El compromiso político de Carreras: entregarle la gubernatura a Gallardo Juárez

27 noviembre, 20177:47 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital

Al consumirse la tercera parte del sexenio de Juan Manuel Carreras López, no existe claridad en el rumbo. Tampoco ha definido el propósito fundamental del eje inspirador de gobernar. El bono democrático se le acabó. Lo dilapidó en la inercia de proteger las cuentas públicas de su antecesor Fernando Toranzo y mantener los arreglos con los grupos de poder. Encabeza un gabinete hecho de retazos, de pedacería política. Todas las corrientes han impuesto su cuota en la parcela del control, lo que no le ha permitido darle un esbozo a su esquema de mando. No ha cuajado ningún proyecto de política pública importante. Su gran apuesta fue la llegada de la trasnacional Ford, pero se le cayó el trato. Los millones de dólares que le entregó la empresa por indemnizaciones, se manejaron con nula transparencia. Resulta espantoso el retroceso en materia de democracia. No hay libertad de prensa, salvo honrosas excepciones. Existe un control absoluto sobre los medios informativos. Incluso prevalece la política de negar la realidad, ausencia de debate. No hay legalidad en las decisiones de gobierno. Todo se enmarca en un contexto de autoritarismo silencioso donde no se permite en demasía la crítica.

El consultor externo y articulista de varios medios locales, Oswaldo Ríos Medrano, enfatizó que existe un abandono de Carreras en las tareas centrales como la seguridad, obra pública, desarrollo social y lo educativo. La frase de que camina tranquilo por las calles de San Luis denota una enorme soberbia. Insensible al calvario que padecen los potosinos todos los días. “Lo que dijo se originó porque el ex gobernador Marcelo de los Santos mencionó que en su etapa, se podía transitar por la ciudad sin sobresaltos. En su momento, irrumpió el fenómeno de la delincuencia organizada. Acuñó el dicho de cuando se registraron actos de violencia, correspondían a hechos aislados. Fue un comentario desafortunado. También se reflejó como un hombre insensible ante el temor de los habitantes. Si comparamos la incidencia delictiva, criminal, de delincuencia común y organizada, que hubo con Marcelo de los Santos y Toranzo, después de 14 años de violencia implacable que ha azotado a la entidad, podemos sostener que lo dicho por el panista fueron en realidad hechos aislados”.

“Con Carreras se trata de sucesos continuados de extremo terror. Con Toranzo, eran aspectos habituales. Ahora los índices de homicidios dolosos están al doble de los que tuvo Toranzo y casi al triple con Marcelo de los Santos. En los primeros dos años de Carreras, los secuestros se han disparado 10 veces más a los ocurridos en los primeros dos años de Marcelo de los Santos. Las extorsiones se incrementaron más del triple. El robo a casas habitación y de autos, más del doble. El tiempo ha demostrado que en seguridad pública, los gobiernos del PRI han resultado más violentos y sangrientos que el de los panistas. No obstante que con Marcelo de los Santos se vivió una guerra desconocida. Lo que pasa ahora con Carreras, es más sangriento. El problema de la inseguridad en San Luis tiene varias dimensiones. La de la delincuencia organizada que compete al gobierno federal. Existe un problema que Carreras no ha podido resolver, se vincula a los señalamientos a lo que ocurre dentro de su gabinete. Pero no todo lo que sucede en San Luis abarca a la delincuencia organizada. Hay delitos del fuero común donde tampoco hay reacciones y le corresponde a Carreras resolverlos”.

“En los incontables feminicidios a Carreras es el primero al que le declaran la alerta de género. Es un reconocimiento a la incapacidad de atender el problema. Es como ponerle en la frente una estrellita negra, no dorada. No pudo proteger la integridad de las mujeres, antes y después de la alerta, como el asesinato atroz, brutal, de la señorita que cosieron a puñaladas en un camión que trasladaba obreros a la zona industrial. En el delito del feminicidio no hay excusas, es del orden común. No se ha tenido una respuesta preventiva ni reactiva a la alerta de género. El robo de vehículos con o sin violencia, es el más alto en la zona centro del país. También figuran las agresiones sexuales y la violencia intrafamiliar. Las extorsiones y el secuestro son delitos del orden común, que se han disparado. Le toca al gobierno estatal, prevenirlos y atenderlos. La única guerra que libra el gobierno estatal en materia de seguridad es dentro del propio gabinete. El secretario de gobierno, Alejandro Leal contra el procurador Federico Garza. O el secretario de seguridad, Arturo Gutiérrez contra el director de seguridad pública, Ángel Gámez Segovia”.

“Hacia afuera, la gente percibe que no hay patrullas ni agentes en las calles. El famoso 911 no atiende las llamadas de emergencia. Si llegan a contestar, arriban una hora después de registrados los hechos. No se procura la justicia de manera eficaz. Si alguien se atreve a denunciar algún delito, se arriesga a enfrentar a los propios elementos policiacos. La querella se pierde en el olvido. Es la realidad que viven todos los potosinos. Carreras camina tranquilo en una camioneta blindada, con cuatro escoltas en unidades blindadas, un equipo de 40 guaruras y 20 lambiscones alrededor. Es una nube que le permite moverse tranquilísimo. Los demás habitantes no tienen las mismas garantías y se la tienen que rifar al ir al trabajo o estudiar. Usan el camión urbano, los taxis en las calles, como nunca peligrosas. La inseguridad es mayúscula. No se resuelve si quitan al coronel Gutiérrez. Tendría que irse todo el gabinete. No han dado resultados en ningún sentido”.

“Si hubiera una medida preventiva de los delitos adecuada, con una deficiente aplicación de la justicia, se tendría que ir Garza. Si hubiera un excelente procurador y una deficiente estrategia para prevenir los delitos, se iba Gutiérrez. El problema es que no hay policía de proximidad, no existe un plan básico de seguridad pública. Deben irse todos para replantear las medidas con la injerencia ciudadana. El concepto debe incorporar criterios de derechos humanos, legalidad, funcionarios probos y respetables, que rindan sus declaraciones 3 de 3. Decir a cuánto asciende su patrimonio, para qué empresas han trabajado, sus relaciones políticas y personales, pero existe una opacidad total. Con Marcelo de los Santos, varios ex gobernadores se juntaron para exigirle en público, un diagnóstico de la seguridad. Dijera lo que hacía para devolverle la tranquilidad a los potosinos. Los mismos personajes y la ciudadanía, le deben solicitar a Carreras, que en su informe relate, de qué tamaño es la inseguridad. Lo que hará para enfrentarla. Está sentado sobre el problema. No alcanza a notar el monstruo que enfrenta y lo rebasa. No tiene nada que hacer, ya que no reconoce que está encima de un volcán”.

“La llamada policía metropolitana es un artificio de propaganda gubernamental. La presentó a la carrera, con trompicones, para tener algo que decir en el segundo informe. No necesitamos ser adivinos para saber que cuando hable de seguridad, habrá de presentar espectaculares videos, para mostrar que hay nuevos uniformes, patrullas y 500 elementos. Los mismos de seguridad pública que sólo transfirió. Con las mismas tácticas y denuncias de tortura cuando hacen las detenciones. Roban a los ciudadanos si los encuentran en las noches, en estado inconveniente. Con la policía metropolitana, Carreras busca equilibrar al alcalde de la capital, Ricardo Gallardo. Son 500 elementos para más de un millón de habitantes. Es ridículo. Si dividimos las patrullas a cada potosino le tocaría una calavera. Carreras debe apuntalar las policías municipales, que están descalificadas para cumplir sus tareas. Hay municipios que tienen dos o tres agentes”.

Oswaldo Ríos enfatizó que Carreras busca dejar de fiscal general a Garza, como pretendió hacerlo el presidente Enrique Peña, que trató de investir al procurador Raúl Cervantes. Se lo impidió el movimiento cívico organizado, diputados del PAN y PRD, que generaron una crisis de ingobernabilidad en la cámara y obligaron a rectificar la propuesta. “En San Luis notamos que el movimiento ciudadano, que tiene ferocidad y franca animadversión contra el congreso, se porta sumiso frente a Carreras. Con un desplegado, avalaron la llegada de Garza al nuevo cargo. A nivel nacional hubo debate en el congreso, a nivel local, se usa el recinto para el burlesque, una carpa donde se montan espectáculos decadentes de cabaret barato. Los partidos opositores no ejercen los contrapesos, salvo el PAN. El PRD, controlado por el dueto de Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona, co-gobierna con Carreras”.

Expuso que Marcelo de los Santos fue un gobernador fuerte. Al final del sexenio, el PRI le hizo una campaña adversa para que ganara el cirujano Fernando Toranzo. “El panista aguantó y ahora camina tranquilo por San Luis. Toranzo tenía problemas de carácter, de personalidad. Se enojaba con facilidad. Era hedonista. No le gustaba el ejercicio del poder. Al cierre, tuvo una salida negativa. Ahora arrastra escándalos de índole familiar que han trascendido. Carreras no ha llegado siquiera a ejercer el poder con la medianía de Toranzo. No tiene la mínima autoridad, no sabemos cómo va a concluir. Si Marcelo de los Santos terminó con dificultades, no imaginamos cómo será el de Carreras. Si continúa con el mismo estilo, le dará terror entregarle la estafeta a Gallardo Juárez. Le he llamado el corredor constitucional del estado. Ha sido su única respuesta ante los problemas. Sale a correr como un acto de cobardía, evasivo de la realidad y las exigencias de los potosinos. Es un hombre que no quiere gobernar. Tenemos un burócrata de alto nivel, que ocupa una oficina en el palacio estatal”.

Ríos Medrano expuso que las zalamerías que rodearon el ascenso pusilánime de Carreras no significan que tenga habilidades políticas. “Lo llamé Tiquismiquis. Tiene una pulcritud en las formas, que le sirvieron de manera extraordinaria para hacer relaciones públicas. Pero gobernar no equivale a frivolizar el poder. Se relaciona con el costo de tomar decisiones. Se le puede decir lo que debe hacer. Fue un excelente empleado de Felipe Calderón y Toranzo. Pero como empleado de los potosinos, es un fracaso. El cargo que le dio la ciudadanía es para que gobierne y tome decisiones, lo que no sabe hacer. Se le vio la vena política, su currícula académica e intelectual. Si el sueño era ser gobernador, lo traicionó desde el momento que ganó. Se dedica a hacer todo lo contrario de lo que dice. Es incongruente de principio a fin. En la toma de protesta, ofreció castigar los actos de corrupción. Pero sólo fue una broma macabra. Ninguna persona en San Luis ha sido acusada por conductas deshonestas. Además, Carreras operó para que el congreso aprobara las cuentas públicas de Toranzo, Gallardo y del ex edil Mario García”.

“No combatió la impunidad, la solapó y garantizó. Uno de sus funcionarios, el secretario de finanzas, José Luis Ugalde, en grabaciones ocultas, le dijo pendejo y no pasó nada. Todos sus colaboradores y potosinos supieron que se le puede insultar sin que haya consecuencias. Vino el diputado local del PRI, Alejandro Segovia, quien le dijo, le faltaban huevos y no pasó nada. En una pancarta, en un acto del ayuntamiento, le volvieron a decir pendejo y se mantuvo inalterable. Tiene más respeto de sus críticos, que de frente le planteamos algo sin ofenderlo, que de sus aliados y colaboradores. Le hemos dicho que evade, corre a los problemas, con respeto a la persona. Los que no lo hacen, deben ayudarlo a hacer un papel decoroso. En Carreras se impone el temor a no decidir. No es capaz de resolver un problema político, donde existen varias partes en conflicto. No es sencillo gobernar. Pero con voluntad libre y valiente, el que no es capaz para gobernar, puede aprender”.

“Pero a Carreras le gana el miedo a no quedar mal, no quiere rasparse, desgastarse, echa a perder todas las decisiones acertadas que pudiera tener. Se queda en la parálisis. Es lo que tenemos, la ausencia de gobierno. Hay quienes disfrutan el ejercicio del poder. Carreras lo padece. Es la parte frívola de sus tareas. Se sube a una bicicleta, simula que la maneja en la zona industrial. En avenidas donde no hay baches. No salió un asaltante para quitarle el medio de transporte. No le echaron encima un taxi o camión urbano. Cualquiera que intente ir al mismo sitio, le pasará una tragedia. Fingió en un video, que usó la bici para ir a inaugurar una fábrica. La burla radica en que es un suicidio trasladarse hasta donde fue. Pero en su mundo, nadie le dice que es imposible. Es lo que muestra el nivel de evasión. No entiende que vive una realidad diferente. Lo hace parecer como un bufón, similar al diputado local del PRI, José Luis Romero Calzada”.

“Carreras tiene un pacto transexenal con el alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Juárez, con el que acordó entregarle el gobierno estatal. No existe un contrapeso del edil contra el gobernador. Son aliados. El acuerdo está más vigente que nunca. Carreras es el primer gobernador priista que busca gane la presidencia de la república la panista Margarita Zavala. A nivel local le entregará la estafeta al PRD. Es un mandatario que no razona en un proyecto sucesorio de su partido. A nivel municipal tiene empinado al PRI. Ha ordenado que no oponga resistencia a Gallardo. ¿Alguien recuerda una postura crítica del PRI municipal respecto al edil?. No existe. En cambio en el PAN, es otra la historia. Al líder estatal, Xavier Azuara, le infiltraron la bancada, para dividir la fuerza parlamentaria en el congreso. Una parte se quedó en la corriente de Los Broncos, que maneja el diputado federal, Cándido Ochoa y Ricardo Gallardo. Al líder del comité municipal del PAN, Maximino Jasso, por censurar el desempeño de los Gallardo, lo atacaron a través de espectaculares”.

“Los opositores en San Luis no están en el PRD que controla Gallardo. Cohabitan. Hay un plan transexenal muy claro. Carreras es un personaje que acostumbra sacrificar a los demás para salvarse a sí mismo. Es un rasgo característico de la cobardía. Arriesga como responsables a los demás. No asume costos por las erradas decisiones o falta de decisiones en el ejercicio de gobierno. Va a entregar al PRI al matadero a cambio de que Gallardo le garantice que no será el primer ex gobernador de San Luis que termine en la cárcel”.

-¿Las alianzas nacionales del PRD y PAN afectan el oscuro contubernio?

-Queda en medio. Se les puede atravesar el cordón umbilical en el cuello. Puede ser un pacto muy complicado. La gran dificultad del frente nacional es cómo resolver a nivel local que grupos como los de Gallardo, no funcionan en la lógica opositora al PRI, al contrario, negocia con el PRI. Es un problema mayúsculo saber actuar en San Luis. El PRD ya no es genuino como antes. Se le podía acusar de todo, hasta de ponerse en contra de su propia figura. Pero no se le podía recriminar que no fuera un partido de izquierda, donde militó Carlos López Torres, Guadalupe Almaguer, Octavio García Rivas, Edgar Murguía. Gallardo es todo lo que quieran, menos perredista. El PRI y Gallardo tienen un común opositor que es el PAN. El frente nacional tiene como enemigo al PRI. En lo local, prevalece la incógnita de que si el PAN y PRD van juntos, ¿donde incluyen a Gallardo?, significaría el aniquilamiento del PRI. Carreras vivirá una pesadilla los próximos tres años. La alianza logrará una mayoría absoluta. El PRI no ganará un solo distrito. En lo electoral se trata una maniobra exitosa. El problema será de orden interno, ético. En el otro extremo, imaginemos que el frente se hace sin Gallardo, viene un escenario peligroso. Puede aterrizar sus planes con el PRI o Morena. Al frente nacional no le estorban los conflictos internos del PAN, provocados por el gobierno de Carreras. Lo afecta el gobierno de Gallardo, que tiene un pacto transexenal con Carreras. Es por lo que el presidente estatal del PRD, José Luis Fernández, tiene un doble discurso. Quieren el frente, siempre y cuando Gallardo sea el usufructuario de las negociaciones. No lo aceptan, salvo que se respete un esquema de equilibrios, ya que tienen las negociaciones avanzadas con el PRI. El PRD no cuestiona a Carreras. Sus diputados nunca han votado en contra de sus iniciativas. También aprobaron las cuentas del ex edil Mario García al que Gallardo amagó con meter a la cárcel. A Carreras le avalaron la ley de ingresos, presupuesto de egresos. No han ido en contra de las posturas del PRI. El PAN si ha criticado a Carreras y Gallardo. El pacto se documenta todos los días. Carreras no es panista, es Calderonista. El frente nacional es también una bomba letal para el gobernador que trata de salvarse con la llegada de Margarita Zavala a los Pinos. El frente tampoco la favorece, porque lo construyó su enemigo, Ricardo Anaya. Está claro que buscan ganar la presidencia, pero no quién será el candidato.

-¿Le preocupa a Gallardo y Carreras la irrupción del diputado federal Xavier Nava?

-Soy muy escéptico de lo que hace Nava. Es diputado federal gracias a Gallardo. No mienten los seguidores del alcalde cuando lo mencionan. Nava ha tratado de montarse de manera oportunista en las coyunturas nacionales y movimientos cívicos para crecer en lo político. El proyecto político de Nava se incuba en el gobierno estatal. Se le ocurrió a Carreras para tener una quinta columna en el PAN, donde algunos activistas trataron de hacerlo candidato y les gusta celebrar en público que es un gran gobernador. A Nava no le ayuda tratar de usufructuar el apellido de su abuelo, Salvador Nava Martínez. Pero no se compromete en los hechos con las conductas de su familiar. Se comporta como un hombre que pertenece a la cultura y clase política que impulsó a Carreras.

-¿A Gallardo le conviene más reelegirse o buscar otro escaño?

-Su problema es que para el 2018, el frente nacional le impide jugar las cartas del senado y las diputaciones federales como lo hizo en el 2015, donde puso al que le dio la gana. Incluso Xavier Nava. También negoció con el ex candidato a gobernador del PRD, Fernando Pérez Espinosa otras posiciones. Las senadurías y diputaciones federales se van a decidir en el centro. Gallardo sólo tendrá incidencia en las alcaldías y curules locales. Va a continuar en la alcaldía para mantenerse posicionado en la carrera por la gubernatura. Los cargos federales se van a someter a los arreglos que tengan el PAN y PRD a nivel nacional. Pueden decidir que las posiciones que ya tienen en cada estado, se mantengan. Por ejemplo, si el PAN ganó la senaduría, pongan los candidatos. Y dónde triunfó el PRI, ubiquen al que logró el segundo lugar. Por lógica, en San Luis los candidatos al senado los empujaría el PAN. Los mismos Gallardo han dicho que las siglas del PRD les pertenecen.

-Existen evidencias de que el PRI volverá a utilizar a los Gallardo en las elecciones del 2018, para tratar de conservar la presidencia de la república. A cambio, los podrían compensar con todos los ayuntamientos de la zona centro de la entidad.

-Es un escenario factible siempre y cuando el PRI se mantenga cerca en la competencia con el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Ponerlos como moneda de cambio, disculparlos en observaciones de carácter fiscal, financiero y legales en los municipios de la capital y Soledad. Me parece que es un cuadro que no se dará. El PRI se va a desplomar al tercer lugar electoral. En un momento de competencia entre López Obrador y el candidato del frente, el PRI tendrá que optar entre permitir la llegada del Peje o negociar con el frente. Quedarse con la alternativa más conveniente. En los acuerdos cupulares, no tienen valor otras negociaciones con los Gallardo. Otra vertiente es sopesar cuánto vale el apoyo de los Gallardo para López Obrador en San Luis. He advertido que pueden brincar a Morena. Es una posibilidad cada vez más tangible, en la medida que no tengan la opción de imponer su real voluntad. Están acostumbrados a tomar todas las decisiones. Ahora con el frente, habrán de incidir el PRD y PAN, al que detestan. Pero si el gobierno logra desinflar al frente, hacerlo poco competitivo y el PRI se quedara en la competencia contra Morena, por supuesto que el PRI sería la primera alternativa de los Gallardo para negociar. Lo que hacen es aumentar las expectativas de las apuestas, como si estuvieran en Las Vegas. Pero construyen un bosquejo donde no contemplan tales variables. Presumen que son imbatibles en lo electoral. Juegan a imponer el blof de que nadie les puede ganar. Y lo que suponen es una realidad consumada. Es la base de su propaganda. La soberbia en política es mala consejera. Hay que considerar todas las opciones.

“Un ejemplo concreto fueron los recientes sismos. Poco tiempo antes, el escenario político era otro. Las emociones de la gente respecto a la política son diferentes. Pasaron del encabronamiento contra el presidente Peña a otro momento de sentirse orgullosos de ser mexicanos y solidarios. El repartir despensas y garrafones de agua no asegura una base electoral. Puede dar mejores condiciones, pero en política sucede lo inesperado. Además los Gallardo tienen un desgaste natural en el ejercicio del gobierno. Ganaron con una diferencia muy alta, poro con una cantidad de votos muy baja. Ha habido alcaldes del PAN que se han colado con el doble de los votos que sacó Gallardo Juárez. En los comicios donde se impuso, salieron pocos potosinos a votar. Había un desencanto reciente de dos pésimos ex alcaldes del PRI, Victoria Labastida y Mario García. ¿Qué pasa si hubiera un escenario donde surge un candidato de otro partido que congregara altas simpatías, por ser creíble, carismático, polémico, que no aparece en los reflectores? Y que jalara la misma cantidad de sufragios, similar al 2012. Y meta en conflictos el apoyo clientelar de Gallardo. No sabemos cuántos votos duros tenga. Tal vez 10 mil. Y con la alcaldía los incrementó al doble. Con 20 mil no gana la capital, se necesitan 115 mil. Se impuso porque canalizó el hartazgo hacia el PRI, no porque tuviera una amplia base. Ahora hay que analizar si tiene en contra el hartazgo de la ciudadanía. Gallardo va a mantener el pacto con Carreras hasta que le sea rentable”.

“Carreras es un sujeto miedoso en el ejercicio del poder. No ha podido cambiar al secretario de seguridad pública, Arturo Gutiérrez. Antes del primer informe, anunció que iba a remover funcionarios. Está consignado en los diarios. Pero no tomó ninguna decisión. Hace algunos días, el secretario de gobierno, Alejandro Leal Tovías, adelantó que habría cambios en seguridad pública después del informe. Pero luego Carreras lo desmintió. Es un personaje preso de sus propias incertidumbres. No puede gobernar en su gobierno”.

-Toranzo, con todas sus ineptitudes, le impuso a su ex jefe Marcelo de los Santos, sanciones multimillonarias, históricas. ¿No pasará lo mismo con Carreras respecto a Toranzo, que lo tuvo como secretario del ramo educativo?

-Carreras ha cobijado a los principales cuadros de Toranzo, al que le guarda gratitud, como Fernando Chávez, al que hizo coordinador de los diputados locales. También le entregó una curul a la ex directora de Atención a Víctimas, Marta Orta. Al ex secretario de gobierno, Cándido Ochoa, lo impulsó para diputado federal. Fueron compañeros de gabinete de Carreras. Aunque Ochoa es una amenaza latente, prefiere pactar. No le vimos ninguna exigencia pública respecto a Toranzo. Sigue sometido al galeno, actúa como su empleado.

-¡Otra vez le ganarán a Carreras las principales posiciones electorales, las distintas corrientes que lo impulsaron?

-Es probable que ocurra, lo que ya se registra en el PRI estatal, donde puso como dirigente a Martín Juárez, que no ha trascendido. Y como no hay elecciones internas, se impone el dedazo. Tampoco tomará decisiones y aceptará que le impongan cuadros y candidaturas. Lo otro es ¿a quién puede proponer como candidatos si carece de equipo?. Tal vez busque posiciones para el oficial mayor, Elías Pecina y la presidenta estatal del DIF, Lorena Valle. La corriente de Carreras se agota en el DIF y la Oficialía Mayor.

-¿Puede dar un golpe de timón en los cuatro años que le restan?

-Los antecedentes dicen que no. Es factible que la crisis se haga más grande. Ojalá ocurra un milagro y recupere el control de su gobierno. Se sacuda los intereses y cadenas que arrastra. El senador Teófilo Torres Corzo le impuso medio equipo. Los grupos políticos dentro del gabinete están en pugna. Debe releer su discurso de la toma de posesión. Y suponga que es verdad lo que dijo. No era demagogia del PRI y sí un compromiso ético, emplazado con la ciudadanía a cumplirlo. Si actuara en consecuencia, sería capaz de tomar otras decisiones y hay tiempo suficiente. Le puede servir para tener un gobierno positivo y evitar que se vuelva el mandatario más detestado de la historia. Creímos que después de Toranzo, no habría otro peor, era imposible. Ahora se constata que Carreras lo puede superar. Es el incentivo que debe moverlo, recuperar la gobernabilidad. O terminará avasallado por fuerzas ambiciosas, tan poco controladas, poco respetuosas de la ley. También imaginé que iba a despertar el hombre opacado, que podría amanecer como un tirano, lo que se nota complicado.

-Algunos colaboradores cercanos a Carreras mencionan que cuando llegaron, ya estaba todo repartido, por lo que tienen poco margen de maniobra. Pero a la mitad del sexenio, ahora sí podrá imponer sus alcaldes, diputados locales y senadores. Entonces si tomará las riendas para demostrar quién es en realidad el doctor en derecho.

-¿Entonces tres años los cobrará gratis?. ¿Significa que los tres años serán un simulacro?. Le tengo malas noticias. El tercer año puede ser el comienzo del fin de los gobiernos. Inicia el declive. El primero y segundo, son de empoderamiento, loas y celebraciones. Lo que viene después puede ser un martirologio. En la teoría, estaba llamado a realizar un papel decoroso. Cargaba las credenciales académicas, políticas y personales. Siempre supuse que no estaba hecho para gobernar. Sus cualidades personales languidecen frente a su incapacidad para decidir. Nunca lo apoyé. Cuando tomó posesión, le hice una carta pública, donde le dije que esperaba equivocarme. Y entonces, reconocer que fue capaz de hacer lo que la gente esperó.

 

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