El cisma interno que vive del PAN, lo conduce de manera vertiginosa a una caída política, que tendrá repercusiones en el frente opositor que encabeza Xóchitl Gálvez Ruiz. Las candidaturas para el senado y alcaldías, se tejieron por intereses personales. La estructura del diputado federal Xavier Azuara Zúñiga, con la que ejercía un férreo control, se fracturó muy pronto. El político huasteco se quedó fuera de las diputaciones federales plurinominales, después de ocupar nueve años consecutivos una curul en el Congreso de la Unión. También se le esfumó la senaduría. Su hermano, el vocero de la fundación Somos Potosí y su aliado, el diputado local, Rubén Guajardo Barrera, quedaron fuera en sus aspiraciones a la alcaldía de la capital. No pudo hacer nada para impedir que el munícipe, Enrique Galindo Ceballos, busque reelegirse.
Sus alfiles, la dirigente estatal del partido, Verónica Rodríguez Hernández, busca ser diputada por el cuarto distrito. El legislador federal, José Antonio Zapata Meraz, pretende por segunda vez reelegirse. Pero no están firmes, ya que los impugnaron Santiago Zamanillo González Ramírez e Imelda Elizalde Martínez, que fueron excluidos de la contienda.
La ruptura vino después del segundo informe de gobierno de Galindo Ceballos. Los dirigentes nacionales del PAN, PRI y PRD, Marko Cortés Mendoza, Alejandro Moreno Cárdenas y Jesús Zambrano Grijalva, que asistieron a la ceremonia, manifestaron que el edil tenía su respaldo para volverse a postular o buscar una senaduría.
Después del acto protocolario, se juntaron los personajes. Galindo pidió tiempo, mientras definía si buscaba la curul federal. David Azuara, con el respaldo de Cortés, inició una campaña social a través del organismo Fundación Somos Potosí.
Galindo mantuvo las dos opciones, pero en el camino enterró a Azuara y al diputado local, Rubén Guajardo, que también aspiró a la alcaldía. Después de varias semanas, Galindo dijo que buscaría repetir en el cargo. Sopesó que no le ganaría a los alfiles del gobernador, Ignacio Segura y Ruth González. Tampoco pudo evitar que le quitara una gran cantidad de obras y lo despojó de incontables juntas de mejoras. En el trayecto, Galindo consiguió el respaldo de Rodríguez, que se zafó del control de Azuara, que buscó frenar las aspiraciones del doctor en gobernanza.
Impulsó una campaña interna, divulgó que el candidato del PAN sería un militante. Presionó a Rodríguez para que se sumara. La dirigente del municipal, Cristina Govea Soler, destapó a David Azuara, como el aspirante más competitivo. Por la sobresaliente labor y liderazgo de la fundación que encabeza. A la intriga se sumó Guajardo.
Con Rodríguez de su lado, a Galindo se le facilitó conseguir el respaldo del frente opositor y que el PRI decidiera al candidato a la alcaldía. Al verse desplazado, David Azuara, en la primera quincena de enero, declaró que estaba inmerso en sus labores humanistas. Los opositores del legislador federal, divulgaron que su hermano nunca alcanzaría los votos suficientes para ganar. Apenas serviría como pieza para negociar dinero y posiciones. El diputado amenazó con denunciar a sus detractores, por difamarlo y daño moral a su familia.
Guajardo se mantuvo firme. Manejó que se iba a someter con Galindo a varias encuestas. Una la realizaría el PAN. Otra una empresa. El que ganara sería el candidato. Cuando el PAN lo excluyó, amenazó con inscribirse a la contienda interna del PRI. Nombró como su asesor al litigante José Guadalupe Durón Santillán.
El ex comisionado de la policía federal no iba a arriesgar su futuro político. Operó con los dirigentes nacionales del PAN y PRI, para que en la convocatoria, se estableciera como requisito, que solo militantes podrían participar. Guajardo se quejó de que le cerraron las puertas.
Los descalabros contra Xavier Azuara no terminaron con el fracaso de su hermano. Su otrora incondicional, Verónica Rodríguez Hernández, se registró sin pedirle permiso ante la Comisión Nacional Permanente, como precandidata al senado. Su ex promotor trató de frenarla con la diputada local, Aranzazú Puente Bustindui y la regidora de la capital, María Eugenia Castro Anguiano. Tampoco la pudo obstaculizar con la empresaria Imelda Elizalde Martínez, que no cumplió con los requisitos.
Los tropiezos de Azuara continuaron. Intentó mantener en la curul federal a su ex tesorero del partido, José Antonio Zapata Meraz, cuando logró que la Comisión Nacional Permanente lo registrara como único candidato por el cuarto distrito. Quería que su testaferro completara 9 años consecutivos en el mismo cargo, donde ha tenido un desempeño mediocre. Pero se le cruzó el litigante Santiago Zamanillo, que obtuvo 21 votos y Zapata 12, de 33 integrantes.
El Consejo Empresarial Potosino impugnó el proceso interno de las candidaturas de Rodríguez y Zapata. Presentó un recurso ante el comité de justicia en México. En caso de sufrir un revés, Azuara buscará la dirigencia del partido para Zapata y volver a tejer desde el principio, su feroz cacicazgo.

Comments

comments