
Nada ni nadie contiene a Gallardo Cardona
10 junio, 202510:32 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Destacada Municipios Noticias Opinion
Acostumbrado al despojo vil, a los asaltos en despoblado, el gobernador Ricardo Gallardo se imagina también el sucesor directo de los caciques de horca y cuchillo, Gonzalo Santos y Carlos Jonguitud.
Inspirado en la violenta doctrina de “echar chingazos en la capital aunque se encabrone el alcalde Enrique Galindoâ€, furtivo, con la prepotencia por delante, derrumbó unos modestos juegos infantiles y arrasó con maquinaria pesada, de su contratista predilecto, Óscar Compeán, un centenar de árboles en área colectiva de la colonia El Sauzalito, con el propósito de trazar lotes y luego casas, para obsequiarlas a sus ahijados, como parte del engranaje proselitista de entregarle la estafeta a su cónyuge, la senadora Ruth González Silva.
Empecinado en quitarle la bandera de las casas gratuitas a la presidenta Claudia Sheinbaum, Gallardo alardeó que por su cuenta, hará 30 mil viviendas para repartirlas entre sus votantes.
Nunca explicó de dónde obtendrá los fondos para edificarlas.
Al menos ya enseñó las tácticas gangsteriles de cómo obtendrá los terrenos para sus mezquinos propósitos.
En su último atraco, no le importó que sobre el parque que buscó expropiar sin consultar a los parroquianos, pasen cables de alto voltaje.
Cuando los ofendidos ciudadanos se dieron cuenta de sus negros propósitos, notificaron al ayuntamiento, que intervino para frenar otra de las impunes incursiones del mandatario, reacio a respetar los lÃmites geográficos y jurisdiccionales.
Enemigo de la naturaleza, antes taló inmisericorde, decenas de árboles en el parque Tangamanga uno. Un juez federal contuvo el ecocidio que generó en las ampliaciones del rÃo Santiago, donde implantó un récord mundial, al cobrar el kilómetro de concreto en más de 100 millones de pesos.
Gallardo tiene fama de quedarse con propiedades ajenas, por la fuerza, amenazas o compras fraudulentas.
A través de su cuñado, Juan Pascual Salinas, le quitó arbitrario, un lote urbano, al dueño legÃtimo, que defiende el litigante huasteco, Luis Fernando Leal Beltrán, quién ganó el pleito en tribunales. Ya determinó saturar las calles de la capital con policÃas de Soledad, bajo el pretexto de conseguir saldo blanco en la Feria Nacional Potosina.
El choque entre las fuerzas públicas es inminente. Si el doctor en gobernanza Enrique Galindo no puede contenerlo, debe solicitar auxilio al ejército.
Guarecerse bajo el manto de la presidenta Sheinbaum, para evitar un baño de sangre.
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