Gallardo Cardona, peligroso cacique

31 mayo, 20224:40 pmAutor: a Noticia San Luis/ Juan Pablo MorenoOpinion

Enemigo de la transparencia, el manejo honesto de los recursos y el mínimo contrapeso, en el asunto de convertir a Pozos en municipio, el gobernador Ricardo Gallardo echa sus barbas a remojar. Aunque tiene la chequera del erario para comprar el ayuntamiento de la capital al precio que fuera, teme que la ciudadanía manifieste su rechazo absoluto al candidato que proponga para relevar al actual edil, Enrique Galindo, que ya sopesó, no tiene las simpatías del mandatario para reelegirse. Pero la apuesta es doble, en su desmedido empeño de controlar a los 58 ediles, no puede, no debe perder el que ahora promueve, cercano al paroxismo. Hombre de objetivos estrambóticos, además de sentirse un artista, un ídolo musical metido a político, obsesivo, busca superar la meta del panista Marcelo de los Santos, el único en las últimas décadas que logró brincar del ayuntamiento a la gubernatura. Y es lo que busca con el alfil que ponga en la capital o Pozos, sin razonar los estragos que puede conseguir al fraccionar los escuálidos recursos, amén del seguro despilfarro. Al resto de los alcaldes, además de quitarles las obras más boyantes, que les permitan acrecentar su capital político y económico, con miras a mantenerse en el cargo, los terminó de asfixiar al arrebatarles el manejo del impuesto predial, de los pocos fondos autónomos que les permite subsistir mientras les llegan las migajas centralistas.

En el caso de Galindo, que se ha portado consecuente y evitado el choque prematuro, no le funcionó el manotazo. Lamenta no ejecutar el gran número de trabajos en diversos puntos de la capital y no tener bajo su férula, los más de 2 mil millones de pesos que recabó por la gabela del predial, que le hubieran servido para contratar al cantante en declive, Luis Miguel o un grupo estruendoso, experto en narco corridos, que lo llevan al clímax. En el tenso y complicado trato que tiene con su vecino, que le hace sombra cada rato, ya sacó el resabio dos veces. Una para reclamarle que no atiende con eficacia la seguridad y otra, por despilfarrar el erario en la juerga turística, en Acapulco, mientras los habitantes padecen la falta de agua. En sus afanes caciquiles, le molestan otros referentes pasados. Lo acusan de haber borrado el nombre de Antonio Rocha Cordero al archivo histórico. Al periférico que tenía su nombre, ahora, arbitrario, lo llama Circuito Potosí. No tolera que Rocha haya generado un cúmulo de cachorros, la mayoría gobernadores, de donde surgió el guía espiritual y material de Gallardo, al que le debe estar en la cima: el maximato Horacio Sánchez Unzueta.

Tampoco acepta la sombra histórica del matador de dragones, Salvador Nava, abuelo del ex alcalde de la capital, Xavier Nava, con el que tiene un pleito suicida. Ya planteó cambiarle el nombre a la avenida que se llama como el ex líder cívico, pero le irrita pedirle el favor a Galindo, al que busca destronar. El ex munícipe Xavier Nava ya planteó lo peligroso para la democracia, que sólo exista una voz autoritaria en San Luis. Los diputados locales están en una encrucijada fatal: si autorizan el 59 municipio para satisfacer el ego de un tirano, serán recordados en la historia como los más pusilánimes y entreguistas.

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