Las trampas del poder

12 abril, 20191:23 amAutor: Ãngel Castillo TorresAguijones

Gabino Morales, el súper delegado y consentido de Andrés Manuel López Obrador ha cometido un terrible error al convertir su fiesta de cumpleaños en un acto político en el que se reciclaron las más desprestigiadas prácticas del viejo régimen.
Una incongruencia imperdonable. Una traición al Código de Ética de los Servidores de la Nación que están luchando esforzadamente para lograr la Cuarta Transformación de México.
Fue un festejo de excesos y despilfarro que contradice la austeridad republicana que pregona el presidente de la república.
Un jolgorio en el que el estilo cortesano de hacer política se entronizó. Un fandango en el que el culto a la personalidad subyugó a los presentes, como en las mejores épocas de la Presidencia Imperial.


Es indiscutible que el poder saca a la superficie lo mejor y lo peor de los seres humanos. Aturde a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos.
En la celebración de su cumpleaños Gabino se regocijó en el besamanos; se dejó querer; gozó del placer que proporciona la adulación interesada.


El súper delegado consintió que su ego se elevara a los cielos en cada reverencia y lisonja que le obsequiaron los cortesanos de siempre. Esos que andan a acecho de cualquier oportunidad de escalar en los laberintos del poder.
Los que buscan hacer jugosos negocios, conseguir chamba o una futura candidatura.

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