Las pugnas entre Ricardo Gallardo y Enrique Galindo, tienden a ser más violentas
6 mayo, 20255:32 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Destacada Municipios Noticias
Los constantes choques entre el gobernador Ricardo Gallardo y el alcalde Enrique Galindo, entraron en una etapa que se podrÃa complicar. Incluso generar revueltas civiles, con sus respectivos defensores encrespados, que sólo consiga apaciguar un máximo réferi, que someta a las partes en conflicto.
Pero podrÃa echarle más leña al fuego, si opta defender a uno de los querellantes, que alegarÃa en su defensa, la autonomÃa constitucional, para justificar un desempeño aberrante. La belicosa coyuntura debe motivar a los diputados, legislar en lo inmediato, para ayudar a delimitar, en lo jurÃdico y geográfico, las zonas donde tiene primacÃa el edil y las que corresponden, hasta por Ãndices de votaciones, al mandatario estatal, que ya carga de entrada, el fardo de atender las carencias de los restantes 58 ayuntamientos, donde el mismo Gallardo, arbitrario, para fines de negocios, les dijo tajante: “déjenme las obras más grandes y caras, para ejecutarlas con mis contratistas. Ustedes hagan las pequeñas y baratas como mejor se las ingenienâ€.
Otra forma para delimitar las áreas de desempeño, podrÃa ser el plan municipal o estatal de desarrollo. El que consigne los trabajos a efectuar, será el encargado de ejecutarlos, para evitar duplicidad de funciones, gastos y roces que crecen desmesurados. Parece que no ha se ha aprendido nada de las históricas reyertas que antes se dieron con los encontronazos suicidas entre el matador de dragones, Salvador Nava y el cacique magisterial, Carlos Jonguitud, empecinado en doblegarlo, por lo que cada rato, le retenÃa las participaciones de ley.
Lo que obligó al oftalmólogo a las protestas callejeras, para conseguir lo que le tocaba. Gallardo se ha jactado de imitar el estilo grotesco del ex dirigente magisterial, que en su momento, también le quitó el presupuesto a los alcaldes. Les hizo las obras que imaginó, más les convenÃan.
En la etapa imperial de Marcelo de los Santos, manejó como un pelele al munÃcipe Octavio Pedroza, al que hizo llorar en público, cuando lo obligó a repetir la entrega de unas motocicletas a la policÃa preventiva, por no estar presente en el primer acto protocolario.
En el sexenio del priista Fernando Silva Nieto, coincidió tres años con el panista Alejandro Zapata. Ambos tuvieron un encuentro privado para definir, de manera rupestre, cómo repartirse la capital. Concluyeron no estorbarse al ejecutar el mÃnimo esfuerzo.
Aplicaron el sentido común para establecer, que nadie iba a arruinar la “fiesta†del otro. Desde su arribo a la gubernatura, Gallardo se ha empecinado en enterrar al doctor en gobernanza, que se ha convertido en un molesto obstáculo a sus pretensiones transexenales.
Estoico, con miras a reelegirse, soportó las más infames zancadillas, por lo que solÃcito, se apresuraba a poner rápido las dos mejillas. Cuando consigue repetir en el cargo con casi 200 mil votos, también captó el enojo ascendente de su vecino, que no lo soporta como elusivo contrapeso.
Al inicio del segundo trienio, Galindo empezó a reaccionar. Ya sólo enseñó una mejilla para los trancazos sin respuesta. Ante las crecientes y soeces embestidas, optó esquivarlas. Y lo peor, defenderse de la escalada mediática nacional, donde el epicentro fue uno de sus hijos, que apareció en un escándalo de cantina.
Experto en combatir criminales peligrosos, Galindo amagó con subirse al ring de la lucha electoral, pero también responder a las rapaces agresiones. Hábil en el espionaje y desmantelar empresas fachadas, también guarda secretos letales de sus enemigos, envueltos en giros negros y delincuencia organizada. Ventilar historias ásperas en una encrucijada polÃtica, puede generar mayores confrontaciones, estirar heridas sangrantes, exaltar los odios sin curas. El ciudadano común y corriente, pagará las facturas.
En conferencia de prensa, Galindo dejó al descubierto que Gallardo no respeta el mÃnimo acuerdo de armonÃa. No le gusta la sana convivencia. Se filtró que el mandatario, podrÃa culpar al edil, haber diseñado el operativo policiaco para capturarlo, por órdenes del ex presidente Enrique Peña Nieto, para hacer gobernador a Juan Manuel Carreras, entre otros objetivos.
En diversas filas, todavÃa se especula, cuál hubiera sido el desenlace, si en el instante del arresto, el ahora titular de protección civil, Mauricio Ordaz, hubiera encabezado una respuesta armada, desesperado por defender a su jefe.
Es obvio que la historia tendrÃa otro rostro. Tampoco nadie le puede exigir a Galindo, una conducta monástica, bÃblica. Gallardo sabe que el habilidoso edil se puede colar ante un escenario de conflicto y ruptura en el Verde Ecologista, que depende de los votos de Morena, donde el munÃcipe tiene enclaves de peso, como su alumno, el secretario de seguridad, Omar GarcÃa Harfuch y la dirigente estatal del partido, Rita Ozalia RodrÃguez, hermana de la titular de gobernación, Rosa Icela RodrÃguez, que buscan el mejor momento para saldar cuentas con el pleitista mandatario.
Alguien debe intervenir para contener la espiral de violencia electrónica, verbal y fÃsica que prevalece en San Luis. Incluso, el equipo de Galindo, sostiene que Gallardo lo usa de chivo expiatorio, para distraer los reflectores, sobre las incursiones sangrientas del crimen organizado en la huasteca y Pozos, otro de los municipios bajo la férula del gobernador, que ya anunció, planea retirarse en los próximos 24 años.
Otro encontronazo
Galindo reveló que ayuntamiento paga 2.6 millones de pesos para darle mantenimiento a las plantas tratadoras de aguas negras y regar sin problemas, el parque Tangamanga uno. En su etapa de alcalde de la capital, Alejandro Zapata Perogordo planteó que el municipio debe hacerse cargo de todas las áreas verdes, como establece la constitución.
En recientes declaraciones, el edil relató, que hace poco, se venció el contrato con la empresa encargada del mantenimiento. Le sugirió al gobierno estatal, si deseaban encabezar las nuevas licitaciones, pero le dejaron el campo libre para llevar a cabo el concurso público. Gallardo lo culpó, sin argumentos, de tirar flujos contaminantes al lago mayor. Después de hacer pesquisas a fondo, Galindo descubrió que la tienda Walmart, ubicada a pocos metros, tiene un canal de desfogue. Son los responsables del tiradero contaminante y apestoso. Habrá de investigar qué munÃcipe les concedió el permiso, en un lapso de 15 años atrás. Se infiere que hay el agua necesaria para tener la campiña en condiciones óptimas, pero desde el ascenso de Gallardo, se dedicó a talar árboles de manera clandestina.
El pasto luce seco y maltratado. Ni la herencia maldita lo tuvo en el completo abandono. Ha usado los jardines como pretexto para saquear el erario con más de 600 millones de pesos, donde instaló armatostes de hierro hueco, que elabora en sus talleres de pailerÃa. En el parque dos, acabó con una laguna natural, que servÃa para el riego de las instalaciones en temporadas largas de estiaje. La tapó de concreto y escombro, para hacer un teatro de la ciudad, que costó más de 300 millones de pesos. Lo tiene en el semi abandono, ya que no puede embrutecer a sus ahijados con alcohol, como lo hace en la Arena Potosà y en los espectáculos que realiza en la Feria Nacional Potosina.
Depredador nato, embozado, casi clandestino, sin licitar, sin que nadie se lo pidiera, se puso a construir sobre la grama, un estadio de beisbol infantil, sólo por el prurito de participar en un torneo nacional. Sin que los deportistas lo sepan, también les hace en las penumbras, un campo de fútbol americano. Alardeó ejecutar el parque lineal más grande de América Latina en Rioverde, del Puente de Fierro al Puente Verástegui, que comprende un tramo de 6 a 10 kilómetros. Pero en los hechos, apenas hizo 500 metros, donde ya colocó el armatoste que pone en todas las sobrevaluadas obras que ejecuta.
Erogó casi 70 millones en trabajos que no llegan ni a 5 millones. Además, se atiene a que una fuerte corriente de agua se lleve los prosaicos juegos infantiles, para que no quede algún vestigio del atraco. Gallardo esquilmó a los matehualenses con el parque Las Camelias. Planea hacer lo mismo con otro que tiene en la mira en Soledad, donde ganará lo que se le antoje.



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