“Creo igualmente que nosotros representamos el esfuerzo que hemos hecho antes, ya sea en esta existencia o en nuestras vidas pasadas, pues estoy firmemente convencido de que nuestro espíritu evoluciona, pasando a través de innumerables envolturas carnales.� Francisco Indalecio Madero

Francisco Ignacio Madero, el nombrado “Apóstol de la Revolución� o “El presidente Pingüica� para sus enemigos, nació el 30 de octubre de 1873, en la Hacienda del Rosario, en Parras, Coahuila. Perteneció a una de las familias mas adineradas del norte de México, lo que le permitió viajar alrededor del mudo y estudiar en las mejores escuelas.

A los 13 años fue enviado a Estados Unidos, donde estudió en el Saint-Mary’s College, donde recibe la noticia que lo marcaría de por vida, la trágica muerte de su hermano Raúl Madero, quien falleció quemado de manera accidental con una lámpara de petróleo. Madero nunca pudo superar la pérdida. Fue a partir de entonces que comenzó a percibir a su hermano como un espíritu protector o una especie de ángel guardian. Se dice que el suceso fue lo que lo incentivó a adentrarse al mundo de lo místico.

Madero continúa sus estudios en Francia y hacia 1891, el acontecimiento que más trascendencia tuvo en su vida, tal y como lo menciona en sus memorias, fue que llegaran de manera casual a sus manos, algunos números de la revista “Revue Spirite� fundada por Allán Kardec y de la cual su padre era suscriptor. Fue cuando dedicó a leer todas las publicaciones de la doctrina. Se consideró a sí mismo, desde entonces, espírita. Termina su legado académico en la Escuela de Altos Estudios Comerciales en París y continúa sus estudios universitarios en Berkeley. Es cuando conoce a Sara Pérez, su futura esposa.

En 1896, se introduce en los estudios de homeopatía de manera incidental. Se convenció del método, lo propagó y pudo ejercerlo durante la enfermedad por tifoidea de su madre. Sin embargo, había quedado tan impresionado con el espiritismo, que decide ponerlo en práctica cuando su hermano Manuel Madero se encontraba enfermo de fiebre y en variadas ocasiones, asiste también a círculos espiritistas. Se da cuenta que las comunicaciones de ultratumba, traen consigo sentencias trascendentales.

Desarrolló la facultad al grado de poder escribir los mensajes de los fallecidos con gran facilidad. Las comunicaciones que recibía eran filosóficas y morales, pero también dedicados a la causa política, en la que ya se había involucrado.

El espiritismo inspiró la carrera política de Francisco Indalecio Madero, tres almas lo alentaron a luchar por la democracia y salvar a la patria, ya que era el elegido. Benito Juárez, un espíritu de nombre José y Raúl su hermano.

Defendió la causa del pueblo, sus derechos y la justicia social, durante algún tiempo escribió en el diario “El Demócrata�, donde dejó ver sus opiniones sobre el sufragio y la libertad. Escribió el libro “La sucesión presidencial�, en el que criticó la dictadura porfirista. Propuso un gobierno basado en la democracia. Y es de su libro, donde también surge la idea del Partido Democrático, al frente del cual logró que el pueblo se levantara en armas, peleó contra el régimen y logró el poder en 1910.

Cuando asumió la presidencia de la república, Madero, como médium escribiente, a través de sesiones espiritistas en las que lograba entrar en trance y comunicarse con los muertos, quienes le dictaban lo que querían decirle, basaba muchas de sus estrategias y campañas militares en tales prácticas.

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