María Sabina y sus “Niños Santosâ€

19 septiembre, 20249:56 pmAutor: Nubia Marlen ValadezCultura

La chamana María Sabina Magdalena García nació en Huautla de Jiménez, Oaxaca, el 22 de julio de 1894 y falleció a los 91 años, un 22 de noviembre en su pueblo natal. La sierra mazateca, lugar donde se encuentra el pueblo de la ex curandera, es parte de la sierra madre oriental de Oaxaca, cerca del límite con Puebla y Veracruz, al noreste del país. La cadena montañosa alberga más de la cuarta parte de la flora mexicana nativa, como encinos, pinos, magueyes y poco más del 7% de las plantas herbáceas endémicas, algunas muy raras, como las cactáceas del género Aztekium,, que solo habitan en los cañones del monte.

Oaxaca es el estado con mayor riqueza biocultural de México, se cree que hay más de 2 mil 500 especies de hongos, temporada que comienza en marzo y abril, cuando se presentan fuertes lluvias en las montañas y en varias regiones. Es cuando las comunidades empiezan la búsqueda y recolectado de hongos para el consumo humano. Lo hacen basados en los conocimientos transmitidos por generaciones. Optan por el hongo de ocote, que crece en los troncos de los pinos muertos, otros de los más cosechados son los famosos ndis xijthos (pequeños que brotan), los cuales tienen efectos psicoactivos. Son utilizados con fines medicinales y en rituales donde meditan.

En tal contexto ¿quién fue María Sabina García? ¿Cuál es su historia? Fue una niña mazateca que vivió con sus abuelos, una pareja de escasos recursos, quienes se dedicaban a la crianza de algunos animales y la cosecha de maíz. Cuenta la historia que un día, al pastorear una manada, descubrió a la edad de 5 años, por hambre y curiosa, “los hongosâ€. Fue cuando vivió la experiencia de los efectos psicoactivos. También tuvo su primer encuentro con lo mágico y lo sagrado, al darse cuenta que tras la ingesta, era capaz de percibir y escuchar seres extraños. Sin embargo, para García no fue del todo raro, ya que era descendiente de curanderos. Su bisabuelo, abuelo y padre, sanaban de forma intuitiva, con hierbas y hongos. Alguna vez llegó a presenciar los rituales.

Por un tiempo se dedicó a curar a los miembros de su aldea. Sin embargo, con su primer casamiento a los 16 años, dejó atrás los dones curativos, tras la creencia de que para sanar, no podía tener contacto íntimo con su pareja. Enviudó a los 22 años, lo cual le permitió retomar sus tareas con los hongos y al chamanismo, que se vuelven a interrumpir por un segundo matrimonio, el cual duró 13 duros y difíciles años. Su cónyuge, Marcial Carrera, fue asesinado y la chamana por fin vuelve a sus “Niños Santosâ€, como le llamaba a los hongos, aunque ahora para siempre.

Los “niños†preferidos al realizar las curaciones, eran “el Pajaritoâ€, “San Isidro†y “El Derrumbeâ€. Los miraba como pequeños infantes, payasos “ndi-shi-toâ€, “niños pequeños que brotan o angelitos que hablanâ€. Relató que tenía 30 años cuando su hermana María Ana García, cayó grave, enferma, por lo que decidió acudir al poder de los hongos. Consumió 30 pares de “Derrumbeâ€. En el trance, vio seres, quienes le dieron un libro con instrucciones para poder sanar. Después de realizar rituales curativos y adivinatorios, su hermana fue curada por completo, aun cuando fue desahuciada por los otros curanderos del pueblo.

Los hongos le permitieron conectarse con el mundo espiritual, que le ayudan a entender el lenguaje de Dios, escuchar sus mensajes. La guiaban, le daban las instrucciones y los conceptos precisos para las ceremonias religiosas. La dirigían en sus cantos, que eran una de las características más representativas de su actuar. Los hongos o sus “Niños Santosâ€, le revelaron todo lo que necesitaba saber para curar.

“No se trata, para el pueblo mazateco, de un imaginario mundo de alucinaciones. Es una ancestral riqueza espiritual que se manifiesta en imágenes mentales impregnadas de un profundo sentido religiosoâ€. Julio Glockner Rossainz.

Comments

comments

María Sabina y sus “Niños Santosâ€

Comments

comments