El nocivo Ă“scar Carlos Vera Fabregat

8 febrero, 20186:59 amAutor: Paola Moreno GuzmánCapital

El litigante Víctor Manuel Gallardo Macías, calificó como pésimo, el desempeño del presidente del Tribunal de Justicia, Juan Paulo Almazán Cué. La gente exige se cumplan las leyes, pero en la práctica no se hace nada. El presupuesto lo reparte entre unos cuantos. “Tiene un carácter apocado. Es despiadado con los más humildes y un fiel servidor de poderoso. Una vez lo visité. Le dije que no iba a aplaudirle, menos ponerme a sus órdenes. Le pedí platicara con los abogados, para que conociera el panorama real, ya que sus colaboradores solo le pintan un cuadro rosa”.

“Le solicité establecer fecha y hora para hacer una junta. Me contestó que solo platicaría conmigo, porque era el líder y los demás eran unos pendejos. Fue una ofensa. En otros conceptos, me dijo que era un líder de pendejos y yo era el principal de todos. Le respondí que debe tomar conciencia del cargo que asumía y recibir a todos los ciudadanos, quisiera o no, pues está marcado en la ley. A raíz de la plática comenzaron las diferencias”.

Un pequeño grupo de abogados lo abordó y Almazán se comprometió a que en menos de un mes, iba a mejorar el servicio en la central de actuarios. Pero optó por desparecerla. No sabe que la instancia depende del tribunal. Es el lugar donde los abogados comienzan a construir sus juicios. Es básica para formar a los que litigan. “Es la raíz podrida del árbol venenoso. Entonces viajé a Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato y Zacatecas para hacer un estudio y comparar cómo funcionaba su central de actuarios. Para mi sorpresa, tienen menos recurso que en San Luis Potosí y funcionan al 100%. Además, cobran la mitad en los servicios que prestan. La diferencia es que los actuarios no son personas sindicalizadas, son de confianza. Al que cometa alguna falla, se le corre en lo inmediato”.

Gallardo Macías consideró que el cierre de la central de actuarios se relaciona con la destitución de la concesionaria Patricia García Bedoy, como un acto de venganza del diputado Óscar Vera Fabregat.  “Puso a la mujer a explotar las copiadoras. La copia la cobró a peso cuando en otros lugares sale a 25 centavos. La señora no pagaba local, luz ni agua. Inclusive, le regalaban las hojas. Los empleados que utilizaba eran del mismo tribunal. Y todo lo que obtenía se lo echaba al bolsillo. Tal privilegio es uno de los muchos que se hacen en el tribunal, como si fuera un botín de guerra, no la sede de la justicia. Vera es nocivo para la institución y el gremio”.

“Los abogados conseguimos como 38 millones de pesos para ayudar a la gente a que estuviera enferma o muriera. Entonces, como presidente del tribunal, llegó y se los robó. Argumentó que el dinero era suyo. Sabía que se juntó con un noble propósito y el apoyo del gobernador Florencio Salazar. Ya pasaron muchos años y no pudimos hacer nada. Pero no olvidamos lo que hizo. Ahora que corrimos a su protegida, tomó venganza contra nosotros. En varios foros nos amenazó. Adelantó que iba a desaparecer la central de actuarios. Llegó el pelele de Almazán Cué y lo hizo”.

Gallardo Macías aseguró que en el Tribunal de Justicia existen muchas corruptelas. Hay impunidad para los ricos e injusticia para los pobres. Sobresale el caso del juez Idelfonso Gil, señalado por dejar libre a un homicida. Se lo ordenó gente con dinero. “Algunos magistrados hacen lo que les imponen. Es un desorden total. Antes se hacían diligencias en 5 ó 10 días, ahora llevan hasta dos meses. Los actuarios hacen lo que les da la gana. Exigen plata o algo a cambio o no camina el asunto. Los temas fáciles los hacen difíciles y los difíciles los vuelven imposibles. Existe una corrupción tremenda, muchas veces proyectada por los mismos jueces”.

“Hay varias denuncias sobre el manejo indebido de las fianzas. La gente ha aportado cuantiosas cantidades de dinero para salir. Los fondos lo maneja la oficina de finanzas, la presidencia del tribunal y el consejero revisor. Almazán maneja mil 17 millones de pesos. En lugar de hacer mejoras, hay una lacerante y lamentable impartición de la justicia. Los jueces se tardan mucho tiempo en resolver. Hay casos que tienen 28 años. Como por ejemplo, el  886/2010 del juzgado segundo de lo familiar, sobre un juicio testamentario. Son demasiado morosos, no les importa, solo llegan a vivir de una forma mediocre con el sueldo. En Soledad, desde hace mucho tiempo, se requiere uno o dos juzgados. En Villa de Reyes, ya desaparecieron los menores y todo lo concentraron en Santa María del Río. No sabemos en qué se gasta el presupuesto”.

Expuso que se comete un abuso contra más de 50 empleados que hacen el papel de secretarios y les pagan 6 mil doscientos pesos al mes, cuando el titular percibe cerca de 30 mil pesos. El sindicato mayoritario que encabeza Bernardina Lara, se ha repartido parte del tribunal, está pegada a la ubre del gobierno. La dirigente metió a casi toda su familia. Una sobrina, Isela Lara, va una vez a la semana y gana arriba de 30 mil pesos. Además tenía otra plaza en el Teatro de la Paz en el mismo horario. Se hizo la denuncia, pero jamás pasó nada.

El litigante expuso que los magistrados y consejeros se han apoderado de la mayor parte del tribunal. Tienen oficinas de magnates, con muebles de primer nivel. Los ayudan cinco proyectistas. En Guanajuato hay quince magistrados, cobran menos, tienen menor presupuesto y trabajan al 100%. “En San Luis, lo primero que se aprende como abogado es hacer chapuzas, obtener dádivas, comprar voluntades, pero no a litigar. Las universidades ni los gremios han tenido la curiosidad de resolver las desviaciones. Menos capacitarlos. Es lamentable que en Colombia están más avanzados que en México, que tiene todo para ser uno de los más poderosos del mundo. No se puede por tantas corruptelas”.

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