Fracking: Ni aquí, ni allá. Ni hoy, ni nunca.
6 agosto, 20185:33 pmAutor: Ángel Castillo TorresOpinion
Un peligroso enemigo del medio ambiente y la vida humana anda queriendo instalarse en la huasteca potosina. Es un demonio que puede acabar en pocos años con la tierra, agua y salud de nuestras comunidades. De llegar a obtener su carta de residencia afectaría aquella encantadora y exótica región de nuestro estado.
En todo el mundo se conoce a este depredador con el nombre de Fracking. Y es sabido que ahí donde logra sentar sus reales deja siempre un rastro de desolación y muerte.
El Fracking es un método de fracturación hidráulica del subsuelo para obtener hidrocarburos (gas y petróleo). Su utilización produce enorme contaminación de los acuíferos, daños irreversibles al medio ambiente y afectaciones severas a la salud de las personas. Violenta derechos humanos esenciales e impide, por tanto, gozar de condiciones de vida digna.
En varios países del mundo se ha utilizado este método de extracción de gas y petróleo. Pero en muchos otros está prohibido por sus efectos nocivos (España, Italia, Inglaterra, Suiza, Escocia Francia, Alemania).
Los defensores del medio ambiente han combatido y resistido la embestida de los gobiernos locales y empresas trasnacionales que buscan ganar millones de dólares utilizando el fracking para satisfacer la demanda de un voraz mercado de combustibles. También organizaciones de la sociedad civil, comunidades indígenas y la opinión pública se han movilizado para impedir su funcionamiento.
En San Luis Potosí desde hace tiempo se ha divulgado la versión de que en la huasteca hay gas y petróleo y que por lo mismo estaríamos por vivir una nueva era de esplendor propiciada por la industria de los hidrocarburos.
A raíz de esta noticia empezaron a aparecer en nuestro estado idólatras de la ganancia a costa de lo que sea. Estos siniestros mercaderes empezaron a vendernos el cuento de que ahora sí el progreso llegaría a la empobrecida huasteca. Habría trabajo para todos, dinero en los bolsillos y la economía de los pueblos y comunidades de aquella región se elevaría hasta los cielos.
Lo que no dijeron estos heraldos del imaginario progreso es que la utilización del fracking violenta derechos de pueblos y comunidades indígenas, viola tratados internacionales que protegen a los pueblos originales, afecta la salud de los habitantes en donde se asienta y su perniciosa actividad lesionaría el ecosistema de una de las mayores bellezas y reservas naturales con las que cuenta San Luis Potosí.
Tampoco imaginaron los promotores del fracking que el solo anuncio de que se iba a utilizar esta técnica provocaría la aparición de un movimiento de resistencia civil y comunitario que impediría su operación.
Por eso explotó la bomba en el primer intento que PEMEX hizo de realizar trabajos de exploración en la comunidad indígena de San Pedro, municipio de San Antonio, huasteca norte.
En efecto, el pasado 24 de julio nos enteramos que un numeroso contingente de indignados ciudadanos de aquel municipio se organizó para impedir los trabajos de la petrolera y denunciar el atropello que estaban sufriendo.
En su denuncia los habitantes de la comunidad de San Pedro relataron cómo aquella calurosa mañana de julio se observó una camioneta de PEMEX custodiada por un vehículo del ejército mexicano husmeando en sus parcelas. Todo ello sin el consentimiento de los propietarios.
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