Sarahí Veloz. Hicieron un desastre administrativo. Morales fue acusado de malos manejos y tráfico de influencias, por lo que regresó ‘’bateado’’ a San Luis Potosí. En tal panorama, se llevó a cabo una serie de negociaciones que llevaron a Leonel Serrato a ser candidato a la alcaldía. Hubiera sido imposible sin el respaldo de Gabino Morales y Sergio Serrano para contender por un partido de izquierda. Una persona que presume su amistad con uno de los gobernadores más rechazados como Horacio Sánchez Unzueta por su estilo de mando, desde un priismo sórdido y palurdo, que anunció a los cielos como programa de campaña el atacar a Ricardo Gallardo Juárez, sin más contenido, asociado en lo ideológico a un navismo propio del doctor Salvador Nava, pero inexistente como estructura ideológica, sustentado en los más rancios exponentes de un pasado de la historia de México, ampliamente castigado como el caudillismo, que como tal, se sostiene solo por los criterios de su personaje.

“Una ideología que se basa en el activismo básicamente de derecha. ¿Cómo se descubre un quehacer político de derechas que busca un estado de bienestar, dentro de un partido de izquierda?. La absurda contradicción sólo pudo salir de criterios muy torcidos provenientes de tradiciones conceptuales propias de un Sánchez Unzueta repudiado pero que busca constante tener presencia política y la cabecita de dos inconsecuentes y huérfanos ideológicos como Serrano y Morales. Mientras Leonel Serrato usó los recursos, muy generosos, de nuevo aplicados de manera arbitraria, no para hacer campaña por Morena, fue para sí mismo y tratar de colocar su imagen y quedarse dentro de la cúpula del partido y estar en posición de lanzarse como candidato a gobernador en el 2021, objetivo por demás infantil, porque si contendió por la alcaldía contra Nava y Gallardo y lo arrasaron, ¿cómo le hará para ganarles la gubernatura? Todo lo quieren hacer más confuso, con reuniones desinformadoras y atomizar la oposición contra la suerte de oficialismo partidista que han creado Serrano y Morales. Ahora con el triunfo de López Obrador, se crean más preguntas que respuestas. Otros grupos adelantan que Morena puede ganar la gubernatura, lo que no sucederá con dirigentes mediocres y flojosâ€.

-¿Cómo evitar que Morena se vaya al precipicio, no correspondieron al esfuerzo y logros de López Obrador, Morales no tiene el perfil para ser delegado regional, publicó que es administrador. Manejará recursos económicos y humanos, puede corregir López Obrador, por qué Morales entró tan rápido en una etapa de desgaste como ningún otro?

-En el contexto expresado, han surgido inquietudes en Morena en San Luis Potosí. Le exigen a Serrano y Morales cuentas claras, explicaciones. Nada ha sucedido. Sin acusar a Morales de ladrón, se le piden cuentas del gasto ejercido del 2015 al 2018. Pero el ejercicio debe ser crítico, no simulado. Le falta entender que un partido de izquierda moderna, debe ser democrático. Hacer a un lado el autoritarismo y el despotismo ramplón y grosero que lo caracteriza. Morena ya no es el ranchito donde se toreaba a las bases. Ahora es un partido de estado, se debe a la base militante, pero también a sus simpatizantes y la sociedad masiva que le dio el voto. Gabino Morales no es ajeno a los cambios que lo superan. Ya no puede mirar su propio ombligo. Su forma de actuar la van a calificar todos los ciudadanos que por el arrastre de López Obrador votaron por Morena. Fue una ola infestada de desprecio contra el PRI, el PAN y las franquicias que vende el PRD. Es por lo que las protestas subieron de nivel en San Luis Potosí. Incidió la errónea designación y manejo que las cúpulas dan al descontento. Estamos a semanas de que surja una coordinadora de oposición responsable que tenga la capacidad de cambiar el manejo interno de Morena. Son voces que vienen de la huasteca, zona media, Matehuala y la capital, que muestran su presencia y van a terminar con las fallas. Los tropiezos no indican que Morena se desmorone. Al contrario, denotan una vida dinámica. Los ex candidatos, militancia y simpatizantes, entendemos el talante democrático que debe mostrar el partido adentro y al exterior. Trabajamos para transformar la coyuntura imperante en las cúpulas partidarias, que no han sabido leer los nuevos tiempos. Se han quedado en el juego de los acuerdos secretos, las conspiraciones y un amplio espectro, propio del pasado. Es sano que las críticas se digan de cara y se ventilen las situaciones en público. La vieja historia de los tapados, nos recuerda el podrido ADN del PRI y del PAN. Es obsoleto. El tiempo del oscurantismo político debe terminar.

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