El estilo mafioso de Gallardo para doblegar a alcaldes con miedo
4 septiembre, 20246:03 pmAutor: La Noticia San LuisCapital Destacada Municipios Noticias
“Están conmigo o en mi contraâ€, es la frase lapidaria, amenazante, descarnada, que usa el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, para obligar a los alcaldes electos por Movimiento Ciudadano, PRI, PAN y Morena, dar el bandazo y sumarse acrÃticos, incondicionales, abyectos, al Verde Ecologista, lo que le sirve para proyectar las nefastas siglas como un partido fuerte, hegemónico, lleno de militantes. Después pasa a la segunda fase. Le llevará progreso al municipio doblegado, pero las obras más importantes, las ejecutará con su grupo de contratistas, donde se ubican prestanombres y familiares. No las licitará y si existen problemas judiciales por sobrecostos o fiscales, que se encomienden a la divina providencia.
El caso más patético, absurdo y brutal, se dio con el ex edil de Matehuala, Iván Noé Estrada Guzmán, al que, a través de un golpe de estado, lo sacó del puesto, al acusarlo de tener nexos con secuestradores y narcos. Sin el respaldo de la dirigencia y bancada de diputados del PAN, la vÃctima optó refugiarse en las filas de Morena, bajo el manto protector de su lÃder, Rita Ozalia RodrÃguez.
Sin las presiones encima, ahora ventila que Gallardo conoce a detalle a las bandas criminales que azotan al altiplano. El alcalde interino, Franco Coronado, está vinculado a la «herencia maldita», que tanto critica Gallardo.
Como repite el mismo esquema arbitrario de no licitar obras y ser el principal proveedor del ayuntamiento, a Gallardo se le complicó doblegar al munÃcipe de Rioverde, Arnulfo Urbiola Román, al que sometió con expedientes donde lo involucran por desaparecer a una de sus contadoras.
Gallardo espantó sin mucho esfuerzo al alcalde electo de Ciudad Fernández, Rodolfo Loredo, identificado como defensor de los migrantes. Lo engatusó con hacerle un inservible rodeo, para que haga negocios millonarios, pero debe aportar 2 hectáreas donde se ubicará el elefante blanco.
No tolera que su candidata en Santa MarÃa del RÃo, Arcelia Morales, haya mordido el polvo ante la adversaria de Morena, Isis Aydé DÃaz, a la que buscó tumbar con chicanas. Sin embargo, no se le puede acercar, ya que la custodia, 24 horas diarias, un pelotón de la Guardia Nacional. Gallardo ha intentado, con sucias maniobras, deshacerse del alcalde de la capital, Enrique Galindo, el único contrapeso visible y ruidoso, que ha soportado estoico, con las dos mejillas por delante, los mortales embates. En su táctica de no contestar las agresiones, para no generar un campo de guerra, Galindo se puede colocar en contra de los intereses colectivos, que le dieron la confianza para reelegirse. Sin dar la pelea, le quitó la delegación de Pozos. Para muchos, se desangra en silencio. Cometerá suicidio polÃtico, si permite le quiten el organismo operador de agua potable, Interapas, que el voraz mandatario necesita para activar su emporio inmobiliario, cercano a la zona industrial. Gallardo está ávido de venganza, no tolera que Galindo haya derrotado a su candidata, Sonia Mendoza. Menos, se convierta en un peligroso oponente a su cónyuge, Ruth González, a la que tratará de imponer como relevo, aunque pague el voto a 10 mil pesos. El erario lo soporta. Galindo es doctor en gobernanza. Debe recurrir a las moralejas de la historia. Hacer lo realizó el matador de dragones, Salvador Nava, ante el acoso hostil del entonces cacique magisterial, Carlos Jonguitud. Sacar a la gente a las calles. Lo respaldan casi 200 mil ciudadanos que lo empujaron para que se mantuviera en el cargo. Son a los que debe rendir cuentas, no a un bravucón de cantina.
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