Gallardo Cardona, el contratista del sexenio

29 mayo, 20235:34 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Noticias Opinion

El gobernador Ricardo Gallardo Cardona, después de manejar el ayuntamiento de Soledad a su antojo, coludido con su padre, Ricardo Gallardo Juárez, se han vuelto expertos en violentar la ley de obras públicas, lo que les permite entregar los contratos más jugosos a sus grupos de prestanombres y socios. La ley respectiva contempla tres modalidades para licitar los trabajos públicos. Se hace por invitaciones restringidas a cuando menos tres contratistas. Se le puede sacar la vuelta a la norma cuando “compiten” adversarios que se ponen de acuerdo antes de la convocatoria, para dejar que gane el ungido por la autoridad, que premiará a los farsantes perdedores en una jugarreta distinta.
La otra alternativa es adjudicarlas en forma directa, el estilo que prefiere el actual mandatario, para no perder tiempo en trámites burocráticos, en su desenfrenado negocio de llevarse a los bolsillos, al menos un millón de peso diarios, según cálculos conservadores. Otro es el concurso público. Gallardo ha mostrado una fabril y febril conducta de inclinarse por los tentadores montos que superan los 200 millones de pesos. Estaría obligado hacerlo a nivel nacional, lo que será algo absurdo en su mandato. En el caso del vilipendiado mega rodeo o Arena Potosí, que podría terminar en 500 millones de pesos, el contratista número uno de San Luis, ante la creciente ola de críticas negativas que rechazan el elefante blanco, se miró obligado a licitarla, después de haberla iniciado, para favorecer a Coedessa, firma integrante de una cadena de empresas donde aparece como pivote, su socio y testaferro, el diputado federal del Verde Ecologista y virtual alcalde paralelo de Matehuala, Alejandro Segovia, alias “El Jano”.
A las empresas vinculadas, Gallardo les ha entregado sin pudor, cifras exponenciales. Otra variante que usa el gobernador, con miras a zafarse de algún reclamo judicial más adelante, es endosarle en los documentos, la responsabilidad penal y administrativa, a la obsecuente secretaria de desarrollo urbano, vivienda y obras públicas, Isabel Leticia Vargas Tinajero, que hace circo, maroma y teatro, para ocultar la lista de constructores privilegiados que ejecutan las acciones más caras y deficientes. Gallardo se apoya además en la obsoleta figura de hacer tareas “por administración”. Pero ya no aparece en las últimas reformas que hizo el congreso el 20 de junio del 2022.
Tenía un noble propósito: que los ayuntamientos y gobiernos estatales en turno, para ahorrar costos, con su propia maquinaria y equipo humano, realizaran las obras emergentes y necesarias, lo que permitiría ampliar el número de objetivos. Pero se desvirtuó su manejo, se habló del ventajoso estado convertido en negociante. No obstante, Gallardo encontró en la chicana, rendijas para colarse. Usa a Seduvop para decir que ejecuta los trabajos, pero debajo de la mesa, subcontrata al que mejores dividendos le arroja. Como su contratista de cabecera, Óscar Compeán, al que en 15 años, lo pudo favorecer con más de 5 mil millones de pesos. El mandatario se mueve con la lógica monetaria de “has obra, que es dónde más sobra”. También ha roto las reglas no escritas en el cobro del diezmo. Sus ganancias podían oscilar en 200 al 500%, lo que arroja ingresos descomunales, libres de polvo y paja. Al término del sexenio, Gallardo Cardona podría ser el hombre más rico de San Luis. Lo que le permitiría comprar la gubernatura durante varias generaciones.

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