El tiempo dir谩. Caso Zorba II

13 noviembre, 20196:57 pmAutor: Julio Alfredo Ceballos AlonsoCapital Colaboradores Noticias

En 1982 me desempe帽aba como comandante de la secci贸n de homicidios de la Polic铆a Judicial del Estado de San Luis Potos铆, M茅xico. Un caluroso d铆a del mes de agosto me pasaron una llamada a la extensi贸n telef贸nica de mi oficina -隆Cuidado es de la Direcci贸n Federal de Seguridad!, me alert贸 el oficial de guardia. Tom茅 la llamada y me salud贸 con aprensi贸n un comandante de apellido Estrella, quien a 鈥渂oca de jarro鈥 me pregunt贸: -comandante Ceballos, tenemos conocimiento de que en su estado han asesinado a uno de nuestros m谩s importantes agentes, su clave es Zorba II, 隆me puede informar al respecto? Me pregunt贸 con autoridad y energ铆a.

Le contest茅 que no ten铆amos referencia alguna de tal asesinato, pero que a la brevedad me abocar铆a a la investigaci贸n respectiva. Las llamadas de la Direcci贸n Federal de Seguridad me abrumaron en los d铆as siguientes. Me exig铆an con dureza informaci贸n y resultados en mis pesquisas respecto al supuesto asesinato del Comandante Zorba II. Cuatro d铆as despu茅s, a las 02:30 horas, recib铆 una llamada an贸nima, en la cual lac贸nicamente se me informaba que en el interior de la casa marcada con el n煤mero 77, de la calle D, del Fraccionamiento Campestre Real del Potos铆, se encontraba el cuerpo de una persona asesinada. En lo inmediato reun铆 a cuatro de mis ayudantes y comuniqu茅 al Agente del Ministerio P煤blico y de inmediato nos dirigimos al domicilio se帽alado.

Se trataba de una elegante casa campestre de tipo residencial. Eran las 03:30 horas, las luces exteriores de la casa se encontraban encendidas y pude constatar que en el interior tambi茅n lo estaban. Llamamos insistentes a la puerta pero nadie acudi贸 a abrirnos. No se observaba ning煤n veh铆culo ni en la acera ni en la cochera. Pasados algunos minutos ped铆 autorizaci贸n para que me permitiera ingresar al domicilio, argumentando que se trataba un caso de extrema urgencia, ya que intu铆a que el cad谩ver que supuestamente se encontraba en el interior del domicilio era el del comandante Zorba II.

Cuando el fiscal autoriz贸 mi ingres贸, orden茅 a mis agentes 1 y 2 cubrieran la entrada principal, mientras los agentes 3 y 4 me acompa帽aron a la parte trasera del inmueble donde me auxiliaron para saltar una barda de aproximadamente tres metros de altura. Ya arriba les comuniqu茅 que ingresar铆a mientras me cuidaban las espaldas. Salt茅 al interior de la casa, mi ca铆da fue amortiguada por el h煤medo y bien cuidado pasto del jard铆n. Sent铆 correr al instante grandes dosis de adrenalina en mi torrente sangu铆neo: taquicardia, sudoraci贸n general, se intensific贸 mi ritmo respiratorio, sent铆a erizados los pelos de mis brazos. Observ茅 que frente a m铆, a escasos 7 metros de distancia, se encontraba una puerta de cristal entreabierta, que daba acceso al comedor de la casa. Desenfund茅 mi pistola Colt calibre 45 y cort茅 cartucho, con mi mano izquierda, saqu茅 de mi espalda mi segunda pistola, una Ruger calibre 22 y me la faj茅 en la parte anterior de mi cintura. 鈥淯no nunca sabe鈥, razon茅.

Traspuse el umbral de la puerta de cristal y al ingresar a la vivienda mi olfato fue lastimado por un fuerte olor a putrefacci贸n, di una mirada r谩pida al comedor, la mesa era grande, para ocho comensales, donde se encontraban 6 platos servidos frente a sus respectivas sillas. El olor proven铆a del estado de descomposici贸n de los alimentos, principalmente de la carne. Escuchaba el zumbido de muchas moscas, ech茅 un 鈥渧istazo鈥 y decid铆 una ruta cr铆tica para seguir avanzando. Observ茅 el espacio destinado para sala, todo en orden, pero al voltear sobre la pared poniente, pude observar en una l铆nea ondulante, aproximadamente a 1.60 metros sobre la superficie del piso, doce impactos de bala de alto poder. Barr铆 con mi vista el piso y pude detectar m煤ltiples cascajos de bala calibres .223 y 7.62 mm, hab铆an actuado seguramente fusiles de asalto AR-15 y AK-47.

Mi tensi贸n iba en aumento, conforme camin茅 en la direcci贸n en que supuse evolucionaron los disparos, segu铆 la huella de las balas impresas en la pared. Me condujeron en direcci贸n a la rec谩mara principal de la residencia. Pude observar otros ochos impactos de bala en la pared y otros cinco en la puerta. A simple vista pude detectar que en la puerta estaban marcadas las huellas de alg煤n tipo de calzado que la hab铆a pateado con la intenci贸n de forzarla. En autom谩tico comenc茅 a recrear lo que pudo haber pasado. Seguro seis comensales varones, uno el due帽o de la casa, del que ya hab铆a visto una fotograf铆a, donde pude apreciar la mirada de otro hombre duro, en茅rgico, definitivamente peligroso. Deduje tambi茅n que se encontraban en estado de ebriedad, sobre la mesa, pude observar tres botellas de Buchanan鈥檚, dos vac铆as y otra a la mitad, seguro, hombres de armas, en una discusi贸n, al calor de las copas, tuvieron un desenlace fatal. Segu铆 avanzando y entr茅 a la rec谩mara.

Al traspasar el umbral de la puerta, el zumbido de las moscas era ensordecedor. Tom茅 medidas de seguridad, hice una r谩pida inspecci贸n, la puerta del ba帽o se encontraba destrozada por numerosos impactos de bala. Seguro el cad谩ver se hallaba en el interior, empuj茅 la puerta y s贸lo se entreabri贸. El olor a putrefacci贸n se hizo m谩s intenso, insoportable, docenas de moscas salieron del ba帽o. Me di cuenta que el cad谩ver obstru铆a la puerta e imped铆a abrirla. No insist铆 en mi intento, deb铆a ante todo preservar, evitar contaminar y modificar la escena del crimen. Sal铆 de la habitaci贸n e hice un cuidadoso recorrido por el resto de la casa. Corrobor茅 que se encontrara sola y no hab铆a ning煤n peligro. Despu茅s, delineada una ruta cr铆tica de salida, me encamin茅 hasta la puerta principal. En voz alta comuniqu茅 a mis agentes que el 谩rea estaba despejada y que proceder铆a a salir por la puerta principal, sal铆 y di 贸rdenes precisas.

隆Nadie entra! Me dirig铆 al Agente del Ministerio P煤blico y lo puse al tanto de los resultados de mi inspecci贸n. Luego, desandando mis pasos, ingres茅 de nuevo a la residencia. Ahora en compa帽铆a del fiscal, nos dirigimos a la rec谩mara principal, en cuyo ba帽o se encontraba el cad谩ver y en el umbral de la puerta, entorn贸 los ojos, luego dirigi贸 su mirada hacia m铆. Entonces me hizo hiso una pregunta neur谩lgica para el esclarecimiento del caso. 驴Cu谩ndo? 驴Cu谩ndo se cometi贸 el crimen? La pregunta es una de las que se hacen con m谩s frecuencia durante una investigaci贸n. Las novelas polic铆acas y de misterio casi siempre tienen una respuesta, que por lo general da el m茅dico en la escena: 鈥02:45 a.m. del pasado martes鈥. Se ha extendido la percepci贸n de que calcular el tiempo de la muerte es un asunto simple y de rutina, que puede resultar una sorpresa enterarse, que de todas las preguntas de la ciencia forense, es tal vez la m谩s dif铆cil de contestar.

Existe un arsenal completo de t茅cnicas, pero ninguna se puede aplicar en forma rutinaria a todas y cada uno de los casos, excepto tal vez, para algunos de los m茅todos convencionales de patolog铆a. Debemos considerar que en principio, todo lo que cambia con el tiempo, se puede emplear como reloj, siempre y cuando comprendamos c贸mo funciona tal reloj. Por lo general, el cuerpo humano pierde calor por radiaci贸n, convecci贸n y evaporaci贸n, pero al mismo tiempo produce calor, como subproducto de la actividad de los m煤sculos, la descomposici贸n qu铆mica de los alimento ingeridos y dem谩s, con el resultado de que una persona sana mantiene una temperatura corporal central promedio, alrededor de 37.5 grados Celsius. Casi en cuanto muere una persona, cesa su habilidad para regular la temperatura central. En climas fr铆os y templados, hay un per铆odo inicial, la meseta de temperatura, donde se mantiene la temperatura del cuerpo, pero despu茅s se empieza a enfriar. Al proceso se le conoce como 鈥渁lgor mortis鈥.

La relaci贸n entre la velocidad del enfriamiento y el paso del tiempo se comprende de manera razonable, aunque surgen problemas pr谩cticos y existen algunas salvedades. Bajo lo que se podr铆a llamar 鈥淭emperatura de Habitaci贸n鈥, despu茅s de la meseta inicial, que por lo general se estima que dura entre media y tres horas, un cad谩ver perder谩 calor a una velocidad lineal, hasta alcanzar la temperatura de su medio ambiente. Para el momento en que han pasado 24 horas, la temperatura del cuerpo ser谩 la misma que la del aire a su alrededor. El cuerpo se siente fr铆o al tacto, m谩s o menos a las 12 horas despu茅s de la muerte. Lo anterior describe una situaci贸n bastante 鈥渢铆pica鈥, pero las condiciones no siempre lo son. Si la persona muri贸 de asfixia o hemorragia cerebral, la temperatura inicial puede en realidad elevarse. El finado doctor Keith Simpson, una vez midi贸 43 grados cent铆grados, varios grados m谩s arriba de un cuerpo vivo, que son 37 grados cent铆grados.

Un cuerpo desnudo perder谩 calor con m谩s rapidez que un cuerpo vestido y uno sumergido en el agua se enfriar谩 con mayor rapidez que uno tirado en la tierra. En general, las personas grandes pierden calor con m谩s lentitud que las de complexi贸n m谩s ligera, aunque no siempre es el caso. Es importante tomar la temperatura del cuerpo. Lo ideal es que se haga en el recto en la escena, es decir, antes de retirar el cuerpo a la morgue. En algunos casos, donde se sospecha de ataque sexual, en los que existe evidencia vestigial, se podr铆a da帽ar al hacer una medici贸n rectal de la temperatura. Se puede hacer mediante una punzada abdominal. En la actualidad, es com煤n que se empleen term贸metros digitales con sonda. Tambi茅n se puede acceder a la temperatura del aire, de manera que se establezca la relaci贸n entre las dos. Lo ideal es que se tomen dos conjuntos de temperatura m谩s o menos con una hora de separaci贸n, ya que har铆a m谩s claro el v铆nculo entre el cuerpo y el aire. Con el paso de los a帽os, se han desarrollado diversas gu铆as algo burdas, pero efectivas para determinar el tiempo de la muerte.

Una f贸rmula com煤n que se emplee la 鈥淭emperatura normal del cuerpo en grados Fahrenheit, menos la temperatura media del cuerpo, dividida entre 1.5= n煤mero de horas desde la muerte鈥. Como tantos factores pueden tener influencia en la velocidad de enfriamiento del cuerpo, las f贸rmulas ahora se consideran demasiado simplistas. En su lugar es m谩s com煤n que se empleen nomogramas (calculadoras graficas en dos dimensiones), como el desarrollado por Henssege, que emplea una medida m谩s complicada para vincular las variables. Al usar el nomograma de Henssege, se hace un c谩lculo del peso del cuerpo, se toman la temperatura rectal y del aire y se puede obtener un c谩lculo del n煤mero de horas desde la muerte. La velocidad de enfriamiento es el m茅todo cl谩sico para determinar el tiempo de la muerte en las primeras etapas, pero, como hemos visto el m茅todo s贸lo se puede usar durante un per铆odo muy corto despu茅s de la muerte. Otro cambio que a menudo se emplea es la hip贸stasis, tambi茅n conocida como lividez post mortem, que tiene que ver con la coloraci贸n rojiza-p煤rpura en la piel.

La hip贸stasis se origina porque la sangre deja de circular despu茅s de la muerte y, obedeciendo la ley de la gravedad, se va hacia las partes del cuerpo que est谩n m谩s abajo, hundi茅ndose primero los gl贸bulos rojos. Un cuerpo que est谩 boca abajo, exhibir谩 la lividez en el abdomen, mientras que otro de espaldas, mostrar谩 zonas l铆vidas en la espalda y la parte posterior de los muslos. Las partes del cuerpo que est谩n presionadas contra el suelo, aparecer谩n blancas, ya que los vasos sangu铆neos no podr谩n llenarse. La lividez se hace notoria despu茅s de cuatro o cinco horas, cuando las manchas iniciales se fusionan en una 谩rea descolorida m谩s continua. En las primeras etapas, la presi贸n de la mano blanquear谩 la piel, ya que se obligar谩 a la sangre a ir a otra parte, pero despu茅s, cuando se ha coagulado, la mancha p煤rpura no desaparece, espera bajo presi贸n. Como en el enfriamiento post mortem, la hip贸stasis es una gu铆a muy limitada para estimar el momento de la muerte.

Tal vez el rigor mortis es el cambio post mortem m谩s conocido, sin embargo, tambi茅n es muy poco confiable como medio para determinar cuando muri贸 una persona. El aumento de rigidez de los m煤sculos, causado por la acumulaci贸n de ciertas sales, aparece alrededor de 12 horas despu茅s de la muerte. Los m煤sculos de la cara se ponen r铆gidos primero, luego los hombros y los brazos y por 煤ltimo las piernas. El rigor est谩 en su punto m谩s marcado durante las siguientes doce horas, despu茅s de lo cual se requieren doce horas m谩s para desaparecer por completo, perdiendo el cuerpo la rigidez primero de la cara, seguido por los otros m煤sculos en el mismo orden en que la rigidez tuvo lugar. Una figura particular de rigidez muscular, a veces interpretada err贸neamente, es el fen贸meno conocido como espasmo cadav茅rico, circunstancia que usan mucho los escritores de novelas polic铆acas. Ocurre en el momento mismo de la muerte y se expresa como una rigidez de los m煤sculos, en especial de la mano, en la que se puede sujetar un objeto y no se comprende por qu茅 sucede, aunque puede aclarar la secuencia de los hechos en forma muy parecida a como han mostrado los escritores de misterio.

La descomposici贸n del cuerpo puede dar algunas pistas sobre el momento de la muerte. Unos dos d铆as despu茅s aparece un dise帽o 鈥渕arm贸reo鈥 en el cuello y en los hombros y avanza hacia los brazos y los lados del abdomen. Al principio es de color rojo, volvi茅ndose verde despu茅s. Los cambios tienen lugar por la invasi贸n de bacterias de los tejidos a las venas de sangre. Entonces el cuerpo se hincha, llen谩ndose con gases producidos por el metabolismo bacteriano y los rasgos se hacen irreconocibles. Ahora se descomponen los 贸rganos internos y el orden puede dar algunas pistas sobre el momento de la muerte. Al principio, el est贸mago y el intestino, adem谩s del coraz贸n y la sangre en el h铆gado. Despu茅s los pulmones y el mismo h铆gado. Le siguen el cerebro y la m茅dula espinal. Luego los ri帽ones, vejiga y test铆culos, seguidos por la musculatura general del cuerpo. El 煤tero y la gl谩ndula prost谩tica quedan al final. Son los cambios principales en el cuerpo que se podr铆an emplearse en forma m谩s amplia para limitar el momento de la muerte.

 

 

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