Ceballos denuncia que Gallardo de usaría eventos y obras como fachada para lavado de dinero

7 mayo, 202511:39 pmAutor: a Noticia San Luis/ Juan Pablo MorenoCapital Destacada Municipios Noticias

El ex comandante de la policía federal y estatal, Julio Alfredo Ceballos Alonso, denunció que las constantes obras, pachangas y derroches que ejecuta sin presupuestar el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, son factibles, ya que los fondos provienen del crimen organizado, para lavarlo. “Es evidente que la alta delincuencia trabaja en San Luis Potosí, porque el mandatario lo permite. No justifica las constantes entradas con los espectáculos en la Arena Potosí y el reparto de las despensas. Se inmola al alardear no roba, pero lava dinero. Le facilitan mil millones y les regresa 700. Se gasta 300 en contratar artistas. No es dinero del erario, pero que justique de donde proviene”.

Relató que junto con su padre, Ricardo Gallardo Juárez, entregaron Soledad a las pandillas criminales. Sus pactos con fuerzas oscuras fueron determinantes para adueñarse de Soledad y luego la gubernatura. “El jefe de los Zetas, Heriberto Lazcano, le envió a Gallardo Juárez, los primeros 60 millones de pesos para la campaña política que les permitió ganar en el 2009. A cambio le entregaron Soledad, Salinas y Valles, que siempre fue del Cártel del Golfo. Todos los dirigentes de los Zetas manejaban las patrullas. Fue cuando empezaron a crecer y llegar hasta donde se encuentran ahora. El ex gobernador Marcelo de los Santos también vendió la plaza. Al final los pollos, con tanto dinero y compromisos, terminaron dominados. Todo es una simbiosis. En algunos lugares, los capos son gerentes de los políticos, los verdaderos narcos. Se le llama narco estado. Es cuando los barones del crimen toman las riendas del gobierno”.

Enfatizó que en la etapa de Gallardo Cardona como alcalde de Soledad, se encontraron narco fosas en Armadillo de los Infante, en un rancho del que fuera su director de policía y tránsito municipal, Jesús Maldonado. Localizaron 8 cadáveres. Subrayó la existencia de más narco fosas en los municipios de Salinas, Ciudad Valles y la capital. “No entiendo por qué el gobernador se cura en salud, niega la verdad, pero el sol no se tapa con un dedo. Si en San Luis hay violencia, debe reconocerla y actuar. El primer factor para resolver un problema, es aceptarlo. Existen narco fosas en el estado, pero no las quieren sacar a la luz. Hace unos años hicimos un reportaje de la Van de la Muerte, que sería adecuado retomar. Mencionamos que estuvo involucrado el comandante Iván, que entonces apareció al frente. Se contaron más de 200 desapariciones de pandilleros que no se quisieron alinear y nunca encontraron los cuerpos. Era la época en que estaba de moda la cocina”.

“No nos hagamos pendejos, claro que hemos tenido crímenes masivos. En el 2007 hubo 50 decapitados en un solo día en la capital. Nadie se acuerda del asunto, que jamás solucionaron. En uno de los motines registrados en La Pila, aparecieron 130 asesinados, las mismas autoridades les dieron a los sublevados, las llaves de las secciones y celdas. En un antro que era del crimen organizado, llamado el Bacará, informaron que hubo 50 ejecuciones de prostitutas y homosexuales. Algunos oriundos de Valles y de la zona media. También fue muy sonado el exterminio de los payasitos de los cruceros y vendedores de mesas de cedro. Los eliminaron porque dijeron, eran orejas de la Familia Michoacana. A todos los desaparecieron. San Luis no es la excepción de otros estados, como lo que sucede en Jalisco. No es un paraíso como lo pintan. Se contabilizan de 5 a 8 asesinatos diarios con violencia. Las diversas policías están borradas, junto con la Guardia Civil Estatal. El negar que existen narco fosas, asesinatos y feminicidios, solo oculta un fenómeno. Se puede volver una bola de nieve, que no podrán contener después”.

Julio Ceballos señaló que haber pertenecido al grupo Roble, conocido como la columna vertebral de la lucha contra el narcotráfico. Lo integraron 30 comandantes que controlaban al crimen organizado, la violencia y ejecuciones en México. “Me sumé cuando me corrieron del estado, por los sucesos trágicos que ocurrieron el primero de enero de 1986. Para infortunio de mis enemigos, caí para arriba, porque me sumé a las trincheras federales. Estuve en la Interpol. No me gustó, porque me metieron en el tráfico de joyas arqueológicas. Lo mío es la acción, pedí el cambio al sector de narcóticos. Estuve en el equipo Lince, donde tuve comandantes muy famosos. Después pasé al Grupo Roble, controlaban México y los narcos obedecían sus órdenes. En el momento que perdimos el control, el doctor en derecho, Jorge Carpizo, creyó que manejar la Fiscalía General de la República, era igual a la Universidad Nacional Autónoma de México y lo desintegró. Muchos agentes fueron asesinados. Otros los descontinuaron en sus cargos. Los demás, sólo envejecieron. Entonces la delincuencia remontó a la autoridad y comienzan a llamar la atención a nivel mundial. Me acuerdo de la caída de Enrique Fernández Gastelum en1982, cuando se le cayó un avión con 6 toneladas de cocaína y 2 de marihuana, que

procedían de Colombia. Estuvieron en San Luis, compraron muchas autoridades, se formaban, les pagaban en dólares y les daban poquita droga. Algo que se hizo un fenómeno y se generalizo en todo el país, fue que los cárteles empezaron a invadir primero los municipios conurbados de las principales ciudades, hasta apropiarse del estado”.

Ceballos subrayó que el aumento de las desapariciones forzadas, asesinatos, secuestros, extorsiones, narcotráfico, que se viven en el país, es consecuencia de la negativa política que implementó el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, de prodigar abrazos, no balazos, para combatir a la delincuencia organizada. Se trató solo de una carta abierta para que el narcotráfico actuara de manera libre en el país. “El campo de concentración en el rancho Izaguirre en Jalisco, es una muestra del grado de violencia y brutalidad con la que ahora actúa el crimen organizado. Nadie creyó la historia de que el gobierno no estuviera enterado de lo que pasaba. Mencionaron antes que aseguraron el lugar en noviembre del 2024 y hubo detenidos”.

“No se hizo más porque el lugar siguió abierto. Hasta que las madres buscadoras lo descubrieron y saben lo que hacían. Recordemos que el narcotráfico ha cambiado mucho, al que se conocía antes de 1980. Los capos eran los benefactores del pueblo, la gente los quería de cierta manera, porque arreglaban las escuelas, iglesias, ayudaban a las viudas, huérfanos, enfermos. Es sabido que México siempre ha vivido de la venta de enervantes, no del petróleo, la industria o la ganadería. Se imponen las cosechas de amapola y demás drogas. Las ganancias son exponenciales, por cada mil pesos, generan un millón, por decir algo. Al final, es el poder económico el que corrompe todo y todos los hombres tienen un precio”.

Ceballos, quien se define como un experto en crímenes masivos, conoció de cerca al multi asesino, Arturo Gallegos Castrillón, “El Farmero”, uno de los líderes de la pandilla criminal Los Aztecas, ligados a la línea de los Arellano Félix en el paso Texas. Fue condenado por haber segado la vida de más de 2000 mil personas. Se le acusó de todas las muertes ocasionadas en el estado de Chihuahua del 2007 al 2010, en la pugna por ganar la ruta del narcotráfico a Estados Unidos. Le adjudicaron además las muertes de tres agentes consulares, seis policías federales y once soldados. Fue sentenciado a 10 cadenas perpetuas y extraditado a los Estados Unidos. “Tuve la alternativa de platicar con Gallegos, en el Centro Nacional de Arraigo, en la Ciudad de México”.

“Estaba en un rincón, aislado, era el único encadenado de los 300 internos. Se reía de todo lo que lo habían acusado. Pregonaba, sí he matado, pero no tantos como dicen. En otra de mis andadas en el 2010, conocí al Tres Letras, Teodoro García Simental, en la cárcel de máxima seguridad de Santa Adelaida, en Tamaulipas. Era el patrón de Santiago Meza, El Pozolero, que llegó a disolver alrededor de 300 cuerpos. Conocí a tales personajes, porque la vida nos puso en contacto. No son mis amigos, socios, ni menos trabajé para su servicio. El platicar, me sirvió para conocer sus mentes criminales, por qué hacen lo que realizan, cómo actúan. Son estudios”.

El policiólogo destacó que existe una gran diferencia acerca de los comportamientos delictivos cometidos por una persona psicópata y otra que es sociópata. Uno lleva en sus genes, en su esencia y cerebro, la ausencia de sentimientos, de empatía, miedo, remordimiento, lástima, tristeza. Ante la gente se pueden ver como normales, aseados, con personalidades cautivadoras y detrás ocultan todo su sadismo y maldad. El psicópata nace, pero también se pueden controlar y no volverse asesinos, canalizan todo en mantenerse ocupados, trabajo, deportes, ejercicios. El sociópata, en cambio, es una persona que nace normal, pero su criminalidad se empieza a desarrollar por el medio ambiente que lo rodea y sus experiencias personales. Niños, muchas veces violados, maltratados, huérfanos, son personas minusválidas. Todo el resentimiento y odio que acumulan, lo descargan contra los demás. Se vengan. “Por mi experiencia, puedo decir que hay más sociópatas que psicópatas. El filósofo alemán, Federico Nietzshe, habló del super hombre. También mencionó que cuando se toman represalias en contra de un enemigo o contrincante, hay que dañarlos, tanto que no puedan reponerse, para que no pueda vengarse de su atacante o familia”.

En pocas palabras, dice, hay que asesinar a todos lo que puedan tomar algún tipo de represalias. Como está el clima de violencia en México, los narcotraficantes están adoctrinados y leen El Príncipe. Lo leo para entender sus mentalidades y por qué cometen ilícitos. Debemos tener en claro, no es posible que un grupo criminal sea tan poderoso y grande, salvo que el gobierno lo proteja, de otra manera, no es creíble. El ejército mexicano cuenta con más de 240 mil elementos, capaz de combatir a cualquier grupo. Es el fuerte entre los fuertes. Sin embargo, no lo hacen, porque el gobierno los solapa. Es simple”.

Contrario al veredicto definitivo que dio la Fiscalía del Estado sobre la muerte de la conductora de InDrive, Daniela Martell, a causa de estar involucrada en cuestiones de narcomenudeo, Julio Ceballos declaró que el fallecimiento de la también artista plástica, cae en el ámbito del feminicidio y un crimen de estado. “Recordemos que los estupefacientes y las drogas, han acompañado al hombre desde hace 7 mil años, a través de los hongos, marihuana y peyote. Pero el fentanilo y el cristal, han alcanzado un gran poder en la etapa actual, que ya existen adictos desde los 8 años. Son baratos, pero muy adictivos. Son el demonio mismo, desde la primera vez que los prueban, quedan atrapados y cada vez necesitan aumentar las dosis. En el caso de Martell, desde los inicios, las pesquisas fueron un completo desastre. La fiscalía informó que el cuerpo de la víctima, lo disolvieron en acido.

“Siempre tuve mis dudas. No saben calcular los porcentajes de agua, sosa caustica y subirla a 210 grados Celcius”.

“Hicieron una revoltura de los verdaderos hechos, todo por evitar que se hiciera una carga política. Al aceptar que hubo violencia de género y otro feminicidio, se deteriora la imagen del gobierno. Me parece algo pendejo. A la ciudadanía le darían más elementos para saber la verdad, al presentar las pruebas y al responsable. Sin tener acceso a testigos ni expedientes, he resuelto muchos casos, antes que la fiscalía. Poseo cualidades operativas y relaciones para investigar. La gente me da informes clasificada, que ni el C4 ni la policía saben. El caso de Martell fue un crimen de estado. Al gobierno no le interesa resolver los casos. Cuando hablé en mis redes sociales, mucha gente me insultó. No me importó, porque decía la verdad. Mencioné que en su extravío, estaba presente el narcomenudeo y una figura farmacodependiente. A las pocas horas, la fiscalía salió a decir que la muerte había sido por causas de narcotráfico, lo cual no es verdad. Una persona que vende, por ejemplo, 200 pesos de cristal en un día y se gana 50 pesos, no puede ser un narcotraficante. Tampoco es un objetivo para eliminar. El gobernador y la fiscal Manuela García, prefirieron jugarle al olvido, hacer fiestas, conciertos. Si imaginan que la justicia es cara, la injustica les va a costar más”.

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