En su afán de promocionarse como benefactor, el mandatario Ricardo Gallardo Cardona no pudo ocultar sus casi nulos conocimientos de historia, al develar la estatua del coronel Graciano Sánchez Romo, que se ubica a la entrada principal de Soledad. Alardeó sapiencia al exponer que pocos conocían el lado revolucionario del personaje. “Siempre lo pusieron con traje y papeles en la mano�.

Presumió que la estatua la donó su equipo de charros, RG2, que patrocina con recursos públicos. Pero dejó al descubierto su ignorancia supina, en torno al significado de los monumentos. En la efigie, Graciano Sánchez está montado en un caballo, el cual mantiene las dos patas delanteras al aire. Significa que murió en combate. Cuando se ha documentado que pereció a causa de heridas en la famosa batalla del Ébano. Lo correcto era ubicarlo sobre el animal, con una pata en vilo. Si el líder agrario hubiera fallecido por causas naturales, el corcel debería mostrar las cuatro patas en el suelo.

Aunque presume ser un conocedor de las tradiciones nacionales, Gallardo debió encargar al menos a su equipo, investigar los significados de las estatuas a caballo. Las improvisaciones y su ineficacia de no saber delegar tareas, lo orillan a cometer errores elementales.

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