El doloroso, cruel y desgastante calvario de buscar a un desaparecido

15 julio, 20198:39 pmAutor: La NoticiaCapital Noticias

La integrante del Centro de Derechos Humanos Samuel Ruiz, la abogada Alejandra de la Rosa Aguilar, destacó que existen indicios sobre la niña desaparecida, Zoé Zuleica Torres Gómez, que la ubican en Estados Unidos. La pudieron pasar con documentos falsos algunos familiares paternos lejanos, por cuestiones de rencor hacia la madre, Carolina Gómez Rocha. Expuso que el caso se lleva a través de una gigantesca carpeta de 7 volúmenes, que en los primeros meses se llenó de paja. El ministerio público no hizo lo que dicta el sentido común. No revisaron videos ni recabaron más testimonios. Se descartó a probables implicados. “No sirve lo que dijo un invitado a la fiesta, que se retiró a las 8 de la noche. Hay que depurar las pruebas, rescatar al que aporte datos valiosos. Si existen sospechas de algún pariente, interrogarlo. Se trata de encontrar a una menor que se llevaron sin saber el móvil”.

Añadió que el caso de Torres marcó un hito en las pesquisas. “Antes se investigaba como Dios lo permitía. Ahora se capacita a los fiscales. La búsqueda de infantes se ha fortalecido. Pero todo es insuficiente sin resultados. Existe un comisionado que en otros casos presenta avances. Pero en el de la menor, se ha quedado corto. Le faltan recursos. A veces no tienen a nadie para entrevistar a un testigo o cuando hay que ir a un lugar donde hay indicios, con las mismas características de la víctima. Salen con que no hay policías ni viáticos. Las trabas entorpecen las averiguaciones en los delitos que aluden a desaparecidos. Ya pasaron más de tres años y no hay resultados. Las cifras de los ausentes no concuerdan. En la procuraduría hubo antes una acta circunstanciada para saber si se había cometido o no un delito. Pero no se contabilizaron porque no tuvieron la categoría de denuncia”.

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Alejandra Rosas. Penurias 

“La misma fiscalía ignoraba cuántas casos tuvo por desapariciones. Los familiares deciden no seguir la búsqueda después de 5 años. Se cansaron. Son casos que no se consignan. La mayoría de las cifras se tienen porque se sumaron a los colectivos o se quejan en derechos humanos. Ahora la fiscalía, Comisión Estatal de Víctimas y derechos humanos, tienen sus propias cifras. No cotejan entre sí los datos. Para los familiares es doloroso, cruel, desgastante en los económico y moral, buscar a alguien. Tiene que acudir 5 veces a la semana en la fiscalía durante los primeros meses. Además, tienen que trabajar, continuar con su vida. Estar sanos. Asistir a citas mensuales, por lo que deben pedir permiso o buscar les cubran el horario. No tienen recursos porque solicitan préstamos para lonas y volantes que reparten en la entidad. La fiscalía carece de recursos, personal y sensibilidad para hacer sus tareas”.

“Existe un fondo para atender a las víctimas de todos los delitos. En el tema de los desaparecidos, los trámites son lentos. Es lo que dificulta los avances. Se ha pugnado para que los trámites sean más rápidos. Alguien que se pierde, lo pueden llevar a otras partes. En las primeras horas se deben armar las piezas del rompecabezas. Después de un mes, es difícil recopilar datos. Hay que implementar los protocolos que existen. La alerta ámber, si se trata de una menor. Girar oficios que pudieran apoyar. Hacer circular la ficha de búsqueda. La secretaría de comunicaciones y transportes cerrar las salidas de la capital. La policía ministerial investigar dónde vieron a la víctima la última vez, hablar con los testigos y llevar una línea de trabajo. Cuando alguien se extravía, se debe actuar al instante, sin importar el motivo. Si es político o se lo llevó el crimen organizado. Hay protocolos de búsqueda homologado en todo el país. Es el que manda la Fiscalía de la República a todas las entidades”.

“En el caso de las mujeres está el Alba. Pero muchas veces llegan a la fiscalía, desesperados, con el dolor encima y el ministerio público no los atiende rápido. En las reglas se establece que con una sola entrevista, deben sacar los datos que pueden ser útiles. En San Luis prevalece la falta de empatía. La gente actúa hasta que se trata de un familiar. Falta conciencia social. Se criminaliza a las víctimas y familiares. Cuando falta una mujer, dicen que se fue con el novio. Andaba en malos pasos y se la llevaron los narcos. Son cuestiones muy arraigadas que merman la búsqueda. La madre de Zoé Torres, está en una postura entendible. No quiere dar entrevistas. No puede en lo emocional. Nos autoriza tocar el tema. Nos dice que es muy doloroso revivir cómo se llevaron a su hija. Y después de varios años, resumir que no hay avances ni pistas. Todo por las carencias de la fiscalía. El estado mexicano le apuesta al cansancio. Es por lo que muchos casos se quedan en el camino. La gente desaparece por diversas causas, dicen los demás colectivos. Muchos casos se vinculan a la delincuencia organizada, cuando se trata de jóvenes”.

“Los usan como sicarios forzosos. Hay mujeres que se van con la pareja o el novio. No son todas. El estado debe buscarlas, sin pretextos. El fiscal Federico Garza actuó de manera irresponsable al sostener que estaba a punto de cerrar el caso de Zoé Torres. Juega con los sentimientos de la madre, que ha sido violentada en sus derechos humanos en el caminar de su hija ausente. La culpan de haber descuidado a la niña. El asunto se resolverá hasta que pueda reintegrarse con su progenitora y hermano”.

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