El reformista Luis Donaldo Colosio
20 mayo, 20198:15 pmAutor: La NoticiaCapital Noticias
Luis Donaldo Colosio fue un reformista de su partido, la política y el servicio público. Un hombre con una profundidad de pensamiento, valores y una personalidad donde los extremos se tocaban, expuso Samuel Palma César, ex coordinador de asesores y personaje cercano al político sonorense durante la ponencia que ofreció el pasado 6 de abril en el marco del 25 aniversario de la muerte del ex candidato del PRI a la presidencia de la república. Durante la charla, expuso que Colosio arribó a la dirigencia nacional del PRI en 1988, en una etapa difícil cuando, como ahora, muchos analistas profetizaban la desaparición del partido. Las votaciones presidenciales fueron muy complicadas. La calificación de los comicios donde fue electo Carlos Salinas, por parte de la cámara de diputados que se erigió en colegio electoral, se realizó en medio de tomas de tribuna y un debate muy complicado. “También, por primera vez, la oposición ganó Baja California. Entonces parecían confirmarse los augurios catastróficos de que el PRI iba a caer, casi a desaparecer. Algunos pensadores del PAN y anti priistas decían, para que en México haya democracia, el PRI tendría que ser derrotado”.
“Colosio como presidente del PRI, asume con serenidad la crítica. Toma lo que hay de verdad y busca encausar al partido, demostrar que había futuro y que el PRI sería una piedra angular en el cambio de México. Acepta sin dilaciones la derrota de Baja California. Entonces dijo una frase que ahora se escucha, una derrota, no solo del PRI, indicaron que las tendencias no eran favorables. Colosio reformó al PRI, permeó al partido a través de un esfuerzo brutal, físico, de jornadas interminables de trabajo. Los sábados y domingos recibía a liderazgos de todo el país. Le daba importancia a su interlocutor, buscaba inspirarse en lo que los otros le decían. Una parte importante de mi trabajo era atender notas que escribía. Algunas las conservo, otras no, porque me decía, léelo y luego lo rompes. Muchos de los rasgos del PRI ahora en su estructura, emanan de la 14 asamblea. Depuró el comité nacional donde había múltiples secretarías, las racionaliza, las organiza mejor. Crea el órgano colegiado de gobierno, la fundación Cambio 21, establece en los estatutos los distintos métodos para elegir candidatos, crea los pactos de adhesión de los sectores”.
Palma refirió que Colosio incorporó en el partido la práctica de las encuestas para conocer la circunstancia de cada distrito electoral, estado, tendencias que había y el respaldo del que gozaban los aspirantes a un puesto. “Las introdujo como un elemento para normar criterio, era un modernizador. Desarrolló una metodología para establecer metas que se habrían de alcanzar en cada una de las secciones electorales para ganar votos”. Mencionó que para la 14 asamblea del PRI, Colosio se planteó 4 retos que alcanzó con éxito. Fueron el posicionamiento político del partido a través de un conjunto de propuestas, la capacidad para integrar, asociar los intereses y demandas de la sociedad en un programa. Mejorar la imagen del parido y su comunicación. Señaló que la asamblea se convirtió en una catarsis para los militantes donde pudieron desahogar sus preocupaciones y motivaciones.
Con los cambios, dijo, el PRI empezó retomar fuerza, capacidad de interlocución y convocatoria, lo que le permitió tres años después, lograr un cambio, como hasta ahora no ha tenido. Aludió a la mitad más uno de diputados que alcanzaron en el congreso en los comicios de 1988. En 1991 tuvieron mayoría al perder solo en 8 de los 300 distritos, lo que le permitió impulsar en el trienio 1991-1994 todas las reformas que propuso el presidente Carlos Salinas, como el reconocimiento a las iglesias y la reforma al artículo 27 constitucional. El vicepresidente de la fundación Colosio refirió que ya como candidato, el oriundo de Sonora fue el primero en convocar a un debate. Lo hizo como parte de una estrategia, convencido de ganar votos al convencer conciencias. Convocó a observadores electorales y ofreció transparentar en gastos de campaña.
Palma refirió que Colosio inició las tareas proselitistas en medio de una circunstancia complicada por la irrupción armada del movimiento zapatista en Chiapas, por lo que su discurso inaugural hizo referencia al conflicto. Decidió darle un gran acento desde el punto de vista de justicia para las comunidades indígenas. Arrancó en Huejutla, Hidalgo, lugar caracterizado por el conflicto y rezago social. Sobre las críticas de que no despegaba, aseguró que los colabores de Colosio no coincidían con las versiones manejadas en los medios. Los reportes que tenían eran positivos. No obstante, se decidió trabajar con fuerza y ajustar el discurso del candidato. Aseguró que Colosio imprimió su sello reformista en la Secretaria de Desarrollo Social, al dar integridad a programas y presupuestos destinados a impulsar el crecimiento regional.
Realizó convenios con los estados para trasferir recursos con un enfoque programático. “Como secretario, realizó constantes visitas a los estados y empezó a ser mencionado como posible candidato a la presidencia de la república. Era un hombre serrano, surgido de la cultura del esfuerzo. No hizo grandes elucubraciones para estar dentro de los precandidatos. Lo tomó con mucha introspección. Tampoco se dejó llevar por el canto de las sirenas. No era afecto a cálculos sobre la materia, ni quería que el primer equipo especulara. Fue postulado el 28 de noviembre de 1993, cuando había convocado a una reunión de delegados de Sedesol. Acudimos varios cuando conocimos el pronunciamiento que hubo para que fuera el candidato. Se dio un desbordamiento de gusto, entusiasmo, optimismo dentro del equipo”.
Durante la ponencia que se denominó, “Colosio y su tiempo”, Samuel Palma César describió al político priista como un hombre tímido. Tenía una forma de relacionarse a la usanza de los norteños, secos, directos. En contraparte, poseía una cultura universal, declamador, con un gran gusto por la poesía y un melónamo, que gustaba de la ópera y música clásica. “En los extremos se tocaba. No era fácil interactuar con su persona. Como jefe, era implacable, exigente riguroso, práctico. Asumía que la política era pasión y entrega, por lo tanto, no había cortesías. Aunque hubiera varios días de desvelos, la exigencia era total. No admitía errores. Pero a veces nos mandaba llamar el amigo y era todo lo contrario. Bonachón, guasón, con detalles de generosidad, de afecto, muy conmovedores. Desarrollé un concepto de adivinar si estaba con el jefe o el amigo”.
Relató que después de la muerte de Colosio, estrechó pláticas con su padre, Luis Colosio, que le permitió acceder a sus archivos y explicarse mucho de su personalidad. Reveló que su ex jefe fue el mejor estudiante de primaria en su distrito de Sonora, lo que le permitió viajar con otros alumnos, acompañado de su padre a México, donde saludó al secretario de educación, Jaime Torres Bodet, del que se sabía un poema y se lo recitó. Durante la visita que hicieron los estudiantes al presidente de la república, Adolfo López Mateos, al saludarlo, el mandatario le preguntó, qué deseaba ser de grande. Le respondió, presidente de la republica, como usted. Mencionó que muy joven tramitó la licencia de locutor. En un programa de radio, una vez a la semana, declamaba poesía. Era un gran jinete, tarea que aprendió en su natal Magdalena de Quino, donde ayudaba a su padre, que se desempeñaba como introductor de ganado.
Palma refirió que tuvo acceso a unas cartas de Colosio cuando era estudiante, que lo sorprendieron y emocionaron por la profundidad de pensamiento y valores. Detalló a los asistentes una misiva que escribió a su padre cuando estudiaba el doctorado en Austria. Le contaba de su visita a los campos de concentración nazi. Condenó las atrocidades que se cometieron. Contrastaba el apoyo de los Estados Unidos a los países aliados para vencer a los alemanes, pero también censuraba el intervencionismo en países de América Latina. Palma refirió que como orador y declamador, Colosio le daba mucha importancia al discurso. Buscó que siempre tuviera una consecuencia en las acciones que se debían emprender. No lo miró como una simple pieza oratoria. Vigiló la integralidad de lo que se decía, hizo y proyectaba.
Para los que conocían a Colosio, no les sorprendió el famoso discurso que pronunció el 6 de marzo de 1994, con motivo del aniversario del PRI. “Era un hombre abierto, platicaba con una gran diversidad de gente, de donde sacaba ideas, que después escribía en sus discursos. La arenga del 6 de marzo es un compendio de lo que hizo en otros estados, en diversos momentos. Por ejemplo, lo de superar el centralismo, pasar de las sanas finanzas nacionales a las positivas cuentas familiares. Como candidato y en un aniversario del PRI, no podía ser diferente. Al contrario”. Dijo que en campaña, Colosio buscó demostrar que pretendía la presidencia de la república un ciudadano tras el poder, no un político tras el poder. Manejaba su camioneta, muchos de sus viajes los hacía en líneas comerciales, no le gustaban los excesos, sacrificaba su propia seguridad y ponía énfasis en la capacidad de comunicarse.
Le comentó que desestimaba la seguridad y corría riegos. Le respondió que mientras hubiera una persona dispuesta a cambiar su vida por la suya, no había nada por hacer. “Quería autenticidad en los actos. El de Lomas Taurinas no fue el único, algunos otros los realizó en lugares que manifestaban el México de contradicciones, el de los grandes problemas. Colosio pedía ir y comunicarse con la gente, tener un contacto espontáneo. Era parte de su personalidad, tomar riegos. Quería ganar, se preparó y lo mataron, estaba por terminar la primera fase de la campaña. Con su visita a Sonora casi iba a cerrar, solo estaría después en Guanajuato. En Sonora se planeó apoteósico, había gentes ya apuntadas para recibirlo al aeropuerto. Habría vallas en las carreteras y en Magdalena de Quino, iba a ser fenomenal”.
“Colosio era un hombre severo consigo mismo. Fue de pocas horas de sueño y muchas de trabajo. Un hombre dedicado de verdad, quería transformar a México y tenía una gran voluntad para hacerlo. Pero ocurrió lo que ya todos conocemos”. El columnista de Pulso, Juan José Rodríguez Medina, que formó parte del equipo de campaña de Colosio, fue el encargado de presentar al ponente. Destacó que Víctor Samuel Palma César, a la muerte del ex candidato, era una de las 3 ó 4 personas más cercanas al abanderado del PRI, con el que trabajó como asesor cuando el político llegó a la cámara de diputados en 1985. Fue su coordinador de asesores en la presidencia nacional del PRI. Ocupó el mismo cargo cuando Colosio llegó a Sedesol. En la campaña, Palma César fue coordinador de estrategia. Mencionó que es licenciado en ciencia política y administración pública. Doctor en derecho constitucional, dos veces diputado federal y en el servicio público se desempeñó como prosecretario de la junta de gobierno del ISSSTE, director de crédito del Fovisste y en el 2018 encabezó la cartera de diagnóstico del PRI, que analizó lo ocurrido en las elecciones de julio. La ponencia sobre Luis Donaldo Colosio la organizó la dirigencia estatal del PRI. La Fundación Colosio que preside, el notario 22 Jacinto Lárraga y el Instituto Reyes Heroles, que dirige Aurelio Gancedo.
Comments