Los bárbaros del sur

15 julio, 20197:38 pmAutor: Francisco Parra BarbosaCapital Colaboradores Opinion

En el año 476 después de Cristo cayó el imperio romano, según acusan los historiadores, porque los bárbaros del norte invadieron Roma, la saquearon e incendiaron, destruyeron el imperio más extenso que registra la historia. En el 2019, un imperio está a punto de caer por la invasión de los bárbaros del sur, Donald Trump, un alarmado gerente del negocio llamado Estados Unidos, grita con alaridos estruendosos que México es responsable de la enorme cantidad de migrantes que intentan ingresar a su territorio. Falso, los migrantes que vienen no los invita México, tampoco los convoca a que lo hagan, menos es obligación de México detener la migración, nomás eso faltaba. Se sabe, porque así lo cuentan los propios estadunidenses, que su nación fue fundada por migrantes ingleses muertos de hambre, puritanos y discriminadores fanáticos, que huyeron de Europa y se asentaron en trece colonias. Luego, los blancos compraron millones de negros africanos a holandeses, portugueses, alemanes y otras depredadoras naciones. México no les vendió negros, ni indígenas, ni a nadie.

Los colonos ingleses no se tomaron la molestia de inspeccionar quienes eran los dueños originarios de las tierras del norte de América. Mejor los aniquilaron, exterminaron, mataron a miles de indígenas, tribus como los muskogi, creek, choctaw, chickasaw, seminola, alibamu, apalachee, hitchiti, cherokee, de lengua iroquesa, catawba, waccamaw y tutelo, de lengua sioux, caddo. Y otros grupos allegados como los houma, natchez, tunica, ofo, chitimacha, biloxi, chackchiuma, tohome, mobile, chatot, ais, timucua, calusa tekesta, yamasee, cusabo y tacobega. Los hopi, holi, zuñi, acoma, laguna, los apaches, los maricopa, quechan, pima, pápago, mojave, seri y tarahumara. Las de lengua caddo, hidatsa y mandan, lengua sioux ,hidatsa, mandan, sioux, osage, ioway, omaha, otoe, missouria, quapaw, kanza. Algunas de lengua algonquina, blackfoot, arapaho, cheyenne, atsina y otras de lengua caddo como la wichita, pawnee, arikara. O lenguas na-dené (sarsi). Las tribus de las llanuras, ute, xoixon, bannock, nez percé, umatilla. Las otras, como los paiute, washo, klamath, modoc. Las tribus pomo, hupa, miwok, yurok, karok, yokut, maidu, wintun, yuki, yana. Los tlingit, haida, kwakiutl, nootka, tsimshian y Quileute. La confederación iroquesa, los hurones, los winnebago de lengua sioux y la mayor parte de tribus algonquinas, narragansett, pequot, wampanoag, nipmuc, lenape, illiniwek y abenaki. De lengua na-dené y la zona oriental, de lengua algonquina, como los cree y chippewa.

Los pocos que quedaron fueron sometidos y encarcelados en reservaciones. Los colonos ingleses no se mezclaron con los indígenas, por lo que a la fecha las limitaciones interraciales subsisten y son los blancos quienes siguen controlando el poder económico, político y religioso. Alcoholizan a los indígenas sobrevivientes, igual que discriminan aun a los negros, los encarcelan, los matan o los electrocutan. Los Estados Unidos crecieron de manera territorial por la rapiña, las matanzas y el robo. México fue despojado de forma literal, los colonos muertos de hambre llegaron a ocupar Texas y otros lugares que pertenecen aún en lo legal a México. Estados unidos debe devolver a México sus territorios, como California, Nevada, Utah, Arizona, Colorado, Nuevo México, Wyoming, Oklahoma, Kansas y Texas. Samuel Houston y Stephen Austin son el ejemplo de migrantes de las colonias inglesas que muertos de hambre ingresaron a México para luego dar golpe de estado y agandallarse territorio mexicano con el apoyo de su expulsoras colonias. Es como se robaron más de la mitad del territorio nacional que deben devolver las bazofias de ingleses.

Lo que ha caracterizado a los Estados Unidos es que son unos fanáticos religiosos, criminales, hipócritas, que han propagado falsas ideas en las declaraciones de Filadelfia y de Virginia sobre lo que entienden para sí mismos, que sólo ellos tienen derechos humanos, son dueños de su territorio y del planeta. El resto de los mortales se deben someter como sus esclavos a sus intereses. Nada más falso, totalmente contrario a la lógica, a la razón y al sentido común. En su desquiciada interpretación de América para los americanos, no son americanos todos los demás habitantes de América, desde los mexicanos hasta los argentinos en el sur, porque consideran que toda América les pertenece y pueden hacer lo que les plazca. El resto de la población americana y mundial son insectos o animales, pero no seres humanos.

Conforme han transcurrido seis siglos, el XVI, XVII, XVIII, XIX, XX y XXI, el poder militar, económico y político de Estados Unidos ha impuesto gobiernos serviles en América y todo el orbe, en México, con mandatarios traidores, que se han hincado a lamer literalmente el trasero a los Estados Unidos, como el resto de los países. Durante el siglo XX con las dos grandes guerras mundiales, los gringos se apropiaron del control político y económico. Junto con la gran Bretaña, se adueñaron del control financiero y territorial. Sólo la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas les hizo frente durante medio siglo. Al caer la URSS con el Muro de Berlín en 1989, los Estados Unidos se convirtieron en la potencia unipolar que creyó dominar ahora sí todo. Pero China y Rusia, que resurgió de las cenizas, avanzan. Venezuela, Cuba, Irán, India, Corea del Norte, Siria, por citar algunas naciones, le han pintado la raya al imperio yanqui, que se cae a pedazos. Su vanidad extrema y abusos han colmado y hartado a todo el mundo. Donald Trump es el ejemplo del blanco extremista supremacista, racista, que intenta a través de amenazas y vociferar sandeces, doblegar al planeta a sus aviesos intereses. ¡No Pasará!

El 10 de junio, Trump amenazó con imponer aranceles a México que para octubre serían del 25%, es decir, que cualquier producto mexicano se vería obstaculizado con imposiciones para su comercialización en Estados Unidos, obligando a que los gringos no compren productos mexicanos por ser demasiado caros. Los gobiernos locales son culpables de que México sea dependiente, por habernos atado a la economía estadunidense, desde Carlos Salinas a Peña. La solución es igual de simple, diversificar mercados, hacer tratados comerciales con otras potencias, en especial con las que hacen contrapeso, como China, Rusia, por citar las más fuertes.

Trump, un nieto e hijo de migrantes, casado con una migrante también, odia a los migrantes y culpa a México de que exista la migración, cuando Estados Unidos ha sido desde siempre tierra de migrantes. México no debe ni puedes ser culpado de la migración hacia Estados Unidos. Trump ha agarrado de su puerquito a México desde el principio de su primera campaña, durante su presidencia y ahora en la segunda campaña. México debe aprovechar para soltar amarras con la economía estadunidense, aliarse con otras naciones, exigir la devolución de sus territorios por más absurdo que parezca. La historia le da la razón, sería un golpe mortal y fatal para Estados Unidos. Si México recupera sus territorios, se desmembraría a tales hocicones. Su economía desaparece y entonces sí, México sería la potencia que López Obrador maneja. Sólo California solita haría dar el salto a México.

No lo dice Trump pero es algo sabido que la población mexicana en Estados Unidos no pierde su lengua, costumbres tradiciones, religión y cultura. Además crece cuatro veces más que la gente blanca, es el gran miedo, terror, que la población mexicana, no latina, no hispana, mexicana, pronto será el núcleo más importante, sobre los blancos, negros y cualquier otra minoría racial o hablante. Trump no lo dice, pero amenaza y vocifera. Estados Unidos no quiere migración, ni centroamericana ni de ningún lugar, pero, ¿acaso no fueron los Estados Unidos los que en los años ochenta  patrocinaron a los contras para impedir que llegaran gobiernos socialistas en la zona? Fueron los Estados Unidos los que disgregaron a las sociedades, patrocinaron a mercenarios para disolver cualquier lucha social y política. Entrenaron a los kaibiles que masacraron y llenaron de terror a los guatemaltecos, a los salvadoreños y al resto de Centroamérica. Estados Unidos invadió Panamá en 1989 para impedir que el control del canal pasara a manos de panameños. Estados Unidos consume la droga que hizo millonario a Pablo Escobar. Han impulsado las persecuciones contra los narcotraficantes por lo que han ocupado en lo militar y político a Colombia y México. ¿De qué se quejan?. Son los drogadictos y a la vez sus propios verdugos, están locos y en su locura arrasan a todos los americanos. Ya ni que decir de las políticas neoliberales que desde el consenso de Washington y los tratados comerciales, han impedido que las economías americanas sean autónomas y los pueblos tengan libre autodeterminación.

El imperio tiene sus días contados, sus antiguas colonias ahora están llenan a la metrópoli con sus migrantes, ante la ausencia de una economía que detenga la pobreza extrema, se suman los desastres naturales: terremotos, huracanes, erupciones volcánicas. Los migrantes huyen de donde no hay gobiernos que responden a sus carencias, porque Estados Unidos impidieron que existieran. ¿Qué querían los gringos, qué esperaban? Provocaron las causas de la migración, ahora que se aguanten. Pronto veremos al gigantesco ídolo con pies de barro caer. ¡Nunca más Estados Unidos, nunca más un Trump!.

 

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La Noticia San Luis Potosí

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