Juego de invidentes y débiles visuales/ Una epopeya el choque futbolístico de Topos y Búhos

21 abril, 20232:16 amAutor: Juan Pablo Moreno GuzmánDeportes

El francés Antoine de Saint-Exupéry, en su obra capital, El Principito, decía “sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial, es invisible a los ojos del hombre”, conceptos que se pueden adaptar a cada jugador que practica el fútbol para ciegos y débiles visuales. En particular, a la escuadra potosina, Búhos, plantilla que demuestra la pasión y amor por el deporte. La esencia para practicarlo y en su caso, convertirse un referente en México.

En busca de una hazaña, los Búhos viajaron  a la Ciudad de México, para enfrontar el “Campeonato Selectivo de Fútbol para Ciegos y Débiles Visuales”, que tuvo como sede las instalaciones de Coapa del club América. En el torneo relámpago de 3 días, la escuadra potosina se coló a la final, junto con el equipo Topos de Puebla. En el camino se quedaron  Leones de Jalisco, los anfitriones, Nuevo León y Soles de Baja California.

Son partidos emotivos, vibrantes, muchos aficionados ajenos a tal vertiente, incluso el que escribe, aprendieron que pese a la euforia y dinamismo, existen diferencias sustantivas en la reglas. Los protagonistas llevan consigo unos googles o visores que les permite estar en iguales condiciones con los demás jugadores. En la cancha no existe la línea fuera de juego. La reemplazan por una barrera, la cual permite, el balón no salga, ya que sirve de guía para los jugadores. El esférico tiene un peso y tamaño distinto al convencional. Cuenta en el interior con unos balines o sonajas que permiten a los jugadores orientarse.

En la cancha, los 5 jugadores reciben indicaciones de una persona a la que denominan  “guía arquero o de puerta”, ubicado detrás de la meta. Lanza indicaciones a los jugadores cuando tienen opciones de tirar a gol. Lo mismo hace en los tiros libres, al hacer ruido en los postes. El portero es el único jugador en la cancha que puede ver. Entre los aficionados, también hay pequeños cambios, deben retener las emociones para generar el menor ruido posible e no intervenir con las indicaciones de los entrenadores. O alterar la brújula de los contendientes. Cada tiempo consta de 20 minutos, con un minuto fuera para beber agua o descansar.

Para el encuentro final, ocurre una tarde soleada, en las canchas del nido americanista, llegaron a la última instancia, Topos de Puebla y Búhos FC de San Luis Potosí , ambos equipos con trayectorias en justas nacionales donde han destacado con varios títulos . Los comentaristas presentes en el encuentro, sin conocer la trayectoria de los potosinos, los describen como revelaciones del torneo. Los apodaron “Caballos Negros”. Los Topos Puebla fueron proyectados como los amplios favoritos para levantar el trofeo.

Minutos antes del silbatazo inicial, ambos equipos calentaban, reconocían el terreno de juego y recibían los últimos consejos para afrontar el encuentro. Los Topos de Puebla vestían de blanco, con pequeños detalles en azul. Los potosinos, azul con números y nombres en amarillo. Antes de comenzar, cada equipo, guiado por su portero, procedieron a entablar un saludo entre las escuadras. Luego se dio la foto tradicional entre los capitanes. Concluidos los actos protocolarios, el saque inicial fue para los potosinos. Sin mayor rodeo, los dos árbitros dieron el silbatazo de arranque y el balón empezó a sonar. Un trepidante partido comenzó a escribirse.

Tan pronto silbó el juez, el potosino con la camiseta 9, Francisco Rangel, buscó la portería rival, que no logró sorprender en absoluto a la defensa de Topos, que apaciguaron el ataque. Impetuoso y pasional, en el primer minuto de juego, el mismo delantero empujó un par de ataques, que buscaron rápido irse con la ventaja en el marcador. El frenesí de los potosinos, al minuto uno con 4 segundos, trajo consigo la recompensa. En una jugada, Topos se hizo del esférico en su propia área y buscaron despejar el peligro. Pero ante el acoso del 9, Rangel, de los Búhos, el tiro del número 7, Otero, de los Topos, se incrustó en su propia portería. El error lo festejan los potosinos, que muy temprano se iban al frente en el marcador.

Sin aclimatarse al juego, los Topos de Puebla ya remaban contra corriente. Pusieron a rodar el balón, para levantarse de tan temprano escollo. En busca del  rápido empate, Jorge, con el número 10, buscó infiltrarse en las líneas  rivales. Sin embargo, el capitán de Búhos, Pablo Millán, con la casaca 4, frenó el ataque. Al minuto 3:40, el silbante marcó la primera falta del partido cometida por los Búhos, que detuvieron una salida prometedora del capitán de Topos, el 3, Negro Cerezo. El bloqueo dejó por un momento al jugador poblano en el suelo.

Los próximos minutos aumentaron la euforia. El 10 de los Topos, Jorge, comandó acciones de peligro. Por su parte, en Búhos, el experimentado capitán, Pablo Millán, exhibía sus dotes defensivos y afrontaba los avances. Al minuto 5, tras una  férrea disputa entre el capitán de Búhos y Jorge de Topos, por la banda derecha, cercano a la portería potosina, el silbante señaló falta y se dio el primer tiro libre en favor del Puebla.

El guardameta potosino, Fernando, acomodaba en la barrera a 4 hombres. Por su parte, Jorge de Topos, se preparó para el tiro. Con el silencio encima de la cancha, recibía indicaciones del «guía de puerta» , quien con unos toques en los postes, lo guiaba. Apareció la zurda privilegiada. El 10 de Topos sacó potente disparo que pasó por un lado de la portería, ante la mirada atónita del guardameta, que solo vio la bola a lo lejos.

La respuesta de los potosinos fue a través de un recorrido de lado a lado, por parte del 9 Rangel, quien buscó la puerta con un potente tiro, que la defensa de Topos envió a tiro de esquina. Al minuto 10, otra vez el equipo poblano buscó con peligro el área rival. El número 7, Omar Otero, se introdujo en las líneas defensivas de los potosinos, que para detenerlo, lo derribaron. La falta fue sancionada por el árbitro. Otro tiro libre que hizo el peligroso 10, de Topos, el zurdo Jorge. E portero acomodó a 4 jugadores en la barrera. Jorge sacó potente trallazo que rozó el poste izquierdo del arco. Se salvaron los Búhos. Fernando “El Pelón”, comprobó que portero sin suerte, no es portero.

Al minuto 12, ante la presión ejercida y la negativa de gol, Topos optó por tomar un tiempo fuera con el fin de afinar la estrategia, hidratarse y bajar un poco las revoluciones del partido. Los potosinos se rehidrataron e hicieron algunos ajustes. Al reanudarse el juego al minuto 13, los tuneros se fueron al ataque, con un pase profundo por la banda que lanzó Millán. Rubicel se encontró el pase, se perfiló hacia el centro del campo, a unos metros de la portería de Topos y prendió el esférico. El arquero, por su atinada ubicación, lo pudo atajar.

Segundos después, se replicó la misma jugada, pero ahora por parte de los Topos, ya que de los pies del 7, Otero, salió un misil que pasó al lado de la portería de Búhos. El partido se volcó de un lado y del otro. Ataques y respuestas de ambas escuadras. Al minuto 17, el número 10, Jorge, de Topos, conducía cerca del área contraria y se quita varios rivales. En la búsqueda de la portería, se encontró con el número 3, Luis Tovar, que intentó detener al peligroso zurdo. Pero se llevó un pequeño golpe en la cabeza, lo que calentó los ánimos del potosino, quien eufórico, reclamó el testarazo. El silbante intervino e impartió justicia. Amarilla para el jugador de Puebla y tiro libre directo para el mismo jugador, debido a que detuvo el avance con una falta.

El cobró no acarreó el mínimo peligro, ya que la bola se incrustó en la barrera de los 4 elementos de Búhos. Al minuto 21, Topos retiró al casaca 10, Jorge, su mejor elemento, ya que se resintió de un golpe en la jugada anterior. El silbante lo acompañó a salir de la cancha. Al relevo le acomodó el antifaz y reanudó las acciones. Al 22, Búhos hizo válido su tiempo fuera para ajustar la estrategia y rehidratarse. La primera parte se extendió hasta el minuto 29, donde ambas escuadras exhibieron un juego trabado a la mitad del terreno. Las idas y vueltas se hicieron más escasas, quizá por el agotamiento que ya permeaba en los atletas. Antes del pitazo de medio tiempo, Jorge el jugador más desequilibrante del Topos, volvió para felicidad de sus compañeros. Incomodó a los rivales.

Los minutos de descanso, ambas escuadras aprovecharon para recargar energía, hidratarse y recibir las pertinentes indicaciones, para afrontar la parte final del encuentro. Salieron, listos para jugar. El silbante dio el pitazo inicial del segundo capítulo. El 10 de los Topos, Jorge, buscó el área rival con una conducción, detenida por la defensa potosina. Se predecía una dura embestida por parte de Topos, en busca del empate. La insistencia rápido cobró efecto. Apenas corría el minuto uno, cuando el arquero de Topos, en un saque de puerta, buscó al número 7, Otero, quien se movió por la banda derecha. Con el balón en los pies, buscó rápido el centro del campo.

El instinto le hizo saber que estaba cerca de la portería rival. En su lance, hizo una repentina pausa y siguió, con lo que se quitó de encima a un potosino. Al momento recibió la orden del “guía de puerta”, quien ansioso, le gritó tirar a gol. Otero, por las indicaciones recibidas o su olfato, disparó al arco. El tiro potente venció al arquero. La esfera se incrustó en las redes. El gol de Topos puso 1-1 el marcador. Se venía una final no apta para cardiacos.

Al minuto 3, Búhos recupera un balón mal despejado por el arquero contrario y de los botines de Rubicel, sacó un potente disparo que buscó la portería de los Topos. Para suerte de los poblanos, el balón se escabulló por un costado. Los potosinos mostraron un creciente dinamismo. Al 16, conseguían un tiro libre. El encargado de cobrar fue Rubicel. En la barrera pusieron a 4 Topos. Con las indicaciones del entrenador, Rubicel sacó un fuerte tiro que absorbió la humanidad del arquero.

El momento anímico estaba del lado de los potosinos, quienes buscaban a toda costa, la ventaja. Al 18, Rubicel, con otro disparo a la puerta, buscó el segundo gol para los suyos, pero el arquero de Topos lo impidió. Los contrarios, a través de contragolpes, trataron de dañar a los Búhos, que con el capitán Millán, daban cátedra en la parte baja del campo. En los minutos siguientes, ambas escuadras se diputaban el esférico y el dominio del campo, línea por línea. Era una competencia cerrada, donde se pudo observar equilibrio de condiciones. Era un encuentro digno de una final.

En la lucha por sobresalir, se dio un duro choque entre el 3, Tovar, de Búhos con  Gutiérrez, de Topos. La peor parte se la llevó el potosino, quien se quedó tendido en el terreno. Los primeros auxilios realizaron labores para reanimarlo. Tras reanudarse las acciones, Topos se mostró más peligroso en los ataques, con mayor dinamismo. Muestra del pequeño pero notorio dominio, al 19, el playera 9, Gutiérrez, de Topos, sacó un cañonazo que pasó cerca del arco

Al 20, se solicitó un tiempo fuera. Lo jugadores toman agua mientras escuchan las últimas indicaciones para afrontar los minutos finales del partido. Reanudan las acciones. Topos cambió el chip y salió al contra golpe, en busca del triunfo. Al 22, conseguía un tiro de esquina, por parte su hombre más activo, Jorge, el número 10. Se dio a la tarea de cobrar el tiro de esquina. Salió con la bola, condujo rápido y peligroso al área de Búhos. En su andar, exhibió destreza, al dejar atrás a los oponentes. En un recorte de “crack”, cambió de rumbo, lo que le permitió perfilarse de cara a la portería. En su saber y experiencia, conocía cada lugar del campo y sacó fuerte disparo con la pierna zurda. La pelota se incrustó en el fondo de las redes. El arquero potosino no pudo hacer algo. Topos de Puebla se ponía al frente en el marcador y estaba cerca de ganar el campeonato.

En los minutos posteriores, Búhos intentó sin éxito empatar el marcador. Topos de Puebla, sin replegarse, defendía y contra golpeaba a los potosinos. Se dio un atractivo y acalorado partido. Al 25, en un acarreo de Jorge, de Topos, en busca de driblar a un contrario, el pierna izquierda sufría las consecuencias. El referente poblano estaba lesionado. Tras recibir atenciones médicas, pese a la garra y fortaleza del delantero, no fue posible continuar. El partido se alargó otros 6 minutos, donde Búhos, determinados y con los últimos impulsos, buscaron férreos el empate, para alargar el encuentro. Pero al frente tenían una sólida defensa de Topos, que les impedían el objetivo. Buscaron tiros de esquina, desbordes, disparos a la portería, de todas las formas lo intentaron. Los potosinos venderían cara la derrota. Al final, al minuto 32, el silbante los sepultó. Topos quedó campeón del torneo.

Había dos caras de la moneda. Los Topos de Puebla, eufóricos, festejaron el logro. Los Búhos lamentaron el resultado, pero sin agachar la cabeza. Se dieron ánimos entre sí, pues dejaron todo en el terreno de juego. Más calmados, ambos equipos se fundieron en elogios, felicitaciones y muestras de respeto. Acciones dignas donde expusieron la esencia del fútbol, la competencia sana, la inclusión y el amor al deporte.

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