
¿En qué malversa el dinero de pensiones, Ricardo Gallardo Cardona?
26 octubre, 20235:03 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Municipios Noticias Opinion
Al gastarse de manera irresponsable las cuotas quincenales de los trabajadores y no reportar la misma cifra al fondo de pensiones, el gobernador Ricardo Gallardo podrÃa redactar anticipado su epitafio polÃtico. Desdeña las advertencias de la histórica dirigente de los burócratas, Bernardina Lara Arguelles, que las reservas para cubrir los salarios de retirados y activos, sólo alcanzarán hasta el próximo diciembre. Comparten la tragedia los jubilados de la sección 52 y el sector de telesecundarias, que en el transcurso del año, abarrotaron las calles, al demandar el pago justo por varias décadas de labores cotidianas. El delito que comete el mandatario es fraude, desvÃos de recursos y abuso de su figura, entre otros posibles.
El daño al erario, en términos genéricos, podrÃa sumar varias centenas de millones de pesos. Se ignora si los destinó a realizar el elefante blanco, conocido como Arena PotosÃ, que nadie le solicitó. O hacer falsos puentes colgantes, que tampoco ningún ciudadano cuerdo le pidió. En el batidero de fondos públicos, involucra al secretario de finanzas, Salvador González. Al oficial mayor, Noé Lara y al director de pensiones, Luis Arturo Coronado Puente, que en su momento, tendrán que responder por los negativos manejos del erario. Atenido a que lo solapa el presidente Andrés Manuel López Obrador, Gallardo ya visualizó cómo salir del atolladero: que lo salve la candidata de Morena a dirigir el paÃs, Claudia Sheinbaum, a la que planea endosarle las deudas de pensiones, que superan los 4 mil millones de pesos, a cambio de 500 mil votos que sopesa juntarle, para que derrote a su principal opositora, Xóchitl Gálvez. Inocuo, omiso, simplista, Gallardo se desvive por efectuar el torneo nacional charro, donde malgasta la hacienda pública, mientras los trabajadores se enfrentan al calvario de la supervivencia. No se descarta un acuerdo emergente de Lara Arguelles y su otrora aliada, la combativa Francisca Reséndiz, para emprender su última jugada que les permita sobrevivir: paralizar con una huelga el aparato administrativo estatal, hasta que a las bases humilladas y pisoteadas, las vindiquen.
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