La simulación

10 enero, 202310:35 pmAutor: Agustín de la Rosa CharcasCapital Noticias Opinion

En la llamada clase política, es muy frecuente saber que la verdad vertida en lo hablado y escrito, suele ser la mentira. Los hechos tercos se encargan de demostrarlo. Tenemos un gobernante que no pestañea al autodefinirse como ¡demócrata y honesto!

También observamos que en la lógica de la alianza política con la cúpula del movimiento, el secretario de gobernación, Adán Augusto López, cada que viene al estado, acelera los apetitos insaciables y la impunidad del mafioso gobernador que padecemos los potosinos, Ricardo Gallardo Cardona, al endilgarle calificativos irreales.

El vilipendiado sujeto no debe creerse todas las porras que le avientan desde Bucareli, porque el mismo personaje, un día llama amigo en el senado a uno de sus integrantes y horas más tarde le restrega que es un fascista.

Sería de gran beneficio ético, que López le exigiera a la Fiscalía de la República, defina lo conducente, respecto a las denuncias que hizo la Unidad de Inteligencia Financiera en contra de Gallardo, por lavar más de 700 millones de pesos del erario. Y que la verdad legal lo exonere, para que tanto abrazo y apapacho, deje de ofender la inteligencia de los potosinos.

Se pregona que los opositores se encuentran desarticulados en lo político y orgánico. Y que la derecha se ha ganado a pulso, en los últimos 36 años, el rechazo de la mayoría del pueblo mexicano, por lo que no serán adversarios de las causas que encabeza López Obrador. Lo cierto es que ya se encuentra en las entrañas del movimiento, que será derrotado desde adentro. El actual dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, es la punta de lanza.

Ya no hay puertas que impidan el acceso a los odiados neoliberales “derrotados” en el 2018. Se dejó el campo abierto para que todo el conservadurismo corrupto se apropiara del partido. Nunca tuvo una conducta congruente con lo que señalan sus documentos básicos. Al contrario, violentó las normas estatutarias todo el tiempo. Los principios fueron pisoteados. La militancia que entregó su tiempo, recursos y la esperanza, ya no le sirve. Les estorba. Tienen un esquema corporativo que desde la Secretaria del Bienestar y los gobernadores, se opera el acarreo, la compra del voto y la amenaza.

Morena es hoy, un partido de estado. Autoritario, antidemocrático y corrupto. No es el ente triunfante del 2018. Los que se oponen a que se pierda el moviendo popular, somos muchos en todo el país. Es la militancia que trata de organizarse desde la Convención Nacional Morenista. Es un reclamo difícil, pero necesario.

Es lo único que hay, para oponerse a la vulgar disputa del poder. Es el instrumento político con que contamos para derrotar a los simuladores oportunistas que han abarrotado los espacios de cambio. Es la esperanza que deberá nutrirse con el coraje de las bases agraviadas.

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