La carrera por la gubernatura. El reto de Morena en San Luis
19 septiembre, 20259:47 pmAutor: Felipe de Jesús Cervantes PérezCapital Noticias Opinion
Todo puede pasar. Previo al 2021, nadie podÃa imaginar que Mónica Liliana Rangel serÃa la abanderada del partido guinda y romper la alianza con la familia Gallardo, una priista de cepa con mala fama. Cuando aún no se daban las definiciones, las encuestas concedÃan al partido Morena el mayor porcentaje de aceptaciones.
El futuro del gobierno se empezó a escribir dos años antes, cuando Ricardo Gallardo Cardona y Héctor Serrano Cortés, eran diputados federales y Mario Delgado fungÃa como coordinador de los morenistas. Sin la mayorÃa calificada, tenÃa la tarea de sacar adelante las reformas constitucionales impulsadas por López Obrador.
La bancada del PRD contaba con 19 diputados y Gallardo era su coordinador. Quedaron con 10, pues Gallardo y Serrano se llevaron otros siete, como Mauricio Toledo, hoy fugado en Chile.
Gallardo dejó al PRD, porque los tiempos de dios son perfectos y se declararon diputados independientes. Con el tiempo algunos se pasaron al Verde y otros al PT.
A cambio de traicionar a los amarillos, recibieron la promesa de hacerse del gobierno de San Luis PotosÃ, aspiraciones truncadas para Gallardo en 2015, cuando fue encarcelado. Gallardo y Serrano, con todo el séquito de ambos, gozan desde el 2021, el fruto del acuerdo, despachan como sultanes en los poderes ejecutivo y legislativo.
La gubernatura potosina, pues, se definió 2 años antes, al contar con el rechazo de gran parte de militantes y simpatizantes guindas. Igual pasa ahora con la descarada campaña adelantada de la senadora Ruth González.
Las encuestas, como en el pasado inmediato, ponen a Morena en primer lugar sin candidato definido. El rechazo guinda a los Gallardo sigue, pero ya no hay compromiso polÃtico. Ni la dirigente nacional Luisa MarÃa Alcalde es Mario Delgado, ni Sheinbaum Pardo es AMLO. Con Mario Delgado hubo ruptura local, contra acuerdo nacional. Con Alcalde, hay cisma sin acuerdo.
La soberbia del gobernador le ha construido mayores animadversiones en la cúpula de Morena, sin contar que Héctor Serrano, como Mauricio Toledo, son verdaderos impresentables para la presidenta a quien confrontaron de manera violenta durante la campaña de 2018 por la Ciudad de México.
Ver a Héctor Serrano posicionado en San Luis PotosÃ, no debe causar gracia alguna a la presidenta. El proceso por la senadurÃa mostró que el gobernador no es de fiar. A pesar que acompañó a la aspirante morenista Rita Ozalia RodrÃguez, con su alfil Ignacio Segura, operaron para desbarrancarla y dejarla fuera del senado.
Azuzaron las huestes contra los morenistas en actos públicos, aún frente a la propia doctora Sheinbaum. El desprecio del ensoberbecido Gallardo alcanzó a dejarlo mal parado con las dos mujeres más poderosas del gobierno: la presidenta y la secretaria de gobernación, Rosa Icela RodrÃguez, agraviada por ser hermana de la derrotada Rita Ozalia RodrÃguez.
Durante la campaña de las fichas de Morena, fue notorio, para quien supo verlo, el disimulado respaldo de Gallardo para el senador Adán Augusto López y Rosa Icela RodrÃguez no es Adán Augusto López.
El Verde Ecologista se cuece aparte. Obtuvo su primera gubernatura en Chiapas y al terminarse el sexenio, prestaron sus siglas como franquicia a Ricardo Gallardo en un convenio de mutuo interés. Pero no son suicidas.
Si algo han aprendido es lo rentable que resulta estar vinculados con el de arriba. Ahora es la de mero arriba. El desencuentro del Verde nacional con Morena toca la circunstancia de Tamaulipas, pero no de San Luis PotosÃ. Creo que no habrá ruptura entre el Partido Verde y Morena, al menos, no en la tierra tunera, donde Zacatecas y Guerrero serán posibles moneda de cambio para los verdes, que pueden retirar la franquicia a Gallardo, para apoyar a la propuesta guinda en San Luis. Hay señales.
El 1 de septiembre, durante el primer informe presidencial, Gallardo aprovechó para tomarse la foto con los dos gobernadores del PRI, Coahuila y Durango, con el de Movimiento Ciudadano, Nuevo León y con una panista, dos de Morena, Sinaloa y Baja California, completaban el cuadro.
El 2 de septiembre la presidenta publicó una fotografÃa con gobernadores del paÃs. Comentó que habÃan acordado fortalecer las coordinaciones para disminuir los delitos en el paÃs, además de agradecerles su apoyo y asistencia al Primer Informe de Gobierno y al Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Ricardo Gallardo no fue invitado a la fotografÃa en las escalinatas de Palacio. En su lugar, manejó placas de una cita con Mario Delgado. Su antiguo aliado le servÃa como distractor y excusa.
El pasado 3 de septiembre, el ejecutivo publicó en redes: “si supieras toda la magia que te espera adelante, no te dolerÃa tanto dejar atrás lo que ya no funcionaâ€.
Después de tales desaires, el 8 de septiembre, ratificó sus declaraciones de finales de junio, en las que no descarta una posible alianza con MC, PAN y PRI, pues de no concretarse con el PT y Morena, no se quedarÃa de brazos cruzados. Resaltó que aglutina un movimiento, que no es partido polÃtico y que funcionó con el PRD y mejor con el Verde Ecologista.
Presumió, “la canción que nos pongan, la misma que bailamosâ€. Si Gallardo no se doblega frente a Morena, la estrategia consistirá en buscar que el Verde le retire la franquicia, a cambio de otra entidad y respaldar a Morena.
Por lo visto, la maniobra está en camino, con una campaña de medios informativos, para pegarle al gobernador y, de ser necesario, queda la alternativa de desempolvar antiguos expedientes o sacar nuevos para ajusticiarlo.
En medio del torbellino, Gallardo redobla el paso para vender caro un posible acuerdo electoral, que lo incluya o vender cara la derrota, si va en rebeldÃa. Sobre las posibles opciones de Morena para abanderar la alianza, se ha mencionado a las hermanas RodrÃguez Velázquez, en tal orden.
Los que imaginan creen que la secretaria de gobernación no cambiarÃa lo más por lo menos, deben considerar el futurismo presidencial con miras al 2030.
AMLO tuvo en gobernación a la ex ministra Olga Sánchez Cordero y la sustituyó con Adán Augusto López, que a la postre le sirvió durante la contienda de las corcholatas.
La presidenta Sheinbaum conservarÃa a Rosa Icela RodrÃguez si la considera carta fuerte para la silla presidencial del 2030, pero Martà Batres o GarcÃa Harfuch, tienen mayores posibilidades. Alguno serÃa llamado a gobernación y en tal supuesto, Rosa Icela RodrÃguez llegarÃa como candidata de Morena. Siempre y cuando a Gallardo lo anularan antes, pues no correrÃan el riesgo de una derrota. Se mostrarÃa debilidad presidencial, que un gobernador le ganara a la presidenta, representada por su hoy brazo derecho, la secretaria de gobernación o su hermana. Impensable, se abrirÃa el abanico.
Si la lucha contra Gallardo, acompañado o no por el Verde, entraña el mÃnimo riesgo, entonces cualquier escenario puede suceder. LlevarÃan de candidato a alguien que, de perder, no implicara una derrota directa de la presidenta. Con semejantes intenciones, el alcalde Enrique Galindo, estarÃa más que apuntado. No en balde ya tiene equipos de trabajo activos para buscar la gubernatura por Morena. Mónica Liliana Rangel fue candidata para perder. Galindo serÃa para disputar en serio y ganar, sin el riesgo de que una derrota resultara fatal para la doctora Sheinbaum.
Las primeras gubernaturas ganadas, con AMLO, como dirigente de la izquierda, fueron con abanderados de reciente filiaciones priistas que invitó. En 1998 Leonel Cota Montaño ganó Baja California Sur, pero recién habÃa sido presidente municipal por el PRI. Alfonso Sánchez Anaya, en Tlaxcala, era diputado federal por el PRI de 1994 a 1997 y para 1998 gana la gubernatura por el PRD, PT y Verde Ecologista.
En Zacatecas, Ricardo Monreal Ãvila era diputado federal en 1997 por el PRI y para el año siguiente llega a la gubernatura por el PRD. Tres gubernaturas ganadas por AMLO en 1988, con ex priistas sumados a su causa. Al dÃa de hoy, 11 de 24 gobernadores antier eran priistas, según señaló el censurado primer dirigente de Morena en la Ciudad de México, Eduardo Cervantes. Con Galindo serÃan 12. Por docena es más barato, dicen.
Y como en los trances pesa mucho lo afectivo, alguien que ha sabido acercarse al ánimo de la secretaria Rosa Icela RodrÃguez es el experimentado Juan Ramiro Robledo, quien verÃa crecer sus probabilidades en caso que Galindo, al vislumbrar un escenario de tercios, se enrolara como candidato del PRIAN.
Priista destacado, Robledo renunció al tricolor y fue diputado local en 2003. Hizo mancuerna con el navista Eduardo MartÃnez Benavente, ambos por el PRD y por cortesÃa de López Obrador.
En el 2009, arropado por el tabasqueño, fue candidato del PRD, PT, Convergencia y Conciencia Popular a la gubernatura, para enfrentar al panista Marcelo de los Santos, con el PRI de Sánchez Unzueta, que también operó a favor del panista.
En el 2021, fue palomeado por AMLO para ser diputado federal plurinominal y presidente de la cartera de puntos constitucionales, lo que le llevó a ser odiado por la derecha potosina, al haber desempeñado un papel de primer nivel en las reformas del ex presidente, en particular, las desapariciones de los organismos autónomos y en la reforma al poder judicial.
Las cartas credenciales, en contraste, lo tienen en los cuernos de la luna y en los afectos de la secretaria Rosa Icela RodrÃguez y de la propia presidenta Sheinbaum. Durante la campaña presidencial de la ambientalista, fue delegado polÃtico en el estado de Puebla y, al triunfo, es nombrado como Titular de la Unidad de Enlace de la SecretarÃa de Gobernación. Cerca, cerquita, de la propia Rosa Icela RodrÃguez Velázquez.
El reto de Morena es buscar la mayor unidad posible y aprender del pasado reciente.
La dolorosa derrota de la dirigente estatal Rita Ozalia RodrÃguez al buscar la senadurÃa, corrió a cargo de varios actores.
Los externos están identificados, el propio gobernador Gallardo y su amigo de pala, exportado de la Ciudad de México, Héctor Serrano. Y los actores internos apenas disimulados.
A pesar que al ex delegado del bienestar, Gabino Morales, le concedieron la curul federal plurinominal, fue evidente que su equipo trabajó a favor de Ruth González.
Aún hoy dÃa, los perfiles identificados con Gabino Morales usan las redes para criticar, algunos de manera velada y otros de forma abierta, a la dirigencia estatal de Morena, en particular a la presidenta Rita Ozalia RodrÃguez, por su parentesco con la secretaria de gobernación.
A la ruptura de Gabino Morales con Guillermo Morales, actual delegado del bienestar, los afines al primero, le ataron las manos al segundo, para imposibilitar que la estructura de los “Servidores de la Naciónâ€, pudiera apoyar a Rita Ozalia RodrÃguez, en tanto la estructura aceitada que habÃa dirigido el ex secretario de desarrollo social, Ignacio Segura, actuaba en completa libertad en favor de Ruth González.
Desataron la guerra al interior y algunos de sus más visibles operadores, fueron despedidos de la SecretarÃa del Bienestar y sus denuncias encontraron amplio eco en los medios afines al gobernador y los afines al PRIAN o malquerientes de la 4T.
Pesó mucho perder la senadurÃa, provocaron la necesidad de negociar con los Yúnez. Con AMLO, el poder polÃtico recayó, contra viento y marea, en Gabino Morales.
Con la entrega del bastón de mando a la hoy presidenta Claudia Sheinbaum, se alteró el centro del poder, para asumirlo la actual presidenta estatal, Rita Ozalia RodrÃguez Velázquez.
No todos lograron verlo y, de quienes lo hicieron, algunos se han resistido a aceptar su nuevo rol en el esquema morenista, al enfrentar de manera ingenua y temeraria, al poder central.
Es el caso local, los afines al antes todo poderoso Gabino Morales no se resignan. Los golpes bajos en contra de la dirigente Rita Ozalia RodrÃguez provienen del ala en su propio partido.
Más allá de las crÃticas al proceso interno para elegir al comité estatal, el dÃa de hoy se viven mejores procesos organizativos en el partido Morena. Los dos dirigentes, José Grimaldo y Rita RodrÃguez, han coincidido en su rechazo a una alianza con la familia Gallardo.
El reto entonces para el 2027, es mayúsculo, visto el esquema de control clientelar desarrollado por grupo del gobernador. La dirigente Rita Ozalia RodrÃguez se desenvuelve entre dos fuegos. El del lado aliado del gobernador y el del grupo de Gabino Morales. Pero no son los únicos. Voceros de desertores de Morena, se dedican a golpear en redes tanto a Rosa Icela RodrÃguez como a la hermana.
Buscan respaldar su propia opción. La oportunidad de que Morena gane la gubernatura de San Luis PotosÃ, es apostar a la unidad. Y todo mundo habla de alcanzarla.
Por simple lógica, solo podrá lograrse al sumar esfuerzos, en los hechos, con la dirigencia actual. El trabajo de Rita Ozalia RodrÃguez y su comité, supera el de sus antecesores. Le ha dado un mayor dinamismo al seguir la ruta marcada por la dirigencia nacional. Acerca figuras antes opositoras al puro estilo de AMLO, dirigente partidista, ganador.
También, como lo hace ahora, al crear una estructura estatal fortalecida, como no se hizo en los dos comités anteriores.
Si al gobernador le doblan la mano, tendrán la alternativa de dar el salto a una propuesta de Morena que le resulte menos incómoda o peligrosa para su propia seguridad futura. Es dónde puede saltar la liebre menos esperada. Todo está por verse.



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