Con el desprestigio encima, Lozano busca imponer un sucesor que le cuide la retirada

5 noviembre, 20191:15 amAutor: La NoticiaCapital Noticias

Enemiga de la transparencia, en 6 años que duró al frente de la sección 18 del sindicato de trabajadores del Seguro Social, Leticia Lozano Martínez no rindió un solo informe de labores para que diera a conocer el destino de las cuotas de los trabajadores, que supera el millón de pesos cada mes. Fue acusada de la venta de plazas a familiares, amigos y conocidos. Cada una se cotiza entre los 50 y 100 mil pesos. Antes tímida, desarrapada y hambrienta, ahora vive en un exclusivo fraccionamiento que colinda con el río Santiago. Se mueve en una suburban de lujo que no reportó como gasto del órgano que dirige. Aunque en campaña prometió acabar con las corruptelas y resolver las demandas del gremio, optó por un doble salario como regidora del PRI, que también traicionó al ser cómplice de los millonarios latrocinios del alcalde perredista, Ricardo Gallardo Juárez.

Lozano llegó por un golpe de suerte a la dirigencia, ya que el mejor posicionado era el ex secretario del interior, Roberto Hernández, que apoyó a la contendiente nacional del sindicato, la encargada de actas, María Esther Pérez Barragán, que fue doblegada por las chicanas de Baldemar Gutiérrez Fragoso, al que el Hernández agredió y resultó sancionado. Corría el riesgo de ser impugnado y dejar vacante el cargo. Fue por lo que entró de relleno la jefa de piso de las enfermeras del hospital ubicado en la zona uno. Cuando sus impulsores la llevaron a México a buscar el respaldo político y económico de la senadora del PRD, Dolores Padierna, Lozano, con expresiones provincianas, se quedó expectante ante los grandes edificios, el metro y restaurantes a los que jamás imaginó ingresar, menos degustar los caros platillos.

Se puso nerviosa por vestir ropas añejas y decoloradas. Desesperada por no completar la colegiatura de su hijo, suplicaba le consiguieran rápido una base sindical. A cualquier acto que asistía, buscaba el plauso fácil y hurras para su consanguíneo, que luego metió como sindicalizados a un grupo de amigos. Uno lo usa como chofer de planta, que lo lleva y trae en sus constantes festejos. En las páginas electrónicas, se exhibe como un junior influyente. Los promotores de Lozano cometieron el error de presentarla con los ex dirigentes del PRI, Miguel Ángel Martínez Navarro y Ángel Castillo Torres. En una comida celebrada en el restaurante Cielo Tinto, Lozano hilvanó el mayor exabrupto, derivado de su inexperiencia y su creciente soberbia, al proclamarse la mujer más poderosa de San Luis. Los comensales, por más que trataron de esconderse, no aguantaron soltar tremendas carcajadas.

Pronto olvidó que le debía el cargo al PRD y se apuntó para ser regidora del PRI, por lo que dejó en la orfandad a los trabajadores, médicos y enfermeras, que la buscaron infructuosos en sus oficinas, con resultados adversos. El doctor José Raymundo Martínez Rosales, denunció que decenas de quejosos se tenían que formar desde la madrugada, con la esperanza de acceder a la dirigente. Sus colaboradores arguyeron que era difícil los atendiera, ya que tenía una complicada agenda política. Se dijo que por ambos desempeños, podría tener ingresos mensuales a los 100 mil pesos. Cuando se dio la contienda por la dirigencia nacional, Lozano se inclinó por el actual líder, Arturo Olivares Cerda. Su contrincante, David Rogelio Velázquez Pérez, destacó que la enfermera, con tácticas intimidatorias, impidió que se formaran las planillas locales adversas. Denunció a sus colaboradores de acoso sexual y estar inmersos en turbios negocios.

En el periodo que estuvo como delegado del Seguro Social en la entidad José Sigona Torres, se descubrió un escandaloso fraude en el manejo de la bolsa de trabajo. En el portal denominado Tito Serena Melo y Democracia Simulada, donde escriben sus detractores, señalaron que Lozano, coludida con la parte institucional, representada por Leonor Torres Espiricueta y Adán Lárraga, “sin ninguna limitante, durante 6 años, actuaron en contubernio para perjudicar a los trabajadores. Manejaron a su antojo y beneficio, las nominaciones de personal, escalafones y puestos de confianza en donde prevalece el nepotismo, venta de plazas, compadrazgo y amiguismo”. Citaron el caso de César López, quien después de ocupar durante más de 14 años diversos cargos dentro de la estructura del sindicato, a 6 meses de jubilarse, le entregaron una plaza de confianza de alto nivel. La maniobra es ilegal, ya que el beneficiado no hizo fila, no presentó exámenes ni estuvo en el área laboral. Sólo aprovechó el regalo de los altos mandos. El jefe de personal Lárraga, jubiló después tres comisionados sindicales más”.

El acto premeditado y ventajoso perjudica el fondo de jubilaciones y pensiones ya que se retiraron con un salario mayor. El desfalco perjudica a los sindicalizados y las finanzas del Seguro Social. “También beneficiaron a familiares de Omar Rodríguez Manzano, Andrés Aguilar, Carlos Castañeda y Samuel Ibarra. Son los que hacen la guerra sucia en Facebook en contra de quienes publican sus manejos oscuros. Buscan ser de nuevo dirigentes para aprovechar otro sexenio, los beneficios que corresponden a familiares de los verdaderos trabajadores. A través del encargado de admisiones y cambios, el enfermero Miguel Pérez, que es catedrático de la universidad Tangamanga, Lozano firmó un convenio con la institución para darles cabida en el Seguro Social a los alumnos con los promedios más altos. Lo que contraviene la norma, ya que tienen mayores derechos los hijos de los empleados. Aseguró que en una presunta asamblea, la autorizaron cometer el atropello”.

La delegada estatal del Seguro Social, María Soto Romero, le reclamó el reparto arbitrario de casi 100 plazas. En los puestos de limpieza, los de más alta paga, ubicó a familiares cercanos. “Dijeron que Soto tiene el listado de todos los recomendados de Lárraga. Los de Espiricueta y otros directivos integrantes del comité que ubicaron en puestos de confianza a recomendados que les dieron cambio de categoría sin cumplir los requisitos. Lozano ya no apoyará a los trabajadores, porque han criticado sus excesos. No sabemos el monto recibido de recursos indebidos por ingresar a la bolsa de trabajo. Hay apuntadas como 7 mil personas. Subastaron derechos sindicales en la universidad Tangamanga y autónoma de San Luis, avalados por la Junta de Conciliación y Arbitraje y la Secretaría del Trabajo. La historia de Lozano es de manejos negativos. La apoyamos porque creímos que su desempeño iba a ser diferente. Cuando la conocimos, no tenía ni para comer, porque andaba con ropa gastada, de mala calidad”.

Ante el anuncio de que los delegados del Seguro Social serán electos por conocimientos, no por influencias, Lozano buscó dejar un relevo que le cubra la retirada. “Trataron de engañar a los votantes con una planilla que pintaron como democrática. La encabezó Ramón Lozano, que antes estuvo con nosotros, pero no podemos avalar la candidatura de alguien que tiene un contrato con la parte patronal, que le permite recolectar el cartón y papel. Además es profesor por las tardes. Maneja un conflicto de intereses. Otro que promueven es el enfermero Jonathan Vázquez, del hospital 2. Lo pintan como si fuera independiente, pero es subdirector de un bachillerato tecnológico y maestro hora clase. Cuando señalamos que Lárraga debía ser investigado, rápido se retiró. Lo que buscaron fue distraer y crear conflictos. Es gente que labora en el área jurídica del seguro. Pretenden aliarse con deshonestos. No han analizado que el nuevo delegado llegará con la encomienda de atacar las anomalías. La actual, Maya Soto, enseñó la lista de trabajadores que Lárraga ubicó de manera irregular. Ninguno puede entrar sin la firma de Lozano. Comenzaban a laborar en lo inmediato. Mientras los demás, con derechos, siguen en la antesala”.

Lozano también impulsa a su consejero y representante sindical, Omar Rodríguez Manzano, encargado de resolver los asuntos más escabrosos. Fue denunciado de acoso sexual. La víctima le mostró a la dirigente algunas grabaciones, pero las rechazó. Le recomendó guardar silencio o sería corrida del sindicato y de su trabajo en el Seguro Social. Para competir, debió renunciar al cargo previo a la contienda. Rodríguez cuenta además con el mecenazgo del diputado federal del PAN, Xavier Azuara. Los opositores a Lozano empujan al médico de la clínica 47, Claudio Salazar, que tiene el respaldo de los trabajadores de la zona huasteca, media, centro y altiplano. En pleno declive, Lozano se quedó sin el respaldo del dirigente nacional, Baldemar Gutiérrez, por lo que despotricó en su contra. Lo acusó de no respaldarla en los mínimos trámites y convertir el seccional de San Luis en el más abandonado. Las quejas fueron grabadas por parte de su gabinete. Las filtraron a sus adversarios que las subieron a las redes sociales. Rodeada de incondicionales, trata de justificarse por haber entregado de manera irregular las plazas laborales a personas ajenas al sindicato. Le molestan las críticas que la ponen en evidencia.

 

 

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