Los aliados de la derecha
5 septiembre, 20199:50 pmAutor: Agustín de la Rosa CharcasColaboradores Noticias Opinion
Los regímenes fascistas se distinguen por poner en práctica desde el poder, políticas de violencia que tienen como propósito, inducir miedo entre quienes viven sojuzgados. El propósito de la estrategia es provocar la parálisis social y política. A cualquier líder del campo y la ciudad, académico, científico o de la iniciativa privada que genera con su esfuerzo la producción de empleos en su entornos de vida, que se atreven a emitir desacuerdos con el régimen político autoritario y represor, los amenazan de manera nada discreta. Y en caso de no alinearse con los prepotentes mensajes, sin ningún problema, los desaparecen del ámbito de los vivos. Sin ninguna consecuencia para los autores materiales e intelectuales. Impunidad total. Tienen bajo su tutelaje la sumisión del estado. Es decir, las leyes y las instituciones están subordinadas a los fascistas que acaparan el poder político.
Cuentan además con el dinero de la infinita corrupción de un estado decadente, que no duda en echar mano de los recursos económicos que el país produce y las prebendas necesarias para someter a los “adversarios”, domesticados hasta en su modito de andar. Es lo que se suele llamarse el beso del príncipe. Hace poco más de un año que el país emergió con una vitalidad poderosísima, un tsunami que derrotó de manera avasallante a una derecha depredadora que durante décadas de ejercer el poder destrozó al país en las condiciones que ahora lo vemos con total crudeza. Antes se maquillaba todo. Al pueblo mexicano nada se le informaba. La corrupción era ya insultante por lo grotesco en que se presentaba a los ojos del mundo. El crimen organizado avanzó desde el usurpador Salinas a pasos agigantados para la toma del poder en franjas cada vez más amplias del territorio nacional. Paso a paso, México se convirtió en un narco estado. Es por lo que de manera natural en San Luis Potosí prevalecen mafias con tales vínculos que son del dominio público, como el caso de los Gallardo y Medina de Valles.
Es el fermento que nutrió de manera fundamental el encabronamiento social que aprovechó la campaña encabezada por AMLO y se cristalizó con el triunfo arrollador en julio del 2018. La lucha pacífica del pueblo mexicano fue contra la corrupción. En los pocos meses que tiene de ejercer el poder, lo que se ha llamado la cuarta transformación, lo que se prometió en la campaña, nos deja claro que el tamaño del saqueo existente es portentoso. Se hizo añicos el planteamiento de campaña de López Obrador en el sentido de que por el sólo hecho de ser la máxima autoridad y honrado, la corrupción se iba a terminar de manera natural. Nada más alejado de la cruda realidad. El problema no es la corrupción que radica en los mandos intermedios del poder que existen en las dependencias en el territorio nacional. Son los operadores de la corrupción del PRIAN que por décadas se han formado.
Siguen vigentes con absoluta tranquilidad. Se burlan de las arengas que cada día hace el presidente en sus conferencias mañaneras. El problema es que se asoma con los “cuadros” que han llegado desde el movimiento que encabezara AMLO durante décadas de lucha y que son mostrados como unos vulgares corruptos, cada día en los diferentes medios informativos. En especial las redes sociales. Son acusaciones muy serias de corrupción que se generan y recaen en el que funge como delegado del gobierno de la república en la entidad y los integrantes del congreso del estado que llegaron como nomotetas por la coalición “Juntos Haremos Historia”. Contribuye la actitud timorata y cómplice de los dirigentes del partido. El gobernador hizo muy bien su chamba de corromper a los fantoches que dicen “no mienten, no roban y no traicionan”. El presupuesto público sirve para exhibir a los traidores farsantes de la 4t potosina con poder.
Migajas les arroja el príncipe ocupante del palacio de gobierno y como jauría hambrienta se arremolinan los nomotetas en su miseria humana. El príncipe pone sus fichas en el tablero de la renovación de los poderes. El PRI y el PAN son los representantes de la corrupción que el pueblo mexicano derrotó en las urnas el 1 de julio del 2018. Saben que el malestar es muy grande en su contra. Ha tenido un trabajo exitoso para revolcar a los representantes de la coalición JHH, que llegan al poder legislativo inmersos en el fango de la corrupción y la ¿impunidad? Quizás es digno reconocerle su labor al príncipe potosino. Pero es una primera etapa en la estrategia del príncipe y sus lacayos, los que forman parte de la 4t. La segunda la activó cuando los muestra como unos miserables canallas corruptos que se devoran entre sí por las migajas que misericordioso, el jefe les arroja en sus jaulas de autodestrucción ética a los insignificantes personeros que llegaron por la campaña de AMLO.
La tercera estrategia del príncipe es la que cerrará con éxito operativo, al mostrar a todo el pueblo potosino, que el gobierno federal es el mismo al señalar la falta de ética en el ejercicio del poder. Que son idénticos, iguales de cínicos en hacerse del dinero por la vía rápida de la corrupción. Pero además, que son unos miserables al conformase con migajas que les son arrojadas con desprecio. Cada día que pasa los representantes de la 4t, como el delegado, los nomotetas y los dirigentes de Morena, son señalados en la inmundicia de sus actos. Y no pasa nada en los mandos centrales en contra de tan canallas actitudes de los farsantes de la 4t. Se mueven con soltura. Se contonean al andar, son iguales a los del PRIAN. Son la 4t, los aliados de la derecha que buscan retener los poderes en San Luis en el 2021.
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