Las líneas de la derecha

10 junio, 20199:37 pmAutor: Agustín de la Rosa CharcasCapital Colaboradores Noticias

La derecha en activo en nuestro país, después del histórico proceso electoral del pasado primero de julio, quedó totalmente resquebrajada. Dividida. Noqueada. Pero sigue latente. Al acecho de los errores del gobierno federal, que se asume como la cuarta transformación. Hasta ahora, se muestra totalmente reactiva a la agenda que se marca todos los días desde las llamadas entrevistas mañaneras. El país se mueve de manera diferente. Las múltiples conexiones con que contaba la oligarquía en la ubre del presupuesto público ya no las tienen. Las enormes fortunas que se han constituido durante décadas de manera parasitaria enfrentan dificultades para seguir medrando del presupuesto. Parte del enorme ruido mediático de la derecha en los medios informativos convencionales y las redes sociales, tienen que ver con la disminución de los enormes flujos de capital para sus negocios.

El éxito evidente de las notas mañaneras del presidente tiene descontrolados a los adversarios políticos que perdieron el poder federal. La agenda la impone el ejecutivo sin que ningún sector de la derecha atine siquiera a descarrilar su actividad política. López Obrador ha impuesto un sello característico de su liderazgo, es un gobierno en movimiento. El mejor termómetro de su popularidad, lo mide en los actos masivos que lleva a cabo cada semana en diferentes partes del país. La derecha en cualquier parte del mundo es golpista. Con todo y lo debilitada que se encuentra, ya atisbó su línea de ataque, que no dudará en implementar si la coyuntura se le presenta. O la logra imponer en el colectivo masivo del pueblo de México. Su sello es la violencia criminal que han generado de manera estructural en la economía durante décadas.

El crimen organizado y las bandas del narcotráfico han creado toda una industria poderosa que les ha redituado inimaginables cantidades de recurso ilícitos. Miles de millones de dólares cada año es lo que se mueve en las cañerías del poder político. Se creó un narco estado. Decenas de miles de asesinatos fueron sembrados por los grupos violentos que actúan en la total impunidad. Desde Carlos Salinas de Gortari, el usurpador presidente de la república, se generó una estructura que cambió la historia de los grupos criminales, de acuerdo con el documento que escribió la periodista Anabel Hernández, “Los señores del narco”, se demuestra cómo la industria del mal ha ido de la mano del poder presidencial.

Se vislumbran las líneas de la complicidad del loco Fox que permitió la fuga del Chapo y la escalada exponencial del genocida usurpador de la presidencia, el otro panista, Calderón. En la misma tesitura siguió el gobierno frívolo, corrupto y antipatriota del priista Enrique Peña Nieto.
La vertiente criminal tiene toda la paternidad de la derecha, que en las últimas tres décadas, la ha convertido en una parte vital de su sobrevivencia. Es aquí y ahora una forma sistémica de su actuar en la política nacional. Las decenas de miles de millones de dólares les han permitido crear toda una industria de lavado de dinero. Una red nacional en la que invierten ríos de dinero en las campañas de todos los niveles para tener el manejo político que más se adapte a sus sucios negocios de muerte y tráfico de influencias. Es el negocio de la muerte más lucrativo jamás creado por pandillas inescrupulosas.

La hipocresía de la derecha es enorme. El actual gobierno federal, con apenas cinco meses de gestiones, ha dado los primeros pasos para enfrentar la inseguridad. Además busca frenar la ola de asesinatos y pacificar casi todo el territorio nacional. Lo responsabilizan de los múltiples asesinatos que se registran. En particular destaca el homicidio múltiple de 14 personas en Minatitlán, Veracruz, brutal tragedia que la inescrupulosa derecha trató de encausar para levantar un falso repudio hacia la figura del presidente. Exigiendo su renuncia. El movimiento en las redes sociales fue de alcance mundial y pusieron en operación a un conjunto de granjas de robots para que el linchamiento mediático en contra de AMLO fuera contundente y sembrar en el pueblo que su popularidad y apoyo ciudadano se desplomó.

Pero no tuvo el éxito el acecho de la derecha. Pero dejaron en claro que no cejarán en su empeño de tumbar por la mala al actual mandatario. El reto que tiene por delante es enorme. Sus principales adversarios son los hijos de la corrupción sembrada durante décadas en todos los niveles de gobierno. Ya empiezan a sacar la cabeza los corruptos que subsisten, que no sudan ni se abochornan en cantar que no roban, no mienten y no traicionan, cuando su andar los exhibe. Es por lo que fueron derrotados el primero de julio del 2018.

 

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