Aunque es el enemigo número uno de Morena y de la Cuarta Transformación, el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona tratará de imponer contra viento y marea, como candidato único del partido guinda a la alcaldía de la capital, al diputado local, Cuauhtli Badillo, su caballo de Troya para generar el cisma global.

Ya tapizó la avenida Himno Nacional con espectaculares donde exalta el desempeño legislativo de su obediente vasallo.

Cubrió los gastos del traslado a San Luis, del oportunista senador, Gerardo Fernández Noroña, que vino a hacerle “el caldo gordo� a Badillo, al que ubicó como un dechado de virtudes.

También sembró la cizaña de que Morena se mantendrá como aliado del Verde Ecologista y Partido del Trabajo en las elecciones del 2027. Minimizó los encontronazos que se dan entre los “hermanitos, Caín y Abel�.

No le importa que Gallardo use otra vez de tapete al ente que creó el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, para afianzar sus planes transexenales.

Como intimida y doblega a los dirigentes de todas las franquicias, lo cierto es que busca repetir el esquema que privó en el 2021, donde le pusieron de falsa opositora a la desprestigiada Mónica Rangel, que venció gracias al respaldo que logró del binomio integrado por los manejadores de la secretaría del bienestar, Leonel Serrato y Gabino Morales, que vuelve a insistir, entreguista, ponerse de nuevo como alfombra, para darle gusto al cacique de horca y cuchillo.

En caso de filtrar a Badillo como abanderado, el mandatario podrá colar como ganadores seguros de la presidencia municipal, a su cónyuge, la senadora Ruth González, en caso de que no se anime a postularla para que lo releve en el cargo, temeroso del rechazo colectivo, por encarnar el cínico nepotismo.

Otra variante sería reivindicar a su padre, el diputado federal, Ricardo Gallardo Juárez, quien no pudo reelegirse como edil, ya que lo batió de manera vergonzosa, su principal oponente, Xavier Nava Palacios.

Entonces quiere una revancha segura, con la certeza de que ganará con urnas repletas de votos, surgidos de un fraude de estado.

Para Gallardo Cardona, es vital tejer el engaño colectivo, dos años antes, a través de su patiño, Cuauhtli Badillo, el “morenista más verde�, que cree a pie juntillas, será el sucesor de Enrique Galindo Ceballos.

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