México y las olimpiadas: otro golpe
20 septiembre, 20168:23 pmAutor: Alejandro Zapata PerogordoColaboradores
El deporte es un tema que nos une como mexicanos, somos aficionados a muchas disciplinas, nos enorgullecemos de nuestros atletas y somos apasionados en las competencias donde participan connacionales representando al querido paÃs, prestos a apoyar con porras y palabras de aliento. En ese plano no existen diferencias, es un indiscutible punto de cohesión, se trata de un positivo y mexicanÃsimo estado de ánimo. Sin distingos eleva la alegrÃa y dejamos atrás las divergencias, por un rato nos olvidamos de los problemas y damos rienda suelta al orgullo nacional.
Paradójicamente ante los resultados obtenidos en las olimpiadas de RÃo de Janeiro, que rayan en el fracaso, ocasiona que el estado de ánimo se caiga por los suelos. Si bien es cierto que México nunca ha estado entre los primeros lugares del medallero, pero tampoco en los últimos como ahora, de alguna u otra manera siempre nos hemos defendido, sobre todo en algunas variantes donde el nivel de competencia de nuestros atletas, pese a los pocos o nulos apoyos, nos colocaba entre los mejores del mundo. El éxito de nuestros competidores se irradiaba a todo el paÃs, sin embargo, la triste realidad produce su efecto: el desánimo se hace presente, la nostalgia de ayeres más alegres en esas lides nos agobia y pasado el momento de distracción, regresar a lo que tenemos, el paÃs y sus circunstancias.
La distribución de culpas se encuentra en apogeo, ya inclusive el lÃder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, manifestó que llamará a cuentas al presidente de la Comisión Nacional del Deporte, Alfredo Castillo, mientras que el dirigente del PAN, Ricardo Anaya, señaló que es un reflejo de la corrupción que se vive en el paÃs. En fin, los reproches y enconos simplemente dejan entrever dos aspectos. El primero corrobora el fracaso de México en los Juegos OlÃmpicos y el segundo, la situación que vive el paÃs, que continúa atravesando por una etapa crÃtica en todos sentidos.
El dilema ahora es ¿buscar culpables o ver hacia adelante?. En principio deslindar responsabilidades es un ejercicio obligado, pues es la forma de realizar una labor de crÃtica y autocrÃtica que se requiere para corregir los errores y aprender de las experiencias, algo queda claro, la renuncia de Alfredo Castillo y su equipo es lo menos que se puede esperar. Un punto toral es evitar que en el futuro tengamos un tropiezo similar y, para ello se tiene que trabajar desde ahora, con criterios especÃficos, personas capacitadas, infraestructura adecuada y la necesaria disciplina. Me atreverÃa inclusive a decir, más trabajo y menos grilla.
No estoy seguro de que lo ocurrido en Brasil sea un reflejo de lo que pasa en México, no obstante los resultados nos tomaron por sorpresa, nos asestaron otro golpe para el que no estábamos preparados, influyendo en nuestro estado de ánimo, eso simplemente hace que surja el enorme deseo de que todo cambien, para mejorar.
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