Gabino Morales le tiende la cama a López Obrador

13 junio, 20198:14 pmAutor: Juan Pablo MorenoAguijones

El indomable dirigente opositor del magisterio potosino, Felipe de Jesús Cervantes Pérez, filtró que el responsable de ubicar al estigmatizado legislador federal independiente, Ricardo Gallardo Cardona, al lado del ejecutivo Andrés Manuel López Obrador, en su última visita a San Luis, fue el super delegado, Gabino Morales Mendoza, con lo que le generó un nuevo descalabro al hombre que busca transformar al país desde la médula. Si el tabasqueño corrió del gabinete a la ex secretaria del medio ambiente, Josefa González, por retrasar un vuelo comercial, desde cuando debió deshacerse también, con una patada en el trasero, del conflictivo e ineficiente funcionario local, que le ha generado, desde antes de asumir el cargo, pleitos y descalabros públicos.

Lo han tildado de aviador en Azcapotzalco, donde le dio un trato despótico a los trabajadores. Es el sembrador de la cizaña en el congreso local, con lo que ha impedido que Morena articule una bancada homogénea, propositiva y de contrapeso. También ha mal aconsejado a los diputados, que se niegan a reducir el salario y ganan hasta tres veces más que el presidente, que pregona una moral juarista, republicana. Aunque el tabasqueño ha recomendado no mezclar lo administrativo con la grilla, Morales, con tintes de cacique huachichil, prematuro, busca desbancar de la dirigencia de Morena a su otrora mecenas, Sergio Serrano, con un golpe de mano, para colocarse, antes que nadie, en la alocada búsqueda de la gubernatura.

Todas las visitas de López Obrador a la entidad, como mandatario, han tenido como sustrato el escándalo, la confrontación con sus interlocutores, la rechifla, el escarnio. Y el creador de sus tropiezos es uno y único, Gabino Morales, tildado de misógino, acosador sexual, violación, derrochador, cismático, desleal, inepto. Calculador, con una estrategia a la defensiva, López optó ya no tener cercas a su delfín en su visita a la capital hace pocos días. Otra vez lo saboteó su subalterno al colar al estrado, al vilipendiado ex edil de Soledad, Ricardo Gallardo Cardona, que junto con su padre, Ricardo Gallardo Juárez, le jugaron en contra, ya que se sumaron a la campaña del panista Ricardo Anaya Cortés, que lo atacó sin piedad en la etapa proselitista. Sin importarle los múltiples agravios que el oscuro dueto le ha infringido a su jefe, Morales paga con el golpe bajo de la traición.

El profesor Cervantes deja abierta la alternativa de que Gallardo Cardona pudo centavear a Morales para ocupar un lugar de privilegio a pocos metros del presidente de la república, del que busca, cínico, lo convierta en sucesor de Juan Manuel Carreras con las siglas de Morena. Pero el controlador absoluto de las decisiones de Morales, es el ex diputado local y ex presidente del PRI estatal, Jorge Arreola Sánchez, que ya le endilgó a toda la familia en la estructura burocrática. Y busca con denuedo, hacer alcalde de Soledad a su hija, Paola Arreoa. O en su defecto, colarse a sí mismo. Desde las sombras, el Ayatola de Morales le dicta órdenes, que acata sin reparo. Aunque en la embestida pisotee a López Obrador.

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