La gran derrota del PRI
20 agosto, 20186:14 pmAutor: Ángel Castillo TorresCapital Opinion
El golpe ha sido mortal. Los números hablan de un desastre de dimensiones apocalípticas. El PRI ha sido herido de muerte, castigado por los electores de manera contundente por sus errores y excesos. La corrupción, inseguridad, privilegios, impunidad y la desigualdad social que tantos millones de pobres ha producido fueron castigados en las urnas. La pasión de la indignación y el hartazgo se impusieron sobre los llamados a votar con racionalidad. La esperanza de que las circunstancias pueden ser diferentes pudieron más que el miedo. Los votos se fueron con quien prometió acabar con tales males.
El PRI pierde la presidencia de la república, la mayoría en el Congreso de la Unión, no gana ninguna de las 9 gubernaturas que estuvieron en disputa y pasa a ser la tercera fuerza política en el país y en nuestro estado. La derrota es contundente. Un paisaje de ruinas es lo que se observa en territorio priista.
Los 600 mil votos ofrecidos por el gobernador Juan Manuel Carreras a José Antonio Meade no aparecieron por ningún lado. El PRI pierde la senaduría, la mayoría de las diputaciones federales y locales y es derrotado en los municipios más importantes del estado, aquellos de mayor importancia económica y política y en donde viven y votan más del 70% de los electores del estado. La ciudad capital, Soledad, Villa de Reyes, Mexquitic, Tierra Nueva, Matlapa, Tamasopo, Axtla de Terrazas, Ébano, Real de Catorce, Ciudad del Maíz, Moctezuma, Rioverde, Ciudad Fernández, Ciudad Valles, Tampamolón, Xilitla, Aquismón, San Martín Chalchicuautla, Venado, Cedral y Matehuala. La elección fue un plebiscito en el que el partido gobernante resultó reprobado. Los votantes le han enviado un mensaje de repudio a los gobernantes priistas.
El PRI tendrá que hacer un profundo ejercicio de autocrítica para examinar qué hizo mal y definir hacia dónde debe caminar a partir de ahora. Será una larga travesía por el desierto. Renovarse o morir, será su alternativa. Pero antes quizás comience una noche de cuchillos largos. Un ajuste de cuentas contra los fracasados dirigentes que colocaron al tricolor en la amarga situación. No escaparán el mismo presidente de la república y los gobernadores. A menos que la proverbial servidumbre voluntaria de muchos, justificada con la miedosa “disciplina” los haga nuevamente callar y obedecer.
A partir de ahora el partido tricolor pasará a ser oposición y tendrá que aprender a serlo. Estará obligado a decidir si se comporta como una oposición leal al sistema del que forma parte o si el resentimiento y la bilis le dominan y se dedica a conspirar contra el nuevo presidente de la república y su proyecto alternativo de nación.
Deberá también sanar las heridas y agravios que se cometieron con la militancia si acaso desea evitar que muchos de sus líderes emigren a otras opciones como el triunfante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), al PAN u otros partidos y movimientos políticos.
Tigres de papel
Los estrategas del PRI se equivocaron. Las maniobras para enfrentar los desafíos que se presentaron en la elección fueron desafortunadas. Hubo un mal diagnóstico, errores de operación política, desatinos al momento de decidir candidaturas, compadrazgo, patrimonialismo, mucha simulación y autoengaño.
El experimento de los candidatos ciudadanos no le funcionó al PRI como artificio de apertura y renovación. La oferta de los lobos al postular a candidatos con piel de oveja no logró engañar a los ciudadanos. Se usó la presunta pureza, prestigio y capacidades de algunos ciudadanos apartidistas como Meade y Mahbub para intentar ganar.
La pesada carga de desprestigio de buena parte de exgobernadores, diputados, senadores, líderes de corporaciones y funcionarios corruptos terminó por hundir a los candidatos ciudadanos. La marca de la casa fue un virus letal que acabó por enviarlos a la tumba política.
En San Luis Potosí varios de los candidatos priistas a puestos de elección popular reforzaron en el imaginario colectivo la percepción de que se estaba premiando a perfiles asociados a prácticas de corrupción. Una verdadera contradicción e incongruencia con la historia y perfil de José Antonio Meade. El gobernador no tuvo la capacidad de vetar las manzanas podridas y con ello se causó un daño irreparable a muy buenos candidatos en el estado, jóvenes sobre todo, que terminaron pagando los platos rotos.
El PRI presumió que podía ganar la elección con su legendaria maquinaria electoral. Pero su estructura electoral, el ejército de promotores del voto, los defensores jurídicos y los representantes de casilla no fueron eficaces o no existieron. A pesar de las auditorias de campo que dijeron aplicar los Tata Mandones para validar las estructuras hubo incapacidad y simulación. ¿Cuánto dinero se gastó para armar el gigante con pies de barro?
¿Van a renunciar o a pedir disculpas los responsables de la gran derrota? ¿El comandante y líder nato, el representante de Meade, el presidente del partido, los incorregibles grillos responsables de las pésimas negociaciones con otros partidos, los responsables de montar la estructura electoral, de promoción al voto y movilización tienen algo que decir para justificar la humillación?
Caras y caretas
1.- Una verdadera hazaña cívica es la que han realizado los ciudadanos de la capital al derrotar al movimiento gallardista.
2.- El gobernador y su partido no tendrán mayoría en el congreso del estado. Contarán con 5 diputados, uno por la vía plurinominal. Ahora sí que el titular del Poder Ejecutivo tendrá que cambiar su estilo personal de gobernar. Va a requerir de grandes habilidades de negociador y no escurrir el bulto para acordar una agenda legislativa y lograr que sus proyectos de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos sean autorizados por los nuevos diputados.
Por cierto, una de las damnificadas por los malos resultados del PRI en la competencia por las diputaciones locales es Beatriz Benavente,0 que ya no será diputada plurinominal.
3.- Los diputados y diputadas que integrarán la próxima legislatura local están obligados a reivindicar la imagen de los legisladores. También deberán convertirse en un verdadero contrapeso de los otros poderes: el judicial y el ejecutivo.
Esto siempre y cuando no se dobleguen o les dé el síndrome de “Los Moches” o intenten revivir la partida secreta para gestión. Vamos a ver cuántos aguantan un cañonazo de 10 millones de pesos.
4.- El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es el nuevo y fortalecido actor político que irrumpe en la escena política del estado. Tendrá diputados locales y federales suficientes para hacer sentir su peso y reorientar lo que está mal. Los de Morena tienen un gran compromiso para respaldar e impulsar los cambios que ha prometido su líder Andrés Manuel López Obrador. Ahora les toca ser gobierno y van a ser sometidos a un riguroso escrutinio y rendición de cuentas. Tendrán que predicar con el ejemplo. Si no lo hacen se les va a aparecer el Diablo o el mítico tigre que mantuvieron enjaulado en caso de presentarse un fraude, según dijo AMLO y Tatiana Clouthier.
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