Hoy es el tercer informe del doctor en gobernanza, Enrique Galindo Ceballos, que logró un hito en la historia local: es el primer alcalde en reelegirse con una cifra halagüeña, casi 200 mil votos. Completaría la hazaña si brinca al palacio estatal, para relevar a su detractor número uno, el gobernador Ricardo Gallardo, que en sus actos proselitistas adelantados a favor de su cónyuge, Ruth González, ya lo incluyó en la llamada herencia maldita. Lo acusa de tener sin agua a la mayoría de las colonias periféricas. Fanfarrón, ya le adelantó que lo habrá de enterrar en el 2027, para concretar otros de sus metas obsesivas, desaparecer al organismo operador de agua potable y alcantarillado, Interapas, indispensable para apuntalar sus más de 400 hectáreas de terrenos rurales y urbanos de alta plusvalía.

A Galindo le ha funcionado la estrategia de no confrontarse de manera abierta y suicida con el feroz capataz. Sabe que le puede aplicar un golpe de estado y quitarlo del cargo con la mano en la cintura, como le pasó al ex edil de Matehuala, Iván Estrada Guzmán, ya que controla como sus vasallos a la mayoría de los diputados locales. Galindo está obligado a resolver problemas torales, añejos, que ya no se pueden alargar. Resolver de fondo el problema del drenaje añejo en el centro histórico. Hacer el cabildeo necesario para sacar las estorbosas vías del ferrocarril, que con cualquier chubasco, parte la ciudad en dos categorías ofensivas, discriminatorias: a los potosinos de primera y segunda. Además de las inundaciones recurrentes de casas y negocios.

La ciudad casi se paraliza, ya que miles de automovilistas y camiones urbanos, buscan desesperados una salida emergente. Es el pandemonio. Si Galindo logra mover al ferrocarril a una zona de reserva del ayuntamiento, casi tiene la gubernatura en la bolsa. Debe recuperar también las casetas de policías abandonadas en las colonias de alta violencia. Evitar otra severa crisis de agua sin sobreexplotar los mantos acuíferos. Algunos miran una salida en los pozos de absorción en lugares estratégicos. Acabar con los molestos y fatídicos baches, que azotan toda la capital. Si brinca del palacio municipal al estatal, será otra prueba superada.

Comments

comments