Siguen los despidos arbitrarios en el ayuntamiento

15 noviembre, 20177:42 pmAutor: Oralia Guzmán MendozaCapital

La ex trabajadora del ayuntamiento de San Luis, Karina Avellanedo, denunció el tortuguismo, corrupción y tráfico de influencias en el Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje donde la presidenta, Rosa de Guadalupe Cervantes Gamboa, se comporta como empleada de edil Ricardo Gallardo Juárez, con lo que impide que los juicios por despido injustificado avancen. Enfatizó que también existe “una ecuación corrupta, pero laboralâ€.

Avellanedo laboró durante 13 años en el departamento de desarrollo económico. Tenía plaza de confianza, pero el 28 de febrero del año en curso, en forma verbal, le notificaron que estaba despedida. No había ningún motivo para su salida, pero ya es otra etapa. Es como funciona el sistema. “Antes de correrme, fui sometida a un acoso laboral. No podíamos ni siquiera voltear a otro lado. Lo único que nos permitían era respirar. A raíz de mi salida, mi vida cambió en forma radical. No he podido conseguir un empleo que me permita aportar el sustento de la familia. El hecho de haber laborado en una instancia de gobierno, es como tener un tache en la currículaâ€.

Calificó de falso el argumento de la autoridad, de correr gente para disminuir la nómina y tener más recursos para obras. Lo que hizo Gallardo es meter a incondicionales sin importar que estén calificados para el puesto. Su único mérito es obedecer a ciegas al jefe. Avellanedo dijo que habrá de pelear y denunciar los atropellos en su contra, sin temor a que pudiera ser objeto de alguna represalia por parte del edil, que tiene fama de represor, por lo cual lo hizo responsable de cualquier atentado en su contra o de su familia.

Otra quejosa destacó que el dirigente del sindicato mayoritario del ayuntamiento, José Guadalupe Valencia, los abandonó en sus demandas. Las citaba a altas horas de la noche en la sede gremial y después de tenerlas varias horas de antesala, les solicitaba llevar cualquier documento o efectuar algún trámite para armar su defensa. Al final las exhortó a que firmaran un acuerdo con el ayuntamiento donde aceptaban que les redujeran el sueldo. “Teníamos la esperanza que el sindicato nos ayudara, pero nos olvidóâ€.

“Me dejaron sin medio de subsistencia después de laborar durante 22 años en el departamento de turismo, como auxiliar técnica. Y de la noche a la mañana, sin bases, me despidieron. Adujeron que no me podían tener de empleada porque no había recursos. Sin embargo, constaté largas filas de gente formada para ser contratada. Encaré al coordinador de recursos humanos, Gildardo Castañeda Moreno. Le dije que con nosotras fueron muy escrupulosos al revisar el desempeño, pero metían personas que no cumplen con el perfil para desempeñar el cargo. Contrataron al que no sabe firmar un documento. A la hora que se la solicitaron, pidió el cojín para estampar la huella. No supo responder, solo bajó la mirada y movió la cabeza. El señor solo ejecuta las órdenes que le gira la directora de recursos humanos, Cinthya Guadalupe Armentaâ€.

Exigió la reinstalen y le den los apoyos que le correspondían desde el 2016. “Me regresen todo lo que me robaron, desde el momento de mi despido. Se quedaron con mi aguinaldo, no me otorgaron el incremento de sueldo que se dio a todos los empleados, ni servicios médicos. A mí nadie me regaló nada, me lo gané con 22 años de labores en los que pasaron 7 administraciones, brinqué muchos filtros y me quedé. Me ofrecieron como a otros, me quedara con menos salario. No lo permití porque mucho me costó y además yo no ganaba las perlas de la virgen. Con Ricardo Gallardo nos quitaron servicios y prestaciones. Pero reportó que los daban y el gasto lo duplicaron. La realidad es que no pagaba a los médicos ni proveedoresâ€.

Por su parte la profesora Rosa María Martínez pidió practicar una auditoria a Gildardo Castañeda, el brazo ejecutor de Gallardo para los despidos masivos. Señaló que antes era un empleado más, ahora se ha convertido en restaurantero, con dos locales. Se presenta al tribunal de conciliación y arbitraje como testigo comprado del ayuntamiento. Martínez añadió que su despido como educadora en un plantel municipal, fue injustificado, como el de la mayoría de sus compañeros. En su caso, le falsificaron la firma. Denunció que la coordinadora de centros educativos, Ana María Luqueño, es concuña de Gallardo, abusa de su poder y hostiga a los demás. Sin argumentos, le informó de su despido y presentarse con Castañeda, que en los tribunales, declara que los trabajadores renunciaron. “No podemos quedarnos callados, es necesario alzar la voz en contra del actual gobiernoâ€.

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