Corrupción en el alma de la UASLP. El más alto honor académico al servicio del encubrimiento

25 enero, 202411:29 pmAutor: RedacciónCapital Destacada Municipios Noticias

Una explicación del conflicto de intereses que implica la investidura con el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí a dos funcionarios públicos en activo de la Auditoria Superior de la Federación, David Rogelio Colmenares Páramo, titular de la dependencia y Emilio Barriga Delgado, Auditor Especial del Gasto Federalizado, explicado en cinco puntos.

1.- ¿Motivo de honor para la institución? El reglamento interno de la UASLP para el Otorgamiento del Título Doctor Honoris Causa, consultado en la página de transparencia de la propia instancia, estipula que debe otorgarse a: “aquellas personas que por su reconocido prestigio y destacadas contribuciones a la educación, la ciencia y el arte, en los ámbitos nacionales e internacionales, constituya un motivo de honor para la institución tenerlos entre sus doctoradosâ€.

¿Cuáles son, entonces las contribuciones destacadas en la educación, la ciencia y el arte con las que cuentan David Rogelio Colmenares Páramo y Emilio Barriga Delgado, Auditor Especial del Gasto Federalizado?

¿Son acaso suficientes para que ocupen un escaño junto a figuras universales de la ciencia, la literatura y las artes, como Mario Vargas Llosa, Elena Poniatowska, Mario Molina, Fernando Savater, Federico Silva o incluso Jorge Carpizo, Julio Rubio o Enrique Cabrero?

En verdad ¿quieren hacer creer a la comunidad universitaria y la sociedad que el hecho de que tales funcionarios hayan capacitado a algunas universidades sobre cómo librar las observaciones de los auditores, según lo ha mencionado el rector Alejandro Zermeño, como su más importante aporte, es motivo de honor para la UASLP?2. Otorgar regalos, incentivos y/o favores a funcionarios, se presta a malas interpretaciones y es considerado en muchas ocasiones, como un acto de soborno.

La Auditoria Superior de la Federación es el órgano público que revisa las cuentas y el ejercicio del recurso público de las instituciones que realizan funciones con fondos de la nación, con la finalidad de supervisar el correcto ejercicio del dinero y aplicar las sanciones necesarias cuando se amerita. ¿Es correcto sobornar al árbitro, al supervisor, al juez que revisa las cuentas?

Se supone que la universidad forma y educa de manera integral a los jóvenes. ¿Cuál es el ejemplo que ponen con semejante acto? El mensaje que da es claro: es correcto pagar con favores a quienes auditan y fiscalizan los recursos del pueblo para la educación, con el objetivo de librar las revisiones anuales y pasar por alto anomalías graves.

3.- Las explicaciones que ha dado el propio rector, Alejandro Zermeño Guerra, generan más dudas y sustentan aún más lo erróneo e indebido que resulta la investidura de los dos funcionarios en activo, con el más alto grado honorífico que otorga la universidad.

Si bien es cierto que la propuesta para el otorgamiento de un Doctorado Honoris Causa, tal como lo estipula el reglamento interno, le es entregada al rector para su análisis, es quien “convoca a un jurado de honorâ€, es decir, quien invita a cinco “destacadas personalidades en el área de competencia†de la propuesta.

Aun cuando el rector salió en público a decir que sólo le entregaron la propuesta (como si no tuviera nada que ver), las directoras María Isabel Graciela Vélez Dávila (Facultad de Economía) e Hilda Lorena Borjas García (Facultad de Contaduría y Administración), lo cierto es que, más allá de lo escrito en el reglamento interno, según fuentes de su círculo cercano, fue Zermeño quien dio instrucciones a las directoras para que integraran el expediente de la propuesta. Es decir, el rector mismo dio línea a las funcionarias educativas.

¿Son las directoras parte del entramado de corruptelas y conflicto evidente de interés que representa el asunto? ¿Fueron solo utilizadas? ¿Qué recibieron a cambio?, son muchas dudas y sospechas las que se levantan ante la luz de los informes que salen al respecto.

Otra pregunta, al ser el rector quien integra el “jurado de honor†¿son Enrique Graue, médico, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luis Armando González Plascencia, abogado, secretario de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones Educativas de Nivel Superior, Leticia Jiménez Zamora, administradora, presidenta de la Asociación Mexicana de Responsables de la Estandarización de la Información Administrativa y Financiera en las Instituciones de Educación Superior, administradora y Ricardo Martínez Guerra, administrador, secretario de Finanzas de la UASLP, destacadas personalidades en las ciencias económicas? ¿Son, por su trayectoria, capaces de dictaminar la relevancia nacional o internacional, así como el impacto de la obra intelectual y el trabajo de los economistas a quienes se galardona?

4.-El conflicto de intereses ahora, a partir de las más recientes declaraciones del rector, involucra a la ANUIES, a la UNAM, a la AMERIAF y la UASLP a través de la Facultades que hicieron la propuesta, la secretaria de finanzas y a la propia rectoría de la UASLP, además, por supuesto, a la ASF. Al conocer ahora, por las más recientes declaraciones del rector Zermeño Guerra a los involucrados en la propuesta y evaluación para el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa a los dos funcionarios de la ASF, las suspicacias se incrementan.

¿Acaso fue una iniciativa de la ANUIES, a través del secretario, Luis Armando González Plascencia, para pagar con un Doctorado Honoris Causa, los favores recibidos por varias universidades, por parte de los funcionarios señalados?

Recordemos que no son pocas las universidades estatales que se han visto inmiscuidas en escándalos de corruptelas y desvíos millonarios de recursos. El más reciente fue el de la “Estafa Maestraâ€, donde se vieron involucradas más de 15 universidades. ¿Fue una idea del secretario de Finanzas de la UASLP, Ricardo Martínez Guerra, primo del rector, quien a través de las directoras de las facultades de Economía y de Contaduría y Administración, María Isabel Graciela Vélez Dávila e Hilda Lorena Borjas García, con lo que procuró hacer un pago de favores, un soborno, a los funcionarios descritos?

¿Si así fuera, estarán enterados del oscuro propósito de Ricardo Martínez Guerra y del propio rector, los personajes embarrados, como lo son el ex rector de la UNAM, Graue Wiechers, el actual secretario de la ANUIES, González Plascencia y la presidenta de la AMEREIAF, Jiménez Zamora, de la cual, por cierto, Martínez Guerra es vicepresidente)?

5.- Una mancha imborrable para la posteridad. ¿Cuáles son las principales dudas que genera el asunto ante la gente y qué de manera difícil solventaran? Si el «jurado de honorâ€, como lo nombra el rector, está compuesto por el presidente actual de la ANUIES, el ex rector de la UNAM y el secretario de Finanzas de la UASLP, entre otros, ¿qué nos dice al respecto?

¿Las directoras de las facultades de Economía, de Contaduría y Administración, fueron utilizadas en una trama de corruptelas orquestada por la ASF, la ANUIES, la UNAM, la secretaría de Finanzas de la UASLP y la rectoría? ¿Acaso la investidura que recibirán, forma parte de un soborno o pago de favores de mayor amplitud que involucra a más universidades públicas estatales del país? Si es así, ¿qué gana la propia UASLP al enredarse en un asunto tan grave?

¿Cuál ha sido el papel del Consejo Directivo Universitario de la UASLP en toda la trama? Seguirá inmóvil, acallado y sin posicionamiento claro al respecto. ¿Dejarán los integrantes del Consejo Directivo, sobre todo los representantes del alumnado y profesorado, como el resto de la comunidad universitaria, que se les utilice de tan ruin manera para beneficio de unos cuantos, del blanqueo de cuentas y desvío de recursos de los funcionarios de primer nivel?

Es grave la situación en la UASLP. Los malos manejos en una institución tan noble como la universidad, por su tarea social como proveedora educativa, generadora de cultura y de investigaciones científicas, acompañada de propagar los más altos valores de respeto, honradez, profesionalismo, integridad, honorabilidad, entre otros, pone en evidencia que se puso al servicio de intereses particulares del rector y algunos de sus funcionarios más cercanos.

Zermeño, en parte, por su clara falta de capacidad de liderazgo, por sus intereses políticos y económicos, no dimensiona lo grave de sus acciones y afecta a una comunidad que no merece ser cuestionada por el actuar de unos cuantos. El colegio de asesores que le rodea ha demostrado ser igual de incapaz y corrupto.

El nivel de daño que se hace a la institución, ha tenido un impacto profundo, pervierte la honorable institución y los más altos valores que persigue. ¿Dónde irá a parar la debacle de la UASLP, comandada por Zermeño Guerra y algunos de sus colaboradores? ¿Despertará la comunidad universitaria? Con la llegada de un nuevo rector o rectora, o la posible reelección en puerta, es mucho lo que está en juego. (La Noticia San Luis).

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