Los lienzos charros como negocios públicos, no funcionan, dice el experto Leobardo Aguilar

19 septiembre, 20249:41 pmAutor: Oralia Guzmán MendozaCapital Destacada Municipios Noticias Opinion

Aunque el gobernador Ricardo Gallardo presume que los rodeos charros son una gran fuente de ingresos, el ex candidato a la presidencia municipal de Rioverde, Leobardo Guerrero Martínez, sostiene lo contrario. Como practicante gran parte de su vida del deporte de la charrería a nivel amateur, afirma que las arenas, construidas con dinero público, no funcionan. No deben ser prioridades de los mandatos. La experiencia ha demostrado, a lo largo de los años, que los particulares, son los que subsisten y mejor funcionan. Aunque no son negocios rentables, por lo menos son autosuficientes, lo que sería imposible logar con los colectivos.

El ex contendiente a la alcaldía proviene de una familia que le gusta y practica la charrería desde hace más de medio siglo. Su padre, el doctor Juan Guerrero, fue uno los fundadores del más antiguo e icónico lienzo, “Las Alazanasâ€, que se construyó en el siglo 20. Permaneció activo durante 57 años. “En la zona media, no veo como indispensable, edificar más, pues el municipio de Rioverde cuenta con 7, de los cuales, 6 pertenecen a particulares y uno es público. Lo hizo en el parque Los Azahares, el ex gobernador, Juan Manuel Carreras, aunque permanece inactivo. Además el de La Guadalupana, en el conurbado y vecino municipio de Ciudad Fernándezâ€.

Los que se encuentran en Rioverde son el lienzo charro doctor Juan Guerrero, que vino a sustituir a “Las Alazanasâ€, que cerró sus puertas en el 2021. Pertenece a los hermanos, Juan de Dios, Rodrigo, Fabiola y Leobardo Guerrero Aguilar. Se ubica en la zona conocida como “Los Salitrillosâ€. En la misma zona se ubica el Tres Hermanos, de la familia Solís. En el Puente del Carmen, que es parte de la cabecera municipal, está el “Puente de la Cruzâ€, de la familia Nava Pina y el de los hermanos López, dedicados a la construcción. Rumbo Pastora, hay otro, de un profesor. Otro más se encuentra en la carretera a San Ciro, junto a balneario del Capulín. Es de una familia de migrantes que trabaja en Estados Unidos, amantes del jaripeo y las coleaderas.

“Desde mi experiencia, te puedo decir que los lienzos charros que mejor funcionan, son los particulares. No generan ninguna carga para nadie, son autosuficientes. Se mueven con los invitados y los inquilinos que llegan. Es gente que quiere aprender a montar a caballo o que les gusta la charrería. Lo que se practica es a nivel aficionado. No conozco un lienzo público que sea un éxito. Todos son particulares. Incluso, el mejor de la capital es el “Hermoso Cariñoâ€, que se atribuye a Gallardo Cardona.

Expuso que “Las Alazanasâ€, del que fue dueño de una parte su papá, Juan Guerrero, también se le conoció como el lienzo de los doctores, porque en 1963, se le sumaron los colegas Antonio Cardona, Admonio González y Juan Gaviño, junto con el litigante Idelfonso Turrubiartes, a quién le compraron el terreno. En 1964 realizaron la primera charreada inaugural, donde participaron las asociaciones regionales de Rioverde, Potosina de Charros y los Compadres de San Ciro.   

Con los años, el inmueble se volvió mancomunado, con los Guerrero y Cardona. En el 2021, por mutuo acuerdo, decidieron cerrarlo. Cada familia reclamó su parte. Otro motivo fue que ningún integrante de los Cardona practicaba la charrería, sólo los descendentes del doctor Guerrero, que siguen con la práctica del deporte nacional.

“La esencia es tener un profundo amor a las tradiciones, respeto para preservarlas y difundirlas. A diferencia de otras disciplinas, no se pueden introducir o incluir elementos modernos para su despliegue e indumentaria. Los accesorios que las conforman, tienen que apegarse a la costumbre. Como los moños. No se pueden incluir otros, sólo lo autorizados. Algunos elementos tienen que ser de ixtle, algodón y cuero. El calzado es especialâ€.  

“Para practicar la charrería, hay que tener pasión y paciencia, porque nunca ha sido un negocio. Es casi imposible que sea rentable. Para quienes nos gusta, con que sea auto financiable nos basta. No es como en el fútbol, si a alguien le gusta, lo practica y se hace entrenador. Con el tiempo, pone unas canchas que renta y son un gran incentivo. Con nosotros es diferente. Se subsiste al organizar torneos y se cobra la entrada, que se mira como una fuente de ingresosâ€.  

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