aMorena no ha existido nunca en San Luis Potosí, ha habido un uso del membrete sin que exista estructura partidista como tal. Es imposible que pueda llegar a posicionarse, lo que sucede en las elecciones, es que grupos concretos, tienen acuerdos previos. La gente vota y reciben su pago, por lo que todo es un negocio y una simulación. Entonces, habría que preguntarnos si los actores o candidatos cuentan con la suficiente plata para comprar las voluntades necesarias que les den acceso a los cargos públicos que anhelan. Sobre los reacomodos internos del gabinete estatal, no es nada nuevo, todos los días hay cambios, bajas, es la secuela de la ausencia de un plan de gobierno y de proyecto viable de gobernabilidad. Si revisamos cómo se asaltó al poder, encontramos la respuesta. Desde un inicio, al gobierno de San Luis Potosí se le consideró un botín. Ahora, los grupos distintos entre sí, ya adentro, se acuchillan entre sí por la rebatinga, para repartírselo.

El que logre eliminar a los otros, se quedará con todo, nadie quiere compartir ni repartir. El riesgo es que mientras, la poca maniobra de gobernabilidad, se les vaya de las manos, además del riesgo de auto sabotaje, con tal de que nadie logre imponerse entre sí. Todos vemos lo que sucede y padecemos el desorden de un gobierno que no acaba de consolidarse. Ratifico la nula estructura de Morena y en el caso del Verde Ecologista, al cooptar presidentes municipales, busca amarrar a la fuerza el control territorial electoral, ante la ausencia de principios partidistas que logren convencer a un electorado. Cabe la frase del priismo: Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata. Es decir, asistimos a un escenario grotesco, donde el que tiene el poder no lo quiere soltar y va a usar todos los medios posibles para mantenerse, a la fuerza, para que no sea posible la democracia.

Saben que el pueblo detesta al grupo en el poder por su probada ineficacia: inseguridad, inestabilidad política, nulo desarrollo económico, desastre ecológico, miedo, ausencia de expectativas a futuro.Entonces, se usará el eslogan de Morena en tanto sea rentable y el del Verde si es conveniente. La apuesta será otra vez, colgarse de la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, de su fama, mimetizándolo, decirle a la gente que en San Luis, el Verde es lo mismo que Morena y que por lo tanto, es lo mismo que López Obrador. Apoyar al Verde es respaldar al tabasqueño. Se van a colgar del efecto cascada de Morena para mantener al grupo en el poder y «arrasar» como les gusta decir, a costillas del clientelismo político en que el mandatario ha convertido a la ciudadanía.

La han empobrecido para luego comprarla con las becas, reparto de migajas y limosnas. La prostituyen en tiempos electorales para usarla a su antojo. Se mantienen en el poder gracias a un círculo perverso de manipulaciones, donde lo único que importa es imponer a un líder único que militariza al país, cercena la democracia e impone un régimen fascista, donde nadie cuestiona, obliga a la obediencia ciega, anula, reprime y persigue a quien disienta, disfrazado de una falsa izquierda mientras tanto, roba a discreción, apapacha a su propia élite, a los amigos de los hijos presidenciales y se regodea ante la ausencia de cualquier opositor político partidista y de una sociedad civil desarticulada. En cuanto a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, sabemos que su operador político es el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado. La pregunta que debemos hacernos es si el país está listo para que una mujer gobierne a México. Saber si lo acepta López Obrador. Si los banqueros de Black Rock, le ordenaron que una judía sea impulsada para ser la próxima presidenta del país.

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